martes, 11 de octubre de 2022

ATAQUE A LA SOBERANÍA TERRITORIAL


Seudomapuches: basta de inacción
Jorge Reinaldo Vanossi Exministro de Justicia y Derechos Humanos de la Nación
En esta columna trataremos el tema de la perturbación suscitada en áreas de provincias de la Patagonia de nuestro país, cuyo territorio está siendo agredido y vulnerado por grupos guerrilleros que atentan contra la soberanía del pueblo argentino y sus legítimos habitantes, de acuerdo con el régimen de la Constitución nacional que se encuentra vigente. No obstante, estos sectores “usurpadores” osan desconocerla, e invaden la integridad de las provincias argentinas que están en el territorio de la Nación; y el “deber” está presente para “construir la unión nacional” y para “proveer a la defensa común”. Hay que tener presente que desde 1853 rige el artículo 119 de la Constitución, que contempla la figura de “la traición contra la Nación”, como así también “en unirse a sus enemigos prestándole ayuda y socorro” (sic).
En la actualidad corren peligro habitantes de las provincias de Neuquén, Río Negro y Chubut, y se observa cierta indiferencia ante un ataque a sus residentes, que deberían contar con el apoyo del gobierno federal. La confusión llega a tal extremo que hasta se ha informado que alumnos de escuela “juraron” por la bandera de la comunidad “mapuche”, lo que fue denunciado por un concejal local. En efecto, en la Escuela 182 de Neuquén, en el momento en que en el estrado se realizaba la jura estudiantil y se pronunciaba el “sí, prometo”, esta se concretaba con dos banderas distintas: una de ellas no reconocida como símbolo patrio argentino. ¡Al margen quedó nuestra enseña nacional! ¿Pueden admitirse tamañas afrentas a la dignidad argentina? ¿A la educación y la cultura del pueblo argentino?
Por otra parte, cabe recordar que el Tratado de Límites con el país vecino, compartido entre la Argentina y Chile, tiene firmemente establecido el respeto de las fronteras, que han quedado estipuladas como incapaces de ser usurpadas o alteradas bajo cualquier circunstancia (desde 1984-1985).
En la primera presidencia de Hipólito Yrigoyen se produjeron en territorios nacionales episodios invasivos en dos oportunidades: en la primera, el presidente dispuso el envío de fuerzas militares, al mando de un coronel, que restablecieron el orden y desarmaron a los sediciosos. Sin embargo, los episodios se reiteraron, con más usurpaciones, por lo que el presidente Yrigoyen dispuso una represión ante la violencia desatada y, habida cuenta de la injerencia de agentes procedentes de Chile, se le puso punto final.
Es menester que quede bien plausible y admisible lo establecido en el artículo 75 inciso 17 de la Constitución nacional, en cuanto a “reconocer la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas argentinos”. Ese inciso es extenso, al incluir numerosos aspectos atinentes a la personería de las comunidades originarias, a la posesión y propiedad comunitaria de las tierras que tradicionalmente ocupan, asegurar su participación en la gestión referida a sus recursos naturales y a los demás intereses que los afecten (sic).
La norma constitucional es muy amplia y fue tratada luego de la aceptación de su texto presentado en una sesión en la reforma constitucional de 1994 en la provincia de Santa Fe, en el recinto de la Universidad Nacional del Litoral.
Por lo tanto, la “argentinidad” de los pueblos originarios patrios es propia y legítima; pero no pueden inmiscuirse los seudomapuches, algunos procedentes de la República de Chile, ni incursionar en suelo argentino sobre la base de la “Araucanía” establecida en el sur del territorio chileno, sin derecho alguno a una pretendida o supuesta anexión con los pobladores nacionales o provinciales argentinos que residen en nuestra Patagonia.
Por lo tanto, los pretendidos invasores deben ser expulsados y sancionados por los delitos que cometieron al usurpar el territorio argentino, siendo pues inadmisible cualquier tolerancia, habida cuenta de las atrocidades en que han incurrido. El incidente ocurrido con Rafael Nahuel es prueba suficiente de su peligrosidad, que consiente el embajador Bielsa.
Mientras tanto, con razones justificadas, la provincia de Río Negro y su gobierno requieren auxilio de las fuerzas de la Gendarmería ante la persistencia de los “ataques seudomapuches chilenos”, que se consuman inesperadamente y causan graves daños a los habitantes zonales por la extrema violencia con la que se realizan, En reiteradas oportunidades las propiedades son usurpadas y las agresiones también tienen conexiones por fuera de los límites nacionales (sic). La envergadura que tiene el problema es evidente, los ataques del terrorismo son similares y tienen conexiones desde afuera de la Argentina. ¿De dónde provienen las armas?
Estamos ante un problema de no reconocimiento de la soberanía del Estado nacional sobre nuestra Patagonia, en tierras legítimas por encima de las fronteras. ¿Se tolera una ocupación foránea? Mientras tanto opera la RAM, se atenta mediante tomas, incluso de iglesias, cabañas, con ataques a tiros y quemas de viviendas. Y peligra la ruta 40. ¿Hasta cuándo la inacción del poder? ¡Con el pueblo y el derecho!

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