viernes, 25 de septiembre de 2020

LOS ELEGIDOS


La historia del folk, en primera persona
M. F. M. 

(ee.uu., 2020). dirección: Andrew Slater. guion: Eric Barrett, Andrew Slater.duracón: 82 minutos. disponible
en: HBO Go.

Eco en el Cañón, de Andrew Slater, pone el foco en el eco que aún resuena de la música folk de los años 60, creada por los habitantes de la zona de Laurel Canyon, en Los Ángeles. El documental tiene dos vertientes: una es la narración de la historia de esas bandas, entre los que se cuentan The Byrds, Buffalo Springfield y The Mamas and the Papas; y la otra se concentra en la grabación de un disco tributo a cargo de Jakob Dylan junto con Beck, Regina Spektor, Norah Jones y Cat Power, entre otros, además de un show en vivo, realizado en Los Ángeles, en 2018. En esa inclusión de los músicos de la Generación X está el eco al que se refiere el título.
Por más atractivas que resultan las nuevas versiones de temas de The Byrds, los Beach Boys y The Turtles, entre otros, la atención que se le presta en el film le quita tiempo que se podría haber dedicado a ahondar aún más en la historia de esa comunidad espontánea llena de talento musical. Algunas ausencias en el relato resultan llamativas, como The Doors y Joni Mitchell, que tuvieron un impacto en aquella movida musical y a quienes ni se nombra.
Esas limitaciones son compensadas por la belleza irresistible de la música de esas bandas, el calibre de los entrevistados, que incluyen a Ringo Starr y Brian Wilson, y la cuidadosa elección del material de archivo. Todo está al servicio de la narración de cómo influían unos en la música de los otros (a veces al borde de la copia), incluyendo también algo de simpático chusmerío: David Crosby reconoce que se comportó como un idiota y por eso lo echaron de The Byrds; Eric Clapton cuenta cómo la policía los sorprendió en una fiesta fumando marihuana y Stephen Stills se escapó por una ventana, con el propio Stills luego confirmando la anécdota; Michelle Philips habla con mucha franqueza sobre su affaire con su compañero de banda Denny Doherty mientras estaba casada con John Philips; Tom Petty resume la admiración de todos hacia los Beach Boys diciendo: “No veo nada en Mozart que sea mejor que Brian Wilson”.
La admiración de Jakob Dylan por estos artistas está implícita en su dedicación a este proyecto, tanto al disco y el show como al documental. Por eso resulta un tanto sorprendente su reacción opaca frente a las entrevistas que realiza con cada uno de estos músicos que venera; apenas se ríe un poco con Michelle Philips. Eso sí, cuando un emocionado Graham Nash le dice que él todavía piensa que la música puede cambiar al mundo, hasta Jakob está a punto de derramar una lágrima.

Apenas un gran ejercicio de estilo 
D. B.  y N. T. 



(The devil all the time, ee.uu/2020). dirección: Antonio Campos. guion:Antonio y Paulo Campos. elenco: Tom Holland,Bills Karsgard,Robert Pattinson.
duración: 138 minutos. disponible en:Netflix.

