martes, 24 de mayo de 2016

EN HORROR DE LUDOVICO POR EL DR. RICARDO "EL MORDAZ"

INVESTIGADOR; DR. RICARDO "EL MORDAZ"

LA NARANJA MECÁNICA
Neurobiología del comportamiento moral
La moral es un código de valores y costumbres que guían las conductas sociales. La piedra angular en la que se basa, es el concepto de evitar causar daño a los demás y deriva de la denominada “regla de oro de la moral”, que se remonta a una obra literaria del antiguo Egipto llamada El campesino elocuente, donde se registra la famosa frase: “No hagas a tu vecino lo que no quieres que te hagan a ti”.
Los sociópatas carecen de emociones morales, de empatía, de conciencia y de remordimiento ante los actos cometidos. Si bien tienen dificultad para distinguir entre las transgresiones morales y los comportamientos normales, poseen un conocimiento de la moral normal y del razonamiento.
Deshilvanando La naranja mecánica
Los casos de sociopatía y psicopatía, dos trastornos que poseen más semejanzas que diferencias, han sido temas favoritos de la literatura y de la industria cinematográfica plagadas de personajes que entran dentro de estas categorías. Pero ante la necesidad de seleccionar, sin duda la más representativa es la novela La naranja mecánica de Anthony Burgess, llevada a la pantalla por el genial Stanley Kubrick.

Anthony Burgess
La Naranja Mecánica
La película fue terminada en 1971 y el guión sigue fielmente la trama de la novela que pertenece a la literatura distópica, o sea una utopía perversa donde la realidad transcurre en términos opuestos a los de una sociedad ideal.
El terror y la violencia, aspectos de la conducta de los individuos humanos, son centrales en La naranja mecánica. Alex, el personaje principal, y tres compañeros deambulan por las calles de Londres después de haber ingerido drogas estimulantes. Los cuatro visten en forma similar con buzos y pantalones blancos ajustados, botas y galeras negras que contrastan con la ropa. Provistos de bastones, también negros, agreden a los vagabundos que encuentran en el camino hasta dejarlos moribundos, violan, asaltan y viven en estado de descontrol absoluto.

Malcolm McDowell, en el papel de Alex.
Los protagonistas utilizan un lenguaje con abundantes expresiones nadsat, una jerga adolescente ficticia, mezcla de palabras basadas en el idioma ruso, ciertos términos del cockney (el lunfardo londinense) y palabras inventadas por el propio Burgess. Alex, el jefe de los drugos, que así se autodenomina la banda, ejerce terror físico y psicológico sobre sus compañeros y ellos, a su vez, lo aplican sobre los demás. Finalmente éstos, cansados de su tiranía, le tienden una celada y lo dejan a merced de la policía.

Los drugos en una de sus andanzas delictivas
El programa Ludovico
Hoy Alex es considerado un sociópata, el trastorno psíquico de las personas que pierden la noción de la importancia de las normas sociales, como las leyes y los derechos individuales. El paciente es consciente del daño que produce, pero carece totalmente de empatía y remordimiento. Posee una visión distorsionada de la autoestima, una búsqueda constante de nuevas sensaciones (que pueden llegar a extremos insólitos), deshumaniza a sus víctimas y siente indiferencia absoluta ante las consecuencias de sus actos.
Alex es el individuo ideal para el Estado de la Inglaterra ficticia, que considera que puede recuperarlo para la sociedad. “En lugar de tenerlos indefinidamente presos, los transformamos en personas que pueden convivir con el resto de la gente”. Esta era la idea del gobierno.
El programa (ficticio), llamado Ludovico, se presenta ante los medios de comunicación y la opinión pública, como la superación de una vieja etapa de la democracia autoritaria y alejada de la ciencia. Obviamente, existe connivencia entre el gobierno y el equipo de científicos, médicos y psicólogos que manejan el programa.
Alex, después de haber firmado el consentimiento, es llevado a un recinto donde lo sitúan frente a una pantalla y le colocan unas pinzas metálicas que le impiden cerrar los párpados. Por lo tanto, se ve forzado a observar escenas de extrema violencia durante largos períodos mientras está bajo los efectos de una droga que le provoca náuseas. Después de varias sesiones, Alex queda totalmente incapacitado para reaccionar ante situaciones de violencia, incluso en defensa propia, o de tocar a una mujer desnuda que lo provoca. Al término del tratamiento, Alex es dado de alta y liberado de la cárcel.
El programa Ludovico, a semejanza de la lobotomía frontal, es un arma de doble filo. Alex fue privado de la capacidad de adoptar decisiones éticas, por lo tanto, la bondad no es posible en él, porque la bondad es algo que se elige y, cuando el hombre no puede elegir, cesa de ser hombre.

