martes, 16 de julio de 2019

ORGULLO NACIONAL Y ENORME LOGRO CIENTÍFICO


En 9 horas, un equipo de 44 profesionales separó con éxito a bebés siameses
Estaban unidos por la zona de la pelvis; los médicos reconstruyeron los aparatos digestivo y urinario; son intervenciones más complejas que los trasplantes
Gianluca y Santino miraban atentos ayer el revuelo a su alrededor: en una cirugía que duró nueve horas, un equipo de 44 profesionales separó con éxito a estos siameses, que habían nacido unidos por el periné. A un mes de esa compleja intervención, cada uno estuvo en los brazos de sus padres en la Fundación Hospitalaria, el centro donde se hizo la intervención.
"Ahora tienen más movilidad, el posoperatorio es con consultas todas las semanas. Ellos están muy bien. Son dos chicos totalmente independientes y están muy mimosos ahora", contó ayer, ante los medios, Evelyn, su madre. También recordó: "Cuando nos enteramos de que venían gemelos y siameses, fue algo duro, difícil de procesar. No sabíamos qué iba a pasar con el embarazo", que el equipo de obstetricia que coordina María Junes logró llevar hasta la semana 34 para lograr la mayor madurez fetal posible. El parto fue por cesárea en septiembre pasado. Los pequeños están a punto de cumplir 10 meses.
"Estábamos muy nerviosos al principio, pero siempre fuimos positivos. Eso nos ayudó a salir adelante", agregó Jonatan, el padre de los gemelos.
Los detalles de la intervención, que coordinó Carolina Millán, jefa de Cirugía Pediátrica del centro ubicado en el barrio porteño de Saavedra, al que el año pasado fue derivado el embarazo de alto riesgo de Evelyn, se conocieron recién ayer.
En diálogo , Millán contó que Gianluca y Santino están bien de salud, comenzarán la rehabilitación traumatológica temprana con las extremidades inferiores y en seis meses tendrán nuevas cirugías para ir corrigiendo lo que vaya surgiendo de acuerdo con la evolución durante los controles. "Pero la separación y la reconstrucción de los órganos principales se lograron exitosamente y ellos están muy bien", señaló la cirujana.
No es la primera separación de siameses en el país. En los hospitales Posadas y Garrahan, los equipos especializados en estas intervenciones -de mayor complejidad que un trasplante, según se animan a definir algunos profesionales-, se han atendido algo menos de una decena de casos. "Es inédita para nuestro centro -dijo Pablo Marantz, cardiólogo infantil y director de la Fundación Hospitalaria-. No son procedimientos que se puedan hacer en cualquier centro por su complejidad".
La intervención se realizó el 22 de junio pasado en la Fundación Hospitalaria, en Saavedra
Evelyn llegó a la fundación derivada por su obra social. Millán recordó que lo hizo en el primer trimestre del embarazo con un diagnóstico. Durante el seguimiento en el servicio de obstetricia, se le colocó un dispositivo de silicona (pesario cervical) para sostener el cuello uterino y así prevenir el parto prematuro. El parto por cesárea de Gianluca y Santino fue a las 34 semanas, cuando una gestación a término dura 39 o 40 semanas. Estaban unidos por los genitales, desde el ano, y los intestinos, con una fusión del coxis "insignificante", según describió Millán. Cada uno pesó alrededor de 1800 gramos. "No se podía identificar si uno o ambos tenían intestinos para poder nutrirse y crecer, por lo que les hicimos un estoma [una abertura que se crea quirúrgicamente]", agregó.
De hecho, tras la separación, uno de los bebés conserva una colostomía (intestino grueso) y el otro, una ileostomía (intestino delgado) hasta poder continuar con la reconstrucción de esa porción del aparato digestivo.
Planificación
En los seis meses que Millán coordinó el procedimiento con los equipos se hizo un seguimiento clínico de los gemelos. Una resonancia magnética permitió conocer por dónde estaban unidos. Compartían la última parte del recto, el ano, con cuatro testículos unidos y un pene. El urólogo Juan Corbeta dio la buena noticia: cuatro cuerpos cavernosos permitirían reconstruir dos penes.
