lunes, 28 de febrero de 2022

EMPRESARIOS Y CÍA


La apuesta por el líder de un Estado paria
Sea cual fuere, el desenlace del conflicto en Ucrania no cambiará las necesidades del Gobierno, forzado a dar contorsiones discursivas luego de los gestos y las palabras de Fernández a Putin
Francisco Olivera


Ahora Marcelo Figueiras, dueño de Laboratorios Richmond, deberá orientar su negocio del a sputnik-V en otra dirección. “Tengo que occidental decía esta semana en Moscú, donde lo sorprendió la noticia de la invasión a Ucrania. Una ironía que, en términos de estrategia comercial, significa pensar en contactarse con otras compañías del sector, algo que Figueiras, el empresario que había ilusionado el año pasado al Gobierno con la posibilidad de convertir a la Argentina en el gran fabricante de la Sputnik V para toda la región, en realidad ya venía haciendo. Es probable que, a partir de ahora, las condiciones para trabajar con el instituto Gamaleya, su proveedor, sean completamente diferentes. Dependerá bastante de las consecuencias de la guerra y de las sanciones que la comunidad internacional –el Grupo de los 7, la OTAN, Estados Unidos– le aplique en adelante a Rusia.
Putin fue siempre impredecible. Esta semana, la mayor incógnita del establishment económico mundial iba de la geopolítica a la psicología individual: qué tiene realmente en la cabeza este exagente de la KGB, con qué respaldos cuenta y por qué dio con Ucrania ese salto al vacío incluso cuando parecía estar en buenas condiciones para negociar. Nunca hubo en estos años tanta avidez empresarial por consultar politólogos rusos, cuyas conclusiones tampoco están exentas del aspecto personal: algunos creen que el miedo a contagiarse de Covid llevó desde 2020 a Putin a aislarse más que nunca en un pequeño grupo de asesores. Por eso las fotos de la mesa de seis metros con Macron, el día en que el presidente francés se negó a dejar su ADN en un hisopado en Moscú. Todo dicho. Aun así, el jefe del Estado ruso no esperó siquiera el final de la pandemia para iniciar otro cimbronazo global.
Lo que le pasa a Figueiras con la SputnikV esa pena sellado privado de esa gran apuesta que, durante la cuarentena, y mientras rechazaba la oferta de Pfizer, Alberto Fernández hizo hace un año y medio por lo que ahora podría convertirse, según los analistas internacionales, en un Estado paria. Es cierto que, al menos desde la óptica sanitaria, no hay todavía decisiones tomadas. Tal como lo establece el cronograma previsto, representantes de la Organización Mundial de la Salud estarán pasado mañana en Moscú recorriendo las instalaciones donde nace la Sputnik V. Necesitan hacer controles de calidad en el laboratorio y recabar documentos sobre la fase 3 de la vacuna, a la que todavía no le dieron aprobación. Pero la postergación o cancelación de ese paso administrativo, que en la OMS prevén para el 15 de marzo y en Estados Unidos para el segundo trimestre del año, sería para el gobierno argentino la constatación de que aquellos acuerdos comerciales que Axel Kicillof inició el 18 de agosto de 2020 con una carta al embajador Dmitry Feoktistov fueron en realidad lo que parecían ser: un paso infecundo y difícil de explicar. “¡A veces escucho hablar con tanta liviandad! –llegó a exasperarse Alberto Fernández en noviembre de ese año, durante un acto en Avellaneda–. Porque también cuando hablan de Rusia pareciera que están hablando de no sé qué. Están hablando de una potencia mundial que tiene 28 premios Nobel”.
Hay unos 7,5 millones de argentinos con ambas dosis de la Sputnik V. Como todavía no está autorizada por la OMS, si quisieran viajar, por ejemplo, a Estados Unidos, deberían aplicarse refuerzos. Muchos funcionarios argentinos, varios de los cuales fueron los primeros en vacunarse y, por lo tanto, tienen ambas dosis de la Sputnik V, se han inyectado además otras de Janssen, Moderna o Pfizer. No todos, en realidad: hay ministros provinciales que tuvieron en estos días que postergar sus vuelos para más adelante porque solo tienen la vacuna de Rusia. Pero, hasta ahora, en el Center for Disease Control and Prevention (CDC), agencia nacional dependiente del Departamento de Salud norteamericano, confían en que la guerra no será un impedimento y que la OMS aprobará finalmente la Sputnik V. ¿Exceso de optimismo? No es independiente de lo que pase en Ucrania.
