lunes, 23 de enero de 2023

VIDA DIGITAL



Estas son las tecnologías que van a cambiar el mundo en el que vivirán tus hijo
La biotecnología, en combinación con la inteligencia artificial, abre un universo de posibilidades. Y de desafíos éticos
Decimos progreso técnico y pensamos en un smartphone con más cámaras, pero los avances de algunas ciencias tienen tanto o más potencial disruptivo que las computadoras e Internet. Y eso es mucho decir
Ariel Torres
Aquí, en esta columna y en esta sección en la web, hablamos de tecnología. En rigor, deberíamos decir computación y ya. Eso incluye desde tu notebook hasta la inteligencia artificial, desde Internet y la IoT hasta la robótica, la cadena de bloques y, claro, los celulares. Es un territorio muy vasto, muy popular y muy pujante, que además ha cambiado nuestras vidas de forma tan significativa que todavía estamos lejos de ser capaces de evaluar todas sus derivaciones.
Sin embargo, las computadoras e Internet no son las únicas tecnologías fuertemente disruptivas de las que estamos siendo testigos. Es cierto que, en general, en todas está presente el cómputo. Es más, esa sinergia está potenciando disciplinas que de otro modo tardarían mucho más en progresar. Pero hay una cierta fijación electrónica que enmascara otras disciplinas cuya capacidad para modificar nuestra realidad de formas inimaginables es inmensa.
El otro BIOS
Por ejemplo, la ingeniería genética. No solo aceleró de forma notable los tiempos para producir las vacunas contra Covid, sino que, mucho más allá de la coyuntura, viene desplegando un universo de posibilidades y, a la vez, una serie de debates éticos que ponen a prueba la capacidad de la sociedad humana de tomar decisiones correctas.
Solemos pasar por alto dos cuestiones aquí. La primera es que durante el último medio siglo, y sobre todo desde la invención de la técnica de la Reacción en Cadena de la Polimerasa (PCR, por sus siglas en inglés), en 1983, la ingeniería genética ha sido protagonista fundamental de nuestra vida cotidiana, no menos que las más conspicuas computadoras, Internet, celulares y demás.
La segunda es que la naturaleza viene haciendo ingeniería genética desde que se originó la vida en la Tierra. Es, en parte, la función de los virus, que la biología terrestre no creó para enfermarnos, aunque a veces son dañinos, sino para aprovechar ciertos genes de una especie en otras; todos somos un poco transgénicos, por así decir. Esto se conoce como transferencia genética horizontal.
¿Es inteligente o finge?
Uno se siente tentado, por supuesto, de incluir en esta breve lista la inteligencia artificial (IA); pero es una frase ya demasiado manoseada que no significa una sola cosa, sino muchas. Sí, claro, cambió, está cambiando y va a seguir cambiando el mundo. Pero lo va a hacer de formas que en general se divulgan menos que sus piruetas más vistosas, y lo hará en combinación con las otras disciplinas, porque todavía la inteligencia artificial generalista es un lindo sueño. ChatGPT, con quien tuve una interesante conversación que les contaré a la vuelta de mis vacaciones, tampoco es el Santo Grial de la inteligencia generalista. Entre tanta euforia tecnosolucionista, el músico y poeta australiano Nick Cave fue palmario con este sistema de IA, y su argumento es el mismo que han leído en esta columna en varias ocasiones (la más reciente, hace seis años).
DeepMind anunció que ha predicho la estructura de las moléculas de casi todas las proteínas conocidas por la ciencia
Idealmente, el árbol no debería impedirnos ver el bosque. Por ejemplo, en julio, DeepMind, una empresa de Alphabet (el conglomerado al que también pertenece Google), anunció que había predicho la estructura tridimensional de prácticamente cada proteína conocida por la ciencia. La medicina y al ingeniería genética combinadas con la IA tienen el potencial para alterar escenarios globales en el mediano plazo.
Flexibilización material
