miércoles, 30 de noviembre de 2022

LECTURA RECOMENDADA


La familia, de Sara Mesa
Retrato de grupo bajo el imperio del miedo diario
Verónica Boix

Bajo los ojos vigilantes del padre, una nena es obligada a escribir su diario íntimo. El contraste siniestro encarna el nudo que sostiene a los miembros de La familia, la quinta novela de la autora española Sara Mesa (Madrid, 1976), que ahonda en ese modo singular de la infelicidad que tan bien saben crear algunas familias. En las primeras páginas, una voz le habla de manera directa al lector. Quiere que observe bien la casa .”Mírala desde el ojo del sueño”, alienta; “no dejes de mirar”, vuelve a decir con insistencia. Pretende que recorramos esos espacios como si fuera una cuestión de vida o muerte.
Padre y madre tienen la mirada atenta sobre sus cuatro hijos. No quieren que haya televisor, ni que se encierren en sus cuartos. Entre ellos no puede, no debe haber espacio para los secretos. Las diferencias son suprimidas, las malas palabras, prohibidas y las preguntas incómodas también. Ni siquiera la madre tiene la posibilidad de decidir, se somete, por admiración, reverencia o terror a los designios de su marido.
Mesa es lacónica, parca por momentos para brindar color a estos personajes que parecen moverse siempre en el gris de un deber impuesto desde la ley paterna. Ni siquiera la madre comprende del todo, pero acata. El presente familiar se alterna con algunas escenas del pasado de la pareja –escalofriante por la naturalidad de una violencia perversa–; y también con el futuro de los hijos, en particular el de Rosa, que se vuelve maestra, cleptómana, madre. Hay algo de la estética de Dogma 95, aquel grupo de cineastas daneses que se impusieron dejar de lado el artificio y los trucos técnicos, para que las escenas se vieran despojadas de todo ornamento y mostraran la condición humana sin adornos. La escritura de la autora española logra algo similar, una estética que ya es parte de su obra. Se nota en especial en su anterior novela Un amor, con la historia de una mujer que escapa a un pueblo y vive el deseo en una trama de opresión y silencio.
La violencia en sordina también recorre cada una de las escenas de La familia. Lo hace con la perturbación de los escenarios del terror, si bien la atmósfera no es de miedo sino de cotidianidad. El contraste vuelve la lectura tensa; flota la sensación de que algo inminente va a estallar en cada uno de los personajes, mientras ponen la mesa o hacen la tarea del colegio.
No se trata de una historia lineal. Por el contrario, las escenas tienen saltos en el tiempo, en el punto de vista, en el espacio. La estructura vuelve densa la trama. La familia logra retratar de ese modo, con pulso preciso, el desmoronamiento individual frente a la potencia de un sistema que avanza, siempre con aparentes buenas intenciones, sobre la intimidad ajena.

La familia

Por Sara Mesa

Anagrama

224 páginas, $ 3450

http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA

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