Alex sometido al programa Ludovico.
La novela de Burgess plantea el peligro del empleo de estas técnicas si fueran aplicadas a disidentes o enemigos políticos por sistemas dictatoriales. En este aspecto, sigue la línea de sus predecesores en literatura distópica.
Sin embargo, no es necesario recurrir a la ficción para enfrentarse con estos procedimientos. En 1949, el portugués Antonio Egas Moniz recibió el Premio Nobel en Medicina por desarrollar el método de la lobotomía frontal. Decenas de miles de personas con distintos tipos de trastornos mentales fueron sometidas a este tratamiento y, a diferencia de Alex, muchas veces sin consentimiento previo. Como resultado, quedó un tendal de gente discapacitada y no fueron pocos los que fallecieron.
Los autores ingleses se distinguen por ser proféticos como el 1984 de Orwell, donde en muchos países, incluyendo el nuestro, los medios dejaron de ser sistemas de información para abanderarse detrás de un sistema político-económico de neoliberalismo extremo donde un periodismo corrupto y mercenario, transmite mentiras y reportajes sesgados.
La naranja mecánica de Anthony Burgess, es una premonición de lo que puede pasar si la técnica de la realidad virtual inmersiva, que por ahora se utiliza con fines terapéuticos, se pueda destinar para torcer la voluntad y la moral de las personas. Ver en El Mordaz Ficción o realidad http://elmordazblog.blogspot.com.ar/search?q=realidad+virtual (VER A CONTINUACIÓN)

FICCIÓN O REALIDAD

Ray Bradbury (1920-2012)
En 1950, Ray Bradbury, el genial cuentista de ciencia ficción escribió La Sabana. De sus páginas fluye la historia de un mundo futuro donde un matrimonio hace instalar para sus dos hijos una habitación de juegos con tecnología de imagen y sonido tridimensional, de tal manera que el espectador vive una situación real, pero que es virtual.
El juego preferido de los niños es una pradera africana y se pasan las horas en la habitación disfrutando de las emociones que surgen ante sus ojos. Un día, los padres ingresan en la sala y ante su sorpresa se abre un escenario donde no se escatima ningún detalle, sienten en su piel el sol ardiente de la sabana, el rugido de las fieras, la mezcla de olores de animales y plantas. En el cielo varios buitres revolotean sobre la carcasa de un animal devorado por las hienas. De pronto, un león se acerca peligrosamente, los padres saben que es una realidad virtual, pero es tan auténtico que abandonan la habitación precipitadamente.
Deciden clausurar la sala de juegos ante la desesperación, el llanto y el pataleo de los niños. Uno de ellos le pide que los dejen jugar por última vez. Los padres acceden y todos ingresan al salón, surge nuevamente la escena africana con todo su realismo. De unos arbustos surge una pareja de leones que se quedan observando a los padres. Uno de ellos comienza a aproximarse, el otro león lo sigue. Los padres se percatan que sus hijos se han ido, intentan salir pero la puerta ha sido cerrada con llave. Del otro lado, los niños escuchan los gritos desgarradores de los padres…después sólo hay silencio.

Ray Bradbury no saldría de su asombro si pudiera ver que en la actualidad la selva africana de su narrativa gótica, se puede reconstruir con la misma realidad que en el cuento, con la única diferencia que los leones no devoran personas. El nuevo sistema se llama realidad virtual inmersiva.
Aquí también hay una sala donde se ubica al espectador o al paciente, ya que actualmente, el método es ampliamente utilizado para tratar alteraciones psiquiátricas y luego se extendió a diversas afecciones orgánicas. Al sujeto se le coloca un casco que tiene un rastreador de la posición de la cabeza y un visor que le bloquea la visión del mundo real.
Un programa muy sofisticado de computación genera imágenes, sonido, sensaciones olfatorias, térmicas y táctiles que son percibidas por el usuario a través del visor, los audífonos y otros dispositivos del casco. El método diluye la frontera que separa la realidad de la fantasía, haciendo que resulte auténtico el mundo ficticio que rodea al espectador.

