El clima de tensión volvió a dominar en las inmediaciones del Congreso
Manifestantes de izquierda se enfrentaron nuevamente con las fuerzas de seguridad y arrojaron botellas; hubo corridas y gases lacrimógenos; se sumaron diputados
Gustavo Schaposnik
El enfrentamiento entre los manifestantes y la Gendarmería en las inmediaciones del Congreso
Mientras en el recinto de la Cámara de Diputados se sucedían los discursos en el debate por la ley ómnibus, en las inmediaciones del Congreso volvió a registrarse ayer un clima de fuerte tensión entre manifestantes de izquierda, grupos kirchneristas y las fuerzas policiales. Según pudo constatar en el lugar hubo corridas, empujones y al menos un militante detenido. También se respiraron gases lacrimógenos y un grupo de diputados abandonó el recinto para plegarse a las protestas en medio de la sesión.
La tensión se generó cuando los policías avanzaron sobre los manifestantes para incautarles los palos en los que portaban sus banderas, por considerar que eran “elementos contundentes”. La cantidad de militantes, que fue poca durante buena parte de la jornada, comenzó a aumentar por la tarde. A las organizaciones de izquierda se sumaron otras, como el Movimiento
Evita. En medio de la tensión, el dirigente del Polo Obrero Eduardo Belliboni sufrió una “descompensación” y fue atendido por el SAME.
Entre los manifestantes también hubo otro hombre que resultó herido, con la nariz sangrando.También hubo miembros de las fuerzas de seguridad heridos por los botellazos que tiraron los manifestantes.
En medio de los incidentes, la Gendarmería avanzó para despejar la avenida Rivadavia, mientras los diputados de izquierda Myriam Bregman y Nicolás del Caño reclamaban a las fuerzas de seguridad “el cese de la represión”. Incluso, la legisladora pidió desde la calle que se suspendiera la sesión. Su colega de bancada Cristian Castillo lo hizo también desde el recinto. Era la intención de la izquierda.
A su vez, varios diputados de Unión por la Patria, con Máximo Kirchner a la cabeza, salieron del Congreso para manifestar su rechazo a los incidentes. También se vio a Santiago Cafiero, Victoria Tolosa Paz y Leandro Santoro. “El derecho a la protesta tiene garantía constitucional y hay que garantizarlo”, dijo Santoro a Al rato volvieron al recinto para retomar la lista de oradores y evitar que se acelerara la sesión.
Mientras tanto, el accionar de las fuerzas de seguridad incluyó la detonación de postas de goma y la utilización de gas lacrimógeno, a la vez que avanzó un camión hidrante sobre la Plaza del Congreso. En el operativo participaron la Policía Federal, la Gendarmería y la Prefectura Naval, que responden a las órdenes de la ministra Patricia Bullrich. Más temprano estuvo la Policía de la Ciudad de Buenos Aires, que no había participado la jornada anterior.
En horas de la tarde, columnas del Polo Obrero que protestaban en la Casa de Mendoza –en la provincia cuyana hubo detenidos en medio de las protestas– comenzaron a marchar por Callao, en sentido contrario al tránsito, hacia el Congreso. Habían acordado con la Policía de la Ciudad ocupar un solo carril de la avenida y una amplia cantidad de efectivos los custodiaban. A su vez, agentes de la Policía Federal esperaban posicionados en la esquina de Rivadavia.
“Unidad de los trabajadores y al que no le gusta se jode”, cantaban. Al llegar al Congreso, subieron a la plaza contenidos por la policía. De repente, empezaron a volar objetos. Un militante descubrió que un palo de caña de bambú que hacía de mástil de bandera del MST también podía convertirse en un arma contra la policía; los efectivos respondieron con un gas pimienta que no dispersó del todo a los manifestantes. Fue el inicio de una escalada que terminó con incidentes por segunda jornada consecutiva en inmediaciones del Congreso. En todo momento, la policía intentó que no se cortaran la circulación de las avenidas.
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Quién es el periodista que le pegó a un militante libertario
Gastón Garriga, de 48 años, escribe en Página 12, figura como trabajador de la Fundación Octubre y del Congreso
Mientras en el recinto de la Cámara de Diputados se sucedían los discursos en el debate por la ley ómnibus, en las inmediaciones del Congreso volvió a registrarse ayer un clima de fuerte tensión entre manifestantes de izquierda, grupos kirchneristas y las fuerzas policiales. Según pudo constatar en el lugar hubo corridas, empujones y al menos un militante detenido. También se respiraron gases lacrimógenos y un grupo de diputados abandonó el recinto para plegarse a las protestas en medio de la sesión.
