MANUSCRITOS, LOS VESTIDOS DE EVITA,

Los vestidos de Evita
El viernes pasado, mientras recorría la espléndida muestra "Un regalo para Evita" en el Museo de Arte Español Enrique Larreta, recordaba cómo toda la Argentina estaba pendiente de lo que se pondría Eva Duarte de Perón, "la abanderada de los humildes", en las funciones de gala del Teatro Colón. Al día siguiente, en los diarios, las fotos mostraban la ropa deslumbrante enviada por Christian Dior, Jacques Fath y Pierre Balmain desde París para la primera dama.
Las imágenes eran esperadas por los peronistas, pero también despertaban el interés apasionado de los antiperonistas, sobre todo de las mujeres, que analizaban ese lujo con indignado pasmo y estallaban en insultos contra la "chirusa".
El 6 de junio de 1947, la esposa del general Perón viajó sin su marido a Europa en representación de la Argentina. La primera escala de su itinerario fue España. En Madrid, fue recibida como una jefa de Estado por el generalísimo Francisco Franco y una multitud. Toda España estaba agradecida por la ayuda económica y política que el astuto y jactancioso general argentino le había proporcionado. La Argentina había enviado miles de toneladas de trigo y alimentos a la España franquista, aislada por el boicot económico que le declararon las Naciones Unidas en la posguerra mundial. Era lógico que la península entera celebrara a Evita como a una especie de hada. Pero no solo se trataba de reconocimiento; también estaba de por medio la curiosidad por esa mujer de la que se decían tantas cosas.
Dos días después de que Evita llegó a Madrid, la noche del 10 de junio de 1947, durante un festival de coros y danzas, delegadas de cada una de las provincias españolas desfilaron en la Plaza Mayor de la ciudad con sus trajes típicos. Por último, las mujeres le entregaron a Evita cincuenta trajes regionales femeninos hechos a mano para ella. Además de los vestidos, el presente incluía joyas, zapatos, sombreros, pañuelos y ropa interior. Varias de las prendas tenían bordado el nombre Eva Duarte de Perón o sus iniciales. Cada conjunto venía presentado en una cesta de mimbre.
En el catálogo de la muestra, la curadora Patricia Nobilia relata que los vestidos partieron a Buenos Aires de inmediato; en cambio, Evita siguió con sutour, del que regresó a la Argentina el 23 de agosto de 1947.
El 29 de noviembre de ese año se inauguró la muestra "Trajes de España. Colección Doña María Eva Duarte de Perón" en el Museo Nacional de Arte Decorativo. Tuvo 157.000 visitantes. Cuando terminó, la colección volvió al Palacio Unzué, por entonces residencia presidencial. Tras la Revolución Libertadora, de 1955, los trajes terminaron en los depósitos del Banco Municipal.
En 1967, durante la dictadura de Onganía, se dispuso que la colección de "trajes hispanos" fuera transferida al Museo de Arte Español Enrique Larreta. Según cuenta Nobilia en el catálogo, las casi 800 piezas fueron llevadas al museo en secreto; solo estaban al tanto la directora de la institución, Isabel Padilla y de Borbón, y unos pocos colaboradores. En 1973, con el retorno de Perón, se reveló el paradero de ese patrimonio. El primer trabajador consideró que no era oportuno exponer aquel vestuario. Después del golpe de 1976, los trajes volvieron al sótano del Larreta. El público solo pudo volver a verlos en 1985, ya en democracia, en una exposición del museo. En 2011, se los exhibió nuevamente en el mismo lugar. La actual muestra, organizada en ocasión del centenario de Eva Duarte, se montó atendiendo a situar el contexto histórico. En el catálogo, hay un valioso artículo de Ricardo Valerga sobre el tema.
Más allá de la opinión que se tenga sobre Perón, Evita y Franco, es interesante apreciar con serenidad ese presente hispano y deleitarse con las artesanías regionales ibéricas.

H. B.