miércoles, 30 de marzo de 2016

TEMA DE REFLEXIÓN POR JOSÉ EDUARDO MORENO


José Eduardo Moreno, investigador del Conicet.

"¿Qué voy a hacer de mi vida?" es una pregunta que casi todas las personas se plantearon alguna vez. Para los jóvenes, esa inquietante decisión de futuro no sólo implica elegir una carrera, sino afirmar la propia personalidad. Para los adultos, que cada vez más se animan a plantearse cambios, volver a encontrar su lugar en el mundo.
La elección vocacional es una decisión compleja y movilizante ya que con ella, los jóvenes intentan establecer quiénes son en base a sus propias creencias y valores, según explica José Moreno, investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) y vicerrector del Centro Interdisciplinario de Investigaciones en Psicología Matemática y Experimental Dr. Horacio J. A. Rimoldi (Ciipme-Conicet).
Junto a otros investigadores, Moreno publicó recientemente el libro Claves para la evaluación y orientación vocacional. Valores, proyecto de vida y motivaciones, que además de un abordaje teórico brinda instrumentos prácticos para la elección de la carrera con un foco en valores y proyecto de vida.
Ante las dudas
"La influencia de los adultos sigue siendo muy grande"
"La satisfacción en la tarea, la satisfacción laboral, es una motivación muy presente en los jóvenes en la actualidad, incluso a veces es más fuerte que las aspiraciones económicas o la búsqueda de éxito y prestigio", dice Moreno sobre los factores que influyen en la elección de la carrera.
Advierte que las elecciones rápidas y superficiales suelen ser frecuentes en quienes no toleran la confusión o la ambivalencia de las dudas propias de los primeros momentos de todo proceso de elección. "Frente a este conflicto algunos se someten a las presiones exteriores como una vía de elección rápida que le permita evitar la ansiedad del momento. La influencia de los padres y los amigos es positiva cuando tiene un carácter orientador y brinda modelos profesionales-ocupacionales, es decir, estimula y persuade sin coaccionar", señala. Aunque una de las características de las nuevas generaciones es la autonomía, Moreno dice: "La influencia sigue siendo muy grande e incluso es admitida por los propios adolescentes".
Lo que hay que saber
"No se trabajó suficientemente en la relación existente entre los valores y las preferencias vocacionales"
Existen dos temas básicos para elegir lo mejor posible la carrera. Uno es el autoconocimiento, es decir, tener en claro los propios intereses, valores, actitudes, características de personalidad, posibilidades y límites. Otro es tener información sobre las características de la ocupación o profesión a desempeñar, y de la valoración y demanda social y laboral de la misma.
El problema es que, según Moreno, no sólo a los jóvenes les falta información, sino también a padres y docentes. "En los últimos 50 años se incrementó de tal modo la oferta educativa y la variedad de ocupaciones que es lógico que exista un cierto nivel de desinformación. Por eso se hace necesario que se integre a la currícula de todas las asignaturas, tanto en el nivel primario como en el secundario, la información vocacional. La orientación vocacional no puede dejarse para un curso en los últimos años del secundario", opina.
Vínculo con el trabajo
"El sistema educativo no está dando respuestas"
Hoy no sólo escuelas y universidades dan orientación a los jóvenes que terminan el secundario, sino que tomó relevancia la orientación a los graduados. "En una misma profesión hay exigencias y desempeños muy diversos. Es importante, además de tener cierta información de la carrera, tomar contacto con profesionales. Durante el secundario, en la medida en que la persona se vaya definiendo, puede acercarse a los lugares de desempeño profesional", sugiere.
En cuanto al mercado laboral opina que se están modificando los criterios de selección en las búsquedas. "Cada vez es más importante que todo empleado o profesional sea creativo, sepa trabajar en grupo, sepa expresarse y comunicarse. El sistema educativo no está dando respuestas a estas necesidades", explica.
Deuda pendiente
"No existe una planificación nacional en cuanto a la orientación vocacional"
El papel de los orientadores reviste importancia porque "no existe una planificación nacional en cuanto a la orientación vocacional, como sucede en algunos países, como Alemania". Para Moreno, un sistema nacional de orientación debería articular criterios del sistema educativo y del laboral. Sugiere que tenga como funciones realizar investigaciones sobre oferta y demanda educativa y ocupacional para crear un banco de datos, asesorar y coordinar acciones en los distintos niveles educativos y evaluar técnicas de orientación novedosas de otros países para aplicarlas aquí.
El buen orientador
"Debemos mejorar nuestro conocimiento de la realidad"
"Como orientadores debemos observar e intentar comprender las tendencias de la evolución económica, social y cultural, para de este modo mejorar nuestro conocimiento de la realidad a fin de guiar lo mejor posible a los jóvenes que consultan", finaliza.

Profesión: Lic. en Psicología
Edad: 68
Origen: argentino
Profesor de la Facultad de Psicología y Psicopedagogía de la UCA
Investiga acerca de las teorías psicológicas del desarrollo y sobre la medición de valores, posturas éticas y motivaciones
Especialista en psicología del desarrollo (niñez y adolescencia)
M. E.

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