Pero la IA está trabajando también en la búsqueda de nuevos materiales, que es una de las áreas menos hechizantes y a la vez más fundamentales de las nuevas tecnologías, una sin la cual no vamos a poder avanzar en casi ninguna de las direcciones que más nos tientan. Pantallas flexibles, por ejemplo.
Pantallas flexibles, lindas, prácticas, pero necesitamos un polímetro (o algo que todavía no tiene nombre) que se doble y a la vez sea inmune a la fatiga de los materiales
Son una linda idea, pero todavía no hemos encontrado la cura contra la fatiga de los materiales. ¿Pantallas que se estiren desde el tamaño de un celular hasta el de un monitor de 24 pulgadas? ¿Por qué no? Pero para eso necesitamos nuevos materiales, y la IA tiene la capacidad de ensayar moléculas a una velocidad tal que a mano llevaría siglos. Pueden leer más sobre esto (en inglés) aquí y aquí. A propósito, los nuevos materiales no son solo para que el teléfono se pueda doblar en dos (o en 16). Sino que se necesitan en prácticamente todas las disciplinas humanas. Queremos colonizar Marte. Genial. Pero primero tenemos que aprender cómo blindar a nuestros colonos de la radiación ionizante. Y que esto sea confiable y a prueba de fallas.
La paradoja de Fermi
La astronomía y la astrofísica (no la cohetería, favor de anotar) ha dado en 2022 un salto inmenso gracias al telescopio James Webb, del que tampoco se ha hablado demasiado, pero que en un año ha hecho descubrimientos tan sobrecogedores que incluso ponen en tela de juicio la teoría del Big Bang. En estos días descubrió su primer exoplaneta, y en septiembre obtuvo por primera vez en la historia una foto directa de un planeta en otro sistema solar. Reitero: tenemos la primera foto de un planeta en otro sistema solar; se llama HIP 65426 b. Corta el aliento de solo pensarlo, pero, además, ahí afuera aguardan respuestas que podrían cambiar nuestra vida cotidiana por completo.
Otro de los campos que hay que mirar con atención es la energía, el titán que nos permitió todo (porque somos la única especie que consume más de lo que puede producir a partir de lo que come), pero que puso contra las cuerdas el ecosistema planetario. El año que pasó se hicieron avances formidables en fusión; es decir, la misma forma de producir energía de la mayoría de las estrellas. Estamos lejos todavía de llevarla a la vida cotidiana y ayudar a revertir el cambio climático (cosa que, a su vez, llevará décadas, como ocurrió con el agujero de ozono), pero no había habido muchos logros importantes en los últimos 50 años.
El National Ignition Facility de Estados Unidos informó que logró producir una reacción de fusión nuclear que por primera vez origina más energía que la que se consume para iniciarla. No había habido avances tan importantes como los de 2022 en los últimos 50 años
En todo caso, la energía es una área de investigación a la que hay que prestarle mucha atención. En estos días se conoció una nueva técnica para enfriar basada en sal que podría erradicar el lado oscuro de un avance que desde su nacimiento salvó millones de vidas: la refrigeración de alimentos. Ese lado oscuro es la producción de gases contaminantes.
Es básico
Por último, y aunque no se trata de tecnologías, sino que están en la base de todas las nuevas tecnologías, hay que prestarles atención a las ciencias básicas. El debate sobre cómo funciona el universo en el nivel macro y en el de las subpartículas continúa. Sabemos cómo actúa la gravedad, pero no qué es. El observatorio LIGO captó ondas gravitatorias por primera vez en 2015. Fue un salto enorme. Así que me atrevo a especular: ¿qué pasaría si pudiéramos producir gravedad?
Dos hitos históricos separados por cuatro siglos: reproducción de uno de los telescopios de Galielo, en el Museo Galileo de Florencia, y, al lado, el telescopio espacial James WebbWikimedia commos NASA, ESA, CSA y STScI
Sí, claro. Está todo en la ciencia ficción. Solo que lo que era ciencia ficción cuando empecé a leer, a los 8 años, medio siglo atrás, hoy lo llevo en mi bolsillo. Y encima me importuna a menudo

http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA

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