martes, 28 de febrero de 2023

TRAGEDIA Y CARTA


Confirman que las gemelas argentinas sufrían acoso en la escuela de Sallent
Así lo certificó la investigación policial; una de las menores murió al arrojarse al vacío
Ricard GonzálezEl edificio en Sallent donde se produjo la tragedia


BARCELONA.– Los Mossos d’esquadra, la policía autónoma catalana, ya entregó al correspondiente juzgado de instrucción la conclusión de sus investigaciones sobre la tentativa de suicido de dos gemelas argentinas de 12 años que tuvo lugar el pasado martes en la localidad de Sallent, y que provocó la muerte de una de ellas, mientras que la otras se encuentra internada en estado crítico.
Según informaron varios medios catalanes, el informe policial confirma los rumores que circulaban en el pueblo respecto de la existencia de bullying o acoso escolar por parte de algunos de sus compañeros, y también de que una de ellas había comunicado a su círculo de amistades que se sentía un niño y quería que la llamaran Iván. Las pequeñas dejaron dos notas escritas antes de precipitarse al vacío desde su residencia, situada en un tercer piso de la calle Estació. El atestado no recoge los testimonios de los padres, ya que se ha optado por aplazar el interrogatorio.
De acuerdo con una información publicada por el diario La Vanguardia, la menor que se planteaba un tránsito de género, Alana o como ella prefería, Iván, aún no había comunicado a sus padres este deseo, algo que encaja con las declaraciones en este sentido de sus abuelos en la Argentina. De hecho, el día antes de la tragedia, el pasado lunes, tenía una cita con una psicóloga de la Fundació Althaia de Manresa, en la que quería abordar cómo explicárselo a sus padres. Sin embargo, perdió el autobús de las siete y media de la mañana que debía conducirla a la ciudad vecina. Entonces, telefoneó al consultorio y acordó programar una nueva cita para el lunes siguiente que, desgraciadamente, llegaría demasiado tarde. Quién sabe si esa sesión de terapia que nunca sucedió podría haber cambiado su trágico destino.
La investigación confirma que su hermana, Leila, decidió acompañarla como una muestra de solidaridad y también aporta luz a la actuación de las instituciones públicas, que no salen muy bien paradas. Según los Mossos d’esquadra, el centro escolar al que asistían, el Institut Llobregat de Sallent, era consciente del problema de acoso escolar y cuál era su origen. Por eso, ya había recibido la orientación del psicólogo del centro, pero se consideró necesario proporcionarle una ayuda más especializada, razón por la que se concertó una cita con la Fundació Althaia. Sin embargo, el viernes, el consejero de Educación de la Generalitat, Josep González-cambray, todavía aseguraba que tanto su departamento como el Institut Llobregat no tenían constancia de que se hubiera producido un caso de bullying.
Según La Vanguardia, la menor transgénero tenía que escuchar a menudo hirientes calificativos como “marimacho” o “Ivana”. Pero ella no se amedrentaba, sino que se enfrentaba con vehemencia a sus acosadores, lo que quizás provocó que estos intensificaran sus provocaciones durante las últimas semanas. Los padres desconocían este hecho, pero sus abuelos sí han manifestado a la prensa que ella “se había cortado el cabello”, y tenía un aspecto más masculino. Desde el entorno familiar también han denunciado que las menores eran objeto de burla por su condición de extranjeras y su acento argentino. La familia había emigrado a Cataluña en busca de mejores expectativas, y en un primer momento recaló en la localidad de Reus, y de allí se trasladó hace aproximadamente un año y medio a Sallent, un pueblo de unos 7000 habitantes, ubicado a más de 70 kilómetros de Barcelona.
La vida no fue fácil desde un inicio para la familia, que tiene un tercer hijo varón, de 10 años. Maia, la madre, tenía un empleo a tiempo parcial en una cafetería cercana a su hogar, en la Plaza Sant Antoni Maria Claret, mientras que el padre, Lucas, había desempeñado dos trabajos temporales y precarios, uno en una pollería y otro en una cafetería. Sin embargo, ya llevaba tiempo en paro, lo que había dejado a la familia en una delicada situación financiera, algo que había hecho mella en la relación de la pareja. Quizás por esta razón la familia recibía asistencia por los servicios sociales del Ayuntamiento de Sallent. Hasta el momento, el consistorio no ha querido especificar qué tipo de ayuda y cuál era el problema familiar que la motivó por una cuestión de respeto a la privacidad de la familia. Según los expertos, los suicidios no responden a una única causa, sino que suelen ser fruto de un cúmulo de circunstancias y malestares.
La pasada madrugada, los abuelos viajaron de Mar de la Plata a Sallent para poder ofrecer su apoyo a la pareja y a su nieta, Leila, que se halla en una situación estable con un coma inducido en el hospital Parc Taulí de Sabadell. Los médicos son optimistas y creen que, a pesar de su situación de gravedad, podrá sobrevivir.

