martes, 26 de enero de 2021

PLAY LIST....JAZZ Y MÚSICA DE PELÍCULAS


JAZZ
Duke Ellington


1. “So What” (Miles Davis, 1959)

El tema que abre Kind of Blue (1959), el disco de jazz más importante de la historia, introduce varias novedades. Una introducción de carácter impresionista, la melodía principal llevada por el bajo, una estructura de dos acordes pensados de forma modal (en contraposición a la armonía clásica) y una cadencia que influyó gran parte de la música negra por venir (James Brown dijo haber inventado el funk a partir de ella). Pero estos datos de relevancia histórica no serían tales si el tema no tuviese la sensibilidad de la trompeta de Miles Davis con un solo que es melancolía en su máxima expresión.

2. “Giant Steps” (John Coltrane, 1960)

De todas las composiciones imposibles de John Coltrane, “Giant Steps” se mantiene como el arquetipo de su complejidad. La cantidad de cambios de acorde, que responden aun patrón cíclico, se dan a una velocidad tal que plantea un desafío para cualquier intérprete. Desde lo técnico, introdujo un desarrollo armónico que se volvió materia de estudio y referencia para sus contemporáneos. Coltrane seguiría trabajando en esa faceta y llevando los cambios al límite de lo posible, pero es aquí donde se plantó como una de las grandes mentes creativas de su generación.

3. “Strange Fruit” (abel Meeropol, 1937)

Si el jazz ha de ser cantado, tendrá voz de mujer. Ningún hombre podrá acercarse jamás a la santísima trinidad del jazz vocal: Billie Holiday, Ella Fitzgerald, Sara Vaughan. Y “Strange Fruit”, compuesta en 1937 y grabada por primera vez por Billie Holiday en 1939, se sostiene como uno de los puntos más altos en la categoría. El poema es una declaración de principios contra los linchamientos a los afrodescendientes en los Estados Unidos y la interpretación de quien fuera llamada Lady Day y First Lady of the Blues (La primera dama del blues) es a menudo considerada la punta de lanza de la lucha por los derechos civiles en su país. Una sensibilidad única y un pedido de justicia imposible de callar. Todo en uno. Nadie más que Billie Holiday podía hacerlo.

4. “it Don’t Mean a thing (if it ain’t Got that SWING)” (Duke ellington, 1931)

Duke Ellington fue uno de los grandes compositores en la historia de la música. Así de simple. De las más de tres mil composiciones que llevan su firma, “It Don’t Mean A Thing” sobresale por lo profético de su título: “No significa nada (si no tiene swing)”. Casi como una definición de lo que el jazz significa. Velocidad de baile, cadencia alegre y una concepción festiva en cada una de las versiones posteriores. Desde Louis Armstrong a Lady Gaga, nadie pudo resistirse a interpretarla. Con la impronta que sea, en la época que sea. El ADN del jazz está allí.

5. “ornithology” (Charlie parker, 1946)

Charlie Parker compuso la melodía de este clásico del bebop sobre la melodía de otro standard (“How High The Moon”) y lo convirtió en un clásico del estilo que acababa de inventar. Desde entonces, “Ornithology” es uno de los temas más interpretados y referenciados cuando se habla del poder de Charlie Parker para desarrollar melodías y armonías a una velocidad que pocos pudieron igualar. Chet Baker, Coleman Hawkins y Ella Fitzgerald le dieron popularidad al tema en sus respectivas versiones/ citas. “Ornithology” es sinónimo de Charlie Parker y Charlie Parker es sinónimo de bebop, y el bebop fue el nacimiento de la música improvisada como la conocemos hoy.

6. “Fly Me to the Moon” (kaye ballard, 1954)

La canción con la que el jazz llegó a la Luna. Literalmente: la versión de Frank Sinatra de “Fly Me To The Moon” (compuesta en 1954 con el título “In Other Words”, por Kaye Ballard”) fue reproducida en un pasacasete portable en el Apolo 11 justo antes de que el hombre pisara por primera vez el satélite. Escrita en 20 minutos y con aires de bossa nova, el standard adquirió su métrica de 4/4 gracias al arreglo de Quincy Jones y fue desde entonces un clásico en el repertorio del jazz vocal. De ahí que Frank Sinatra, “La voz”, la haya inmortalizado junto a la Count Basie Orchestra, en 1964. Número puesto para musicalizar cualquier escena idílica de una comedia romántica ambientada en Nueva York.


