
La historia de la artista italiana que creó la vajilla del restaurante de Buenos Aires más premiado por la guía Michelin
Antes de desembarcar en la Argentina, Meloni se recibió de arquitecta en Génova y vivió en Londres
Antonella Meloni diseño la cerámica para que Gonzalo Aramburu engalanara sus platos de alta cocina; sus creaciones parten de su observación de la naturaleza y de su registro de cortezas, flores, frutos y hojas
María Eugenia Mastropablo
Ala hora de evaluar, los críticos de la guía Michelin no solo tienen en cuenta la comida, sino que también ponen el ojo en la experiencia que ofrece cada uno de los restaurantes. Durante su visita a la Argentina, ellos se toparon con Aramburu, del chef Gonzalo Aramburu, que se caracteriza por sus platos de alta cocina, y decidieron otorgarle dos estrellas. Así, el local gastronómico se convirtió en el más premiado por la guía en nuestro país.
Para lograr esta performance de excelencia, Aramburu cuenta con la ayuda de la artista italiana Antonella Meloni, que diseñó la extravagante vajilla que se utiliza en el local y que suele convertirse en la protagonista de todas las fotos en Instagram.

Cuencos que simulan ser de piedra, vasos con una sola ranura para beber o salseras de cerámica con forma de rama de árbol son algunas de las piezas que diseñó para que la experiencia de los comensales fuera completa.
“Con Gonzalo pensamos toda la vajilla juntos. Tenemos una gran afinidad porque a los dos nos gusta la naturaleza –dice–. Él me manda fotos de piezas que le llamaron la atención en algún restaurante europeo, y yo las reversiono desde mi punto de vista. Así salieron platos lindísimos que nunca hubiera logrado sin esos intercambios”.
Asegura que ese ida y vuelta hace que su inventiva se potencie al máximo: “Hay cosas que no se me hubieran ocurrido si no hablaba con él, porque a veces me falta la pata de la alimentación, que él sí entiende a la perfección. Yo tengo un lenguaje artístico y lo voy adaptando a las necesidades utilitarias que él requiere para el restaurante”.
Fruto de ese trabajo conjunto surgió una de las piezas más llamativas de Meloni, que se luce tanto en Aramburu como en su proyecto personal y artístico llamado Foraged. Se trata de una salsera en forma de ramita de árbol, en la que se puede colocar aceite o aderezos para condimentar.
“Gonzalo me dijo que quería hacer algo especial para las salsas y me mostró una versión de una rama de otro restaurante. Me pareció muy rígida, no parecía de verdad. Era de porcelana blanca y brillaba. Acepté hacerla, pero le advertí que sería con mi estilo. Así fue que surgieron varias ramitas”.
Antes de dedicarse por completo al mundo de la cerámica, Meloni exploró otros caminos laborales. Se recibió de arquitecta en la ciudad de Génova y luego se mudó a Londres, donde trabajó como diseñadora de indumentaria. Allí conoció a su marido argentino y en 2005 decidieron instalarse en nuestro país.

“Estaba embarazada y decidimos tener familia en la Argentina. En esa época hice mi último trabajo para una marca de ropa. Después vinieron algunas crisis y duelos personales. Pasaron varias cosas y sentía que necesitaba hacer algo más creativo que diseñar ropa. Me tomé un año sabático y empecé un taller de cerámica dictado por la artista Alejandra Jones. Estuve un año y medio con ella”, recuerda.
Al finalizar el seminario decidió continuar perfeccionando sus técnicas de forma autodidacta y sus piezas la llevaron a indagar en el mundo del arte. Situándose entre lo utilitario y lo contemplativo, la diseñadora creó su primera “Mesa Paisaje”, inspirada en el lecho de los ríos de la provincia de Córdoba. Al terminarla, no dudó en presentarla en el Salón Nacional de las Artes. Esta instalación lleva el nombre de Río de los Sauces y los jurados la destacaron con una mención especial en 2019.
En la serie “Mesas Paisaje”, la artista busca representar ecosistemas con piezas de vajilla ciento por ciento utilizables, pero que, a primera vista, el espectador no podría reconocerlas como tales. Cada una fue elaborada con el máximo rigor.
“Me encanta observar y copiar la naturaleza. Estoy haciendo mi propio registro de cortezas, flores, frutos y hojas. Me siento como esos naturalistas del 1800 que dibujaban la naturaleza de forma precisa. Ellos tenían sus cuadernos y yo hago lo mismo, pero con cerámica. Intento copiarla. Es un proyecto entre artístico y científico”, explica.
Motivada con esta iniciativa decidió dar un paso más y sumó la pata gastronómica. Así fue cómo surgió Foraged, una instalación comestible en la que combinó sus mesas paisaje con la dirección artística de la curadora Anna Kevillejoyce y los platos del chef Lisandro Illa.
“Lo llamamos Foraged, que en inglés quiere decir ‘buscar en el bosque lo que a uno le parece que se puede comer’. Es hacer una búsqueda de lo que hay disponible. Nuestra idea fue que los comensales tuvieran que explorar y encontrar la comida en este ecosistema dispuesto sobre la mesa. Había frutas escondidas, cosas que se podían comer y otras que no. El chef los guiaba en ese ritual porque en algunos puntos eran tan inusuales que requerían explicación. Por ejemplo, había musgo comestible y para probarlo tenías que hacerlo directamente desde la piedra”.
Gracias al éxito de la primera edición, asegura que habrá nuevos banquetes, y que continuará indagando en esas expresiones que combinan arte, diseño y gastronomía. Además, trabaja en la nueva línea de vajilla para el restaurante Trescha y algunas de sus piezas están en exposición en las galerías Tokonoma y Comité 357. Imperdibles.
http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.