lunes, 23 de octubre de 2023

¡¡¡ POBRE PAÍS !!!!


Massa sorprendió con un triunfo e irá a un ballottage con Milei
Una fuerte movilización peronista le dio la victoria al ministro con una ventaja de 6,7 puntos; el libertario se estancó y Bullrich quedó tercera, lejos; para el oficialismo, fue clave la remontada bonaerense; ganó en 13 provincias
Martín Rodríguez YebraSergio Massa, en los festejos en el complejo de Chacarita donde se juntó el peronismo
Les ganó a sus rivales electorales, a la crisis económica que le toca gestionar y a los escándalos que explotaron a su alrededor. Sergio Massa emergió anoche como el gran triunfador en la primera vuelta presidencial y se enfrentará a Javier Milei en el ballottage que consagrará el 19 de noviembre el próximo gobierno de la Argentina. Patricia Bullrich se hundió en un lejano tercer lugar.
La campaña del miedo y de reparto de fondos que ejecutó quirúrgicamente el oficialismo contuvo el huracán libertario. Massa quedó primero con 36,7% y Milei sobrevivió en la carrera con el 30%, un punto y medio menos que su cosecha en las PASO. Juntos por el Cambio, con 23,8%, culminó su largo viaje autodestructivo del favoritismo al derrumbe.
El peronismo experimenta la euforia de una resurrección, amplificada por la sorpresa. Axel Kicillof retuvo con un impactante 44,9% la gobernación de Buenos Aires, el bastión kirchnerista desde el que se edificó el suceso nacional de Massa. Los barones del conurbano blindaron sus dominios sin noticias del caso Chocolate y de las travesías impúdicas de Martín Insaurralde.
“A partir del 10 de diciembre vamos a abrir una nueva etapa institucional en la política argentina. Voy a convocar a un gobierno de unidad nacional”, anunció Massa, pasadas las 23.
El búnker de Chacarita era una postal de caras sonrientes que no se veía en el peronismo desde 2019. Al ministro de Economía le espera un desafío mayúsculo en la resaca del triunfo: cuál será la reacción de los mercados a estos comicios celebrados en la pausa de una corrida cambiaria y de un proceso de espiralización inflacionaria.
“Sé que muchos de los que nos votaron son los que peor la están pasando. Sepan que no les voy a fallar”, prometió, como un eco de nostalgia menemista. Subió solo al escenario, con los ojos vidriosos. Prometió institucionalidad y respeto del disenso. Profesional y estratégico, no cometió el desliz de mencionar a Cristina Kirchner ni a Alberto Fernández.
La movilización peronista se había revelado arrolladora. Recuperó 8 de las provincias en las que había perdido en agosto. En Buenos Aires, Massa se impuso por 16 puntos de ventaja. Milei retuvo 10 distritos de los 16 que había capturado en agosto. Juntos por el Cambio se encoge hasta su embrión original, la Capital, único refugio donde ganó Bullrich.
Jorge Macri tendrá en principio que ir a una segunda vuelta contra Leandro Santoro (Unión por la Patria). Se quedó en la orilla, con 49,6%. Si hay o no ballottage dependerá de las necesidades de Massa. Ante una elección porteña en apariencia perdida, ¿no le convendrá desmovilizar al macrismo en noviembre y restarle incentivos para una alianza con Milei? Preguntas para las horas que vienen.
Rogelio Frigerio vivió como una proeza la consagración como gobernador de Entre Ríos, otra de las provincias que el peronismo ganó en el tramo presidencial.
El país que viene, gane quien gane, será el reino de la fragmentación: un Congreso sin mayorías, en el que Unión por la Patria retiene la primera minoría en las dos cámaras, y un reparto de poder territorial en el que la coalición eliminada del ballottage gobernará 9 o 10 provincias (según cómo se resuelva la pelea porteña).
“Tabula rasa”
Milei dará batalla a la presidencia bajo el impacto emocional de haber defraudado las expectativas que él mismo alimentó cuando dijo que iba a ganar en primera vuelta.
