lunes, 27 de febrero de 2023

DIOS Y EL MUNDO PROTEJAN A UCRANIA


EE.UU. y sus aliados amplían su ofensiva contra el Kremlin
La Casa Blanca anunció un nuevo paquete de asistencia militar y una batería de medidas para atenazar a la economía rusa
Rafael Mathus Ruiz ap
WASHINGTON.– Estados Unidos marcó el primer aniversario de la guerra en Ucrania con la misma fórmula que ha utilizado durante todo el último año: armas y sanciones. El gobierno de Joe Biden anunció un nuevo paquete de asistencia militar de 2000 millones de dólares para Ucrania y una fuerte ampliación de los castigos al Kremlin y a la economía rusa, una batería de acciones que reforzaron el compromiso de Washington y sus aliados con Kiev.
Los nuevos anuncios dejaron una nueva evidencia del compromiso de Estados Unidos y sus aliados en el G-7 con la estrategia desplegada por Occidente para torcer el conflicto en Europa del este, aunque, por ahora, ni la asistencia militar al gobierno de Volodimir Zelensky ni las duras sanciones impuestas a Rusia hayan hecho mella en la determinación del presidente Vladimir Putin de seguir adelante con su incursión militar.
Con el último anuncio, Estados Unidos amplió la asistencia militar a 32.000 millones de dólares, según indicó el Pentágono, una cifra que convirtió a Ucrania en el principal receptor de la ayuda internacional de Estados Unidos, y en la primera nación europea que ocupa ese lugar desde el Plan Marshall, durante la presidencia de Harry Truman. Además de la asistencia militar, Washington también aportó respaldo económico, y su apoyo vital para acceder a un programa del Fondo Monetario Internacional (FMI).
El jefe del Pentágono, Lloyd Austin, dijo que el aniversario era una oportunidad para renovar el compromiso con Ucrania y “recordar que lo que está en juego en la guerra de Rusia se extiende mucho más allá de Ucrania”.
A la par de la asistencia militar, el gobierno de Biden anunció una nueva batería de sanciones a Rusia a través del Departamento de Estado, el Departamento del Tesoro y el Departamento de Comercio, un intento por profundizar el aislamiento internacional de Moscú y el Kremlin, una ofensiva que, hasta el momento, ha sido inocua a la hora de disuadir a Putin de desistir de su aventura militar.
Consecuencias
El abanico de sanciones –ampliamente respaldado por Occidente, pero sin el apoyo de China o de India, entre otros países– sí ha tenido amplias consecuencias sobre la economía global, y forzó a una reconfiguración de los mercados energéticos.
“Nuestras sanciones económicas, controles de exportación y aranceles anunciados esta semana, en coordinación con el G-7, demuestran que continuaremos trabajando con nuestros aliados y socios para aumentar la presión sobre el presidente Putin, hacer que le resulte más difícil librar su guerra brutal, y continuar degradando la capacidad de la economía rusa para alimentar la agresión continua”, dijo el secretario de Estado, Antony Blinken, al anunciar el nuevo paquete.
La Casa Blanca indicó que el nuevo paquete dará lugar a la imposición de sanciones a través del Departamento del Tesoro y el Departamento de Estado a más de 200 personas y entidades, incluidos actores rusos y de terceros países de Europa, Asia y Medio Oriente que apoyan la invasión de Rusia. Además, Estados Unidos y sus aliados apuntarán a una docena de instituciones financieras rusas, a funcionarios rusos y autoridades delegadas que operan ilegítimamente en Ucrania. Las nuevas sanciones también alcanzan a la industria de defensa y tecnología de Rusia, incluidos los responsables de reabastecer las existencias rusas de artículos sancionados o permitir la evasión de sanciones rusas. Las sanciones apuntan además a al sector de metales y minería de Rusia.
A esas medidas, el gobierno de Biden sumó nuevas restricciones a las exportaciones a Rusia: el Departamento de Comercio tomó varias medidas de control de exportaciones, incluyendo a casi 90 empresas rusas y de terceros países, incluido China. El objetivo es prohibir que las empresas seleccionadas compren artículos, como semiconductores, ya sea fabricados en Estados Unidos o en el extranjero con cierta tecnología o software de Estados Unidos. El Departamento de Comercio también tomó medidas junto con los socios y aliados del G-7 para alinear las medidas sobre productos industriales, artículos de lujo y también para emitir nuevas restricciones que impidan que componentes encontrados en los drones iraníes utilizados por Rusia.
Por último, Estados Unidos aumentó aranceles sobre productos rusos. Biden firmó proclamaciones para aumentar los aranceles sobre ciertos productos rusos importados a los Estados Unidos, basándose en esfuerzos anteriores para despojar a Rusia de sus privilegios comerciales internacionales. Estas medidas están diseñadas para apuntar a los principales productos básicos rusos que generan ingresos para el Kremlin al tiempo que reducen la dependencia de Estados Unidos en Rusia.
“Estas medidas están cuidadosamente calibradas para imponer costos a Rusia y minimizar los costos para los consumidores estadounidenses”, señaló la Casa Blanca.

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