Detrás de escena. El llamado de Lijo a su madre y el puente a Milei
Al juez lo sorprendió el momento de la nominación, pero lleva años acercándose a gobernadores de la mano de Lorenzetti; dicen que no conoce al Presidente ni a su hermana, pero sí a sus operadores
Hernán Cappiello
Ariel Lijo, al salir de los tribunales de Comodoro Py
El juez Ariel Lijo se mueve en el mundo de la política con la misma fluidez con la que toma decisiones en sus causas judiciales. Pero aun así el momento en que el Gobierno anunció su postulación para sumarse a la Corte Suprema lo tomó por sorpresa. Estaba en el living de su casa, con su hija que estudia Medicina, cuando los medios leyeron un comunicado de la Oficina de la Presidencia que anunciaba su nominación. Eran las 13.25 del miércoles.
No terminaba de digerir la noticia, cuando –cinco minutos después– sonó su celular. Era el ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, que lo llamaba para hacerle el anuncio formal, que ya los medios estaban repitiendo hasta el cansancio. Su hija se entusiasmó, pero Lijo, conocedor de los pliegues del mundo judicial, buscaba bajar sus expectativas.
Apenas si atinó a llamar a su mamá, que ya estaba al tanto, para compartir la noticia, su felicidad y también bajarle las expectativas, ante una designación que aún debe pasar la barrera del Senado donde debe reunir los dos tercios. Para eso necesita los votos de los senadores de La Libertad Avanza, de sus aliados y del peronismo, pero fundamentalmente del kirchnerismo. Es decir, necesita el aval Cristina Kirchner.
El kirchnerismo no le perdona habermandadoajuicioalvicepresidente Amado Boudou, condenado por el caso Ciccone, y Cristina Kirchner en particular aún le factura la filtración de una conversación telefónica que mantuvo con Oscar Parrilli, cuyo teléfono estaba intervenido legalmente en una causa de Lijo. Es el audio viral donde se escucha a Kirchner tratando a Parrilli de “pelotudo”.
A pesar de estas reservas, en el entorno de Lijo se tienen confianza. “Puede salir, pero sin el voto del peronismo y del kirchnerismo no hay manera”, dijo un allegado que discutió con el juez en estas horas de vértigo. “Hay posibilidades de que se junten los votos”, insisten en su entorno.
El propio Lijo estaba sorprendido de que su postulación fuera al unísono de la de Manuel García-Mansilla, el decano de Derecho de la Universidad Austral. “Pensarán que Lijo junta los votos y que le conseguirá los votos al catedrático”, especulan los amigos del juez federal.
Por lo pronto, en el chat de jueces federales llovieron las felicitaciones y aparecieron algunos llamados claves de senadores del radicalismo, que de a uno le dieron su apoyo. El peronismo le hizo llegar muestras de adhesión, pero, como ocurre con todos los concursos donde un candidato quiere llegar a juez, o ascender, los votos los tiene que juntar él mismo.
No escapa al análisis que el juez Lijo es el protagonista de un raro escenario: algunos aliados del Gobierno –menos de los esperados– critican su postulación y lo desacreditan, y los kirchneristas, que son los que deberían votarlo para asegurarle la designación, le desconfían.
Lijo cuenta con una ventaja: su principal sponsor es el ministro de la Corte Ricardo Lorenzetti, quien se acercó a Javier Milei para persuadirlo de la postulación. Lijo no conoce a Milei y tampoco a su hermana Karina, que fue mencionada como quien le abrió la puerta para que su candidatura tuviera el visto bueno.
De todos modos, tienen conocidos encomún:el abogado Santiago Viola, a quien el candidato libertario había nombrado apoderado de su partido; el exfuncionario sciolista Guillermo Scarcella, cercano a Lijo y que orbita en torno a Karina Milei, y Alfredo “Freddy” Lijo, el hermano del juez, pese a que ahora están distanciados.
En los últimos años, Lorenzetti llevó a Lijo al interior a dar conferencias relacionadas con el derecho ambiental, la materia en la que el cortesano es especialista. Recorrieron en 2022 y en 2023 las ciudades de San Juan, Corrientes, Santa Fe y La Plata, entre otras. Fue la ocasión de Lijo para seguir trabando vínculos con las autoridades locales.