Al comparecer, trazó de entrada el foco con el que buscará el poder: “El objetivo es terminar con el kirchnerismo. Es lo más nefasto que dio la historia de la democracia moderna. Si todos los que queremos un cambio no estamos juntos, nos hundimos. O cambiamos o nos hundimos”, dijo, a las 23, en el hotel del microcentro donde reunió a sus seguidores.
Se colgó la bandera del antikirchnerismo que queda huérfana con el pinchazo de Bullrich y el macrismo. Le hizo un guiño a Jorge Macri y prometió “tabula rasa” para quienes quieran sumarse a una cruzada contra Massa. No explicó si incluía también a Bullrich, a quien se cansó de retratar durante dos meses como una “montonera tirabombas”.
En el búnker cambiemita cundía el desánimo, sin vocación de pensar en la próxima elección. En la codicia de un triunfo que creyeron inevitable perdieron no solo el poder, sino los vínculos personales que sostenían una coalición de identidades diversas.
“No hemos logrado los objetivos que queríamos para nuestra Argentina, pero venimos a ratificar con toda la fuerza los valores de nuestra causa”, expresó Bullrich, al aceptar el fracaso, sobre las 22.20. Detrás de ella, Mauricio Macri seguía el discurso con rostro sepulcral. También Horacio Rodríguez Larreta, Elisa Carrió, María Eugenia Vidal y un sinfín de dirigentes de ojos llorosos dieron la cara en la hora aciaga. Sonó a la despedida del instrumento político que nació en 2015 para resistir la hegemonía kirchnerista.
En el mensaje de Bullrich se filtró algo parecido a un guiño a Milei. Al menos fue un claro rechazo a Massa: “Nunca vamos a ser cómplices de las mafias que destruyeron este país. No soy yo quien venga a felicitar a quien ha sido parte del peor gobierno de la historia argentina”. Pero no son palabras que representen al conjunto de los dirigentes que poblaron sus listas.
Juntos por el Cambio retrocedió casi 6 puntos respecto de las PASO (700.000 votos menos), en una muestra clara de que Bullrich no pudo retener los apoyos de Larreta pese a sumarlo a última hora a la campaña. Una parte importante de esos sufragios migraron hacia Massa y acaso también a Juan Schiaretti, que casi duplicó su caudal de agosto (de 3,9% a 6,9%).
Los libertarios se encontraron con un techo de hierro que los tomó por sorpresa. Sabían desde principios de semana que no les alcanzaría para ganar en primera vuelta y sin embargo Milei cerró la campaña
con un discurso en el que instaló la expectativa de esa hazaña. Su alianza con Luis Barrionuevo –que no le aportó el aparato de fiscalización que había prometido– y una campaña alejada de la moderación lo estancó en el 30%.
Lo que en agosto fue un tsunami ahora se percibió como una brisa ligera, ante el abrumador avance del peronismo. La participación –aunque baja en términos históricos– subió 8 puntos (de 70% a 78%). Massa consiguió un crecimiento sorprendente en Tucumán, en Corrientes, en La Rioja y en todo el norte.
Pero el shock electoral se sostuvo en la provincia de Buenos Aires. Sumó un millón de votos nuevos respecto de agosto, con marcas impactantes en el conurbano bonaerense. Una muestra que es todo un símbolo: ganó por escándalo en Lomas de Zamora, la tierra de Insaurralde, con 10 puntos más que hace dos meses. Federico Otermín, mano derecha e izquierda de Insaurralde, conquistó la intendencia con casi el 50%, ajeno a las peripecias del yate Bandido en las aguas del Mediterráneo.
El peronismo recuperó el municipio de Lanús, que Pro gobernaba desde 2015. El camporista Julián Álvarez sucederá a Néstor Grindetti, que sufrió por partida doble al caer por 18 puntos de diferencia en la carrera por la gobernación con Kicillof. En las PASO la ventaja había sido de apenas tres puntos.
Juntos por el Cambio retuvo San Isidro, Vicente López y San Miguel. Y con un festival de corte de boletas rescató intendencias claves como Mar del Plata y Tres de Febrero, donde Massa superó a Bullrich y a Milei. En La Plata el peronista Julio Alak le arrebataba el gobierno a Julio Garro por menos de mil votos.
