miércoles, 3 de mayo de 2023

TRABAJOS PRECARIOS Y AGROQUÍMICOS EN YUANES




Más de un tercio de los trabajadores del país ocupan puestos precarios
Hay cada vez más empleados informales y cuentapropistas; en los últimos tres años, el monotributo social creció 66% y el tradicional, 14,8%; analistas no ven un panorama alentador
Joaquín Lanfranchi
Hace tiempo que en la Argentina se crea trabajo, pero precario o de “baja calidad”. La cifra de trabajadores no registrados alcanza, según los últimos datos oficiales, al 35,5% de los asalariados. Una clara señal de que el mapa del trabajo actual presenta una nueva configuración y, en efecto, desafíos medulares para todos los sectores que lo componen.
En esto influye la macroeconomía local, pero también un factor global, como la irrupción de las tecnologías de la información, que dieron una nueva forma de organización a las relaciones laborales. A tal punto que, según los expertos, la tradicional categoría de “empleo no registrado” ya no alcanza para describir la informalidad laboral, dado que el crecimiento del cuentapropismo y la figura del monotributo, en un contexto de elevada inflación y de pérdida del poder adquisitivo, también son formas precarias.
En cuanto al desempleo, el último dato del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) indicó que en 2022 cayó 0,7 puntos porcentuales respecto de 2021, al pasar de 7% a 6,3%, mientras que la tasa de empleo pasó de 44,2% a 44,6%, un aumento de 0,4 puntos porcentuales. Se trata de cifras relativas, si se toma en cuenta el fenómeno del trabajo precario y las proyecciones en materia de evolución de los salarios, que siguen perdiendo contra la inflación.
Los números son contundentes. Nadin Argañaraz, titular del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf), expresó: “El mayor crecimiento en el último año tuvo lugar en el monotributo social (38,5%), seguido por el monotributo (5,3%), asalariados privados (4,3%), asalariados públicos (1,8%), autónomos (0,9%) y asalariados de casas particulares (-2,0%)”. En tanto, si se consideran los últimos tres años (enero de 2020 a enero de 2023), precisó que “crecieron el monotributo social (66,2%), el monotributo (14,8%), asalariados públicos (5,8%) y asalariados privados (5,1%)” y que “cayeron los autónomos (-3,5%) y los asalariados de casas particulares (-7,3%)”.
Estas cifras evidencian que más de un tercio de los trabajadores asalariados argentinos están precarizados. En su mayoría, provienen de los rubros vinculados a la construcción, al trabajo en casas particulares y al empleo en plataformas digitales, principalmente de delivery. También se destaca el caso de los trabajadores calificados, como los diseñadores y programadores tecnológicos que exportan servicios al exterior.
Claudio Caprarulo, de la consultora Analytica, afirmó: “Los datos de la informalidad son una mala noticia. Significa que una proporción importante de los trabajadores tienen menos derechos que el resto, y eso explica por qué en los últimos años representan el segmento en el que más cayó el salario real. Por el contrario, dentro del trabajo formal, casi todos los trabajadores quedan alcanzados por los convenios colectivos de trabajo y sus respectivas paritarias”.
Caprarulo analizó que, a mayor incertidumbre en la economía, más buscan los empleadores una flexibilidad que les permita adaptarse rápidamente a un cambio en la coyuntura económica. “A su vez, al ser esto ilegal, también es la consecuencia de una falla del Estado como regulador y controlador”, acotó.
Juan Manuel Ottaviano, investigador del Centro de Estudios del Trabajo y el Desarrollo de la Universidad Nacional de San Martín, señaló que el trabajo asalariado informal está en niveles similares a los de 2008, pero sus causas son más atribuibles a la informalidad económica que a las regulaciones laborales o a las contribuciones. “En estos años, la precariedad no está asociada solo al trabajo no registrado, sino a la expansión del cuentapropismo y a formas de trabajo desprotegidas, como en las plataformas digitales”, agregó.
Los analistas consultados coinciden en que el panorama no es alentador en términos macroeconómicos. Martín González Rozada, director de la Maestría en Econometría de la Universidad Torcuato Di Tella, explicó que la actividad económica ingresó en una fase de desaceleración desde septiembre del año pasado y se está en el inicio de una recesión, por lo que las perspectivas para el mercado de trabajo en el corto plazo no son buenas. Y aventuró: “Es muy probable que la recesión provoque una caída en el empleo y que esa caída sea en el sector informal de la economía”.
La economista Tania Etulain, directora del centro de estudios Atenea, resaltó que el tema más importante consiste en abordar en el corto plazo la recuperación de la capacidad adquisitiva de quienes trabajan. “Lo segundo es homologar derechos que hoy tienen los trabajadores formales a los demás trabajadores”, afirmó.
Además, Etulain enfatizó que hay que dar un debate profundo sobre la idea según la cual no hay registro, porque las cargas para el empleador son caras. “Por ejemplo, una de las actividades que tienen un alto porcentaje de empleo no registrado es el trabajo en casas particulares. Hay un sistema donde la contribución que debe hacer el empleador es mínima y, sin embargo, la actividad sigue desarrollándose mayormente en la informalidad”, concluyó la economista.