La tensión se generó cuando los policías avanzaron sobre los manifestantes para incautarles los palos en los que portaban sus banderas, por considerar que eran “elementos contundentes”. La cantidad de militantes, que fue poca durante buena parte de la jornada, comenzó a aumentar por la tarde. A las organizaciones de izquierda se sumaron otras, como el Movimiento
Evita. En medio de la tensión, el dirigente del Polo Obrero Eduardo Belliboni sufrió una “descompensación” y fue atendido por el SAME.
Entre los manifestantes también hubo otro hombre que resultó herido, con la nariz sangrando.También hubo miembros de las fuerzas de seguridad heridos por los botellazos que tiraron los manifestantes.
En medio de los incidentes, la Gendarmería avanzó para despejar la avenida Rivadavia, mientras los diputados de izquierda Myriam Bregman y Nicolás del Caño reclamaban a las fuerzas de seguridad “el cese de la represión”. Incluso, la legisladora pidió desde la calle que se suspendiera la sesión. Su colega de bancada Cristian Castillo lo hizo también desde el recinto. Era la intención de la izquierda.
A su vez, varios diputados de Unión por la Patria, con Máximo Kirchner a la cabeza, salieron del Congreso para manifestar su rechazo a los incidentes. También se vio a Santiago Cafiero, Victoria Tolosa Paz y Leandro Santoro. “El derecho a la protesta tiene garantía constitucional y hay que garantizarlo”, dijo Santoro a Al rato volvieron al recinto para retomar la lista de oradores y evitar que se acelerara la sesión.
Mientras tanto, el accionar de las fuerzas de seguridad incluyó la detonación de postas de goma y la utilización de gas lacrimógeno, a la vez que avanzó un camión hidrante sobre la Plaza del Congreso. En el operativo participaron la Policía Federal, la Gendarmería y la Prefectura Naval, que responden a las órdenes de la ministra Patricia Bullrich. Más temprano estuvo la Policía de la Ciudad de Buenos Aires, que no había participado la jornada anterior.
En horas de la tarde, columnas del Polo Obrero que protestaban en la Casa de Mendoza –en la provincia cuyana hubo detenidos en medio de las protestas– comenzaron a marchar por Callao, en sentido contrario al tránsito, hacia el Congreso. Habían acordado con la Policía de la Ciudad ocupar un solo carril de la avenida y una amplia cantidad de efectivos los custodiaban. A su vez, agentes de la Policía Federal esperaban posicionados en la esquina de Rivadavia.
“Unidad de los trabajadores y al que no le gusta se jode”, cantaban. Al llegar al Congreso, subieron a la plaza contenidos por la policía. De repente, empezaron a volar objetos. Un militante descubrió que un palo de caña de bambú que hacía de mástil de bandera del MST también podía convertirse en un arma contra la policía; los efectivos respondieron con un gas pimienta que no dispersó del todo a los manifestantes. Fue el inicio de una escalada que terminó con incidentes por segunda jornada consecutiva en inmediaciones del Congreso. En todo momento, la policía intentó que no se cortaran la circulación de las avenidas.
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Quién es el periodista que le pegó a un militante libertario
Gastón Garriga, de 48 años, escribe en Página 12, figura como trabajador de la Fundación Octubre y del Congreso
Camila Dolabjian
Captura de videoGastón Garriga, en el momento en el que golpea a Patricio Chazarreta
La tensión continuaba anoche puertas adentro y fuera del Congreso. Frente al Palacio Legislativo, ocurrieron hechos de violencia de los que se hicieron eco funcionarios de gobierno, como Diana Mondino, canciller, y Manuel Adorni, vocero presidencial. Pero la violencia se inició anteayer por la tarde.
En ese contexto, Patricio Chazarreta, un militante libertario de 23 años, fue golpeado en la cara por detrás mientras cruzaba la plaza para ingresar a ver el tratamiento de la ley ómnibus, a la que fue invitado por un miembro de La Libertad Avanza.
Su agresor fue Gastón Garriga, quien fue identificado inicialmente como un militante de izquierda. Horas después, circuló que se trataba del director comercial de la radio AM750, un cargo que exhibe en sus propias redes sociales.
Garriga, de 48 años, es además periodista del diario Página 12 y figura en registros públicos como trabajador de la Fundación Octubre, del sindicalista y empresario Víctor Santa María, para la redacción de artículos de un suplemento. Además, tiene un contrato con la Cámara de Diputados de la Nación y fue empleado de la legislatura bonaerense.
consultó a todos sus empleadores respecto de su relación laboral y las consecuencias de sus acciones, pero no recibió respuestas de ninguno de ellos. También intentó comunicarse con el propio Garriga, sin éxito, tras eliminar sus redes sociales. Trabajó en el área de prensa de la obra social OSDE (en su LinkedIn dice seguir trabajando en la empresa), aunque esta aclaró que no continúa vinculado.