Los puentes de Massa
Massa también abrió el juego de seducción a los derrotados. Les habló a los votantes de Schiaretti y de Myriam Bregman (2,7%). Convocó a los radicales, al campo, a los industriales... Y sentenció: “¡La grieta se terminó!”. Una frase que hace cuatro años había hecho propia Alberto Fernández, a quien le aplicaron el derecho de admisión en el complejo de Chacarita donde el peronismo se juntó a festejar.
La otra ausencia resonante fue la de Cristina Kirchner, que se quedó en Santa Cruz. Al votar, se despegó sin piedad de Fernández: dijo que este gobierno no fue de ella, que no la escucharon y que toda la responsabilidad es del Presidente.
Massa hizo lo mismo, pero sin decirlo. No aludió tampoco a Cristina ni a sus banderas ideológicas, en una cuidada operación de deskirchnerización táctica. Muy lógica en este punto de la campaña. Fue Kicillof quien recordó a “la Jefa” y le dio las gracias en su discurso celebratorio.
Las elecciones de ayer configuraron también un nuevo Congreso sin dominios excluyentes. Unión por la Patria tendrá 34 senadores, tres menos de los necesarios para el quorum; Juntos por el Cambio pierde 9 hasta quedarse en 24 y La Libertad Avanza irrumpe en la Cámara alta con 8 bancas. En Diputados, el peronismo unido perdió 11 y se quedaba con 107 escaños, lejos de los 129 que se necesitan para abrir una sesión. Los libertarios tendrán 38 diputados (35 más que ahora) y la coalición macrista-radical pasa de 118 a 94. Sacar leyes será una aventura aún más complicada en lo sucesivo

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Lejos de las expectativas, Milei entró al ballottage y pidió el apoyo de los votantes de JxC
Sus colaboradores aseguraron que el candidato no se mostró abatido; hubo autocrítica por el acercamiento a Barrionuevo y los dichos de Lemoine y Benegas Lynch que restaron votos
Maia JastreblanskyLos festejos de Javier Milei, junto con su hermana Karina, fueron acotados
Javier Milei subió menos de un punto respecto de las PASO, una diferencia de unos 200.000 votos si se compara el escrutinio definitivo de las primarias con el conteo de este domingo. El líder libertario estuvo lejos de cumplir con la expectativa que se había trazado en el cierre de campaña, en el Movistar Arena, cuando arengó que podía ganar en primera vuelta. El candidato de La Libertad Avanza no solo no dio un batacazo, sino que quedó segundo y a más de seis puntos de Sergio Massa, el gran ganador de la noche. Con el 30% de los votos, el piso del libertario en agosto fue también su techo en las generales.
Pese el revés que recibieron los libertarios –muchos de sus referentes acusaron el golpe durante la noche y otros se limitaron a reconocer que tenían “expectativas mayores”–, cerca de Milei aseguraron que el líder libertario no se mostró abatido puertas adentro mientras recibía los resultados en el piso 21 del Hotel Libertador de Retiro. “Para nada golpeado, realmente”, subrayó uno de sus laderos de mayor confianza.
Milei se mostró de ese modo cuando brindó su discurso, pasadas las 23. “Estamos en un logro histórico”, subrayó. Menos exultante que en su cierre de campaña (donde había mostrado un spot en el que brindaba una falsa cadena nacional), esta vez el líder libertario quiso ponderar el logro que obtuvo su fuerza política en el término de dos años. “No dejemos de dimensionar lo que hicimos. De la nada hemos pasado a tener 40 diputados y 8 senadores. Es impresionante lo que hemos construido”, dijo.
