LA PÁGINA DEL DR. JUAN CARLOS DE PABLO

Administración de escaseces: vacunas y dólares
La asignación de bienes sobre la base de los precios tiene que aplicarse en la enorme mayoría de los casos y la asignación administrativa, en muy contadas ocasiones

Juan Carlos de Pablo

Como criterio general, los bienes deberían asignarse sobre la base de precios, reservando otros mecanismos para casos excepcionales, como las vacunas
Asignar bienes y recursos productivos escasos, entre fines alternativos, resulta muy fácil cuando se utilizan los precios y muy difícil cuando se usan mecanismos administrativos. Hace un siglo, Otto Neurath y Ludwig Heinrich Edler von Mises debatieron esta cuestión, en lo que se denomina la primera ronda de la controversia socialista. Por eso la asignación sobre la base de los precios tiene que aplicarse en la enorme mayoría de los casos y la asignación administrativa, en muy contadas ocasiones. La vacuna contra el Covid-19 es un buen ejemplo de esta última; el segmento oficial del mercado de cambios, uno no tan bueno.

Para que me ilustrara sobre esto conversé con el inglés Alan Maynard (1944-2018), profesor en Exeter y York. A partir de 2000 fue miembro de la Academia de Ciencias Médicas. “Fue pionero en economía de la salud. 

Será principalmente recordado por haber planteado de manera incondicional, en las narices de otros (particularmente médicos, políticos y administradores hospitalarios), las indiscutibles verdades que surgen del análisis económico”, afirmó su colega Anthony John Culyer, y agregó que “no existía tal cosa como la economía de la salud, cuando comenzamos a dictar clases en Exeter; éramos economistas jóvenes, que nos sentíamos gladiadores”.

Economía de la salud es un campo de estudio cada vez más importante, por la creciente participación del sector dentro del PBI. Victor Robert Fuchs es probablemente el economista de la salud más conocido.

–¿Por qué es tan fácil asignar bienes utilizando los precios y tan difícil hacerlo utilizando otros mecanismos?

–Usted pretende vender 10 libros. Le pone un precio, aparecen 10 personas que compran uno cada una, y listo.

–¿Listo qué? Por una parte, el precio podría no reflejar la cantidad de recursos utilizados en su producción; y, por la otra, algunas personas pueden comprarlos y otras no, por lo que muchos califican de injusta la asignación sobre la base de precios.

–Con respecto a lo primero, buen punto, porque los precios que reflejan la cantidad de recursos productivos necesarios para producir los bienes surgen en mercados competitivos, sin intervención estatal ni la operatoria de monopolios privados. Con respecto a lo segundo, déjeme exagerar. Si quienes ganan el doble tuvieran que pagar el doble cada vez que compran algún producto, dejarían de realizar el esfuerzo y asumir el riesgo para ganar el doble. Por eso insisto que, como criterio general, debería asignarse sobre la base de precios, reservando otros mecanismos para casos excepcionales.

–¿La vacuna contra el coronavirus es uno de ellos?

–Efectivamente. Antes de explicarle por qué, permítame mostrar las dificultades que tiene la asignación por mecanismos administrativos, entendiendo por tal que para acceder a un bien haya que calificar según listas confeccionadas por el gobierno.

–Adelante.

–Cualquier lista que divide la población en dos grupos, los que califican y los que no, en la práctica resulta muy difícil de confeccionar de manera objetiva y justa, por la inevitable discrecionalidad y arbitrariedad involucradas. Lo cual, potencialmente, plantea la cuestión de la corrupción.

–Deme ejemplos.

–¿Con qué criterio se traza la “línea” de la pobreza?, cuestión importante por la cantidad de personas que reciben ayuda, por ubicarse debajo de la línea, a diferencia de las que no, porque quedaron por encima de ella. ¿Los precios de qué productos deben ser “cuidados” y cuáles no? ¿A quién le debe vender el Banco Central dólares al tipo de cambio oficial?

–Pero usted dijo que la vacuna contra el Covid-19 puede ser una excepción...

–Sí, porque en este caso los criterios de asignación son bastante nítidos. Me refiero al hecho de que la probabilidad de contagiarse de coronavirus es muy similar, cualquiera sea la edad del infectado; pero las consecuencias son muy diferentes según la edad. Específicamente, la chance de sobrevivir que tiene un joven que se contagia es mucho mayor que la que tiene un adulto mayor. Por eso, además de darle prioridad en la vacunación a los médicos y a las enfermeras que están directamente en contacto con los contagiados, el único ordenamiento lógico es el que surge de la edad: mínimo de 80 años en CABA y de 70 en la provincia de Buenos Aires, porque las pirámides poblacionales son diferentes.

–¿Está usted diciendo que el vacunagate es un escándalo?

–Efectivamente. Cada “colado”, es decir, cada persona que no respetó el criterio de vacunación que acabo de mencionar, tiene que sentirse responsable por cada adulto mayor que falleció de Covid-19 porque no se pudo vacunar. Así de simple. Que los abogados discutan las responsabilidades desde el punto de vista legal. Enfurece que algunos colados, encima tienen el tupé de explicar por qué ellos merecían ser vacunados de manera prioritaria.

–Permítame agregar una obviedad. La intensidad del problema de asignación de vacunas depende de la disponibilidad.

–Obviedad, pero muy importante. Que los futuros historiadores expliquen por qué la Argentina vacunó mucho menos que otros países y que los candidatos utilicen el caso como materia prima en las próximas elecciones. La acción siempre es prospectiva, de manera que el Poder Ejecutivo de su país debería estar abocado a conseguir la mayor cantidad de vacunas posible.

–El Banco Central también asigna de manera administrativa a quién le vende (y a quién no) divisas en el segmento oficial del mercado cambiario. ¿Qué diferencias existen con el caso de la vacuna?

–Varias. Por una parte, porque mientras en el caso de las vacunas la provisión parece ser una negociación entre estados, en el de las divisas depende del sector privado. Con otros precios, con otras brechas, muy probablemente la oferta de divisas podría ser diferente. Pero además…

–Además, ¿qué?

–Los criterios de asignación de divisas en el segmento oficial del mercado de cambios son mucho menos nítidos que en el caso de las vacunas. Se pueden plantear criterios generales: “Sí a los insumos importados requeridos para producir bienes localmente; no a ir a tomar sol en el Caribe”. Pero en la práctica el sistema tiene que ser mucho más detallado. Y a ese nivel quedan fuera del listado ítems que deberían estar adentro, y viceversa.

–¿Por qué dijo que, “potencialmente”, se puede plantear la cuestión de la corrupción?

–Porque no puedo descartar la existencia de comportamientos “angelicales” por parte de los funcionarios encargados de adoptar medidas discrecionales. Pero la tentación es proporcional al beneficio o al perjuicio que se le causa a una empresa o a un sector determinados. ¿De qué otra manera se puede explicar la frecuencia con la cual muchos funcionarios de su país son investigados por “enriquecimiento ilícito”?

–Don Alan, muchas gracias.

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