Crónica de una noche que fue casi un milagro
Marcelo Stiletano
LA GRAN NOCHE DEL POP
(The Greatest NIGHT POP, estados
Unidos/2024). dirección: in Bao Nguyen. edición: da vidbr odie, niczi mm ermann
y Will Znidaric. duración: 96 minutos.
Nuestra opinión: muy buena.
disponible en Netflix
Al comienzo, las cosas no parecen lo que en realidad son. Cuando un casi irreconocible Lionel Richie se sienta ante la cámara y empieza a recordar de memoria todo lo que hizo como principal artífice de “We Are the World” la primera impresión que nos queda es la de un artista que sueña con recuperar al menos una parte de su momento más exitoso a través de un documental concebido a modo de historia oficial.
A Richie le sigue un desfile muy convencional con imágenes de archivo y comentarios demasiado trillados sobre el pasado glorioso de algunas grandes estrellas de la música, entre ellas Harry Belafonte, espléndido cantante, competente actory figura clave de los movimientos defensores de los derechos civiles en la agitada escenografía estadounidense de los años 60, cuya muerte (ocurrida el 25 de abril de 2023, a los 96 años) pasó casi inadvertida.
Belafonte hizo mucho en la década del 90 para llamar la atención de la opinión pública y de los líderes mundiales por la crisis alimentaria que afectaba a extensas regiones africanas. Como relató con todo detalle Mauro Apicella en la nacion el 22 de enero último, Richie y Michael Jackson tomaron la posta y se pusieron al frente en enero de 1985 de un ambicioso encuentro musical y de una canción que cumpliese ese propósito benéfico.
La gran noche del pop, el documental de esa grabación producido y narrado por Richie, parece dispuesto al principio a tomar el camino más previsible y adulador. Hasta que en un momento todo cambia y La gran noche del pop comienza a adquirir su verdadera (y fascinante) dimensión.
El propósito humanitario de USA for Africa, cumplido con creces, es el aspecto más conocido de todos. Mucho menos se sabe acerca de las complicaciones (algunas verdaderamente insólitas) que enfrentaron los organizadores de una reunión cumbre.
La primera hipótesis que se prueba en este esmerado trabajo de reconstrucción tiene que ver con el temperamento y la conducta de los artistas que se sumaron al proyecto. Quincy Jones, brillante productor de venido también aquí organizador, consejero y paciente terapeuta, hizo poner en una de las paredes del estudiode grabación un cartel que decía: “Por favor, dejen el ego afuera”.
Lo que se cuenta aquí, entre otras cosas, es que hubo enormes estrellas de la música que aquella noche de enero de 1985 decidieron quedarse de manera literal fuera de la grabación por no convalidar el espíritu grupal del proyecto. Hay una lista notable de grandes momentos. Allí está el gran vocalista que pierde el control de lo que tiene que cantar por haberse excedido con el alcohol. También la elusiva estrella que aparece completamente perdida hasta que alguien providencialmente encuentra una brújula para llevarlo en la misma dirección que el resto. El registro de los tramos solistas de la grabación es especialmente atrayente, sobre todo a partir de varios testimonios y recuerdos actuales que los enriquecen.
La gran noche del pop es el relato visual, sonoro y testimonial de un hecho irrepetible que no podría siquiera concebirse si alguien quisiera hacer algo parecido en la actualidad.
http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.