jueves, 25 de marzo de 2021

PENSAR VERDE


Descartables: por qué es fundamental desterrar plásticos de un solo uso
Mientras se multiplican las iniciativas para limitarlos, avanza un proyecto de ley para su prohibición en toda la Argentina
M. A. 

Lo que queda. Un segundo en las manos y siglos en el ambiente
Sorbetes, revolvedores de café, vasitos en los dispensers de agua, cucharitas para probar un gusto de helado… La lista de plásticos absolutamente prescindibles que usamos por única vez y luego tiramos a la basura, sigue y sigue. “Los descartables duran un segundo en nuestras manos y siglos en el ambiente. Son muy difíciles de reciclar, se van desintegrando y esos microplásticos terminan en el océano y en toda la cadena trófica: se encontraron en placentas humanas y hasta en fitoplancton”, explica Máximo Mazzocco, fundador de Eco House y miembro de la Alianza por el Clima.
La problemática es tan impostergable como difícil de dimensionar. Si bien en la Argentina ya hay más de 40 municipios que aprobaron o están tratando ordenanzas u otras reglamentaciones para prohibir el uso de sorbetes y la tendencia va en aumento, subrayan que por fundamental que sea esa medida, con eso solo no alcanza. El principal reclamo es que nuestro país sancione cuanto antes una ley nacional de presupuestos mínimos para la prohibición de plásticos de un solo uso en todo el territorio.
“El problema no lo generan solo los sorbetes. Sobre todo en un país donde el tratamiento de residuos no es muy eficiente y contamos con más de 4000 basurales a cielo abierto”, asegura el fundador de Eco House. Para él, estamos en “la era del plástico” y esa es, justamente, la principal batalla que tenemos que dar. Las cifras así lo evidencian. Desde Vida Silvestre advierten que 8.000.000 de toneladas de este material se arrojan al mar anualmente. Casi la mitad de todo el plástico producido se usa para crear productos de un solo uso o que tienen una vida útil menor a los tres años. Por otro lado, Greenpeace subraya que entre el 40 y el 60% de las tortugas ingieren plásticos y que en algunas especies de aves este porcentaje se eleva incluso hasta el 93%.
Para Jerónimo Batista, el joven creador de @ Sor uilavy de la iniciativa# Argentina no des carta, entender la problemática es el primer paso para involucrarse. “Estamos ingiriendo cinco gramos de plástico por semana, el equivalente a un vaso descartable. Hay productos prescindibles como los sorbetes, pero también otros como vasos o cubiertos que pueden ser reutilizables”, señala. El desafío para Batista podría resumirse así: “Hay que repensar esa cultura del descarte que tenemos tan intrínsecamente arraigada y naturalizada”.
El 6 de noviembre pasado, la Comisión de Recursos Naturales de la Cámara de Diputados aprobó un proyecto de ley sobre plásticos de un solo uso que unifica varias iniciativas de diferentes fuerzas. El objetivo es reducir y prohibir sorbetes, bolsas no reutilizables, utensilios, varillas, hisopos y envoltorios de plástico. Para ello, se establece un cronograma de aplicación que comienza por prohibir de forma inmediata el ofrecimiento a la vista de estos productos a consumidores; que en seis meses obliga a no entregarlos, que en un año frena su importación, y que en tres impide su comercialización y distribución.
Para seguir su camino, el proyecto debía ser evaluado por la comisión de Presupuesto, paso previo a su llegada al recinto, pero luego de ser aprobado en Recursos Naturales, fue agregado un giro a la comisión de Industria y se truncó. “Como no fue agregado en el temario de las sesiones extraordinarias y se presentó hace dos años, perderá estado parlamentario. Es un proyecto que apoyan decenas de organizaciones y científicos de todo el país. Estamos por volver a presentarlo”, explica Mazzocco.
Esta ley, en palabras del referente, “es un símbolo que nos plantea la necesidad de un desarrollo sostenible”, ya que obligará a que un abanico de sectores de la economía tenga que adaptarse a un cambio de paradigma que está ocurriendo en otros países de la región. Por ejemplo, la ciudad de México aprobó, semanas atrás, una norma en ese sentido. “Es una tendencia global. Vamos a ver qué tan avanzados estamos como sociedad para llegar más rápido o más lento a lo que ya sabemos que tenemos que hacer”, agrega el fundador de Eco House.
De la costa bonaerense al fin del mundo se multiplican las iniciativas en ese sentido. Gastón Caminata es fundador de Big Human Wave (@yoamomiplayaok). En 2012, el movimiento que impulsó logró que en Pinamar se implementara la ordenanza municipal para que los comercios dejen de entregar bolsas plásticas en todo el partido. Y en 2018, después de juntar más de 500 sorbetes en 100 metros de playa, hizo posible que esa localidad se convirtiera en la primera ciudad de la Argentina libre de sorbetes. Actualmente, todos los meses recibe llamadas de concejales de diferentes ciudades que están trabajando en proyectos similares.

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