Adiós a uno de los últimos bastiones de la división de géneros en las escuelas
Cambió el reglamento; las clases de Educación Física son mixtas desde hace dos semanas; en la Provincia ya se aplica
Evangelina Himitian
“Corrimos, elongamos, después jugamos al fútbol. Fue divertido, random (sic), porque éramos un montón. Me gusta más así, todos juntos. Era el único espacio de la escuela, además del baño, que no compartíamos con los varones”, dice Antonella Veracruz, de 16 años, alumna de 4° año de una escuela de Flores, que la semana pasada tuvo por primera vez Educación Física sin que el curso se dividiera en una clase para varones y otra para mujeres.
Desde hace dos semanas, en las escuelas secundarias porteñas se implementa un cambio en el reglamento que supone el fin de las clases de Educación Física divididas por género. Hasta ahora, la norma impedía que las mujeres y los varones de ese nivel compartieran espacios y actividades deportivas. Incluso, establecía que la clase debía ser dictada por un docente del mismo “sexo” (el texto lo plantea en esos términos, no habla de género) del grupo. A partir de ahora, una profesora o un profesor podrán estar a cargo, indistintamente.
Es el anteúltimo espacio de división por género en el sistema educativo: el otro, son los baños. Aunque, en muchas escuelas se han impulsado iniciativas para que no exista tal separación, no en todos los edificios es posible, sobre todo por una cuestión de infraestructura.
“Este cambio viene de la mano de una transformación más integral de la escuela y de la visión de lo que implica la Educación Física, un concepto que apunta más a la salud integral, a la integración grupal y a la participación que al rendimiento físico. Es un concepto más cercano al de deporte en la formación de los adolescentes que al de realizar gimnasia”, explica Lucía Feced, subsecretaria de Coordinación Pedagógica y Equidad Educativa del Ministerio de Educación porteño. Y completa: “También está atravesada por una mirada más transversal, desde la Educación Sexual Integral (ESI). Las clases de Educación Física eran el único espacio en el que no se compartía y ya no había argumentos para esa división. La experiencia está siendo muy positiva, porque se vivencia la riqueza del compartir y realizar un deporte con personas que son todas diferentes entre sí”, indica Feced.
El cambio es obligatorio en todas las escuelas de gestión estatal, al modificarse el reglamento. Los establecimientos privados también se sumarán paulatinamente.
Las repercusiones, dicen las autoridades, son positivas. Entre otras cuestiones, permite resolver sin conflictos situaciones que se plantean a diario en las escuelas, donde algunos chicos y chicas atraviesan un proceso de transición de género. “Siempre se respetó la autopercepción y se permitió a los estudiantes elegir en qué clase querían estar. Ahora, no se va a presentar esa situación”, explica Feced.
En la provincia de Buenos Aires, desde 2013 empezó a aplicarse una resolución que convirtió en mixtas las clases de Educación Física. “La práctica de esta materia en grupos mixtos es el resultado de cambios en diversas dimensiones. Los diseños curriculares hace tiempo han relegado la mirada competitiva, promoviendo actividades de formación e integración. La sociedad cambió, adultos y jóvenes han naturalizado la convivencia, lo que hizo que las clases mixtas se hayan aceptado rápidamente”, dice Martín Zurita, secretario ejecutivo de la Asociación de Institutos de Enseñanza Privada de la Provincia de Buenos Aires (Aiepba).
“El cambio fue muy positivo”, indica Víctor Ascione, profesor de Educación Física del colegio Asunción de la Virgen, de San Fernando, que desde hace 10 años dicta clases mixtas: “Uno puede encontrarse con alguna resistencia. Me acuerdo de que al comienzo el padre de una alumna no quería que hiciera fútbol porque decía que era de ‘machona’. Se conversó, se entendió y accedió a que su hija practicara ese deporte”.
Fuerzas distintas
Otros de los argumentos que suelen plantear algunos padres, dice Ascione, es el de la diferencia de fuerza física y la posibilidad de que se produzcan lesiones. “Hoy, sin ir más lejos, una chica se dobló la mano atajando un tiro de un compañero. Son cosas que pueden pasar. Es una realidad que los varones y mujeres tienen distinta fuerza. Por eso, cuando hacemos partidos mixtos, recordamos que hay que regular la fuerza y tener el cuidado del propio cuerpo y el del otro. Participar en equipos en los que todos somos distintos nos enriquece. Hay que entender para qué es la Educación Física. Es un espacio para relacionarse con otros, desde la competitividad y el compañerismo”, analiza Feced. “No hay mejor forma de alejarse de los estereotipos del goleador, del ganador, del macho que armar equipos mixtos”, describe Ascione.
“Siempre tuvimos Educación Física mixta, desde que comenzamos en 2015. No lo concebimos de otra forma”, plantea Fernando Nandín, representante legal y fundador de Tigre Montessori School, en Benavídez. “Hay una diferencia física de género, que en determinados momentos del desarrollo se hace más evidente. Sin embargo, compartir con otros nos enriquece. Por ejemplo, tenemos clases mixtas e, incluso, de distintas edades. Y al realizar alguna actividad podemos dividir el grupo por el nivel de fuerza y avance en la práctica. Los chicos y las chicas de un mismo año tiene niveles distintos de fuerza y desarrollo”, dice. Y ejemplifica: “Si practicamos lanzamiento, los chicos que recién empiezan, practican juntos. Si alguno es más grande de tamaño y avanza más rápido, va pasando a instancias”.
“Uno podría pensar que, si cada estudiante trabaja sobre sus fortalezas, la idea de consensuar se alejaría de la realidad, ya que el consenso requiere ponerse en el lugar del otro y, para hacerlo, habría que conocer esa fortaleza, en tanto capacidad a desarrollar. En este sentido, hay actividades en Educación Física que son instrumentos potentes para lograrlo”, dice Pablo Calvo, director del colegio secundario Santa Clara de Asís, de Longchamps. “Uno podía ver a los varones jugando al fútbol en una clase. Los que jugaban mejor llevaban la pelota, mientras que los demás, en el mejor de los casos, corrían con la esperanza de que, por azar del destino, el balón cayera en sus pies. Las mujeres intentaban con el handball o la gimnasia deportiva. En ningún caso se contemplaban otras opciones. A partir de la propuesta de la Educación Física mixta, se abrieron puertas que permiten incluir a todos y replantear actividades más participativas”, dice.
“La Educación Física mixta es una gran posibilidad para que los niños y niñas vivencien el desarrollo de la corporeidad, motricidad, habilidades y deportes, sin importar el género. El movimiento favorece la libre expresión si el contexto es respetuoso, y esta diversidad que se busca no pertenece a cuestiones biológicas como resorte para realizar un deporte de ‘machos’ o de ‘chicas’, sino que en cada género existen diversas maneras de ser independientemente de si es niño o niña”, explica Juan Pablo Días, docente de Educación Física del Colegio Aprenderes de Tandil.
http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.