7. “round Midnight”, (thelonious Monk, 1944)

Thelonious Monk es a menudo el gran compositor del jazz moderno y la innumerable cantidad de blues firmados por él así lo justifican. “Round Midnight” sobresale por su melodismo –a menudo pasado por alto entre las capacidades rítmicas de Monk– y por la dificultad de la interpretación a la hora de manejar las intensidades. El propio Miles Davis dijo haber pasado años estudiándola hasta dar con la forma correcta de tocarla. Una de las grandes baladas en la historia de la música, tentación para jazzeros de todas las generaciones, desde Cootie Williams en los 40 hasta Keith Jarrett en los 90, pasando por Dizzy Gillespie y experimentales como Cecil Taylor. Elegimos la versión de Thelonious Monk.

8. “Free Jazz (part one)” (ornette Coleman, 1960)

Resulta imposible fechar con precisión el nacimiento de casi cualquier género musical y el free jazz no es la excepción. Y si bien está claro que Ornette Coleman sentó las bases antes de grabar el disco que llevaba por título Free Jazz: A Collective Improvisation, el carácter autoconsciente del título bien sirve como disparador para dar cuenta de las especificidades del ala más vanguardista del jazz. Dos cuartetos distintos tocando música distinta al mismo tiempo (se oyen uno por cada canal) y sin ningún tipo de partitura ni indicación previa. Eso es lo que se escucha en todo el disco, cuya portada incluye un cuadro de Jackson Pollock, como para que el carácter expresivo, instantáneo y abstracto del asunto queden bien claro.

9. “autumn leaves” (Joseph kosma, 1945)

Con melodía y estructura armónica simple, “Autumn Leaves” es un hiten la historia del jazz. Suele ser la primera pieza de estudio para cualquier aspirante a músico del género y también la elegida por las grandes figuras. Una suerte de ABC del jazz tanto para intérpretes como para oyentes. El tema principal es de fácil memorización y su tempo generalmente lento propician improvisaciones espaciadas y de fácil escucha. Bill Evans, Ron Carter, Keith Jarrett y hasta Eric Clapton son algunos de los músicos que han ofrecido las versionesmás recordadas de es testan dard. Optamos por la de Bill Evans.

10. “take Five” (paul Desmond, 1959)

El single más vendido en la historia del jazz es un standard de métrica irregular. Para dar con tamaña anomalía, se necesita de las habilidades improvisatorias de Paul Desmond (acreditado como compositor del tema) y del cerebro creativo de Dave Brubeck, un genio absoluto de la melodía que puso al jazz a sonar en las casas de todos los Estados Unidos. Tanto que Woody Allen utilizó “Take Five” en la banda de sonido de Manhattan, una de sus películas más famosas. El jazz estadounidense cruzado con estructuras rítmicas propias de Europa del Este terminó por convertirse en un hit de proyección pop. Tan impredecible como real. Elegimos la versión de Dave Brubeck Quartet.

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MÚSICA DE PELÍCULAS


Judy Garland, en El mago de Oz


1. “Sobre el arco iris” (“over The rainbow”) (De el mago De oz, 1939)

La mejor canción de la historia del cine, según el American Film Institute. Era inevitable que la “canción del siglo” surgiera de un musical, el único género del cine que nació para hacernos felices, según la definición del cuba no guillermocabr era infante. Ninguna canción logró llevar tan lejos la idea de la ensoñación y nadie mejor que Garland parecía encarnarla en esa película. Con el tiempo, la canción también se convirtió en recuerdo del trágico y rápido ocaso de su mejor intérprete. Hoy la escuchamos con nostalgia y es posible que muchos la sigan asociando con su primer recuerdo frente a una pantalla. Es increíble que haya estado a punto de quedar afuera de la película. Algunos la consideraban “demasiado lenta”.


2. “when You wish upon a Star” (De Pinocho, 1940)

Las canciones originales suelen tener mucho que ver con el éxito de las grandes películas animadas. Pero hay un solo ejemplo en la historia en el que esa canción se convierte en símbolo musical de toda la historia de un estudio que tiene como pilar precisamente a la animación. Esta canción, compuesta para uno de los primeros largometrajes animados producidos por Walt Disney, es lo primero que se escucha cada vez que estamos por ver una nueva creación del estudio del ratón Mickey. Sus delicados acordes inspiraron a decenas de músicos a arreglar sus propias versiones. Algunas de las más hermosas, cercanas al jazz, se las debemos al cantante Gregory Porter y al guitarrista Bill Frisell.

3. “as Time Goes by” (De casablanca, 1942)

No participó de ninguna competencia por el Oscar, porque no fue escrita para el cine. Pero seguramente ninguna otra canción está tan inmediatamente asociada a la pantalla y a una película en particular. No a cualquier film, sino a Casablanca, que desde hace mucho tiene la estatura y el carácter de un mito. El romance que perdura más allá del tiempo, la guerra, el heroísmo, la ambición, la nostalgia, el valor de la amistad, Bogart, Ingrid Bergman. La escena en la que Ilsa le pide a Sam que interprete en el piano la canción que resume lo más feliz de su vida es historia y leyenda a la vez.


