martes, 31 de octubre de 2023

MARINA MASSONE....ORFEBRE



De San Antonio de Areco. La orfebre que crea piezas elegidas por el MoMA y el Museo Reina Sofía de España
La joyera se dedica al diseño contemporáneo y prefiere utilizar metal
En sus joyas, Marina Massone juega con la naturaleza y sus anillos, pulseras y collares se realizan uno a uno, artesanalmente
Malú Pandolfo

Sus diseños ergonómicos emulan sensaciones provocadas por la naturaleza. Puede ser el crujido de las hojas de los árboles en otoño, las texturas de sus cortezas o el encanto de sus raíces entrelazadas. Los anillos, pulseras y collares de Marina Massone se realizan uno a uno, artesanalmente, y llegan desde San Antonio de Areco al mundo. Instalada allí desde hace 20 años, la orfebre se dedica al diseño contemporáneo, con objetos que han recorrido reconocidos museos y, desde hace un mes, se venden en Banana Republic.
Diseñadora industrial, apenas terminó la facultad formó su propio estudio de diseño con una socia. Luego de ocho años de actividad intensa, sin feriados ni fines de semana, decidió mudarse a San Antonio de Areco y, desde allí, dar un volantazo en su carrera. “Ser diseñadora industrial me sirvió para diseñar mi propia vida. Cuando se crea un objeto tiene que adaptarse al ser humano. Mi carrera también tenía que adaptarse a mí”, reflexiona.
La diseñadora de joyas Marina Massone en su taller
Hoy, con 51 años y dos hijas, de 21 y 23, la carrera de Massone está afianzada. Se inició en la joyería una vez instalada en San Antonio de Areco. “En ese entonces lo mío era mucho más disruptivo. Acá hay orfebres y son hombres. Es raro ver una mujer en el rubro. Entonces, caí yo, joyera contemporánea y mujer a un pueblo tradicional”, confiesa.
¿Por qué pasó del diseño industrial a las joyas? “El diseño industrial es funcional. Yo siempre había visto en el objeto de joyería esa particularidad de poder fusionar el arte con el diseño, que es lo que da mi identidad”. Aclara que en joyería hay un proceso creativo que permite que el objeto sea ergonómico, que el cierre funcione, y que sea cómodo.


“Yo no puedo hacer una pieza gigante para un cuello. Se tiene que proyectar una idea y que ésta sea comercial”, apunta. Al tratarse de obras artísticas, sus joyas, además de ser funcionales, pueden gustar o no. “Hay una parte en la que puedo delirar. Había emociones, percepciones e intereses que yo quería mostrar. Cuando alguien te pide una silla con tales características, no tenés libertad de expresión. En la joyería, sí”, enfatiza.
Aunque a lo largo de los años sus piezas se materializaron en resinas, plásticos, hilos y otros materiales, prefiere el metal por la durabilidad que le da a la pieza. “En un inicio usaba plata, pero había restricciones para exportar y yo exportaba mucho. Entonces, comencé a trabajar en bronce sulfurado bañado en plata”. Orgánicas, las joyas de Massone se inspiran en la naturaleza, aunque no directamente de una planta o una flor. “Es la esencia de las cosas lo que me inspira, no las formas”, cuenta. Cada pieza adopta un recurso que se repite y que va generando volumen, pliegues o texturas.
"No son piezas únicas. Me interesa el diseño, que la gente pueda acceder y que se venda en el mundo"
Una característica de sus trabajos, que permite que el resultado final cobre las más variadas formas, es que la propia joyera es quien diseña, previamente, la herramienta con la que creará las piezas. Cada colección tiene, entonces, su propia herramienta que le permite agilizar el proceso de construcción. “Cuando diseño, no diseño la pieza sin pensar en el proceso. Diseño el proceso y la pieza es el resultado de mi proceso”, afirma.
Hoy Marina Massone vende su trabajo directamente desde su taller, en la tienda del Malba o de manera virtual. Pero desde sus inicios tuvo un perfil fuertemente exportador. Al principio, y sin redes sociales, para acceder al exterior la diseñadora comenzó a presentarse en concursos y a ganar premios. Muchas de esas piezas fueron publicadas en libros de joyería, que hoy son fuente de consulta en el rubro.


“Creo que varias de las convocatorias que tuve en el exterior fueron a partir de esa secuencia. Más allá de que viajé a muchas ferias”, agrega. Entre esas convocatorias figuran el Museum of Arts and Design (MAD) de Nueva York, para una muestra de 50 joyeros de todo el mundo. “Fui la primera joyera convocada. Después vinieron muchas más”.
En 2004 fue llamada por el Museum of Modern Art (MoMA), de Nueva York, para una muestra de diseño argentino. Sus joyas también fueron exhibidas en el MoMA de San Francisco, el Museo Mexicano del Diseño, el Reina Sofía de España, el Museum of Contemporary Art de Chicago, el Museo de Arte Moderno de San Pablo, el Istanbul Modern Museum de Turquía y el Malba de Buenos Aires. En Brasil su obra se vende, aunque no se exporta desde la Argentina. “Allá tengo una persona que me produce y comercializa en tiendas de museos. Viajé y le enseñé a producir todas mis obras”, agrega.
Su última colección de joyas se está vendiendo en Banana Republic. “Me llamaron –recomendada por un fotógrafo amigo–, y vinieron hasta San Antonio de Areco para hacer la selección y una especie de documental”. Así, hace dos meses, 700 joyas viajaron a los Estados Unidos. Sus productos “no son piezas únicas. Me interesa el diseño, que la gente pueda acceder y que se venda en el mundo”. Ahora está centrada en una línea más abstracta. “Este proyecto no será tan personal. Me enfoco más en la persona que tendrá la pieza que en mi propio proceso”.

http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.