viernes, 29 de diciembre de 2023

¿QUÉ ES , FUE Y HACE SUN SURF ?




La marca que hablaba de “temas tabú” y llegó a tener más de 150 locales
En la década del 80, Sun Surf dominó el mercado de la indumentaria juvenil con una impronta surfer y locales grandes con muchas luces
Sun Surf fue un éxito en los 80; hoy, su dueño busca reactivarla a través de muestras de arte y venta de objetos característicos
Luján Berardi
En los 80, la ropa en la Argentina tenía dos variantes: colores, remeras amplias, pantalones ajustados, por un lado, o grises, negros y blancos, cual uniformes, sobre todo dentro de la educación, por el otro. En medio de estas polaridades, Helvio Bouzada se animó a explotar un sector de la indumentaria y de los accesorios que, hasta entonces, se había dejado de lado: ropa con estética surfer. Algo que logró con la marca Sun Surf, influenciada por los viajes de Bouzada a Río de Janeiro y a California, meca de ese deporte.
Sun Surf se fundó en 1981, cuando Bouzada tenía 25 años. Su hermano mayor ya estaba en el rubro, por lo que no era un lugar desconocido para él. A mediados de los 70, cada vez que llegaba el verano, cuenta, abría un local en la costa para poder pasar allá la temporada mientras aprovechaba para comercializar la producción de su hermano. “Ahí fui aprendiendo un poco cómo es la dinámica de la comercialización, de la venta. Más allá de que siempre me gustó la indumentaria y siempre trataba de ser un bicho raro con respecto al look”, recuerda.
Finalmente, en octubre de 1981 fundó su propia marca, que terminaría definiendo a toda una generación al encontrar en ella una forma de diferenciarse y manifestarse a través de la moda.
Impacto juvenil
Bouzada ofrecía ropa, calzado y accesorios que generaron un fuerte impacto en los más jóvenes de aquella década, gente que hoy la recuerda con nostalgia. Eran momentos en los que mucha gente cuestionaba el sistema, y la ropa tomó un protagonismo importante como método de expresión.
“Yo también era joven en esa época, cuando fundé Sun Surf, con muchos cuestionamientos propios”, explicó. El empresario conoció el surf en aquellos viajes, a fines de los 70, una cultura que en la Argentina solo se encontraba en Mar del Plata y en Miramar, y que lo fascinó por su representación de la libertad, del despojo. “Todo lo que no teníamos en una sociedad uniformada, con colores básicos, tristes. Yo creo que eso que uno sentía adentro se presentaba en las primeras prendas que fabriqué, cosas que acá no había y que empezó a pegarle a los primeros jóvenes y adolescentes que descubrieron mi marca”, comenta.
Primer local de Sun Surf en la galería Recamier, en Cabildo y Juramento
El primer local de Sun Surf se ubicó en la Galería Recamier, en Cabildo y Juramento, una esquina emblemática en donde ya por entonces convergían diversas tribus urbanas. Allí la gente podía encontrar esta nueva oferta de productos que, según su fundador, además de diferente era provocativa a través de sus colores y de los productos que ofrecían —ojotas, zapatillas, mochilas—. Al año de su fundación, con la llegada de la democracia, pudo evolucionar más y agregar otros artículos que “hicieron que la marca fuera un estandarte para los jóvenes de esa época”.
A esto se le sumó, en el 83, la participación de Claudio “Toto” García, con quien creó su imagen insignia, Mark, un personaje icónico, y su mascota Richard, un pájaro amarillo que combinaba con el pelo de aquel. Los nombres fueron un homenaje a un surfista australiano Mark Richards. Como explica una nota: “Mark era una especie de alegoría de la contracultura: un joven vestido de playa con bermudas sueltas y pelo rubio, enmarañado y atusado con parafina”.
En 1986, Sun Surf publicó una revista homónima; salieron siete números y tuvo entre su staff a Mario Pergolini
Para mediados de los 80 la presencia alcanzó el nivel nacional. Esto permitió que en 1986 publicaran una revista, homónima a la marca, para tocar temas que le interesaban, sobre todo, a los más jóvenes. “Yo quería expresarme a través del staff y del público, que pudieran intervenir a través de comentarios, informaciones, consultas”, comenta Bouzada. Dentro de ese staff, aunque todavía no era famoso, se encontraba Mario Pergolini. Todos eran jóvenes de entre 18 y 25 años. Llegaron a publicar siete números e incluyeron, entre sus temas, notas sobre música: Sumo, Soda Stereo, Charly García, además de “cuestiones tabú”.
Pero como su distribuidora trabajaba con otra revista exitosa de la época, Pelo, luego de los siete números le dijeron que no podían hacer circular a las dos, ya que, de alguna forma, eran competencia.
Expansión y cierre
Bouzada comenta que la propuesta fue tan diferente a lo que se veía por aquel entonces que se produjo una explosión muy fuerte en los consumidores. Además, llegaron a tener cinco locales, la mayoría en los alrededores del primero, ya que rápidamente el lugar les quedó chico, por lo que se expandieron a otra galería, Churba, y en 1985 inauguraron el más grande en Santa Fe y Paraná: “Un megalocal que, para la época, era una revolución. En la Argentina recién aparecieron los shoppings en 1985. La propuesta era siempre con locales a la calle. Abrimos un local de dimensiones enormes, de 11 metros de frente y 20 de fondo, con luces neón”, cuenta el empresario. Después establecieron más de 150 franquicias, y algunos de sus clientes, la mayoría jóvenes, abrían locales asesorados por el dueño. Fueron casi 10 años de producción y miles de prendas vendidas.
El pico del éxito fue entre 1985 y 1987, lo que Bouzada llama “la cresta de la ola”, que llegó con mucha producción y venta. “Los clientes venían a la fábrica a la madrugada y se quedaban en sus coches esperando a que abriéramos a las 8 de la mañana para ser los primeros y llevarse más prendas que la vez anterior, que quizás había sido hacía una semana recién. Así que la demanda fue grandísima”, afirma.
A pesar de esto, en 1989 Sun Surf cerró por dos motivos: el primero fue la situación del país, con la hiperinflación. Aunque la empresa tenía su propia comercialización y clientela, al empresario le empezó a pesar el contexto en el que se encontraban. Su vida también empezó a influir en la decisión de cierre: “Venía de 10 años de mucho trabajo y mucho sacrificio. Sentí que había cumplido un ciclo y que había logrado muchísimas cosas, más de las pensadas. Ya en mis 30 y pico de años, recién formando una familia, pensé que era el mejor momento para retirarme”, sostiene, y cuenta que empezó a anunciar el cierre a los clientes con un año de anticipación.
Presente y futuro
Más de 20 años después, quizás con el surgimiento de las redes sociales, la gente empezó a rememorar aquellos productos. Con esto, Bouzada se dio cuenta de lo que había causado en la sociedad. Sun Surf hoy es una marca de culto. Así, decidió activar el espíritu que lo caracterizó durante la década del 80. Lo hizo a través de muestras artísticas, con la intención de mantener viva la “cultura de playa”.
Claudio “Toto” García y Helvio Bouzada en la muestra de arte de Sun Surf