Sea cual fuere, el desenlace del conflicto no cambiará las necesidades del gobierno argentino, forzado ahora a dar contorsiones discursivas luego de los gestos y las palabras de Alberto Fernández a Putin. Es un limbo diplomático riesgoso: hasta ayer, la postura ambivalente del Frente de Todos no había dejado conforme a ningún país involucrado en esta crisis. Es lo que surge de la queja pública del representante de Ucrania, Sergiy Nebrat, al Gobierno; lo que algunos operadores creyeron entender luego de hablar con el embajador de Rusia, Dmitry Feoktistov, y lo que podría interpretarse de la exhortación a los “países socios” de Estados Unidos que Marc Stanley, embajador norteamericano, publicó horas después en Twitter: “Apoyamos a Ucrania. Rusia es responsable de la muerte y destrucción causadas por su ataque al territorio de Ucrania en clara violación de la soberanía ucraniana. Los EE.UU., la UE y países socios están respondiendo de manera unida y decisiva. #Estamosconucrania”, escribió. Salvo por el precio de los productos agrícolas que exporta, la Argentina está complicada ahora en múltiples aspectos. Si, como deslizan diplomáticos norteamericanos, las sanciones a Putin llegaran de modo gradual y pudieran afectar el sistema de transacciones bancarias ruso, deberán volver a pensarse aquí proyectos que hasta ahora contaban, para su inicio, con financiamiento de la Federación de Rusia. Y es indudable que el encarecimiento del gas ahondará las diferencias por los subsidios y las tarifas en el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. Germán Martínez, jefe del bloque oficialista, decía esta semana que todavía no estaba seguro de cómo votaría Máximo Kirchner. Él y Gustavo Beliz confiaban, de todos modos, en que el proyecto que en estas horas corrige Vilma Ibarra entraría en la Cámara de Diputados pasado mañana y tendría media sanción el jueves.
Más que la aprobación de la ley, que parece bastante probable, al establishment económico le preocupan las condiciones en que será sancionada. ¿Existe, por ejemplo, la posibilidad de que, sumadas las abstenciones del kirchnerismo y algunas de la oposición, estas superen a los votos positivos? Las empresas necesitan que el entendimiento con el organismo tenga un aval rotundo, capaz de restaurar la confianza. La escasa credibilidad en el Gobierno es uno de los factores que repercuten, por ejemplo, en la falta de dólares. El lunes, en una carta firmada por su director comercial, Andrés Salgado, la petroquímica Dow les hizo saber a sus clientes que las dificultades en el acceso a las divisas podrían complicarle también la producción. “Nos vemos en la obligación de alertar sobre la inminencia de una potencial paralización de nuestras operaciones industriales en el país, así como en la importación de productos terminados, con la consecuente interrupción de suministro”, dijo. Al día siguiente, en el encuentro semanal de la Unión Industrial Argentina, Jorge de Zavaleta, director ejecutivo de la Cámara de la Industria Química y Petroquímica, advirtió que había dos o tres compañías en la misma situación.
Si estos problemas persisten, afectarán el significativo crecimiento que Guzmán y Kulfas, los más optimistas del gabinete, vienen pronosticando ante empresarios. Aunque, como Figueiras, ninguno debería darse por sorprendido: la Argentina obliga siempre a recalcular.
En el Center for Disease Control and Prevention, confían en que la guerra no será un impedimento y que la OMS aprobará finalmente la Sputnik V; ¿exceso de optimismo?

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