viernes, 29 de septiembre de 2023

CORRUPCIÓN Y EL ANÁLISIS


Condenaron a Claudio Uberti por la valija con 800.000 dólares que trajo Antonini Wilson y absolvieron a Julio De Vido y Ricardo Echegaray
Acusaron al exfuncionario kirchnerista de ser coautor de contrabando de divisas; el venezolano ingresó ese dinero al país en un vuelo privado con ejecutivos de PDVSA durante el gobierno de Néstor Kirchner
Hernán Cappiello
Julio De Vido
La Justicia condenó al exfuncionario kirchnerista Claudio Uberti a 4 años y seis meses de prisión por el ingreso al país de la valija con 800.000 dólares que trajo hace 16 años Alejandro Antonini Wilson en un vuelo privado contratado por la empresa de energía estatal (ENARSA) donde viajaban ejecutivos de la petrolera estatal venezolana PDVSA. Lo condenaron como coautor de contrabando de divisas agravada. En el mismo juicio fueron absueltos Julio De Vido, exministro de Planificación Federal y jefe directo de Uberti, y Ricardo Echegaray, por entonces al mando de la AFIP.
Al finalizar la lectura del veredicto, a cargo del juez Luis Losada, De Vido, sentado en la última fila de la sala de audiencia de la planta baja de Comodoro PY 2002, respiró aliviado y tomó un vaso de agua. Su abogado Maximiliano Rusconi le palmeó el hombro. Canoso, con el cabello más largo que lo habitual, luciendo un abrigo gris, De Vido fue a saludar a Uberti para, de algún modo, confortarlo, ya que fue el único exfuncionario condenado. También le estrechó la mano a Echegaray, que también estaba sentado en la última fila de la sala denominada AMIA.
Los jueces Ignacio Fornari, Diego García Berro y Luis Losada absolvieron a De Vido y a Echegaray, en el veredicto dado a conocer este mediodía en los tribunales federales del barrio porteño de Retiro
De Vido se fue sin hablar con la prensa, pero su abogado, Rusconi, señaló : “Esta es la evidencia de que el juicio nunca debió haber ocurrido, este juicio es una ridiculez”.
Echegaray también se fue en silencio y celebrando su absolución. Uberti se quedó solo, en el hall de la sala de audiencias, impactado por el fallo recibido sin poder entender. “NO entiendo como hicieron este zig zag, no entiendo qué pasó ni por qué me condenaron”, dijo con un ligero temblor nervioso en las manos mientras jugueteaba con el llavero de su auto. “Somos respetuosos de la justicia, vamos a recurrir ante la Casación”, dijo Uberti, que lucía muy canoso y sorprendido.
A Uberti, además, le determinaron la inhabilitación por 10 meses para el comercio, por 9 años para ser funcionario público y la inhabilitación perpetua para ser miembro de fuerzas de seguridad.
El extitular de la AFIP y responsable de la Aduana en ese momento, Ricardo Echegaray, también fue absuelto ya que el fiscal de juicio Marcelo Agüero Vera no lo acusó. También condenaron a cuatro funcionarios aduaneros. Se trata de Rosa Nélida García (un año de prisión en suspenso), Guillermo David Lucangeli (un año de prisión en suspenso), María Cristina Gallini (un año de prisión en suspenso) y Jorge Félix Lamastra (10 meses en suspenso).
Ricardo Echegaray

