Licencia de un ministro porteño por la filtración ilegal
Decidió apartarse hasta aclarar la cuestión de los chats
Matías Moreno
La filtración ilegal de supuestos chats del ministro de Seguridad porteño, Marcelo D’Alessandro, derivó ayer en un pedido de licencia por parte del funcionario en un clima de tensiones internas en el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta.
D’Alessandro insistió en que es víctima de una operación de espionaje clandestina, pero argumentó que necesita dejar su cargo en forma transitoria para “contener” a su familia y preparar su defensa en las causas que impulsó el kirchnerismo.
En medio de la fuerte tensión que atraviesa el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta a raíz de nuevas filtraciones ilegales de presuntos chats privados suyos, el ministro de Justicia y Seguridad porteño, Marcelo D’Alessandro, anunció ayer que se tomará licencia “temporaria”. Si bien insistió en que es víctima de una operación de espionaje clandestina, argumentó que prefería correrse de su puesto para “contener” a su familia y “preparar” su defensa en la Justicia.
“Necesito tomarme una licencia, ordenar mis cosas familiares. Quiero contener a mi familia, que fue objeto también de estas infamias”, expresó D’Alessandro. Lo hizo en el cierre de una conferencia de prensa que había sido organizada por el Ejecutivo porteño para presentar una reducción “histórica” de los índices de robos y homicidios.
D’Alessandro comunicó su decisión en la sede de la Jefatura de la Policía de la Ciudad, escoltado por el jefe de Gabinete, Felipe Miguel; el secretario de Asuntos Públicos, Waldo Wolff; y el jefe de la fuerza, Gabriel Berard. No estuvo Larreta, quien se reunió con Mauricio Macri en Cumelén y monitoreó el tema desde el sur, adonde viajó el viernes para pasar las fiestas de fin de año. El alcalde publicó un mensaje en las redes sociales: resaltó que confía en D’Alessandro y que respeta su decisión de solicitar licencia. La presión interna para que diera un paso al costado había crecido durante las últimas horas.
“Todos saben que estamos siendo objeto de una operación infame de grupos de tarea que realizan inteligencia sobre las personas y montan situaciones, que no son reales. Quieren instalar la posverdad y el escándalo, para crear una crisis institucional”, sostuvo D’Alessandro. Anticipó que reunirá documentación para “desarticular las falacias” y demostrar la existencia de un supuesto aparato de inteligencia ilegal. El viernes pasado presentó una denuncia penal contra Rodolfo Tailhade (Frente de Todos), cercano a Cristina Kirchner, por las filtraciones. “Estoy más firme que nunca”, machacó el ministro de Larreta, en varios tramos de su ponencia.
D’Alessandro, quien habló con Larreta durante las últimas horas para definir su futuro, agradeció el respaldo público de su jefe y de Elisa Carrió. Desde Exaltación de la Cruz, Carrió se mostró satisfecha en charlas cerradas sobre la decisión: “En marzo lo vamos a necesitar a Marcelo al frente de la Policía”, deslizó.
Durante la conferencia de prensa, el ministro intentó minimizar los ruidos internos por el escándalo. En varios tramos de su discurso aclaró que presentó la renuncia, aunque reveló que aún no definió con Larreta cuánto tiempo durará su licencia. Vaticinó que el plazo se extendería por dos o tres meses.
“Que no se especule más. Le dije a Larreta que necesitaba unas vacaciones más extendidas”, puntualizó. La puesta en escena del anuncio exhibió la presión interna para que se aparte. Es que el ministro comunicó su decisión custodiado por Miguel y Wolff, exaliado de Patricia Bullrich, quien se incorporó a la gestión la semana pasada para oficiar como una suerte de espada mediática.
Larreta evitó adelantar su vuelta para acompañar al funcionario. Un respaldo solapado. Eso sí, publicó una carta en sus redes en la que dijo que es “inaceptable, ilegal y violatorio de todos los principios” de una república democrática que se hayan filtrado chats de su ministro. Consideró que hay una “mafia” detrás del hackeo del teléfono de D’Alessandro y apuntó contra el kirchnerismo. “Yo confío en Marcelo y apoyo el trabajo que viene haciendo. Y valoro también su decisión de tomar una licencia mientras pone a disposición toda la información para desenmascarar esta operación”, indicó. El gobierno porteño no designará un reemplazante y la cartera quedará a cargo de Miguel, jefe de Gabinete.
D’Alessandro quedó en el ojo de la tormenta tras el viaje que compartió con jueces, fiscales, exmiembros de inteligencia y directivos del grupo Clarín a la estancia de Lewis, y la posterior difusión de supuestos chats con conversaciones suyas. Con su apartamiento transitorio, Larreta intenta descomprimir la tensión sin recurrir a una medida drástica, como pedirle que abandone su cargo. Esa era la medida que sugerían varios leales al alcalde.
Durante los últimos días creció la preocupación en el entorno de Larreta luego de la difusión de nuevos intercambios adjudicados a su ministro. La situación generó un intenso debate interno sobre cómo reaccionar ante las filtraciones.
En el círculo de confianza del alcalde provocaba una fuerte inquietud el proceso de desgaste que podría sufrir la figura del jefe porteño, en la antesala del proceso electoral. En las últimas reuniones de mesa chica, Larreta y sus asesores evaluaron el costo político del caso.
A lo largo de la jornada de ayer, Carrió salió a respaldar a D’Alessandro. En cambio, otros aliados porteños de Larreta, como Martín Lousteau o Graciela Ocaña y Ricardo López Murphy optaron por el silencio tras las últimas filtraciones ilegales. Tampoco hubo pronunciamientos públicos de Macri y Patricia Bullrich, rivales de Larreta en la interna de Pro.
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