domingo, 28 de agosto de 2016

TURISMO MIRANDO EL CIELO...ALGO FUERA DE LO COMÚN


A 250 kilómetros de la ciudad de San Juan se encuentra el Complejo Astronómico El Leoncito, uno de los observatorios espaciales más importantes de América latina, el único que permite visitas nocturnas. ¿Cómo es pasar la noche bajo uno de los mejores cielos del mundo?
 

Es uno de los secretos mejor guardados del turismo nacional. En San Juan, cerca de la ciudad de Barreal, el Observatorio Astronómico El Leoncito brinda herramientas y alojamiento a investigadores nacionales y también a turistas y aficionados a la astronomía. Quienes busquen unas vacaciones tan exóticas como interesantes pueden dedicarse a recorrer esta, una de las zonas más inspiradoras y accesibles de nuestro país.
El observatorio queda a cuatro horas de la ciudad de San Juan. Se llega a él a través de la ruta provincial 12 que atraviesa el Parque Nacional El Leoncito. El camino es tan mágico como la llegada. En el trayecto se atraviesa por ejemplo, el cerro Alcázar cuya formación se estima, fue hace 200 millones de años cuando los continentes aun no se habían dividido. También pueden observarse a simple vista, cuevas - muchas aun inexploradas - que esconden objetos y restos momificados de habitantes de pueblos milenarios. Kilómetros antes de llegar, en lo alto ya puede vislumbrarse esta suerte de nave espacial que es el CASLEO, algo así como planetario ubicado solo, en el borde de la precordillera. Al aproximarse al observatorio, soportar la claridad que rebota de sus enormes paredes exige buscar anteojos, taparse la vista con las manos: la luz parece ser mucho más intensa que en cualquier lado. Y es real. En este punto exacto del planeta, hay más cielo, luz y estrellas que en otras parte del mundo y esto se debe a ciertas condiciones climáticas especiales.
Según explican las autoridades del CASLEO, desde el espacio, la luz viaja billones de kilómetros y se arruina en los últimos cien, cuando entra en la atmósfera terrícola. En estas coordenadas, eso sucede en mucho menor medida. La atmósfera es tranquila, sin alteraciones, lo cual permite mirar hacia afuera sin interferencias. Estadísticamente, en el Parque Nacional El Leoncito, se dan 250 noches anuales despejadas de nubes y con casi nulo contenido de vapor de agua en el aire. Además en este espacio, casi no hay contaminación lumínica. De hecho, los 2800 habitantes del pueblo más próximo, Barreal, fueron tomando dimensión, a través del tiempo, de la importancia de vivir en un lugar que no sólo es una reserva ecológica, sino también, una reserva astronómica. ¿Qué significa esto? Que todos cooperan para mantener la oscuridad durante las noches. No importa que Barreal quede a 33 kilómetros del CASLEO, las autoridades del pueblo se encargan, por ejemplo, de que las lámparas que iluminan los espacios públicos apunten hacia al piso y no contaminen el cielo.

¿Quién puede quedarse?
El observatorio dispone de una capacidad hotelera para 20 personas. Además de alojar astrónomos y equipos técnicos, permite la visita de un número limitado de turistas por noche. El lugar cuenta con comedor, agua corriente y wi fi. Al caer el sol, en su parque, ya a simple vista, pueden apreciarse la caída de estrellas fugaces que parece interminable y la misma vía Láctea, más conocida por los pueblos originarios de esta zona como "El sendero del Ñandú". Pero además, el CASLEO ofrece a sus huéspedes la posibilidad de contar con guías personalizados que a a través del telescopio computarizado, ayudan a identificar constelaciones, planetas y galaxias. De acuerdo a la época del año y la rotación del planeta pueden apreciarse maravillas como 47 Tucanae, un cúmulo globular a 16.700 años luz, la estrella binaria Acrux, la duodécima más brillante en el cielo nocturno y la galaxia del sombrero, conocida así por su forma de sombrero mexicano. Se puede espiar también el glamoroso e interminable cúmulo de estrellas Messie 41 y la Nebulosa de la Tarántula, cuya luminosidad es tan inmensa que, de encontrarse más cerca, se calcula que podría producir sombras en la tierra. Afortunadamente está a 160.000 años luz.
La experiencia CASLEO está abierta al público. Hay más información en el sitio.
D. T.

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