lunes, 29 de mayo de 2023

HISTORIA DEL ARTE

Para agendar
Museo de Arte Español Enrique Larreta (Juramento 2291). Hasta el 27 de agosto. Lunes, miércoles, jueves, viernes y feriados, de 11 a 19; sábados y domingos, de 11 a 20. Público general: $100. Extranjeros no residentes: $500. Miércoles gratis.

Los disparates de Goya: grabados grotescos y sátiras sociales con mirada crítica
En el Museo Larreta, se puede ver por primera vez la serie más picante del artista español, que todavía tiene mucho que decir sobre costumbres, reglas y política
María Paula ZacharíasDisparate puntual (1815-1823): sobre la inestabilidad del poder
Desatino, locura o absurdo: eso es un disparate. Desconcierto. Seres grotescos y un poco impresionantes porque son fantasiosos, pero no del todo irreales. El genial Goya todavía tiene mucho que decir sobre el estado de cosas de la humanidad. Costumbres, reglas, política e instituciones: todo puede ser ridiculizado. Una crítica a la estupidez humana que atraviesa todas las épocas.
Un caballo con cabeza de ave vuela sobre un cielo oscuro. Lo monta un hombre que lleva por la fuerza a una mujer. En Disparate desordenado, un hombre y una mujer están unidos por la espalda, como si fueran siameses, y con pies de doble terminación, como si no supieran hacia dónde ir... algo así como la indisolubilidad del matrimonio. Los “ensacados” o embolsados apenas asoman la cabeza de su cruel castigo, y van en hilera, tal vez desterrados. En el Disparate alegre, tres jóvenes mujeres bailan frenéticamente junto a tres hombres viejos que se esfuerzan por seguirles el ritmo. Escenas sin fecha de vencimiento.
La obra de Francisco de Goya y Lucientes (1746-1828) tiene una doble cara. Está, por un lado, su pintura oficial como retratista de la corte española, y todo su repertorio de reyes, infantas, nobles y aristócratas. Son obras por encargo. Y, por otro lado, su obra más personal, la privada, en la que deja ver su crítica a la sociedad, desde la mirada de un librepensador. En sus grabados, hacía un agudo comentario de las costumbres de su tiempo y rechazaba todo tipo de autoridad (agotado quizá de hacer reverencias en su trabajo remunerado). Era pragmático, pero también estaba preocupado por fantasías perturbadoras y por lo sobrenatural. En Disparate de toritos (Disparate de tontos), por ejemplo, vuelve a un tema recurrente como la tauromaquia, pero en clave onírica: cinco animales caen del cielo.
Esos tormentos son los que deja ver Goya. Los Disparates. Hermetismo, subversión y fantasía, la muestra que reúne la serie más picante de grabados del genial artista en el Museo de Arte Español Enrique Larreta. Son sus trabajos más libres, a la vez herméticos e inquietantes. Se permitía en estas obras múltiples abordar temas con una mirada propia y mordaz. La serie, creada entre 1816 y 1823, nunca se estampó en vida del artista. Las planchas de cobre permanecieron vírgenes de tinta durante cuarenta años, hasta que en 1864 la Real Calcografía de España hizo su primera edición.
Las copias en exposición pertenecen a una colección particular. La muestra reúne 51 obras, entre las que se cuentan una serie de estampas previas y otras muy poco difundidas, conocidas como estampas primitivas o sueltas, y un par de trajes goyescos provenientes del acervo del museo, llamados así por haber sido inmortalizados en las pinturas y los grabados del artista, vinculados con la Guerra de la Independencia (1808-1814). En video, se muestran dibujos preparatorios, la serie de Pinturas negras y otras claves de lectura. “Los Disparates pertenecen a una colección privada de Buenos Aires y la mayoría no se había expuesto antes”, señala Patricia Nobilia, investigadora y curadora del museo, a cargo de esta exposición y de las anteriores de Goya en este espacio.
En estas imágenes se reflejan las visitas de Goya al circo francés, en Burdeos, y algunas de pesadilla: torturas, cacerías de brujas, bailes carnavalescos y una subversión del estado de cosas. Un mundo patas para arriba. “Algunas interpretaciones las vinculan al mundo de los sueños, otras con el Carnaval, fiesta que se caracteriza por la subversión de aquello que representa el orden establecido. Son escenas inquietantes, plenas de fantasía, donde todo resulta ilógico y sorprendente. Goya realiza una crítica sagaz sobre algunos aspectos del comportamiento humano y sus instituciones; mirada que aún hoy pareciera gozar de una gran contemporaneidad. Tal vez estas imágenes nos remiten a ciertos disparates del presente”, analiza.
Pasión de multitudes
Cada tanto ocurre que los grabados de Goya se exhiben en Buenos Aires y convocan multitudes. En 1981 en el Concejo Deliberante; en 1996, con motivo de los 250 años de su nacimiento, se exhibieron cuatro series en el Museo Nacional de Arte Decorativo; en 1999, en el Museo Nacional de Bellas Artes, se vieron dos series, Caprichos y Desastres de la guerra, y en 2013 se vio parte de los Caprichos en el Larreta en la muestra por los cincuenta años del museo, que reunió sesenta grabados.
En 2016, hubo una gran exposición en Muntref, con 140 piezas del patrimonio del Museo Lázaro Galdiano de Madrid, del Museo Castagnino de Rosario, el del MNBA y piezas procedentes de colecciones privadas.
Ya no causan tanto revuelo como admiración. Pero en su tiempo, a Goya le valieron unas cuantas entrevistas con los nada fáciles señores de la Inquisición. La primera edición de los Caprichos, una serie de grabados con características satíricas también, salió a la venta en Madrid el 6 de febrero de 1799. El anuncio indicaba que el autor había escogido sus asuntos “entre la multitud de extravagancias y desaciertos que son comunes en toda sociedad civil...”. A los quince días tuvo que retirarlas de la venta porque hirió susceptibilidades. Señalaba vicios de todas las clases sociales, críticas a los privilegios de los gobernantes, la corrupción del poder y de la Justicia, la superstición, los maestros ignorantes, los nobles inútiles. Una diatriba en imágenes contra defectos e hipocresías. En 1803, para evitar males mayores, Goya decidió ceder las 80 láminas al rey, a cambio de una pensión para su hijo. Los cobres fueron depositados en la Real Calcografía, a salvo y fuera del alcance del tribunal.
En una sala se ven escenas de la película Los fantasmas de Goya (2006), de Milos Forman, que presenta las dos técnicas utilizadas por Goya para sus grabados. En el aguafuerte, se dibuja con una punta metálica sobre una matriz, generalmente de chapa de cobre, cubierto con un barniz protector o cera. La plancha se sumerge en ácido, que corroe las partes descubiertas del metal. El grabado al aguatinta es similar, pero la plancha se espolvorea con resina molida que se adhiere al cobre. En los dos casos, después, se entinta la plancha y se le coloca encima papel humedecido, y con un fieltro arriba va a la prensa, que transmite por presión la imagen al papel. Así, a presión también, Goya imprimió sus disparates a la sociedad, que todavía siguen vigentes.ß

Para agendar
Museo de Arte Español Enrique Larreta (Juramento 2291). Hasta el 27 de agosto. Lunes, miércoles, jueves, viernes y feriados, de 11 a 19; sábados y domingos, de 11 a 20. Público general: $100. Extranjeros no residentes: $500. Miércoles gratis.

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