Volodimir Zelensky El líder improbable de un país en guerra
El presidente de Ucrania fue elegido la figura del año por los diarios de la región
Eva Luna Gatica
Hace un año Volodimir Zelensky no era una figura conocida a escala internacional, los medios lo perfilaban como el comediante que había llegado a la presidencia en una especie de paso de ficción a la realidad, y los interrogantes rondaban en si lograría o no conducir al país frente un posible ataque de Moscú, mientras del lado ruso, las fronteras se llenaban de soldados de ese país y los analistas cuestionaban si el mandatario se tomaba realmente en serio la política del país. Diez meses después estos cuestionamientos ya no existen: Zelensky se ha convertido en el rostro de la resistencia a la invasión de rusia, y en un líder de guerra improbable respetado a nivel mundial.con discursos apasionados que culminan con un “Slava Ukraini!”
(“Gloria a Ucrania”), Zelensky, de 44 años, se ha ganado la admiración tanto de los ucranianos como de sus partidarios en el extranjero, no solo por su gran capacidad comunicativa, sino también por el desempeño militar que ha tenido su país.
Bajo la dirección de Zelensky, ucrania ha tenido grandes logros en el campo de batalla, logró repeler el asalto ruso a Kiev y ha tenido éxito en las contraofensivas que lanzó en las provincias de Kharkov (noreste) y Kherson (sur), mientras que sus tropas siguen avanzando por el sur y el este del país con el objetivo ahora de liberar todo el territorio ucraniano, incluidas la región del Donbas y crimea, que rusia se anexó ilegalmente en 2014.
“No nos importa qué tipo de ejército tengan; lo que nos importa es nuestra tierra. lucharemos por ella hasta el final”, aseguró el mandatario durante la celebración de la independencia ucraniana, el 24 de agosto, cuando se aprestaba a emprender la contraofensiva, en una muestra de liderazgo hace un par de años impensada, puesto que el mandatario nunca sirvió en el ejército y previo a la guerra no mostraba interés en los asuntos militares.
No solo eso: Zelensky llegó al poder en 2019 con casi nula experiencia política, tras hacerse conocido por interpretar el papel de protagonista en la serie El servidor del
pueblo, en la que personifica a un profesor de escuela que enseña historia y que casi por accidente llega a la presidencia. Tras el éxito de la serie, en 2018 decidió fundar su propio partido con el mismo nombre del programa, que usó para lanzar su carrera presidencial un 31 de diciembre de 2018.
Meses más tarde se convirtió en el presidente de Ucrania, con los votos de un 73% de la población, tras una campaña marcada por el discurso antiestablishment de Zelensky, quien se mostraba empeñado en acabar con la corrupción en el país, en la que aseguraba mejoraría las relaciones con Moscú, y que desarrolló de manera virtual, mediante redes sociales, sin grandes mítines públicos ni ruedas de prensa.
Precisamente, gracias a su habilidad con las redes y los medios de comunicación, en el transcurso de la guerra no solo ha persuadido a la opinión pública internacional de respaldar a su país en el conflicto, sino que también ha convencido a los mandatarios de países occidentales de apoyarlo con enormes gastos militares para hacer frente a los ataques ofensivos de Moscú.
incluso, logró para Kiev una ruta de adhesión a la unión Europea, y si antes ya era un político conocido por sus ideas proeuropeas, esto se ha vuelto más evidente con los discursos que ha dado frente a diferentes líderes del continente, en los que apela a los valores compartidos y a cuestiones que generen empatía con su propia causa.
“Somos iguales que ustedes, demuestren que no nos van a dejar solos, demuestren que son europeos, y entonces la vida vencerá a la muerte, la luz vencerá a la oscuridad”, dijo en un discurso ante el Parlamento Europeo.
“Muchos líderes occidentales y rusia creían que huiría de ucrania, quizá a su villa en italia. Pero se negó a ser evacuado. Desde la invasión se ha convertido en el Winston churchill ucraniano. Está en contacto con los sentimientos populares, unifica a la nación y es un gran orador. Da esperanza y liderazgo al pueblo, a los voluntarios, a los trabajadores del gobierno y a los militares. Zelensky da la impresión de ser alguien a quien sí le importa el sufrimiento humano, los civiles y las bajas militares. ha visitado repetidamente los campos de batalla y se ha reunido con los soldados,demostrando que dirige desde el frente”, dice al Grupo de Diarios América (GDA) Taras Kuzio, autor de Putin’s War Against Ukraine: Revolution, Nationalism and Crime,
quien se hizo conocido por haber adelantado que el presidente ruso buscaría la anexión de la península ucraniana de crimea.
