sábado, 24 de febrero de 2018

INNOVACIÓN SOLIDARIA; ORGULLO NACIONAL


OTTA Project: el último exponente de la innovación solidaria
Carlos Costa ideó junto a su hermano la app para ayudar a su abuela que padece Alzheimer
Dos hermanos cordobeses ganaron un concurso con una app que ofrece un sistema de comunicación para personas con discapacidad
Una aplicación móvil en la que el usuario puede elaborar una frase utilizando pictogramas, es decir, imágenes que representan acciones u objetos, que luego son sonorizadas por el dispositivo, ya sea una tableta o un smartphone. De eso se trata OTTA Project, el sistema creado por Carlos Costa (26) y su hermano Héctor (29), oriundos de Villa Carlos Paz, provincia de Córdoba, que resultó ganador a nivel local del Chivas Venture 2017.
Este concurso detecta y premia a aquellos emprendimientos con fines de lucro que tienen un impacto social positivo en su entorno, y representará a la Argentina y a Uruguay en la instancia global que se llevará a cabo en mayo de este año en Ámsterdam, en busca del ansiado millón de dólares de financiamiento. Según cuentan, los hermanos cordobeses tuvieron la necesidad de hacer algo cuando el Alzheimer le quitó a su abuela la posibilidad de comunicarse. "La visitábamos en el geriátrico y no podía expresarse con nosotros ni con su entorno. Ver esta situación, vivirla en carne propia, fue lo que nos llevó a tener las ganas de resolver este problema", recuerda Carlos.
Él es licenciado en Comunicación y su hermano es ingeniero biomédico. Así, fusionaron sus talentos y crearon OTTA Project, un sistema aumentativo y alternativo de comunicación para personas con discapacidad. Aumentativo, porque ayuda a las personas que tienen algún tipo de impedimento para comunicarse a hacerlo de manera más eficiente. Y alternativo, porque compensa las dificultades de comunicación de aquellas personas. Así, OTTA Project está apuntado a mejorar la calidad de vida de personas con diferentes discapacidades, como parálisis cerebral, autismo, síndrome de Down o afasia. "O sea, a todas las personas que tienen una discapacidad, pero que a su vez tienen una intención comunicativa", precisa Carlos. Y agrega: "Los pictogramas normalmente vienen impresos en hojas de papel plastificadas, pero hoy en día un sistema de comunicación en papel no es aceptable. 
Tampoco es eficiente, ni rápido, ni mejora la calidad de vida de nadie. Ni de la persona que se tiene que comunicar ni del familiar o el profesional que está tratando de entender lo que quiere".
La otra ventaja de la app (que se puede adquirir a través de la página oficialwww.ottaaproject.com) es que reconoce el entorno de la persona. "Los parámetros de la comunicación van cambiando constantemente según el contexto. Cambia si estoy en un colegio o si estoy en un bar. Cambia según la hora del día, porque a la mañana voy a querer algo para desayunar y a la noche, para cenar, y cambia también de acuerdo con la temperatura", explica Carlos. De esta manera, OTTA Project le sugiere al usuario los pictogramas más adecuados para cada situación y luego la sonoriza.
Hoy en día, alrededor de 2000 personas con casi 50 discapacidades diferentes utilizan este software para comunicarse a diario. Pero los hermanos Costa ya están soñando con el próximo paso, que es mucho más ambicioso y que requiere muchos más recursos para poder concretarlo. Una vez más, la idea surgió de una necesidad.
"Cuando empezamos teníamos 30, 35 usuarios usando la app. Pero nos quedamos sin recursos económicos para seguir. Tuvimos una serie de malas experiencias buscando financiamiento. Queríamos hacerlo crecer y que llegara a más gente porque ya habíamos visto el resultado que tenía. Es muy difícil abandonar algo cuando ya viste el impacto que produce, y mucho más cuando tuviste un familiar que no se podía comunicar. Fue una etapa dura", rememora Carlos.

Un día, navegando por Internet, se encontraron con una convocatoria de una fuente de financiamiento en los Emiratos Árabes. Aplicaron y viajaron a Dubai como parte de un programa de capacitación y financiamiento que incluía, entre otras cosas, la visita a una clínica donde los pacientes que están en situación crítica e irreversible van a pasar el final de sus días. Allí, se toparon con el caso de un hombre que estaba completamente paralizado e intubado, víctima de un ACV, pero absolutamente consciente. Es decir, con intención comunicativa y sin ningún daño cognitivo.

"Cuando salimos de esa clínica con mi hermano nos pusimos a pensar en cómo podíamos hacer para cerrar esa brecha. Hoy tenemos la solución, pero todavía nos falta el puente para poder llevarla al usuario. Estamos desarrollando un casco de detección de actividad eléctrica del cerebro, que se va a poder utilizar como una suerte de control remoto. Es algo que parece de ciencia ficción, es cierto, pero desde la Argentina ya lo estamos haciendo", asegura Carlos.
Utilizando el mismo sistema de elección de pictogramas, la persona que esté completamente paralizada va a poder comunicarse utilizando solo su cerebro. Si bien todavía no es un producto comercial, va camino de serlo. De hecho, los hermanos Costa y su equipo ya están haciendo pruebas y prometen que con algo de tiempo y mayores recursos va a funcionar.
"Queremos que esa persona pueda volver a hablar con sus familiares y con los terapeutas. Queremos empoderarla, que pueda volver a controlar su entorno. Los pictogramas que tenemos hoy unidos a los artefactos inteligentes que ya existen en muchas casas van a permitirles elegir la temperatura del aire acondicionado, la posición de la cama, cambiar el canal en el televisor, llamar a su enfermero", enumera Carlos, y cierra con la frase que fue premisa desde sus inicios: "Queremos devolverles la voz a todos aquellos que no la tienen".

M. S.

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