Chazarreta presentó una denuncia penal con el patrocinio del legislador porteño Yamil Santoro por lesiones y discriminación política. Aludieron a la ley 23.592, que reprime con prisión de un mes a tres años a “quienes por cualquier medio alentaren o incitaren a la persecución o el odio contra una persona o grupos de personas a causa de su raza, religión, nacionalidad o ideas políticas”.
El joven llevaba una gorra que decía “Las fuerzas del cielo” y llamó la atención de los manifestantes por llevar traje, lo que contrastaba con quienes estaban en la plaza en ese momento, razón a la que atribuye los insultos, gritos, empujones y el golpe que sufrió. En comunicación con aseguró que no provocó verbalmente a los manifestantes y que la policía, que estaba cerca, no reaccionó frente a los golpes.
Si bien Waldo Wolff, ministro de Seguridad de la Ciudad de Buenos Aires, se puso a disposición de las actuaciones que sigan al caso, todavía no hay noticias de que haya sido citado o demorado Garriga.
“En las cercanías había personal policial y miembros del Congreso, por lo que, en primer lugar, no aparecía como probable una agresión o altercado con los manifestantes. No obstante, los manifestantes se multiplicaron sospechosamente, por lo que decidí acercarme más para buscar a mi amigo y retirarnos al Congreso. Cuando me acerco, algunos manifestantes comenzaron a empujarnos y pegarnos patadas. Varias veces me quitaron la gorra, mientras me escupían, insultaban o pateaban”, dijo en la denuncia.
Adicionalmente, declaró que las lesiones no se detectan a simple vista, pero que el golpe le dejó una inflamación en el lugar del puñetazo –la mandíbula izquierda–, y dolor y dificultad para morder en la mandíbula derecha.
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Corridas e insultos ante una maniobra opositora para frenar la sesión
El kirchnerismo y la izquierda abandonaron el recinto con pedidos de suspender el Matías Moreno
Diputados kirchneristas y de izquierda, en la calle
En el momento más caliente del extenuante debate por la ley ómnibus en la Cámara de Diputados, el oficialismo y sus aliados de Pro, la UCR y Hacemos Coalición Federal frenaron un intento del kirchnerismo y la izquierda de levantar la sesión por los violentos incidentes entre manifestantes y efectivos de las fuerzas de Seguridad en las inmediaciones del Congreso.
Alrededor de las 20, mientras varios legisladores se habían levantado de sus bancas para distenderse y dar batalla contra el cansancio o los negociadores de la oposición dialoguista analizaban los cambios propuestos por el Gobierno, la diputada Romina del Plá (FIT) le pidió al titular de la Cámara, Martín Menem, que convocara a un cuarto intermedio por los enfrentamientos en las calles. El caos y la tensión se trasladaron al recinto. Myriam Bregman y Nicolás del Caño irrumpieron en la escena. “Están reprimiendo, hijos de puta”, gritó Del Caño.
De inmediato, el kirchnerismo se sumó al reclamo. En las filas de los aliados causó sorpresa que Mónica Frade, de la Coalición Cívica, solicitara también suspender la discusión durante diez minutos para que los informaran sobre los disturbios. Germán Martínez, jefe de la bancada de Unión por la Patria, le recordó a Menem que horas antes había alertado sobre el amplio operativo de seguridad que dispuso Patricia Bullrich alrededor del edificio ante la protesta de organizaciones de izquierda y sindicalistas.
Martínez pidió votar una moción para definir si harían o no un cuarto intermedio. La jugada encendió las alarmas en el tablero de los libertarios y de Pro. Diego Santilli saltó de su banca para hablar con Oscar Zago, jefe del bloque de La Libertad Avanza. Y Cristian Ritondo corrió hasta el sector de Miguel Pichetto y Emilio Monzó. Diputados del oficialismo, Pro y la UCR entraban al recinto al trote, alertados por sus compañeros. Fastidiado, Pichetto tomó la palabra: “No vamos a permitir que se interrumpa la labor de un poder del Estado”, enfatizó. Los militantes libertarios que estaban apostados en las gradas y los palcos comenzaron a palmear el mensaje de Pichetto. El jefe de bloque de HCF se enfureció con los seguidores de Milei. “Dejen de aplaudir, no sean pelotudos. Parece que están en una fiesta”, bramó.