"Hasta ese momento, no sabíamos nada. Comprobamos que casi no tenían una unión ósea y se planificó la separación", recordó la especialista.
Eso incluyó una primera reunión con la dirección de la fundación y los profesionales que dirigirían los equipos de las distintas especialidades en el quirófano. Había que duplicar los grupos para atender, luego de la separación, a cada gemelo por separado.
Participaron con sus equipos Junes (obstetricia), Luzia Toselli (cirugía), Corbetta (urología), Miguel Floria (cirugía plástica), Lorena Schaigorodsky (anestesiología) y Adriana Fernández, jefa de quirófano, además del personal de laboratorio, enfermería e instrumentadoras. Luego de la intervención, estuvieron a cargo del monitoreo los equipos de Adriana Arto, responsable de terapia intensiva pediátrica, y Alejandra Lafont, jefa del servicio de pediatría.
Antes de la cirugía, se hizo una simulación prequirúrgica en el quirófano a utilizar. En dos horas, se determinó desde adónde estarían ubicados los pacientes antes y después de la separación hasta cómo se colocarían las luces, el personal, por qué puertas ingresarían y saldrían los bebés o qué instrumental y suturas se usarían. Se contó con un equipo extra de laboratorio para superar cualquier inconveniente con el análisis de las muestras durante la operación. Con esta información, se elaboró un manual con 20 etapas a cumplir antes y después de la separación, que se repasó el día de la cirugía, hace un mes. "Se hizo el máximo esfuerzo para tener cero margen de error y el día de cirugía, eso se cumplió", dijo Millán.
Gianluca y Santino estuvieron internados 10 días, entre terapia intensiva y la sala de pediatría, antes de volver a casa, en la zona sur del conurbano. Mientras estaban internados, Gianluca se deprimió: con la pierna buscaba a su hermano, que ya no tenía cerca después de ocho meses, y Evelyn se preocupó porque no quería comer. Santino, en cambio, sonreía y se mostraba más independiente.
"Se puso mucha energía durante estos meses, desde el diagnóstico en la panza materna en la semana 20 hasta la cirugía de separación. Se hizo un simulacro con muñecos y trabajaron dos equipos con 44 profesionales durante nueve horas. Estamos muy contentos con el éxito de la intervención", agregó Marantz.
Fabio Díaz integra el equipo de cirugía infantil del Hospital Nacional Dr. Alejandro Posadas y es jefe de Cirugía Pediátrica del Hospital Británico. Participó en la separación de tres siamesas, dos casos en el Posadas y uno en una clínica de San Isidro. En una sola de esas intervenciones murió una de las gemelas. Fue en la separación de Bianca y Luciana, que tenían 14 meses cuando se hizo la intervención en el Posadas, en 2016. Las niñas estaban unidas por la pelvis. Bianca sufrió una falla renal y hemodinámica fatal. Luciana crece sin complicaciones.
"Cada caso es inédito", dijo Díaz en diálogo  "Estas malformaciones no son iguales entre sí y cada planificación es única", agregó sobre estas intervenciones, en las que hay que coordinar dos equipos de anestesiología, cirugía y otras especialidades de acuerdo con los órganos y tejidos que compartan los gemelos. "Los chicos comparten el cuerpo, sensaciones, todo. Y cuando se los separa, aprendimos que hay que ponerlos juntos para que se puedan tocar", comentó. "Interviene mucha logística médica, y la planificación previa es lo que permite tener éxito en la separación. En el quirófano no se puede perder tiempo. Todo debe estar coordinado perfectamente y con los especialistas que se vayan a necesitar, que se convocan especialmente", explicó el especialista, que no participó de la operación de la Fundación Hospitalaria. "Es una intervención hasta más compleja que un trasplante", sostuvo.

F. C.

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