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Agroquímicos: el Gobierno apuesta al pago con yuanes
Cree que esta posibilidad que se activó con el swap con China facilitará la importación de este insumo clave para el campo
Fernando Bertello
En el Gobierno creen que la posibilidad de pagar importaciones desde China con yuanes, algo que se activó con el swap (intercambio de divisas) con ese país, asegurará la disponibilidad de agroquímicos para la nueva campaña de granos finos, que tiene al trigo y la cebada como cultivos protagonistas en las próximas semanas.
Así lo expresó Delfo Buchaillot, subsecretario de Agricultura, en declaraciones a Radio Del Plata. El funcionario dijo que ya se hizo una “prueba” con una empresa china. El pago con yuanes fue anunciado la semana pasada por el ministro de Economía, Sergio Massa.
“La idea surge de la necesidad que tiene el Gobierno de no frenar el flujo de importación. Comenzamos con una prueba con una empresa china para que trajera sus insumos desde allá para ver cómo funcionaba el protocolo”, apuntó Buchaillot. Según el subsecretario de Agricultura, el 95% de los fitosanitarios que vienen son chinos. “Va a estar asegurada la disponibilidad de fitosanitarios”, afirmó.
Buchaillot indicó que “hacían falta US$700 millones” para la campaña de granos finos en materia de fitosanitarios, y remarcó: “Estamos bien”.
Fuentes empresarias de la industria de agroquímicos consideraron que “ayuda si se puede pagar en yuanes”. Agregaron: “Sabemos que salieron operaciones en yuanes; parece que está funcionado”.
Las fuentes consultadas pusieron reparos al dato del 95% de China mencionado por el funcionario. Y remarcaron que también se debe considerar que hay productos que llegan desde Estados Unidos y también desde Brasil. Indicaron además que este año se estiman importaciones por US$3000 millones y detallaron que, si bien hay un componente que viene del exterior, el 74% de lo que se aplica de productos en el país es de formulación local.
Según relataron, en las últimas tres semanas las importaciones de productos se volvieron muy complicadas. “Hacemos gestiones semanales para ver qué sale, pero no en una empresa particular, sino en todas”, agregaron.
De la misma manera, las fuentes de la industria indicaron que no llegó a producirse un desabastecimiento de productos para el mercado interno, pero que las plantas enfrentaron problemas operativos y la necesidad de reprogramar turnos de trabajo. Y añadió otro dato sobre China: “Cambiar el proceso de operaciones, así sea de dólares a yuanes para operaciones provenientes de China lleva un tiempo, por lo menos entre uno y dos meses”.
En este contexto, el Gobierno está esperanzado en que, si hay humedad suficiente en los suelos y el productor se encuentra con la disponibilidad de productos, la siembra de trigo pueda superar los siete millones de hectáreas. “Creemos que, si tenemos la disponibilidad de insumos en tiempo y forma, el productor va a sembrar”, dijo Buchaillot.
De acuerdo con cálculos del Gobierno, así como para la campaña fina hacen falta unos US$800 millones para importaciones de fitosanitarios, en fertilizantes se requieren US$900 millones.
De China viene aproximadamente el 15% de la importación de fertilizantes. Luego hay otros orígenes como Rusia, Ucrania y África, tal el caso de la roca fosfórica de Marruecos. Sobre los fertilizantes, el Gobierno también viene trabajando para que no falten estos productos.
Consultadas fuentes industriales sobre el impacto de la medida acordada con China, apuntaron para el caso de los fertilizantes: “Teniendo en cuenta las importaciones de 2022 en fertilizantes, el anuncio del pago de las importaciones de China con yuanes tiene un bajo impacto, ya que entre 12% y 15% de las divisas en dólares usadas para las importaciones de estos insumos provino de este origen. En fitosanitarios, el 70% de las divisas en dólares destinadas a materias primas para la elaboración local provino de China.

http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA

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