 Por la audacia que marcó desde siempre a su director, por los pergaminos de la novela original en la que está basada, por la categoría de un elenco con una decena de figuras, por el despliegue de producción para la reconstrucción de época(s) y por varios factores más que van desde los géneros elegidos hasta el andamiaje narrativo, El diablo a todas horas,sin ser una mala película, resulta un poco frustrante. Pongámoslo en claro: está hecha con una categoría visual irreprochable, concebida con ese profesionalismo incuestionable que nos regala habitualmente el cine de Hollywood, pero tenía muchos argumentos para ser más fascinante y atrapante de lo que realmente es. No deja de ser un buen ejercicio de estilo con algunos momentos inspirados, pero tampoco alcanza a conmover o a impactar desde lo emocional.
Con una complejo estructura temporal que pendula entre 1945, 1957 y 1965, este nuevo largometraje del neoyorquino Campos (Afterschool, Simon Killer, Christine) está ambientado en pueblos rurales de Ohio y Virginia. En ese ámbito, con una mixtura entre el gótico sureño, el film noir y sin disimular su origen literario (la voz del propio autor de la novela, Donald Ray Pollock, se escucha de forma recurrente, se producirá una acumulación de hechos de extrema violencia que hablan del sino trágico que persigue a varias generaciones de una familia, pero también a su entorno.
Si hubiese que definir a un protagonista dentro de un relato con tantas ramificaciones (la película dura 138 minutos), podríamos encontrarlo en el Arvin Russell de Tom Holland, hijo de un exsoldado (Bill Skarsgård) y una camarera (Haley Bennett), que se transformará en testigo, víctima y finalmente justiciero en una comunidad dominada por la degradación moral y en la que se irán sucediendo asesinatos a sangre fría, suicidios, cadáveres mutilados y enterrados, y múltiples abusos sexuales. Una sociedad pletórica de psicópatas, marcada por la sed de venganza y el imperio del ojo por ojo.
Robert Pattinson (como un perverso pastor), Riley Keough y Jason Clarke (como una pareja de asesinos seriales que además se dedican a la pornografía), Mia Wasikowska y Eliza Scanlen (como dos mujeres que sufren la violencia machista) y Sebastian Stan (como un policía corrupto) completan el elenco de un film con múltiples simbolismos religiosos que se destaca más por la fotografía de Lol Crawley o el diseño de producción de Craig Lathrop que por la profundidad psicológica de sus personajes. Un film atendible dentro del catálogo de Netflix, pero que tenía todos los elementos para resultar mucho mejor de lo que finalmente es.

Un pastiche de géneros que no convence
N. T. 

(Away, ee.uu/2020). creador: Andrew Hinderaker. elenco: Hilary Swank, Josh Charles, Vivian Wu, Talitha Eliana Bateman,Ato Essandoh. disponible en: Netflix

“Es una orden”, dice la comandante Green con gesto adusto. Y luego lo vuelve a decir, y cuando las cosas se complican, lo dice de nuevo. Si esta nueva serie de Netflix protagonizada por Hilary Swank como la astronauta Emma Green fuera una parodia de las historias de ciencia ficción dedicadas a la conquista del espacio, la repetición podría resultar graciosa, una ocurrencia para reírse de las muchas situaciones de vida o muerte y de los conflictos de mando que suelen aparecer en ese tipo de relatos. Eso que Space Force intentó ser pero no pudo. Pero ese no es el punto. La cuestión es que Lejos se toma todo demasiado en serio. Aunque a veces su exagerada solemnidad resulte en un humor no intencional.
Con producción de Jason Katims, responsable de series familiares con guiones sólidos y personajes interesantes como Friday Night Lights y Parenthood, y de Edward Zwick, que allá lejos y hace tiempo fue uno de los creadores de la inolvidable Treintaypico, esta nueva ficción sufre de un defecto de inicio que a medida que se desarrolla la trama se profundiza notablemente.
Básicamente, el problema reside en la construcción dramática de su personaje central, esa astronauta que interpreta Swank –también productora de la serie– a la que todos califican de brillante,al punto de ser elegida para comandar la primera misión tripulada a Marte. Sin embargo, desde el primer episodio, Emma demuestra ser bastante menos capaz de lo que sus jefes y compañeros habían anticipado. Y estar mucho más preocupada por lo que sucede en la Tierra, donde quedaron su marido (interpretado por el siempre sólido Josh Charles) y su hija adolescente.
A las inconsistencias del personaje central se suman los pocos matices que muestra el costado espacial de la trama, que avanza poco y con recursos narrativos más bien rudimentarios y más típicos de una serie policial con casos por resolver todas las semanas que de un drama de este tipo. La constante amenaza del fracaso de la misión y el peligro en el que están inmersos los tripulantes de la nave consigue anestesiar al espectador.
Cuando la historia se aleja del conflicto de Emma y su familia, Lejos se vuelve un poco más interesante y algo menos predecible. Especialmente cuando se enfoca enwanglu(vivianwu),lacosmonauta china que entiende mejor que nadie sus responsabilidades dentro y fuera de la nave y que con su personalidad seca aporta algo de necesaria liviandad a las escenas en el espacio. El dúo que arma con su colega ruso, casi un adicto a los viajes fuera de la Tierra, aporta algo de frescura a un relato que la necesita desesperadamente.

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