viernes, 9 de febrero de 2024

Centro Ana Frank (Superí 2647)


Para agendar

El Centro Ana Frank (Superí 2647) abre de jueves a domingos, de 14 a 19 (jueves y domingos, 2x1 en efectivo, $1800). Los recorridos guiados abarcan cuatro salas, la recreación de la “Casa de Atrás” y el castaño al que Ana solía escribirle en su diario. centroanafrank.com.ar


Amplían el museo porteño dedicado a la autora del célebre diario
La sede que recuerda a la joven escritora “auténtica y brutalmente honesta” recibió la visita del responsable de la casa de Ámsterdam; por sus 15 años, actualizarán las salas de Buenos Aires            
Texto Daniel Gigena | Foto Santiago FilipuzziHéctor Shalom y Menno Metselaar, que visitó como “consejero” el Centro Ana Frank
Este año, el Centro Ana Frank de la Argentina para América Latina celebra su 15º aniversario. Hace unas semanas, recibió la visita de Menno Metselaar, gerente de proyectos del Departamento de Colecciones y Presentaciones de la Casa de Ana Frank en Ámsterdam y autor de varios libros sobre la joven judía que quería ser escritora, y que murió en un campo de concentración del nazismo en 1945, a los quince años. Metselaar viajó a Buenos Aires para colaborar con los planes de ampliación y de renovación del guion curatorial del Museo Ana Frank, que tiene cuatro salas y desarrolla actividades educativas y de capacitación.
“Mi rol es de consejero”, dice Metselaar en diálogo  De Europa trajo varios objetos de los años del ascenso y consolidación del nazismo en Alemania, entre otros, billetes de alta denominación por la elevada inflación en la República de Weimar. “No se paraba de imprimir dinero y las denominaciones de los billetes eran muy altas, hasta un millón de marcos alemanes –grafica Metselaar–. Es todo un nuevo mundo para empezar a buscar e investigar: billetes y monedas emitidos por bancos muy diferentes de la época. Otro objeto muy emblemático es un pequeño álbum de fotos de los Juegos Olímpicos de Verano de 1936, en Berlín, donde se ve a las personas haciendo el saludo nazi”.
“Traje estas cosas con mucho gusto, pensando que el Museo Ana Frank era un buen espacio para ser exhibidas –agrega–. Algunas las compré en subastas. Como la nueva exhibición tendrá como destinatarios a niños y adolescentes, hay soldaditos de juguete que se usaban en su momento y que pueden llamar la atención de los chicos de hoy. Es muy sorprendente la cantidad de objetos en circulación de esos años y lo bien preservados que están”. También se podrán ver una boleta electoral de 1933 en la que solo había una opción (el Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán), una radio camuflada y un libro ahuecado que usaban los miembros de la resistencia para ocultar documentos.
“Es importante reconocer a Ana como escritora y recordar que cuando ella escuchó en la radio que un ministro pedía que conservaran los escritos de la época, porque iban a ser muy importantes después de la guerra, comenzó a reescribir su diario –dice Metselaar–. Por eso hay una versión espontánea del diario y luego una reescritura, que no pudo concluir, además de sus cuentos”. En algunas ediciones del diario de la joven coexisten ambas versiones.
Describe la escritura de Ana como auténtica. “Es la primera palabra que se me viene a la cabeza. Es real, brutalmente honesta, sobre ella y sobre los otros. Tiene una mirada afilada sobre las emociones ajenas y las interacciones entre personas. Es genial en muchas maneras y en el contexto tan complejo que vivió es increíble que encontrara su talento y pasión”, dice Metselaar, que empezó a trabajar en la Casa de Ana Frank a los 23 años. “Era joven y tonto –recuerda–. Me di cuenta del tiempo que toma poder emocionarse y dejarse llevar por esos sentimientos”.
“Ana Frank es una figura empática, sobre todo entre las adolescentes”, dice a el director del Centro Ana Frank de la Argentina, Héctor Shalom. La institución, miembro de la Anne Frank House en los Países Bajos, tiene como objetivo difundir el legado de la joven y educar en contra de la discriminación. Creado en 2009, es el único centro de América Latina dedicado a la historia de la adolescente. El equipo de guías está integrado por jóvenes de 16 a 25 años. “Es una decisión de la institución: la historia de una adolescente la relata un adolescente”.
Respecto de los cambios que se realizarán en el lugar, serán modificaciones de contenido, conceptuales e incorporarán nuevos temas. “La exposición actual tiene catorce años y han envejecido su gráfica, su diseño; también evaluamos qué contenidos son más relevantes para los visitantes y cuáles queremos agregar nosotros. Y habrá una ampliación de los espacios para multiplicar la capacidad receptiva de visitantes, que durante el período escolar están colapsados. En 2023 nos visitaron más de mil escuelas”. 
Parte de la financiación corre por cuenta de la Asociación Amigos del Centro Ana Frank, entre quienes están el diputado Leandro Santoro, la artista Cynthia Cohen, el empresario Carlos Rottenberg y el juez Daniel Rafecas. “Básicamente, son donaciones privadas y de empresas, sin aportes estatales –puntualiza Shalom–. Estamos en contacto con las nuevas autoridades del gobierno de la ciudad de Buenos Aires. Horacio Rodríguez Larreta vino en reiteradas oportunidades y esperamos consolidar la relación con el nuevo jefe de gobierno, Jorge Macri”.
En una línea de tiempo diseñada en la planta baja del museo, confluyen la historia de Ana con la del ascenso de Hitler. El nuevo proyecto curatorial aspira a incorporar objetos que aborden otras instancias, como la propaganda durante el régimen y las actividades de la resistencia, con imágenes en movimiento y videos creados a partir de fotografías.
“El concepto pedagógico del museo es cómo, a través del impacto en una familia y una persona, se puede explicar un momento atroz de la historia de la humanidad –resume Shalom–. No somos un museo de historia, somos un centro educativo donde la historia tiene que llamar a reflexionar sobre los vínculos actuales, sobre la violencia, la discriminación, sobre el cuidado y la responsabilidad sobre el otro. Ana pudo escribir un diario escondida porque había protectores, una figura clave, seis personas asumiendo el riesgo de esconder a los perseguidos”.
El Centro Ana Frank promueve la reflexión ética entre los visitantes. “Destacamos el valor de las víctimas y el modo en que sostuvieron esperanza, cultura, espiritualidad, todos mensajes que nos interpelan”, dice Shalom. Para ambos, las manifestaciones antisemitas en la actualidad provienen tanto de la extrema derecha como de la izquierda. “Han crecido luego del conflicto entre Israel y el grupo terrorista Hamas, tanto procesos antisemitas como islamofóbicos”, dice Shalom.
El “negacionismo” del genocidio nazi también puso en duda la veracidad de la historia de Ana Frank. “Otto Frank en vida tuvo que luchar contra el negacionismo del Holocausto –señala Metselaar–. Hoy es muy difícil poder cuantificar cuánto se niega o no, en especial en las redes sociales. Es terrible”.
“El discurso de odio construye violencia, estigmatizaciones –concluye Shalom–. Antes de las elecciones de 2023 hicimos encuentros sobre la convivencia en la diversidad del pensamiento político. Sabemos cuánto ha destruido al mundo la demonización del otro”.•

Para agendar

El Centro Ana Frank (Superí 2647) abre de jueves a domingos, de 14 a 19 (jueves y domingos, 2x1 en efectivo, $1800). Los recorridos guiados abarcan cuatro salas, la recreación de la “Casa de Atrás” y el castaño al que Ana solía escribirle en su diario. centroanafrank.com.ar

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