Milei, que en las PASO había salido primero en 16 provincias, esta vez se impuso solo en diez: Córdoba, Santa Fe, Mendoza, San Juan, San Luis, Salta, Jujuy, Neuquén, Misiones y Chubut. En la provincia de Buenos Aires, el bastión en donde el líder libertario concentró la mayor parte de su campaña, quedó en tercer lugar
El libertario tendrá una tropa de 40 diputados, muchos de ellos outsiders ignotos en la política y otros tantos provenientes de “sellos de goma” provinciales. Y desembarcará con un nuevo bloque de ocho legisladores en el Senado. De cara a estos comicios, Milei apostaba a una remontada en territorio bonaerense que le permitiera no solo crecer en volumen de votos, sino también alzarse con la gobernación, con su candidata, Carolina Píparo. Pero nada de eso fue posible y en Buenos Aires los libertarios calcaron su performance respecto de las PASO. En la ciudad, el candidato a jefe de gobierno de La Libertad Avanza, Ramiro Marra, pretendía dar la sorpresa y entrar a un ballottage con Jorge Macri. Pero quedó tercero, a ocho puntos de Leandro Santoro (Unión por la Patria).
Moderación
El líder de las PASO no perdió el tiempo para poner en práctica la estrategia que ensayará de cara al ballottage con Unión por la Patria. Frente al micrófono se mostró mucho más amplio y moderado que de costumbre para plantear que en noviembre lo que está en juego es el cambio o la continuidad. Él habló de “las ideas de la libertad” versus “las ideas populistas que hunden en la miseria”.
Milei hizo una convocatoria abierta a Juntos por el Cambio, sin rodeos. “La campaña hizo que muchos de los que queremos un cama bio estemos enfrentados. Quiero terminar con las agresiones, hacer tabula rasa y barajar y dar de nuevo con los que enfrentamos al kirchnerismo”, dijo.
En La Libertad Avanza las sonrisas por haber ingresado en el ballottage se combinaron con fuertes ráfagas de autocrítica. Varios libertarios se lamentaron por los errores propios. Ponían en primer lugar el acercamiento a Luis Barrionuevo. “Fue un punto de inflexión, nos pegó en el corazón de nuestra propuesta contra la casta”, se lamentó un referente y candidato.
También apuntaron de forma crítica a los episodios que protagonizaron la candidata a diputada Lilia Lemoine (que anunció un proyecto propio para que los hombres puedan “renunciar a la paternidad”) y por el economista Alberto Benegas Lynch (hijo), que en el cierre de campaña dijo que habría que romper relaciones con el Vaticano.
El discurso de Milei en el búnker dejó en claro que el libertario cambiará el tono. “(Martín) Insaurralde no es la excepción, es la regla”, dijo el candidato, en un mensaje contra la corrupción, que no había abundado en su campaña. “No venimos quitar derechos, venimos a terminar con privilegios”, se defendió. Milei estuvo prácticamente toda la jornada electoral en una habitación del Hotel Libertador, en avenida Córdoba al 600. Durmió allí en la víspera y tenía previsto sostener la estadía hasta el lunes por la mañana. Este domingo fue el cumpleaños del líder libertario. Su flamante pareja, la actriz Fátima Florez, estuvo con él durante la mañana, antes de que fuera a votar.
Milei se encontró con una multitud en la escuela de Almagro en la que emitió su voto. Luego de sufragar, regresó al Libertador a aguardar los resultados.
Por la tarde llegaron sus laderos de confianza. Solo los referentes “vip” tuvieron acceso al piso 21: su hermana, Karina; sus cuadros técnicos Guillermo Posse y Guillermo Francos; los candidatos a legisladores nacionales Oscar Zago y Juan Napoli; el candidato a jefe de gobierno porteño Ramiro Marra; el responsable de redes sociales, Agustín Romo, y los estrategas de campaña, Santiago Caputo y Fernando Cerimedo. Tras el cierre de urnas, también se acercaron los padres del líder libertario para acompañarlo.
El clima en el búnker de La Libertad Avanza fue mutando. Apenas cerraron las urnas, reconocieron que ganar en primera vuelta no era posible, pero aseguraron que el resultado estaba “cabeza a cabeza” con Sergio Massa (“diferencia de margen de error”, comentaron). Todavía no admitían estar segundos.
Recién cuando llegaron los primeros datos oficiales reconocieron que la diferencia era mucho mayor que la esperada. Milei arengó a su tropa: “Vamos en noviembre por la gloria”. Un dirigente libertario comentó: “Ahora tenemos que ver si tenemos la habilidad política de reaccionar al golpe”.

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