4. “Singin’ in The rain” (De cantando bajo la lluvia, 1952)

Es notable que una canción que había sonado en varias películas desde que Arthur Freed la compuso entre 1927 y 1929 haya quedado asociada para siempre con un solo largometraje, el que lleva el mismo nombre. Y resulta igualmente notable que Gene Kelly, uno de los más grandes bailarines de la historia, lograra que guardáramos esa canción no solo desde el recuerdo de su coreografía, sino también gracias a la elegancia y a la dulzura con que la canta.

5. “moon river” (De muñequita De lujo,1961)

Se dijo alguna vez que Henry Mancini podía componer melodías para bailar, para tararear, para vibrar, para viajar, para soñar y para atravesar todas las etapas del enamoramiento. De todas sus maravillosas melodías una sola consigue engarzar todos esos estados de ánimo. Es la hermosa canción que Audrey Hepburn canta con un susurro desde un modesto balcón en la versión para el cine de Desayuno en Tiffany’s, de Truman Capote. Mancini fue uno de los compositores que mejor llevó el espíritu del jazz a la música para el cine y se valió aquí del aporte de Johnny Mercer como letrista.

6. “GOTAS de lluvia Sobre mi cabeza” (“raindrops Keep fallin’ on my head”) (De butch cassidy, 1969)

La banda sonora completa de la película dura apenas 28 minutos. Y no le sobra nada, porque en ese escaso tiempo alcanza casi la perfección. Así ocurre con las mejores canciones de Burt Bacharach, insuperables en su abrumadora sencillez, tan cálidas y transparentes que fluyen con toda naturalidad, sin el mínimo esfuerzo. Solo los grandes pueden alcanzar esos resultados. Todo un símbolo de una época de cambios, que revisa el pasado y lo reconstruye con nuevas miradas y nuevos sonidos.

7) “The way we were” (De nuestros años felices, 1973)

La voz de Barbra Streisand es un monumento, un tesoro de valor incalculable. y también la expresión femenina más absoluta del o que significa el término en te r ta in er. en su presencia se resumen y representan todas las maneras de poner en movimiento los vínculos entre cine y música. Es actriz, es cantante, es productora, es directora. Y sobre todo es la dueña de una historia de canciones para el cine que hicieron historia. El tema principal de Nuestros años felices, una de las canciones románticas más hermosas jamás escritas para una película, es la cumbre de una carrera que incluye temas merecenació dores de formar parte de cualquier antología de soundtracks, propias y ajenas. De Hello, Dolly! a Funny Girl, pasando por “Evergreen”, de Nace una estrella.

8. “el poder del amor” (“The power of love”) (De volver al futuro, 1985)

Uno de los grandes símbolos del creciente poder del rock en los soundtracks. Los clásicos del cine tienen su música incidental con arreglos orquestales, pero algunas de sus escenas claves se definen a través de las canciones. Y en este caso, un viaje en el tiempo tan electrizante y poderoso necesitaba una canción que estuviese a su altura. Allí aparecen Huey Lewis & The News para ponerle el sonido definitivo a la travesía de Marty Mcfly al volante del Delorean y, por extensión, al cruce de épocas que su personaje encarna.


9) “my heart will Go on” (De titanic, 1997)

Los extremos se tocan en una canción que tiene todo para no ser tomada en serio por su tono meloso, una melodía aplanada y una progresión que resulta forzadamente dramática. Pero nadie puede discutirle su lugar como referente absoluta de la música para el cine desde el momento que acompañó el recorrido de la segunda película más taquillera de la historia. Celine Dion alcanzó con ella un éxito insuperable de ventas y todos le reconocen una emotiva interpretación en la ceremonia del Oscar que consagró a la película. Aunque no resista un análisis riguroso desde la perspectiva musical, no puede faltar como referencia en cualquier historia de la música para cine. La asociación con el éxito de Titanic está fuera de todo debate.


10) “Skyfall” (De 007: operación skyfall, 2012)

La canción que Adele escribió e interpretó para la película número 23 de James Bond merece ser incluida en cualquier antología sólo porque fue la primera vez que un tema original de 007 se lleva el Oscar. Además de la licencia para matar, del Martini agitado (shaken) pero no mezclado
(not stirred), del Aston Martin exclusivo, de los villanos extravagantes y de las mujeres sofisticadas, la música es una marca registrada del cine de Bond, sobre todo las melodías originales cuidadosamente producidas que acompañan cada escena de títulos iniciales. La canción de Adele es una magnífica síntesis del sonido de 007, a 50 años exactos de su primer film.

http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA

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