Con reproches cruzados y gritos, Leopoldo Moreau y Paula Pennaca le reclamaban desencajados a Menem que levantara la sesión. El titular de la Cámara aceptó el pedido cuando la Cámara comenzó a completarse. Votaron a mano alzada y ganaron los libertarios, gracias al respaldo crucial de sus aliados. Consumada la derrota, el kirchnerismo y la izquierda decidieron levantarse de sus bancas y salir del recinto.
Mientras tanto, Menem ordenó desalojar a los militantes de las gradas.
El grupo de radicales que responde a Facundo Manes improvisó una cumbre en el pasillo para deliberar si salían o se quedaban. En Pro miraban el quorum y la chance de cerrar el debate y aprobar la votación en general. Cerca de Manes sospechaban un intento de apurar la media sanción. El socialista Esteban Paulon también se retiró.
Finalmente, los radicales que responden a Manes y Gerardo Morales se fueron del recinto.
Con el clima enrarecido, los diputados del kirchnerismo regresaron al hemiciclo. Cecilia Moreau (UP) cuestionó con dureza a Bullrich por la represión de los manifestantes y advirtió que el bloque no abandonaría el debate. Minutos antes, los libertarios habían anunciado que levantaban su lista de oradores para acelerar el debate.
En medio de la frenética pelea, Karina Milei irrumpió en la Cámara. Se ubicó en el Palco de Honor, junto con el vocero presidencial Manuel Adorni. “Lo que pasa afuera no depende de nosotros. Voy a respetar a todos por igual. No busquemos inconvenientes para no seguir con la sesión”, imploró Menem. En ese momento, en su computadora, tenía puesto el canal Todo Noticias para monitorear los incidentes.
La tensión continuaba anoche puertas adentro y fuera del Congreso. Frente al Palacio Legislativo, ocurrieron hechos de violencia de los que se hicieron eco funcionarios de gobierno, como Diana Mondino, canciller, y Manuel Adorni, vocero presidencial. Pero la violencia se inició anteayer por la tarde.
En ese contexto, Patricio Chazarreta, un militante libertario de 23 años, fue golpeado en la cara por detrás mientras cruzaba la plaza para ingresar a ver el tratamiento de la ley ómnibus, a la que fue invitado por un miembro de La Libertad Avanza.
Su agresor fue Gastón Garriga, quien fue identificado inicialmente como un militante de izquierda. Horas después, circuló que se trataba del director comercial de la radio AM750, un cargo que exhibe en sus propias redes sociales.
Garriga, de 48 años, es además periodista del diario Página 12 y figura en registros públicos como trabajador de la Fundación Octubre, del sindicalista y empresario Víctor Santa María, para la redacción de artículos de un suplemento. Además, tiene un contrato con la Cámara de Diputados de la Nación y fue empleado de la legislatura bonaerense.
consultó a todos sus empleadores respecto de su relación laboral y las consecuencias de sus acciones, pero no recibió respuestas de ninguno de ellos. También intentó comunicarse con el propio Garriga, sin éxito, tras eliminar sus redes sociales. Trabajó en el área de prensa de la obra social OSDE (en su LinkedIn dice seguir trabajando en la empresa), aunque esta aclaró que no continúa vinculado.
Chazarreta presentó una denuncia penal con el patrocinio del legislador porteño Yamil Santoro por lesiones y discriminación política. Aludieron a la ley 23.592, que reprime con prisión de un mes a tres años a “quienes por cualquier medio alentaren o incitaren a la persecución o el odio contra una persona o grupos de personas a causa de su raza, religión, nacionalidad o ideas políticas”.
El joven llevaba una gorra que decía “Las fuerzas del cielo” y llamó la atención de los manifestantes por llevar traje, lo que contrastaba con quienes estaban en la plaza en ese momento, razón a la que atribuye los insultos, gritos, empujones y el golpe que sufrió. En comunicación con aseguró que no provocó verbalmente a los manifestantes y que la policía, que estaba cerca, no reaccionó frente a los golpes.
Si bien Waldo Wolff, ministro de Seguridad de la Ciudad de Buenos Aires, se puso a disposición de las actuaciones que sigan al caso, todavía no hay noticias de que haya sido citado o demorado Garriga.
“En las cercanías había personal policial y miembros del Congreso, por lo que, en primer lugar, no aparecía como probable una agresión o altercado con los manifestantes. No obstante, los manifestantes se multiplicaron sospechosamente, por lo que decidí acercarme más para buscar a mi amigo y retirarnos al Congreso. Cuando me acerco, algunos manifestantes comenzaron a empujarnos y pegarnos patadas. Varias veces me quitaron la gorra, mientras me escupían, insultaban o pateaban”, dijo en la denuncia.
