miércoles, 7 de diciembre de 2022

HISTORIA DEL ARTE

Para agendar
Tesoros del Museo Arqueológico Nacional de Taranto, desde mañana a las 11 hasta el 5 de marzo en el Museo Nacional de Bellas Artes (Av. del Libertador 1473).

Llega a la Argentina desde Italia un patrimonio de más de 2500 años
Por primera vez se exhibirá en el Bellas Artes, desde mañana, la colección del Museo Arqueológico Nacional de Taranto
María Paula ZacharíasRestos de “la París del mundo antiguo”
De uno de los museos arqueológicos más antiguos e importantes de Italia llegan al Bellas Artes sesenta tesoros de más de 2500 años. Piezas de períodos del arte y la historia que no existen en la región. La exposición de parte del acervo del Museo Arqueológico Nacional de Taranto (MArTA) es importante por eso, y también por la belleza que tiene el germen de la civilización occidental.
Taranto fue algo así como la París del mundo antiguo: un centro difusor de modas, tendencias y cultura. Era una de las grandes capitales del Mediterráneo en el período grecorromano. En 1887 fue creado un museo para salvaguardar el rico patrimonio arqueológico local, cuando las excavaciones para la construcción de la nueva Taranto sacaron a la luz los restos de la antigua ciudad, fundada en el año 701 a.C.
Ese es el relato que se cuenta en las piezas escogidas para la muestra Tesoros del Museo Arqueológico Nacional de Taranto. Griegos y otras civilizaciones antiguas del sur de Italia, que presenta desde mañana el MNBA, curada por la directora del museo italiano, Eva Degl’Innocenti, y el investigador Lorenzo Mancini, con el apoyo de la embajada de Italia en la Argentina y el Istituto Italiano di Cultura de Buenos Aires (Iicba). La integran vasijas de cerámica, estatuillas, yelmos, monedas, joyas de oro, piezas de orfebrería y objetos vinculados con el culto a los muertos, la guerra y el ritual del teatro, creadas entre los siglos VIII a.C. y II a.C.
Son solo sesenta entre las 150.000 piezas que guarda el MArTA, que dan cuenta de 20.000 años de historia, entre el Paleolítico y el Medioevo. “Elegimos piezas que pudieran contar el contexto arqueológico, las más bellas. Esta muestra no es un simple préstamo. Es una curaduría especial para este lugar”, dice Degl’Innocenti.
En una copa de cerámica decorada con atunes se tomaba vino en Esparta en el 580 antes de Cristo. La Copa del Pintor de los Peces fue encontrada en Taranto en una tumba en 1909; ahora está en el segundo piso del museo argentino, atravesando el tiempo y el espacio. Convive bien con las piezas de las culturas precolombinas de América, que se exhiben un piso más abajo: vasijas de la cultura Condorhuasi del NOA, que rondan entre los 200 a.C. y los 200 d.C. El barro horneado, similares motivos geométricos y una función en la vida cotidiana los hermana.
Robadas y devueltas
La arcilla de Taranto es blanca y maleable. En algunas piezas, como un ánfora corintia, se nota que han sido restauradas. No todos los objetos han tenido el mismo derrotero, desde la salida de su reposo de siglos en excavación arqueológica hasta el museo. Dos ánforas fueron extraídas furtivamente, sacadas del país de contrabando, puestas a la venta y adquiridas por los museos estadounidenses Jean Paul Getty, Metropolitan de Nueva York y los de bellas artes de Cleveland y Boston. “Las compraron sabiendo que eran robadas, así que las tuvieron de devolver a comienzos de los 2000”, explica Degl’Innocenti. Está en Buenos Aires el Loutrophòros ( jarrón de forma alargada) con figuras rojas de producción apuliana datado entre el 320 y 310 a.C., devuelto a Taranto por el Museum of Fine Arts de Boston. Un largo camino, Loutrophòros.
Banquetes, Olimpíadas, guerras: todo se refleja en los dibujos de las ánforas. El trabajo en orfebrería en oro también es destacado. Hay un yelmo que llama la atención por su tamaño. “La población era más pequeña que la de ahora”, explica Degl’Innocenti. Tampoco faltan los héroes y mitos, de Andrómeda a Hércules, de la archifamosa Venus al particular Taras que da nombre a la ciudad, un héroe hijo de Poseidón.
Objeto curioso es una conchilla porta cosméticos con cierre y asas de plata. También es interesante el molde de una figura femenina con una antorcha: las esculturas también se producían en serie. “En el museo tenemos una sola obra de Grecia –dice Andrés Duprat, director del Bellas Artes–. Este es el tipo de muestra que acerca cosas que no podemos ver en nuestro continente.”.
“Italia tiene en este momento una presencia destacada en Buenos Aires, con dos muestras: una en Museo Nacional de Arte Decorativo, con piezas icónicas del diseño italiano, y ésta. Un hilo las une. Una continuidad desde el siglo 800 a.C. hasta hoy, con Italia como productora de objetos implicados en la cotidianidad. Lo bello y útil”, dice Donatella Cannova, directora del Iicba. El Instituto también colaboró para la exposición de la Afrodita de Capua del arqueológico de Nápoles que se vio en el hall del Bellas Artes. “Nos interesa vincularnos con otros museos –dice Duprat–. Esto es arte decorativo o aplicado. Pero en este contexto del museo lo ves escindido, como el mingitorio de Duchamp: fuera de su uso, son obras de arte”.

Para agendar

Tesoros del Museo Arqueológico Nacional de Taranto, desde mañana a las 11 hasta el 5 de marzo en el Museo Nacional de Bellas Artes (Av. del Libertador 1473).

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