Cuando un juez de la Corte desembarca en una provincia, del gobernador para abajo, todo el mundo quiere restablecer relaciones. Claro que estas visitas fueron antes de que Milei cambiara el traje de panelista por la banda presidencial, pero ahora cuando a un gobernador le hablan de Lijo ya sabe de quién se trata y quién avala su postulación.
La eventual llegada de Lijo a la Corte puede cambiar el eje de poder judicial. Lorenzetti apuesta a tener un aliado en la interna con Horacio Rosatti, que hasta ahora logró abroquelar las voluntades de Carlos Rosenkrantz y Juan Carlos Maqueda. Sin Maqueda a fin de año, Lorenzetti puede tener nuevos apoyos.
En Comodoro Py, la postulación de Lijo fue tomada por los jueces federales como una reivindicación de su trabajo, que siempre está bajo la lupa por sus fallos que dirimen los casos de corrupción, atravesados por la política. Así lo mencionó en El Destape Radio Rodolfo Canicoba Corral, juez federal jubilado, que fue cercano a Lijo. “Me sorprendió la nominación, pero entiendo que las cualidades de Ariel son perfectas para ese cargo. Tiene una carrera brillante, es una persona muy dedicada. Me gustaría pensar que esto es una reivindicación a los juzgados federales de Comodoro Py”.
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Crecen las críticas por la falta de mujeres en las candidaturas para la Corte Suprema
Organizaciones que impulsan el equilibrio en materia de género en el Poder Judicial se pronunciaron en contra de las postulaciones
El juez Ariel Lijo se mueve en el mundo de la política con la misma fluidez con la que toma decisiones en sus causas judiciales. Pero aun así el momento en que el Gobierno anunció su postulación para sumarse a la Corte Suprema lo tomó por sorpresa. Estaba en el living de su casa, con su hija que estudia Medicina, cuando los medios leyeron un comunicado de la Oficina de la Presidencia que anunciaba su nominación. Eran las 13.25 del miércoles.
No terminaba de digerir la noticia, cuando –cinco minutos después– sonó su celular. Era el ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, que lo llamaba para hacerle el anuncio formal, que ya los medios estaban repitiendo hasta el cansancio. Su hija se entusiasmó, pero Lijo, conocedor de los pliegues del mundo judicial, buscaba bajar sus expectativas.
Apenas si atinó a llamar a su mamá, que ya estaba al tanto, para compartir la noticia, su felicidad y también bajarle las expectativas, ante una designación que aún debe pasar la barrera del Senado donde debe reunir los dos tercios. Para eso necesita los votos de los senadores de La Libertad Avanza, de sus aliados y del peronismo, pero fundamentalmente del kirchnerismo. Es decir, necesita el aval Cristina Kirchner.
El kirchnerismo no le perdona habermandadoajuicioalvicepresidente Amado Boudou, condenado por el caso Ciccone, y Cristina Kirchner en particular aún le factura la filtración de una conversación telefónica que mantuvo con Oscar Parrilli, cuyo teléfono estaba intervenido legalmente en una causa de Lijo. Es el audio viral donde se escucha a Kirchner tratando a Parrilli de “pelotudo”.
A pesar de estas reservas, en el entorno de Lijo se tienen confianza. “Puede salir, pero sin el voto del peronismo y del kirchnerismo no hay manera”, dijo un allegado que discutió con el juez en estas horas de vértigo. “Hay posibilidades de que se junten los votos”, insisten en su entorno.
El propio Lijo estaba sorprendido de que su postulación fuera al unísono de la de Manuel García-Mansilla, el decano de Derecho de la Universidad Austral. “Pensarán que Lijo junta los votos y que le conseguirá los votos al catedrático”, especulan los amigos del juez federal.
Por lo pronto, en el chat de jueces federales llovieron las felicitaciones y aparecieron algunos llamados claves de senadores del radicalismo, que de a uno le dieron su apoyo. El peronismo le hizo llegar muestras de adhesión, pero, como ocurre con todos los concursos donde un candidato quiere llegar a juez, o ascender, los votos los tiene que juntar él mismo.
No escapa al análisis que el juez Lijo es el protagonista de un raro escenario: algunos aliados del Gobierno –menos de los esperados– critican su postulación y lo desacreditan, y los kirchneristas, que son los que deberían votarlo para asegurarle la designación, le desconfían.