Quienes tampoco entendían nada eran los aduaneros que se sorprendieron porque la sentencia libró de responsabilidad de los funcionarios políticos por encima de ellos, pero a ellos los condenó.
La sentencia fue impuesta por los jueces Gustavo Losada, Diego García Berro e Ignacio Fornari del tribunal en lo Penal Económico N° 1. Los fundamentos del fallo se conocerán el 27 de noviembre.
No obstante, pudo conocer de fuentes tribunalicias algunos pormenores de las razones que tuvieron los jueces para condenar u absolver y algunos entretelones de la deliberación. Los jueces votaron de manera unánime en cuento a las absoluciones y condenas, solo hubo algunas disidencias mínimas en cuanto a la calificación legal.
En cuanto a De Vido, los jueces entendieron que no hubo pruebas para afirmar que elmexministro le hubiera dado la orden a Uberti de que trajera la valija con el dinero en ese vuelo pagado por el propio ministerio.
En el caso de Uberti, en cambio, no quedaron dudas para el tribunal sobre su participación en el entramado ya que fue él mismo quien trajo la valija a bordo del avión. Uberti estuvo en Venezuela y llegó aquí con la plata. Y cuando todo se frustró porque el dinero fue descubierto, fue personalmente a la Quinta de Olivos esa mañana a informarle al entonces presidente Néstor Kirchner de lo ocurrido.
Claudio Uberti, extitular del Órgano de Control de Concesiones Viales
A Echegaray lo absolvieron porque el fiscal no lo acusó. Y ese es el límite de los jueces para avanzar, la acusación fiscal. En cambio a los magistrados no les quedó mas remedio que condenar a los aduaneros, al entender que intentaron que el asunto sea considerado como una infracción aduanera y no un delito penal.
Supuestamente tomaron esta determinación de llevar el asunto no como delito de tentativa de contrabando de divisas sino como un caso administrativo, por iniciativa propia y por eso es que terminaron recibiendo las condenas que recibieron.
En esta causa aún quedan dos prófugos, el propio Antonini Wilson, que declaró en Estados Unidos que el dinero era para la campaña de Cristina Kirchner, y Daniel David Uzcátegui Specht, otro de los pasajeros del avión y funcionario de PDVSA.
En el caso de De Vido, el fiscal había pedido que sea condenado a 5 años por el delito de contrabando en grado de tentativa. Y para Uberti había pedido una pena de 4 años y 10 meses.
El exministro de Planificación Federal, Julio De Vido
El episodio tuvo lugar el 4 de agosto de 2007, cuando Antonini Wilson intentó ingresar una valija con US$ 790.550 en la terminal de vuelos privados del Aeroparque. Aterrizó en un avión contratado por la empresa ENARSA donde viajaban el extitular del Órgano de Control de Concesiones Viales (OCCOVI) Claudio Uberti, su secretaria Victoria Bereziuk (sobreseída por la Cámara Federal), el extitular de ENARSA Exequiel Espinosa, Daniel David Uzcátegui Specht, Ruth Begrends Ramírez, Nelly Cardozo Sánchez y Wilfredo Ávila Driet.
El avión aterrizó a las 2:38 de la madrugada y la policía aeroportuaria María Luján Telpuk descubrió el dinero en la valija de Antonini Wilson, que intentó justificar su carga diciendo que llevaba “libros y unos papelitos”. En ese momento, Antonini Wilson fue trasladado a una oficina donde se contó el dinero. Uzcátegui Specht fue testigo de toda la situación. Luego se sumaron los otros funcionarios aduaneros implicados. El dinero quedó a resguardo y fue secuestrado, pero Antonini Wilson siguió en libertad y participó de un acto en la Casa Rosada. Luego, regresó a Miami sin problemas.
Antonini Wilson vive en los Estados Unidos y la justicia argentina no logró su extradición para que sea juzgado en el país
El gobierno de Néstor Kirchner intentó que el venezolano retirara la plata y pagara la multa, pero no lo convencieron. Desde entonces, la Justicia argentina reclamó, sin éxito, su extradición ante las autoridades de Estados Unidos.
Durante su alegato, el fiscal Marcelo Agüero Vera sostuvo que durante el juicio oral se probó que el empresario venezolano intentó ingresar al país una valija con casi 800 mil dólares “a pedido de Uberti” y “por orden de De Vido”. Dijo que los exfuncionarios “asumieron que no iba a haber controles y que la valija no iba a ser detectada”. Pero el tribunal entendió que no había pruebas para corroborar la orden de De Vido.
El fiscal dijo que no se probó que el dinero estuviera destinado a la campaña electoral del kirchnerismo, como señaló inicialmente la acusación, que era además por el delito de lavado de dinero.