Adicionalmente, declaró que las lesiones no se detectan a simple vista, pero que el golpe le dejó una inflamación en el lugar del puñetazo –la mandíbula izquierda–, y dolor y dificultad para morder en la mandíbula derecha.
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Corridas e insultos ante una maniobra opositora para frenar la sesión
El kirchnerismo y la izquierda abandonaron el recinto con pedidos de suspender el Matías Moreno
En el momento más caliente del extenuante debate por la ley ómnibus en la Cámara de Diputados, el oficialismo y sus aliados de Pro, la UCR y Hacemos Coalición Federal frenaron un intento del kirchnerismo y la izquierda de levantar la sesión por los violentos incidentes entre manifestantes y efectivos de las fuerzas de Seguridad en las inmediaciones del Congreso.
Alrededor de las 20, mientras varios legisladores se habían levantado de sus bancas para distenderse y dar batalla contra el cansancio o los negociadores de la oposición dialoguista analizaban los cambios propuestos por el Gobierno, la diputada Romina del Plá (FIT) le pidió al titular de la Cámara, Martín Menem, que convocara a un cuarto intermedio por los enfrentamientos en las calles. El caos y la tensión se trasladaron al recinto. Myriam Bregman y Nicolás del Caño irrumpieron en la escena. “Están reprimiendo, hijos de puta”, gritó Del Caño.
De inmediato, el kirchnerismo se sumó al reclamo. En las filas de los aliados causó sorpresa que Mónica Frade, de la Coalición Cívica, solicitara también suspender la discusión durante diez minutos para que los informaran sobre los disturbios. Germán Martínez, jefe de la bancada de Unión por la Patria, le recordó a Menem que horas antes había alertado sobre el amplio operativo de seguridad que dispuso Patricia Bullrich alrededor del edificio ante la protesta de organizaciones de izquierda y sindicalistas.
Martínez pidió votar una moción para definir si harían o no un cuarto intermedio. La jugada encendió las alarmas en el tablero de los libertarios y de Pro. Diego Santilli saltó de su banca para hablar con Oscar Zago, jefe del bloque de La Libertad Avanza. Y Cristian Ritondo corrió hasta el sector de Miguel Pichetto y Emilio Monzó. Diputados del oficialismo, Pro y la UCR entraban al recinto al trote, alertados por sus compañeros. Fastidiado, Pichetto tomó la palabra: “No vamos a permitir que se interrumpa la labor de un poder del Estado”, enfatizó. Los militantes libertarios que estaban apostados en las gradas y los palcos comenzaron a palmear el mensaje de Pichetto. El jefe de bloque de HCF se enfureció con los seguidores de Milei. “Dejen de aplaudir, no sean pelotudos. Parece que están en una fiesta”, bramó.
Con reproches cruzados y gritos, Leopoldo Moreau y Paula Pennaca le reclamaban desencajados a Menem que levantara la sesión. El titular de la Cámara aceptó el pedido cuando la Cámara comenzó a completarse. Votaron a mano alzada y ganaron los libertarios, gracias al respaldo crucial de sus aliados. Consumada la derrota, el kirchnerismo y la izquierda decidieron levantarse de sus bancas y salir del recinto.
Mientras tanto, Menem ordenó desalojar a los militantes de las gradas.
El grupo de radicales que responde a Facundo Manes improvisó una cumbre en el pasillo para deliberar si salían o se quedaban. En Pro miraban el quorum y la chance de cerrar el debate y aprobar la votación en general. Cerca de Manes sospechaban un intento de apurar la media sanción. El socialista Esteban Paulon también se retiró.
Finalmente, los radicales que responden a Manes y Gerardo Morales se fueron del recinto.
Con el clima enrarecido, los diputados del kirchnerismo regresaron al hemiciclo. Cecilia Moreau (UP) cuestionó con dureza a Bullrich por la represión de los manifestantes y advirtió que el bloque no abandonaría el debate. Minutos antes, los libertarios habían anunciado que levantaban su lista de oradores para acelerar el debate.
En medio de la frenética pelea, Karina Milei irrumpió en la Cámara. Se ubicó en el Palco de Honor, junto con el vocero presidencial Manuel Adorni. “Lo que pasa afuera no depende de nosotros. Voy a respetar a todos por igual. No busquemos inconvenientes para no seguir con la sesión”, imploró Menem. En ese momento, en su computadora, tenía puesto el canal Todo Noticias para monitorear los incidentes.
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