Lijo cuenta con una ventaja: su principal sponsor es el ministro de la Corte Ricardo Lorenzetti, quien se acercó a Javier Milei para persuadirlo de la postulación. Lijo no conoce a Milei y tampoco a su hermana Karina, que fue mencionada como quien le abrió la puerta para que su candidatura tuviera el visto bueno.
De todos modos, tienen conocidos encomún:el abogado Santiago Viola, a quien el candidato libertario había nombrado apoderado de su partido; el exfuncionario sciolista Guillermo Scarcella, cercano a Lijo y que orbita en torno a Karina Milei, y Alfredo “Freddy” Lijo, el hermano del juez, pese a que ahora están distanciados.
En los últimos años, Lorenzetti llevó a Lijo al interior a dar conferencias relacionadas con el derecho ambiental, la materia en la que el cortesano es especialista. Recorrieron en 2022 y en 2023 las ciudades de San Juan, Corrientes, Santa Fe y La Plata, entre otras. Fue la ocasión de Lijo para seguir trabando vínculos con las autoridades locales.
Cuando un juez de la Corte desembarca en una provincia, del gobernador para abajo, todo el mundo quiere restablecer relaciones. Claro que estas visitas fueron antes de que Milei cambiara el traje de panelista por la banda presidencial, pero ahora cuando a un gobernador le hablan de Lijo ya sabe de quién se trata y quién avala su postulación.
La eventual llegada de Lijo a la Corte puede cambiar el eje de poder judicial. Lorenzetti apuesta a tener un aliado en la interna con Horacio Rosatti, que hasta ahora logró abroquelar las voluntades de Carlos Rosenkrantz y Juan Carlos Maqueda. Sin Maqueda a fin de año, Lorenzetti puede tener nuevos apoyos.
En Comodoro Py, la postulación de Lijo fue tomada por los jueces federales como una reivindicación de su trabajo, que siempre está bajo la lupa por sus fallos que dirimen los casos de corrupción, atravesados por la política. Así lo mencionó en El Destape Radio Rodolfo Canicoba Corral, juez federal jubilado, que fue cercano a Lijo. “Me sorprendió la nominación, pero entiendo que las cualidades de Ariel son perfectas para ese cargo. Tiene una carrera brillante, es una persona muy dedicada. Me gustaría pensar que esto es una reivindicación a los juzgados federales de Comodoro Py”.
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Crecen las críticas por la falta de mujeres en las candidaturas para la Corte Suprema
Organizaciones que impulsan el equilibrio en materia de género en el Poder Judicial se pronunciaron en contra de las postulaciones
Federico González del Solar
Representantes de organizaciones judiciales que bregan por un mayor equilibrio de género en la composición de la Justicia criticaron con dureza las nominaciones para ocupar dos lugares en la Corte Suprema lanzadas por el gobierno de Javier Milei. Consideran que las candidaturas del juez federal Ariel Lijo y el académico Manuel García-Mansilla no solo acentúan una tendencia muy consolidada en la historia del máximo tribunal –solo tres miembros fueron mujeres–, sino que también van a contramano de normativas, algunas de ellas con jerarquía constitucional.
“Ya no tenemos solo un techo de cristal para romper –que parece haberse transformado en un techo de cemento–, sino pisos resbalosos y escaleras rotas”, grafica Susana Medina, presidenta de la Asociación de Mujeres Jueces de Argentina (AMJA), un organismo integrado por magistradas y funcionarias judiciales de todo el país. Medina integra el Tribunal Superior de Justicia de Entre Ríos y presidió la Asociación Internacional de Mujeres Juezas (IAWJ, por sus siglas en inglés).
María Eugenia Chapero, al frente de la Red de Mujeres para la Justicia, otra organización que agrupa a más de 400 juezas y funcionarias de la Justicia Federal y provincial, se manifiesta en el mismo sentido. “Por supuesto que ha sido recibido de muy mala manera. Uno de los objetivos de nuestro trabajo es perforar el techo de cristal, que es este fenómeno que se produce que a medida que vamos ascendiendo funcionalmente hay menos mujeres. Y esto viene a hacer palmaria la existencia exacerbada de estas dificultades de facto, de hecho, de las mujeres para ser elegidas para esos lugares más altos”, describe.
