miércoles, 24 de agosto de 2016

TEATRO RECOMENDADO


Notable recreación de un texto de Tabucchi
GIOSEFINE /Basado en: Carta desde Casablanca, de Antonio Tabucchi
/ Intérpretes: Mísia, Joana Brandao, Fabricio Romano. Diseño visual de pantalla: Paulo Seabra /Vestuario: María Gonzaga /Escenografía: Fábrica Bauhaus /Iluminación: Pedro Leston /Dirección musical: Fabricio Romano / Ayudante de dirección: Joana Brandao /Dirección ydramaturgia: Guillermo Heras / Teatro: Regio, Córdoba 6056 /Funciones: miércoles a sábados, a las 20; domingos, a las 19 /Duración: 80 minutos /
En 2001, el destacado narrador Antonio Tabucchi publicó Se está haciendo cada vez más tarde, un libro de relatos en forma de carta. En cada uno de ellos apela a la memoria. Reconstruye un pasado extremadamente sensible que poco a poco va conmoviendo al lector.



En Carta desde Casablanca una travesti, Giosefine, escribe a su hermana Lina una carta que tiene mucho sabor a despedida. Ella está internada a la espera de una operación de cambio de sexo y no sabe si podrá superarla. Ante esa posibilidad escribe y repasa su historia familiar. En el relato original Tabucchi no da muchas pistas al respecto. No nos ofrece los datos necesarios que permitan completar algunos espacios vacíos acerca de la construcción de la vida de ese muchachito llamado Ettore que deviene en una reconocida cantante internacional.
Tampoco la versión teatral del español Guillermo Heras lo hace. Por el contrario, Giosefine termina convirtiéndose en un personaje sumamente entrañable porque oculta sin duda momentos dolorosos de su crecimiento, de su mundo familiar primario. Tampoco sabremos o deberemos imaginar cómo puede haber sido el universo íntimo de esa muchacha que deslumbró en escenarios de buena parte del mundo. Pero hay algo muy atractivo que la dirección ha logrado sostener, la expectativa por el desarrollo personal de esa criatura que en el cuerpo de Mísia adquiere una rica trascendencia. Y algo más, continuamente sobrevuela la idea que el arte puede ser provocador y, a la vez, muy sanador.
El espectáculo se despliega en un marco de notable sencillez. Algunas fotografías acompañan y a veces fortalecen el relato. Solo la actriz, Mísia, se impone en escena y lo hace de una manera encantadora. Es muy sutil su forma de narrar. Proyecta desde su interior unas imágenes potentes que de inmediato captan la atención de quien observa. Mísia es una guía notable a la hora de conducir al público por los vericuetos de esa vida en la que Ettore y Giosefine se mezclan para dar forma a un ser con un alma casi mágica.
El trabajo posee una pequeña trampita. Hay mucha expectativa en la sala por escuchar cantar a Mísia y cuando parecería que eso no va a suceder, la reconocida intérprete portuguesa lo hace. Con una calidad extrema canta "Ojos verdes", "Los mareados" y "Luna rossa" y allí logra fortalecer su comunión con los espectadores. La acompaña al piano un muy destacado director musical, Fabricio Romano.
Giosefine es un proyecto casi de cámara pero que, en el escenario del Regio, se engrandece. Sin duda, por la fuerte presencia de Mísia.
C. P

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Gran combinación: dos mujeres talentosas y Kartun
La suerte de la fea. Dramaturgia: Mauricio Kartun / Dirección: Paula Ransenberg / Intérprete: Luciana Dulitzky / Composición musical e intérprete en escena: Fede Berthet / Iluminación: Fernanda Balcells / Escenografía y vestuario: Alejandro Mateo / Asis de dirección: Marcelo de León / Sala: Timbre 4. México 3554 / Funciones: domingos, a las 17 / Duración: 50 minutosGran trabajo de Dulitzky, dirigida por Ransenberg. 

Luciana Dulitzky, junto con Paula Ranseberg a cargo de la dirección y la puesta -una dupla de interesante trayectoria que viene dando cuenta de que son cosa seria- se atreven a la difícil tarea de apropiarse de un texto del notable dramaturgo Mauricio Kartun. El resultado es majestuoso.
La sala más chica de Timbre 4, a la que se accede por Boedo, se hace aún más chica. La planta escénica es apenas un rincón que se viste de gala, con cortinados rojos y flores. Pero esos pocos metros alcanzan porque lo que veremos es a ella, a la gran Luciana Dulitzky que sola alcanza y sobra para ampliar el espacio, hacerlo gigante, y ensancharse porque es vasta y profunda.
La historia, un pequeño cuento, una anécdota fugaz de esas que encantan a Kartun, se abre paso y entonces debemos retrotraernos a los comienzos del siglo XX, allí cuando era común que en los bares los hombres disfrutaran del talento de mujeres bellas ejecutando alguna pieza musical. El secreto detrás de ello es que esas mujeres atractivas apenas eran unas simuladoras: las que verdaderamente tocaban estabas escondidas tras las cortinas o en el foso. La suerte de la fea es la historia de una de esas mujeres ocultas con ganas de más.
Parece que a la dupla le llaman la atención estas mujeres antiguas, olvidadas, con algunos talentos subestimados. Así que van por ello y por suerte para nosotros que podemos deleitarnos.
Los unipersonales siempre generan inquietud. Es un salto al vacío. Una audacia. El actor más desnudo que nunca, como cuando un equilibrista decide trabajar sin red. Y muchas veces es forzado porque el actor solo no ocupa todo el espacio que debe llenar con su contundencia. Y entonces cae, la pieza se vacía y el público termina por anhelar el intercambio entre personajes que, al menos, entretiene. En este caso, al igual que en Para mí sos hermosa que la tiene a Paula Ransenberg como intérprete, el unipersonal cobra sentido y es que ante tamaños talentos qué mejor que el frenesí de estar sola, pisando fuerte ese escenario y generando un sinfín de matices.
No termina siendo justo decir que está sola, es que un violinista, en la profunda oscuridad, la acompaña con sus melodías, acentúa algunas palabras y le da espesor, profundidad al relato.
Además, claro, la acompaña el sublime texto de Mauricio Kartun que cuenta con esos remates ingeniosos y con ese pícaro humor tan amable propio del dramaturgo.
El mundo teatral se verá en un espejo prácticamente inalcanzable si estas dos mujeres -Luciana en escena, Paula en la dirección- se convierten en la vara de lo que es el buen gusto, las grandes actuaciones y los papeles brillantes.
J. C.

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