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Un mensaje de despedida y de profundo dolor
Se conocieron fragmentos de las cartas que dejaron las menores; el drama vivido y su determinación


Mientras avanza la investigación del caso de las gemelas argentinas que cayeron desde el tercer piso del edificio donde vivían en el municipio de Sallent, provincia de Barcelona, España, ayer medios periodísticos locales difundieron algunos fragmentos de las cartas que las menores de 12 años dejaron en su vivienda. De los manuscritos surgiría el motivo por el que una de ellas, que murió en el lugar como consecuencia de la caída, habría decidido terminar con su vida y la voluntad manifiesta de su hermana de acompañarla.
De acuerdo con una publicación de Telecinco, en el texto dejado por Alana, que además de sufrir acoso escolar por su acento argentino era discriminada por haberse autoidentificado recientemente como “Iván”, se lee: “Estoy cansada de que me hagan bullying en la escuela, no lo soporto. Yo quiero ser feliz, pero evidentemente yo esto lo voy a sufrir el resto de mi vida y tomé la decisión de no seguir’”.
Por su parte, en la carta dejada por Leila, que se encuentra internada grave en el hospital de Sabadell, aparece la determinación de seguir a hermana en su decisión y se disculpa ante sus allegados. “Disculpas a todos. Ustedes saben lo que yo amo a mi hermana. Yo vi todo el bullying que sufre ella. Voy a hacer lo que ella decida. La voy a acompañar a donde ella quiere”, señala el manuscrito.
El contenido de los textos refuerza la hipótesis del suicidio por acoso escolar por motivos de xenofobia o transfobia, escenario que en las últimas jornadas empezó a ser investigado por el Departamento de Educación de la Generalidad, mientras que en paralelo se desarrolla la correspondiente causa judicial.
En este contexto, el organismo comunicó la activación de la Unidad de Apoyo al Alumnado en situación de Violencia (USAV) para abordar la posible situación de bullying en el instituto Llobregat de Sallent, al que asistían ambas menores argentinas.
También se involucró en el hecho la síndica de Greuges, el defensor del Pueblo de Cataluña, que el jueves pasado abrió una actuación de oficio y le requirió al Departamento de Educación y al Ayuntamiento de Sallent información para determinar si el instituto tenía conocimiento acerca de alguna posible situación de acoso o si había detectado malestar emocional en las menores y, en este último escenario, qué decisiones adoptó. Asimismo, afirmó que indagará a los servicios sociales sobre su conocimiento de la situación y buscará averiguar si llevaban un seguimiento de la familia, que residía desde hacía dos años en la localidad de Sallent y atravesaba “dificultades” que por el momento no fueron detalladas.
Habló un primo
A lo largo de la última semana, fueron numerosos los testimonios que alimentaron la hipótesis de que Alana y Leila eran víctimas de un feroz acoso escolar.
En diálogo con medios españoles, Kevin, un primo segundo de las gemelas, fue el primero en asegurar que las niñas sufrían bullying en el Instituto Llobregat. “Sus padres hablaron con la dirección del instituto. Eran dos niñas muy buenas que no se metían con nadie, pero había un grupo que se reía de ellas por su acento. Dos criaturas hermosas y pequeñas que no habían aprendido todavía a vivir y que siempre estaban sonriendo. Lo estaban pasando mal y de hecho tenían hora para ir al psicólogo. Pero sus padres no eran conscientes de que la situación era tan grave”, explicó.
Más tarde, una vecina de las menores sostuvo que ambas sufrían bullying en el Instituto Llobregat y que regresaban a su casa “fastidiadas”. La mujer, cuya identidad no trascendió, agregó que en Sallent, un pueblo de apenas 7000 habitantes ubicado a 70 kilómetros de Barcelona, “si eres nuevo o extranjero, no te aceptan”.
A ambos testimonios se sumaron los de varios compañeros de escuela de las hermanas, quienes apuntaron en la misma dirección. Los alumnos de un curso superior al de las gemelas indicaron que el bullying hacia ellas era “algo generalizado”.
“Se reían de ellas por su acento y la identidad sexual de Alana”, manifestó uno de los estudiantes y dijo recordar que en diversas ocasiones los profesores del centro “cambiaban a las dos hermanas de patio” para evitar problemas.
“Era un grupo numeroso el que las acosaba, instigado sobre todo por tres chavales, que las llamaban ‘las argentinas’ y se reían de ellas por el acento”, relató otra compañera y añadió: “Las chicas tenían alguna otra amiga, pero en general se las consideraba conflictivas y siempre que algo sucedía estaban ellas involucradas”.

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