Es que las críticas, plasmadas en sendos comunicados de las organizaciones que presiden, tienen más de un anclaje jurídico. El decreto 222, dictado en 2003, prevé que “al momento de la consideración de cada propuesta se tenga presente, en la medida de lo posible, [...] que la inclusión de nuevos miembros permita reflejar las diversidades de género, especialidad y procedencia regional”.
A ese decreto se suma la ley 23.179, que en 1985 ratificó la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (Cedaw), incorporada en la Constitución nacional en inciso 22 del artículo 75. “En el artículo 11 [de la Cedaw] se exige que los Estados partes adopten todas las medidas apropiadas para eliminar la discriminación contra la mujer en la esfera del empleo a fin de asegurar”, subraya Medina. “El Estado se ha obligado a través del Cedaw a tomar las medidas apropiadas para lograr una equidad e igualdad de género en los cargos de decisión”, insiste.
“Queremos una mujer en la Corte”, reclama Chapero. “De hecho, nos sorprendió también que eran dos cargos los que estaban ahora concursando, y creemos que lo que corresponde son dos mujeres”, remarca. Las letradas evitan los juicios sobre la “idoneidad” de los nombres elegidos por el Presidente, para poner el foco en la ausente paridad de género que acarrean las designaciones. “El hecho de que sean dos hombres en lugar de dos mujeres, como hubo en su momento, no responde a los compromisos asumidos por la República Argentina de avanzar para lograr la paridad de género en todos los ámbitos”, resalta Medina, quien, además, integra el Tribunal Superior de Justicia de Entre Ríos. “Estamos analizando qué estrategias [implementar], pero nosotros no perdemos de vista que somos judiciales y pertenecemos a un poder del Estado”, remarca Chapero. “Creemos que luego van a ser las legisladoras, los legisladores quienes van a tener la voz”, advierte.
Es que tras las designaciones, los reflectores apuntan a la Cámara alta, compuesta casi en un 46% de mujeres que, sobre una mayoría agravada, deberá darles luz verde a los nombramientos o rechazarlos. “Es una mayoría robustecida poder contar con los dos tercios. Entonces ahí creo que es la labor de todas las organizaciones que estas designaciones de varones no pasen. Nosotros no ponemos en tela de juicio la idoneidad de las personas que son elegidas. Nosotros lo que decimos es que tienen que ser candidatas mujeres”, enfatiza Chapero.
“El Senado tendrá que evaluar el tema de la equidad de género a la luz de los compromisos internacionales asumidos por la República Argentina y muchos otros que hacen a la función judicial”, presiona Medina.
La Asociación de Magistrados y Funcionarios de la Justicia Nacional emitió, a su vez, un comunicado en el que remarcaron “la importancia de observar las disposiciones en materia de paridad de género, postulados estos que fueron receptados en la normativa vigente de orden nacional y supranacional”.
“El debido respeto del marco convencional y constitucional referido permitirá ir saldando la evidente inequidad de género existente en la cobertura de los cargos judiciales”, afirmaron los jueces en un documento que firman la secretaria general de la Asociación Paula Castro y el presidente, el juez Andrés Basso.
En la misma línea, sin cuestionar a los elegidos, los Fiscales Federales de la Asociación de Fiscales (Affun) emitieron un comunicado con el que cuestionaron la falta de una jueza en los nombramientos. “Dicha circunstancia podría afectar las obligaciones que la República Argentina ha asumido internacionalmente en materia de equidad de género”, señalaron.
Representantes de organizaciones judiciales que bregan por un mayor equilibrio de género en la composición de la Justicia criticaron con dureza las nominaciones para ocupar dos lugares en la Corte Suprema lanzadas por el gobierno de Javier Milei. Consideran que las candidaturas del juez federal Ariel Lijo y el académico Manuel García-Mansilla no solo acentúan una tendencia muy consolidada en la historia del máximo tribunal –solo tres miembros fueron mujeres–, sino que también van a contramano de normativas, algunas de ellas con jerarquía constitucional.
“Ya no tenemos solo un techo de cristal para romper –que parece haberse transformado en un techo de cemento–, sino pisos resbalosos y escaleras rotas”, grafica Susana Medina, presidenta de la Asociación de Mujeres Jueces de Argentina (AMJA), un organismo integrado por magistradas y funcionarias judiciales de todo el país. Medina integra el Tribunal Superior de Justicia de Entre Ríos y presidió la Asociación Internacional de Mujeres Juezas (IAWJ, por sus siglas en inglés).
