martes, 8 de noviembre de 2016

ERNESTO DE LA CÁRCOVA "SIN PAN Y SIN TRABAJO"


“Sin pan y sin trabajo”: la ardua tarea de pintar el drama obrero
Museo Nacional de Bellas Artes - Argentina


Borrar y volver a pintar. Los grandes maestros también corrigen, y hay pruebas científicas que así lo indican. Por debajo de lo que se percibe a ojo desnudo, “Sin pan y sin trabajo” −obra emblemática del arte nacional que Ernesto de la Cárcova comenzó en Italia en 1893 y finalizó en Buenos Aires durante 1894− muestra que el artista argentino pintó la cabeza del obrero al menos tres veces, y también modificó de modo radical las manos de la mujer de pecho seco, el tamaño y la forma de la mesa con las herramientas inertes sobre la que el hombre descarga su puño y hasta la ventana que cuenta la escena de protesta a las puertas de la fábrica, todo con una misma intención: potenciar la carga expresiva y el dramatismo de la imagen.
Los estudios radiográficos que llevó adelante en septiembre el Área de Gestión de Colecciones del Museo Nacional de Bellas Artes develan los pentimenti o arrepentimientos del pintor al realizar esta obra, una rara avis de su producción, considerada por la historiadora del Arte Laura Malosetti Costa “el primer cuadro de tema obrero con intención de crítica social del arte argentino”.
Desde el 8 de noviembre, la obra integrará “”, la muestra curada por Malosetti Costa con la que el Bellas Artes celebrará los 150 años del nacimiento del artista, fallecido en 1927. El examen técnico, que también se presentará al público, fue motivado por el interés de la curadora en profundizar el conocimiento sobre esta pintura, de 125,5 x 216 cm, que se exhibe de forma permanente en el Museo.
“Las 22 placas radiográficas que tomamos de la obra brindan un tipo de información que no se ve a simple vista, porque está por debajo de la última capa de pintura que realizó De la Cárcova”, explica Mercedes de las Carreras, jefa de Gestión de Colecciones del Museo.

Las placas radiográficas brindan información sobre la obra que no se ve a simple vista.
En el caso de “Sin pan y sin trabajo”, las modificaciones que introdujo el autor fueron sustanciales. “El señor que vemos en el cuadro tiene un rostro grande, en primer plano; mientras que las placas muestran que, en dos instancias anteriores, lo había pintado como un hombre mayor y de rostro pequeño. La composición original estaba más alejada, y este cambio trajo su imagen a primer plano otorgándole mayor protagonismo”, describe la especialista.
En sus pentimenti, De la Cárcova también realizó cambios en la posición de la cabeza de la mujer. Y –según precisa De las Carreras– “tanto en la imagen del niño que tiene en su regazo como en las manos del hombre, retiró materia fresca utilizando, quizás, una espátula para luego pintar otra cosa. No solo fue un cambio de composición, sino que removió la superficie pintada para hacer algo distinto”.
Fue laborioso el camino que el artista transitó hasta quedar conforme con su tarea. “En resumen, hubo cambios en los rostros, en los planos, en la composición y dirección de la mesa, en el tipo de mueble (la mesa que vemos tiene un cajón, por ejemplo), en la posición del hombre y el tipo de silla en la que está sentado (modificó el respaldo); en la ventana, que estaba desplazada hacia la derecha, y en el paisaje que se ve por detrás de ella”, enumera. “Fue una sorpresa comprobar cuánto dudó compositivamente el artista sobre cómo plantear su obra”, agrega la restauradora.

El Área de Gestión de Colecciones del Bellas Artes contrasta las radiografías con la obra de Ernesto de la Cárcova.
Para realizar este estudio en el Museo, se empleó un aparato de rayos x, del tipo que se utiliza en medicina. Las tomas se registran en placas grandes, como las de radiografías de tórax, que se colocan en sobres herméticos que impiden el paso de la luz. Luego, los sobres se ubican por detrás del cuadro para que el rayo atraviese la obra e imprima la imagen. El sobre cerrado se traslada al laboratorio, donde debe revelarse a oscuras. La técnica no ocasiona daño alguno en la obra. Una vez reveladas, las placas pueden escanearse o fotografiarse, y, por medio de un software, las partes se unen formando un mosaico.
“Sin pan y sin trabajo” es –según Malosetti Costa– una “obra temprana que trascendió a su autor y se volvió emblema de la pintura del siglo XIX tanto como de la protesta social en la Argentina”. Fue la revelación del Salón del Ateneo en Buenos Aires de 1894 y, en 1904, integró el envío local a la Exposición de Saint Louis, Estados Unidos, donde obtuvo el Premio de Honor. Desde su aparición, causó gran impacto en el público y en la crítica, y motivó progresivas reapropiaciones y citas. En las tres décadas que siguieron a la creación de su obra más conocida, De la Cárcova cambiaría su rumbo artístico.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.