miércoles, 31 de mayo de 2023

Dilemas de hoy. ¿Cuándo presentar una nueva pareja a nuestros hijos?



Dilemas de hoy. ¿Cuándo presentar una nueva pareja a nuestros hijos?
"Cualquier precipitación es enemiga del buen rumbo", plantea el psiquiatra y, psicoanalista Eduardo Claudio Drucaroff, especialista en pareja y familia
La edad de los chicos y la intensidad del vínculo son factores de peso a la hora de dar el paso; evitar eufemismos y buscar lugares neutrales para el primer encuentro, algunas de las pautas para facilitar un clima distendido
Mariana Israel
Los épocas cambian y nuestras preocupaciones también. En esta serie, acerca la opinión de expertos reconocidos en sus áreas de trabajo para sumar sus aportes a viejos y nuevos dilemas. La idea es contribuir a debates actuales con la perspectiva de prestigiosos profesionales que ayudan a ordenar ideas en tiempos convulsionados.
Lograr armonía en los vínculos es uno de los desafíos de las familias ensambladas y el primer paso suele ser la presentación de la nueva pareja a los hijos, una instancia que debe ser cuidada. ¿Cuándo, dónde y cómo hacerlo? Ningún detalle es menor cuando se prioriza el bienestar de todos los que van a participar del encuentro.
Armar equipo, “crear una orquesta”, es el objetivo final, plantea el psiquiatra y psicoanalista Eduardo Claudio Drucaroff, que estima que el 40% de las familias que recibe en su consultorio son ensambladas.


EDUARDO CLAUDIO DRUCAROFF
Psiquiatra y psicoanalista especializado en familia y pareja
Médico (UBA). Diploma de hono
Titular Didacta de la Asociación Psicanalítica Argentina (APA), la International Psychoanalytical Association (IPA) y la Federación Psicoanalítica de América Latina (Fepal)
Director del Departamento de Familia y Pareja de APA
Profesor del Instituto de Psicoanálisis Ángel Garma y de la Maestría en Psicoanálisis de APA-USAL
Autor del libro La transformación de obstáculos en instrumentos. Conceptos fundacionales del psicoanálisis


- Para presentar a una nueva pareja, ¿existe un momento ideal?
- La relación debería estar afianzada, pero depende también de la edad de los chicos, de la consistencia de los vínculos y, sobre todo, de si hubo un clima de guerra en la pareja que se separó o no tanto. Si estamos en un clima de guerra con nuestra expareja, los chicos van a estar en un lugar muy complicado para aceptar a alguien. Podrían verlo como una “traición” hacia el padre o la madre biológica. Es esas situaciones, no hay un momento ideal. Esto también puede ocurrir con la viudez: si los hijos quedaron muy apegados a la figura de la persona que falleció, pueden exigir una suerte de “fidelidad eterna”.
En cambio, si la situación con la expareja es armónica, seguramente tardemos menos en presentar al nuevo integrante y las oportunidades espontáneas para hacerlo van a ser más bienvenidas por parte de los hijos. Por ejemplo, encontrarse todos en un contexto casual.
Si los hijos son grandes y eligen rechazar la oportunidad de ensamblarse, se la pierden. Si son pequeños, es más difícil que hagan lo que quieran.
¿En qué medida puede afectar a los chicos que haya presentaciones de sucesivas parejas?
- A los chicos los puede afectar la presentación de parejas sucesivas si es una cada tres meses... Al mismo tiempo, nadie puede asegurar cuando arma una nueva pareja que vaya a ser la definitiva. Son alternativas y vicisitudes que hay que afrontar.
- ¿Tendríamos que preguntarles a nuestros hijos antes de la presentación?
- Nuevamente, depende de la edad de los hijos y de la relación que tengamos con ellos. Es importante pensar si estamos dispuestos a aceptar lo que ellos respondan. Porque si no lo estamos, entonces para qué vamos a preguntarles.
- ¿Conviene que la presentación sea en la casa o en un lugar neutral?
- Me gusta la idea de un lugar neutral, porque si llegara a ser una mala experiencia, al menos no va a quedar asociada a la casa de la familia. Es una buena medida de precaución.
Si estamos en un clima de guerra con nuestra expareja, los chicos van a estar en un lugar muy complicado para aceptar a alguien. Podrían verlo como una 'traición' hacia el padre o la madre biológica".
- ¿Qué opina de los padres que presentan a la nueva pareja como un “amigo”?
Puede servir si no hay todavía un plan de armar una nueva familia y la relación aún no está afianzada. Pero, si hubiera una intención de seguir juntos, entonces los eufemismos no sirven. Y si, por ejemplo, la nueva pareja se queda a dormir con los chicos en la casa, estamos en una situación difícil de disimular.
Cuando la nueva pareja es estable, e incluso duerme en la misma casa, no tiene sentido decirle a los hijos que se trata de una amiga o amigo
- ¿Cómo lidiar con las reacciones negativas de los hijos?
- Siempre hay que intentar el diálogo y empatizar con la posición de rechazo. No descalificar como improcedente el reclamo, sino decir: “Yo entiendo que tenés razones para no querer que esto pase, pero está pasando”. O bien: “Nadie quiso que esto pasara o terminara así… pero tenemos que seguir adelante todos”.
- ¿Deberíamos avisarle a nuestro ex sobre la presentación de la nueva pareja?
Sí, siempre que haya diálogo. Es aconsejable decirle algo como: “Estoy empezando a salir con alguien, los chicos van a conocerlo en algún momento”. Armar equipo con el ex o la ex es lo mejor que puede pasar.
- En relación con lo anterior, ¿cuál es el papel que la nueva pareja debería ocupar en este equipo familiar?
- Dependerá en parte de lo vacante que haya dejado el otro cónyuge el lugar. Si quedó vacío, es natural que se vaya ocupando, gradualmente. Pero, si la otra parte está muy presente, no hay que rivalizar porque es para problema con los chicos. Respetar el lugar de la otra figura parental es muy bueno.
Las familias ensambladas requieren tiempo, paciencia y sentido de la oportunidad para ir armando la convivencia. Cualquier precipitación es enemiga del buen rumbo"
- ¿Hay pautas para construir vínculos saludables en la nueva familia ensamblada?
- No escaparle a los conflictos, sino considerarlos una oportunidad de desatar nudos. Compartir tiempo en familia para dar lugar a que las cosas pasen: lo bueno y también las discusiones. A veces, la gente no se pelea hasta que llega el fin de semana largo, porque hay garantía de que va a haber tiempo de desarrollar el conflicto y de buscarle una resolución. A los chicos también hay que darles esa posibilidad. Si los tenés un rato en tu casa nada más, no te van a decir nada. No se van a pelear, pero va a quedar tapado el conflicto.
Si tengo que dar un mensaje final es que las familias ensambladas requieren tiempo, paciencia y sentido de la oportunidad para ir armando la convivencia. Cualquier precipitación es enemiga del buen rumbo, que siempre será con vaivenes, idas y vueltas, y no exento de conflictos.

http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA

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