Equipo de realidad virtual inmersiva
Unos dispositivos electromagnéticos situados en el casco informan permanentemente a la computadora los movimientos de la cabeza y los ojos, de tal manera que el paisaje varía según hacia donde dirija la mirada el sujeto. Si mira al frente hay montañas, si mira hacia abajo surge un lago y si mira hacia arriba se le aparece un cielo con nubes. El espectador puede interactuar con el ambiente incluso tocando y atrapando objetos virtuales, porque se le colocó en la mano un guante con sensores que rastrean sus movimientos y envían la información a la computadora.
Originariamente, esta nueva disciplina fue orientada hacia los juegos, más tarde se la aplicó en aeronáutica para entrenar pilotos en simuladores de vuelo. Actualmente es un complemento terapéutico para pacientes con trastornos psiquiátricos como el pánico, el estrés postraumático, el accidente cerebrovascular, ciertas parálisis, el tratamiento del miembro fantasma y otras afecciones, incluyendo la obesidad y los trastornos de la alimentación.
En los Estados Unidos se utiliza en varios hospitales militares para tratar a los combatientes que regresan de los conflictos de Medio Oriente. Muchos de ellos, después de matar civiles, ver cadáveres destrozados, sufrir la onda expansiva de las explosiones y vivir en permanente estado de alarma y nerviosismo, sufren el llamado trastorno de estrés postraumático. Esta enfermedad se caracteriza por sueños e imágenes recurrentes de los episodios vividos, miedo a que se repitan, ansiedad, depresión y embotamiento psíquico. El paciente suele sufrir insomnio, irritabilidad fácil, alucinaciones y sensaciones persecutorias. Su vida se vuelve un infierno, afecta al grupo familiar y a sus actividades laborales.

Escena de guerra mediante la realidad virtual inmersiva
En psiquiatría, uno de los tratamientos para este trastorno, es exponer al paciente a la situación que lo traumatiza en forma reglada y controlada hasta que el sujeto pierde el temor e incorpora con naturalidad el traumatismo vivido. El método se denomina Virtual Iraqui/Afghanistan Project, y el ex combatiente es expuesto mediante la realidad virtual inmersiva a escenas bélicas similares a los episodios vividos. El operador puede interrumpir la sesión si el paciente se lo pide.
En un futuro próximo, estos equipos estarán al alcance de cualquier persona con cierto grado de poder adquisitivo para adquirirlo, ya que surgirán no sólo programas de escenas de ciudades y paisajes, también habrá creaciones eróticas, de terror y juegos de guerra. Fuera de su utilidad en la medicina, dudo que la realidad virtual inmersiva sea positiva para el individuo común.
Mientras tanto, ¿Quiénes, cuándo y cómo tratarán a los millones de iraquíes y afganos con estrés postraumático por haber perdido familiares, hogares y bienes a manos del ejército norteamericano? ¡Qué contrasentido tan absurdo!, el victimario después de matar goza del beneficio de este método revolucionario. La víctima que se las arregle y gracias que sobrevivió.

Veterano de guerra bajo tratamiento con el método
Fuentes:
Ray Bradbury. La sabana. Colección Minotauro, 1970.
Hunter G Hoffman. The Illusion of Presence in Immersive Virtual Reality during an fMRI Brain Scan. Cyber Psychology and Behaviour 2003;6:126-131.
Matthew Tull. Exposure therapy for PTSD. February 21 2012. http://ptsd.about.com/od/treatment/a/ExposureTxPTSD.htm

Bibliografía
Bär, Nora. Desentrañan claves de la conducta social. La Nación, Buenos Aires. 8 de noviembre de 2009.
Beehler, R. Containing violence. Ethics. 1982; 92:647-660.
Burgess, Anthony. A clockwork orange. Penguin Books. United Kingdom. 1972.
Einzmann, S. Trastorno antisocial de la personalidad. Mente y Cerebro 2010; 43:34-40.
López-Ibor Aliño, Juan J. & Valdés Miyar, Manuel (dir.) (2002). DSM-IV-TR. Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales. Texto revisado Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales. Barcelona: Masson. ISBN 978-84-458-1087-3.
Rabadán Fernández, Eliseo. La violencia y el terror en La naranja mecánica [en línea]. El Catoblepas. Disponible en http://www.nodulo.org/ec/2004/n034p10.htm. Consulta: octubre de 2011.
Tierney, A. J. Egas Moniz and the origins of psychosurgery: a review commemorating the 50.th anniversary of Moniz's Nobel Prize. Journal of the History of the Neurosciences. 2000; 9:22-36.

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