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Una matriz impune detrás de “los perejiles”
Hugo Alconada Mon

Cayeron los perejiles; zafó el resto. La Justicia condenó al otrora titular del Órgano Contralor de las Concesiones Viales (Occovi), Claudio Uberti, y a cuatro aduaneros, pero zafaron los que importan.
Desde la cúpula misma del poder hasta un variopinto abanico de exfuncionarios y agentes de inteligencia. Tanto en la Argentina, como en Venezuela. Una vez más.
La Justicia condenó a Uberti, quien más allá de su cargo formal en la gestión kirchnerista, era el embajador “paralelo” ante el gobierno de Hugo Chávez en Venezuela. Tanto es así –y en parte él lo admitió en la causa de los cuadernos de las coimas– que los empresarios lo llamaban “el señor de los peajes”. Pero Uberti era apenas el primer eslabón de una matriz de corrupción que sigue impune.
Zafó Ricardo Echegaray, por entonces al frente de Aduanas y luego titular de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP). Zafó porque el fiscal del juicio oral no avanzó contra él; zafó a pesar de testimonios que lo comprometían, como el del por entonces alto funcionario aduanero Gustavo Pagano, quien declaró ante la Justicia cómo Echegaray “estaba al tanto de todo”.
Zafó Julio De Vido, también, aunque su caso quizá –solo quizá– sea más entendible. Primero, porque este juicio se centró en el intento frustrado de ingresar a escondidas US$790.550 al país –es decir, contrabando de divisas–, pero no ahondó en la diplomacia “paralela” con el chavismo, donde De Vido y otros alfiles, como José María Olazagasti, fueron insoslayables.
Y segundo, porque en esto, como en tantas otras matrices delictivas de aquellos años, el vínculo de Uberti con Néstor Kirchner era directo, como también lo fue el del secretario de Transporte, Ricardo Jaime, o de Obras Públicas, José López. Por eso, López terminó condenado en el caso Vialidad y fue absuelto De Vido. Por la dinámica radial de poder y corrupción de Lupo.
Los que se salvaron
Zafó, por supuesto, Néstor Kirchner, quien falleció en 2010, pero que aquella madrugada del 4 de agosto de 2007 recibió a Uberti en la quinta de Olivos, minutos después del incidente en Aeroparque. Fue allí donde comenzó el operativo para encubrir lo ocurrido, ofreciéndole a Guido Alejandro Antonini Wilson lo que fuera necesario –y más también– a cambio de su silencio.
Y zafaron, también, otros que quedaron en la banquina de la investigación penal a lo largo de estos 16 años.
Desde la entonces secretaria de Uberti, Victoria “Vicky” o “la Rubia” Bereziuk –que si contara todo lo que sabe sacudiría al país–, hasta varios agentes de la entonces Secretaría de Inteligencia (exSIDE) para acallar y apretar testigos. Vaya si lo lograron. Pero no a todos. Entre ellos, al señor embajador ante Venezuela Eduardo Sadous y a su señora, a los que el Estado argentino les adeuda un pedido formal de disculpas.
Los avances
También honraron su cargo la fiscal María Luz Rivas Diez y sus colaboradores, que desde una modesta fiscalía del fuero en lo penal económico investigaron lo ocurrido.
Y avanzaron a pesar de las presiones, el presupuesto escaso, las agachadas de sus superiores, los contubernios de ciertos jueces con la Casa Rosada y muchísimo más que padecieron durante años.
Y zafaron, claro, los venezolanos, que jamás se presentaron ante la Justicia local. En el caso de Antonini Wilson, quien continúa en su casa de Key Biscayne, porque estaba convencido de que en Buenos Aires lo usarían de chivo expiatorio o, peor, que intentarían asesinarlo. Y en el caso de Daniel Uzcátegui Specht –el otro pasajero decisivo de aquel vuelo privado que se anunció como de “Presidencia Argentina”–, porque tiene muchísimo para perder si sale de Venezuela, al igual que su padre, Diego Uzcátegui Matheus, ejecutivo clave dentro de Pdvsa, la petrolera estatal venezolana.
Antonini Wilson podría haber testificado cómo Olazagasti fue quien lo hizo ingresar en la Casa Rosada, dos días después del decomiso de los dólares, para participar en un acto conjunto de Hugo Chávez y Néstor y Cristina Kirchner. O podría contar todo lo que le ofrecieron por su silencio, US$2 millones y cuotas Hilton de carne, incluidos.
O los Uzcátegui podrían relatar cómo lo ocurrido aquella madrugada con lloviznas en Aeroparque fue, en rigor, la punta de un iceberg que incluyó más dólares, más valijas, más vuelos y más países involucrados.
Solo condenaron a los perejiles.

http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA

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