En diciembre de 2022, una de esas muestras se realizó en la Galería Bertuzzi de Puerto Madero, de la mano de García, el diseñador de sus personajes. “Claudio [García] es el ilustrador de todas las locuras que fuimos haciendo en el camino de Sun Surf, desde la construcción de Mark con sus dibujos. Pensamos que merecíamos una muestra de memorabilia. Agregamos 20 obras actuales donde se veía a Mark en diferentes situaciones a lo largo de estos 40 años. Fue muy linda, y la repercusión fue la esperada: devolverle a la gente todo el cariño y el amor que tienen por la marca”, cuenta.
Este año, además, hicieron otras dos muestras, tituladas Arte de playa, para las cuales invitaron a artistas jóvenes y consagrados. Mostraban tablas de surf en escala y diferentes maneras de ver la cultura de la playa. Además, en 2024 van a realizar la tercera y la cuarta edición, con la idea de realizar dos por año y tratar de que Sun Surf se reafirme como símbolo de una generación.
Actualmente, también se comercializan, a través de las redes sociales, algunos artículos —tazas, remeras, muñecas, calcos— que “hacen a la marca”. A esto se le suma un proyecto para abrir restaurantes temáticos y la posibilidad de publicar un libro de ilustraciones que narren los 40 años de Sun Surf, y un álbum de figuritas con la historia de Mark y sus personajes amigos. “Eso más que nada para los nostálgicos y los coleccionistas. Siempre salen cosas en la marcha, así que nunca nos quedamos quietos. Mark y Sun Surf son un sentimiento, y así lo vamos a cuidar siempre”, concluye Bouzada.


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