“En los primeros días de la invasión rusa, su claro mensaje inspirador fue quedarse y ayudar, rechazando la oferta de huir: ‘Necesito municiones, no un aventón’, dijo a Estados unidos. Esa única declaración de lealtad y desafío marcó la pauta de su liderazgo en la guerra”, comenta Andrew l. urban, coautor del libro Zelensky: The Unlikely Ukrainian Hero Who Defied Putin and United the World. “El liderazgo de Zelensky y su actitud proactiva ante las asambleas legislativas de todo el mundo a través de sus videollamadas pidiendo ayuda fueron la clave para unir a occidente”.
Su origen judío
Zelensky, que nació el 25 de enero de 1978, creció en Kryvyi rih, una región industrial de habla rusa del sureste de ucrania, tras haber pasado sus primeros años en la ciudad mongola de Erdenet, donde su padre estaba a cargo de una planta minera y de procesamiento. Se licenció en Derecho en la Universidad Nacional Económica de Kiev, aunque siempre enfocó su vida hacia el espectáculo y la comedia.
Varios miembros de su familia murieron en el Holocausto, mientras que su abuelo sirvió en la Segunda Guerra mundial como artillero del ejército soviético. Por esta historia, cuando Putin dijo, al inicio de la guerra, que la invasión tenía el objetivo de “desnazificar” el liderazgo ucraniano, Zelensky se apresuró en ridiculizar el líder ruso: “¿Cómo puedo ser nazi? Explícaselo a mi abuelo, que pasó toda la guerra en la infantería del ejército soviético y murió como coronel en una Ucrania independiente”.
Pero las desavenencias entre Putin y Zelensky no terminan ahí y no son solo políticas o económicas, sino que también tienen dimensiones ideológicas. Durante siglos, la antigua rama ucraniana de la iglesia ortodoxa ha estado subordinada a la iglesia ortodoxa Rusa, con sede en moscú. El líder de la iglesia rusa, el patriarca Kirill, mantiene fuertes vínculos con Putin y ha respaldado la invasión.
Esa influencia rusa en Ucrania llevó a Zelensky a lanzar en las últimas semanas redadas en templos y monasterios que dependen de la iglesia rusa, donde los agentes del Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) aseguran que han hallado propaganda que niega el derecho de Ucrania a existir como nación y que apoya la tesis del presidente ruso de que Rusia, bielorrusia y Ucrania deben ser un solo Estado. Entre la población, esa presunta influencia no tiene eco: una encuesta de abril citada por The NewYork Times, reveló que el 74% de los ucranianos quería que la iglesia ortodoxa Ucraniana cortara los lazos con Rusia, lo que se concretó en mayo pasado, a pesar de que en el país un 78% de la población declara pertenecer a la iglesia cristiana ortodoxa.
Ganar la confianza
Ese mismo apoyo también lo ha encontrado Zelensky en otros ámbitos. Sus discursos nocturnos y los videos que comparte en sus redes sociales, donde el mandatario proporciona actualizaciones sobre el progreso del conflicto, le han permitido ganarse la confianza de los ucranianos, a pesar de que antes de la guerra era un líder cuestionado.
“Yo no era un gran fan de Zelensky en 2018-2021. Pero la agresión externa de Rusia y la capacidad de nuestro presidente de demostrar algunos cambios positivos en su forma de gobernar el país prueban que a veces los cambios son posibles si se empieza por uno mismo y se definen con precisión los objetivos, el enemigo y el interés nacional. En la historia de Ucrania hubo suficiente demagogia y populismo como para caer en la frustración y la apatía, pero a veces se necesita una tremenda disrupción para despertar a la gente. Hasta cierto punto Zelensky también estaba dormido, pero se negó a desempeñar el papel de marioneta de los oligarcas y encontró su propio camino”, señala Yuriy Zaliznyak, periodista y profesor de la Universidad Nacional ivan Franko de Lviv, en Ucrania.
El presidente también aprendió a tomar decisiones rápidamente y delegar tareas: las determinaciones operativas las dejó a cargo de los comandantes militares, de los aviones pasó a andar en tren como una forma de estar más seguro, y ha logrado mantener la moral de su pueblo en alto, a pesar de que el territorio sigue bajo amenaza y enfrenta diariamente ataques a su infraestructura energética, que han sumido a millones de personas en la oscuridad y el frío cuando comienza el crudo invierno en Ucrania.
“Durante los diez meses de la gran guerra en Ucrania, todo el mundo cambió sin excepción. Los jóvenes, los viejos y los niños. El presidente Zelensky no es una excepción. La guerra nos hizo ver a Zelensky de otra manera. Quería ser el presidente de la paz, pero tuvo que convertirse en el presidente de la guerra. Y si alguien me hubiera dicho a finales de 2021 que Zelensky sería eficaz en este papel, nunca lo habría creído. Pero sucedió. Y estoy contento por ello. Hace bien su trabajo”, señala Serhii Rudenko, periodista ucraniano y autor del libro Zelensky. A Biography. ●
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