miércoles, 26 de febrero de 2020

CHIMENTOS TECNOLÓGICOS,


Diez consejos para evitar un incendio
Al hincharse, las baterías de este iPhone arrancaron la pantalla del equipo y partieron el motherboard. Poco faltó para que se iniciara el fuego
No me van a decir que no se los avisé. Hace años que advierto sobre la posibilidad -cierta, aunque remota- de que las baterías de iones de litio se prendan fuego. En mi familia tengo fama de pesado, denso, insoportable y fastidioso respecto de este tema (y varios otros, como la bromatología y el ahorro de energía). Es más, si encuentro un equipo cargándose y va a quedar sin supervisión, lo desenchufo, y adiós. Las posibilidades de que esos dispositivos exploten es mínima, concedido, pero ese no es el problema. Lo pondré más simple.
Supongamos que te doy una esfera negra del tamaño de una pelota de golf. No cumple ninguna función. No es una esfera inteligente ni nada. Solo es una esfera negra con una batería de iones de litio y un puerto microUSB. Por lo tanto, la pelotita podría explotar y prenderse fuego. Es realmente raro que ocurra. De verdad raro. En serio, muy raro. Pero, pregunta: ¿dejarías la pelotita sola en tu casa cuando te vas a trabajar?
Invariablemente, la respuesta es no. ¿Por qué? Porque la mente humana tiene algunas curvas cerradas -sesgos y falacias lógicas- en las que suele volcar y despeñarse. Me explico.

Nunca dejaríamos la pelotita en casa sin supervisión porque no sirve para nada. Viceversa, el smartphone o la tablet, sí, los dejamos sin supervisión porque, al revés que la pelotita, son útiles, y los necesitamos cargados. He ahí la falacia. El incendio que pueden causar las baterías de iones de litio es (dejando de lado unos pocos detalles) independiente de si están dentro de una pelotita inútil o de un smartphone. Además, nadie va a sentir alivio porque se le prendió fuego la casa a causa de un celular y no por culpa de, digamos, una pelotita que no sirve para nada.
Establezcamos dos hechos más o menos ciertos. Primero, es de verdad muy raro que las baterías de iones de litio se prendan fuego. Pero no es imposible. Por lo tanto, de ocurrir (es muy, pero muy raro, ¿lo dije?), los daños a las personas y al patrimonio pueden ser cuantiosos. Entre otras cosas, porque el fuego de estas baterías es muy difícil de apagar. Para darse una idea, Tesla aconseja usar más de 11.600 litros de agua para apagar el fuego de las baterías de un Modelo S. Y agrega que las baterías pueden tardar un día en terminar de extinguirse.

OK, es un ejemplo extremo, porque se trata de un automóvil y, por comparación, sus baterías son enormes. Pero grafica bien lo persistente que es esta clase de fuego. Dicho sea de paso, no siempre el agua es la mejor idea para sofocar este tipo de incendios. Es aconsejable consultar al respecto el manual del dispositivo, el sitio de soporte o directamente preguntarle al fabricante.
Disciplina
Ya sé. Suena todo un poco delirante, pero, como dice este artículo de Battery University, cualquier cosa que acumule energía puede liberarla de forma descontrolada y causar daño. Nafta o litio, es lo mismo. De hecho, se incendian muchos más autos convencionales que celulares, tablets y notebooks combinados. Y hay muchos más de estos dispositivos que coches. De modo que, antes de entrar en pánico y empezar a tomarle la fiebre al celular cada cinco minutos, es preferible adoptar algunos buenos hábitos y convertirlos en una disciplina.
Ya he visitado en otras ocasiones los detalles técnicos. He aprendido así que, primero, no son fáciles de retener (uno los olvida pronto) y, segundo, no cumplen ninguna función en la precaución de un incidente. Es decir, el comprender las reacciones que ocurren dentro de una batería de iones de litio no cambia el hecho de que percibimos nuestros dispositivos como equipos electrónicos y no como usinas químicas. Así que se los ahorraré hoy. Los interesados pueden visitar el sitio de Battery University, donde hay mucha y muy buena información (en inglés).

Vamos directamente a las buenas prácticas, que, en mi experiencia, conviene convertir en una disciplina, por mucho que algunas resulten incómodas y rutinarias.
No dejar baterías cargándose sin supervisión. Me parece que ya lo había puesto antes, y sigue siendo la primera en mi lista.
No someterlas a vibraciones fuertes. En serio. Una de las causas de que una batería se prenda fuego es que los electrodos hagan cortocircuito. Y el separador suele ser increíblemente delgado.
No someterlas a temperaturas muy altas.
No cargarlas si la temperatura ambiente está por debajo de cero. No es común en Buenos Aires. Pero la Argentina es bastante más que Buenos Aires.
No guardar un teléfono (u otro dispositivo) apagado con la batería en cero. Conviene cargarlas al 40% antes de estibarlos durante un período largo.
Someter constantemente a las baterías de iones de litio al maltrato las hace más susceptibles de fallar.
Cualquier cambio en la fisonomía de la batería (que se hinche, típicamente) es una señal de que está a punto de fallar. No hay que pincharla ni mucho menos ponerla a cargar. Lo mismo si empieza a soltar líquido. Dicho sea de paso, y esto lo dice siempre el manual, nunca hay que pinchar una de estas baterías.
Si el teléfono recalienta sin un motivo obvio, atención. Ahora, si recalienta porque estás usando Waze con el equipo en un soporte de parabrisas en pleno verano atascado en el tránsito, bueno, lo estás maltratando.
Las fugas térmicas (thermal runaway, en inglés) de las baterías de iones de litio suelen ser fulminantes, de modo que, aunque suene un poco ridículo, hay que evitar dejar estos equipos mucho tiempo sobre superficies inflamables. Tela, papel, libros, madera y así. Sobre todo si van a quedar solos.
Usar cargadores del fabricante y baterías homologadas.

Lo de arriba, aunque aconsejable, no evitaría lo que pasó, por ejemplo, con la Note 7 de Samsung. Eso, como otros accidentes de este tipo, fue causado por defectos de fabricación. Por eso, si una marca solicita el retiro del mercado de un cierto modelo y vos tenés uno de esos, mi mejor consejo es que lo devuelvas. Insisto con este sesgo mental que tenemos las personas. La Note 7 era una maravilla. Muchos usuarios se negaron a devolver la suya. Además, la posibilidad de que se incendiaran era baja, aunque mayor de lo normal (de otro modo Samsung no habría solicitado el retiro del mercado). Completamente cierto. Pero si ocurre un incendio todas esas razones se vuelven irrelevantes.

Hace más o menos una semana, el incendio de las baterías de iones de litio de un celular de Motorola fue noticia. Este tipo de incidente volverá a serlo, tarde o temprano, incluso cuando los equipos disponen de sistemas de seguridad integrados que evitan que el voltaje se dispare. Son noticia porque son raros. Pero incluso así, si podemos hacer todo lo posible por evitarlo, mejor.

A. T.

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