María Eugenia Chapero, al frente de la Red de Mujeres para la Justicia, otra organización que agrupa a más de 400 juezas y funcionarias de la Justicia Federal y provincial, se manifiesta en el mismo sentido. “Por supuesto que ha sido recibido de muy mala manera. Uno de los objetivos de nuestro trabajo es perforar el techo de cristal, que es este fenómeno que se produce que a medida que vamos ascendiendo funcionalmente hay menos mujeres. Y esto viene a hacer palmaria la existencia exacerbada de estas dificultades de facto, de hecho, de las mujeres para ser elegidas para esos lugares más altos”, describe.
Es que las críticas, plasmadas en sendos comunicados de las organizaciones que presiden, tienen más de un anclaje jurídico. El decreto 222, dictado en 2003, prevé que “al momento de la consideración de cada propuesta se tenga presente, en la medida de lo posible, [...] que la inclusión de nuevos miembros permita reflejar las diversidades de género, especialidad y procedencia regional”.
A ese decreto se suma la ley 23.179, que en 1985 ratificó la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (Cedaw), incorporada en la Constitución nacional en inciso 22 del artículo 75. “En el artículo 11 [de la Cedaw] se exige que los Estados partes adopten todas las medidas apropiadas para eliminar la discriminación contra la mujer en la esfera del empleo a fin de asegurar”, subraya Medina. “El Estado se ha obligado a través del Cedaw a tomar las medidas apropiadas para lograr una equidad e igualdad de género en los cargos de decisión”, insiste.
“Queremos una mujer en la Corte”, reclama Chapero. “De hecho, nos sorprendió también que eran dos cargos los que estaban ahora concursando, y creemos que lo que corresponde son dos mujeres”, remarca. Las letradas evitan los juicios sobre la “idoneidad” de los nombres elegidos por el Presidente, para poner el foco en la ausente paridad de género que acarrean las designaciones. “El hecho de que sean dos hombres en lugar de dos mujeres, como hubo en su momento, no responde a los compromisos asumidos por la República Argentina de avanzar para lograr la paridad de género en todos los ámbitos”, resalta Medina, quien, además, integra el Tribunal Superior de Justicia de Entre Ríos. “Estamos analizando qué estrategias [implementar], pero nosotros no perdemos de vista que somos judiciales y pertenecemos a un poder del Estado”, remarca Chapero. “Creemos que luego van a ser las legisladoras, los legisladores quienes van a tener la voz”, advierte.
Es que tras las designaciones, los reflectores apuntan a la Cámara alta, compuesta casi en un 46% de mujeres que, sobre una mayoría agravada, deberá darles luz verde a los nombramientos o rechazarlos. “Es una mayoría robustecida poder contar con los dos tercios. Entonces ahí creo que es la labor de todas las organizaciones que estas designaciones de varones no pasen. Nosotros no ponemos en tela de juicio la idoneidad de las personas que son elegidas. Nosotros lo que decimos es que tienen que ser candidatas mujeres”, enfatiza Chapero.
“El Senado tendrá que evaluar el tema de la equidad de género a la luz de los compromisos internacionales asumidos por la República Argentina y muchos otros que hacen a la función judicial”, presiona Medina.
La Asociación de Magistrados y Funcionarios de la Justicia Nacional emitió, a su vez, un comunicado en el que remarcaron “la importancia de observar las disposiciones en materia de paridad de género, postulados estos que fueron receptados en la normativa vigente de orden nacional y supranacional”.
“El debido respeto del marco convencional y constitucional referido permitirá ir saldando la evidente inequidad de género existente en la cobertura de los cargos judiciales”, afirmaron los jueces en un documento que firman la secretaria general de la Asociación Paula Castro y el presidente, el juez Andrés Basso.
En la misma línea, sin cuestionar a los elegidos, los Fiscales Federales de la Asociación de Fiscales (Affun) emitieron un comunicado con el que cuestionaron la falta de una jueza en los nombramientos. “Dicha circunstancia podría afectar las obligaciones que la República Argentina ha asumido internacionalmente en materia de equidad de género”, señalaron.
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