sábado, 22 de abril de 2023

NOS VISITA ELVIRA SASTRE


Elvira Sastre. “La poesía me ayuda a entender y aceptar los peores momentos”
La joven poeta española presentará en mayo un show de lectura y música en un teatro de la avenida Corrientes, en Córdoba y Rosario
Laura VenturaSastre, la poeta viva más conocida de España
MADRID.– Es lunes por la mañana y los niños juegan en las plazas en las afueras de Madrid. Se advierte esa alegría en el ambiente en estas coordenadas alejadas de la contaminación y del ruido de la ciudad. Allí vive Elvira Sastre (Segovia, 1992), la poeta viva más conocida de España, elogiada por la crítica y adorada por los lectores, en especial, pero no excluyentemente, por los más jóvenes. Viento y Berta saludan con sus ladridos cuando suena el timbre. Elvira y su pareja, Miranda, “los ojos verdes” de Días sin ti (Seix Barral), la novela por la que obtuvo el Premio Biblioteca Breve en 2019, dan la bienvenida
En este remanso a 30 kilometros de la capital y también en la ruta que lleva a Segovia, donde se crió la autora, donde enseñó Antonio Machado, a quien cita en sus obras, escribe su segunda novela y prepara su viaje a la Argentina. “Elvira y su generación han hecho por la poesía mucho más de lo que gente más mayor, más fea y más pedante en los últimos años”, dice el consagrado poeta Benjamín Prado. “Elvira Sastre es a la poesía lo que los Beatles, al rock”, dijo la crítica cuando este huracán de emociones comenzó a publicar sus primeros poemarios, como Cuarenta y tres maneras de soltarse el pelo (Lapsus Calami), Baluarte, Ya nadie baila (ambos por Valparaíso) y La soledad de un cuerpo acostumbrado a una herida (Visor).
Hay en su producción poética un fenómeno que trasciende sus libros: sus shows, como así los llama, nada solemnes, llenan estadios, como el emblemático Wizink Center de Madrid, allí donde canta Bad Bunny y se juegan partidos de básquet. Esta propuesta que en sus inicios fue acústica, hace más de una década, se ha convertido en un engranaje técnico que requiere meses de ensayos y de composición. Sastre, tan joven, es una veterana en estos encuentros cada vez más multitudinarios con los que desembarcó en 2019 en la Argentina.
La poeta regresa a la Argentina para reencontrarse con su público con su nueva propuesta escénica y poética llamada Yo no quiero ser recuerdo, acompañada por el músico Manu Míguez: el 6 de mayo se presentará en el porteño Gran Ópera Orbis; el 11 de mayo, en el Quality Espacio, de Córdoba [las localidades se agotaron para el primer espacio que estaba previsto, así que tuvo que trasladarse el recital a una sala más amplia]; y el 12 de mayo en la sala Lavardén, de Rosario.
–Yo no quiero ser recuerdo es el nombre de tu gira. ¿Por qué elegiste ese verso de uno de tus poemas?
–Desde un punto de vista emocional, es la vuelta a Argentina. Llevo desde antes el Covid sin poder ir. También me une a Argentina un tema personal. Echo mucho de menos al público argentino. Es un modo de decir que aunque haya tardado en volver no me iré nunca.
–¿Qué es aquello que te une a la Argentina? Tuviste un perro llamado Tango.
–La primera vez que fui sentí una gran conexión. Es un público súper culto, muy amable y muy respetuoso. Como persona de Castilla, tengo esa distancia con la gente que no conozco. Noté el respeto y el amor y ese esfuerzo, también económico, porque sé cómo están las cosas allí. Tango era un perro muy elegante, muy guapo y cuando se movía parecía que estaba bailando.
–¿Llamás show a tus presentaciones poéticas donde la música también es protagonista?
–Sí, show. Uso la palabra “recitar”, pero no mucho porque no quiero que piensen que es algo solemne. Soy muy defensora de la poesía como género literario. Uno de mis objetivos en la vida es facilitar el camino para quien todavía no lo ha descubierto. Tengo mis libros, que es un formato más clásico; tengo camisetas con versos, algo diferente; y también tengo esta fusión de música y poesía en el escenario, que es como un concierto, nada impostado, que llevo haciendo desde que empecé a escribir. Pronto vi las ventajas que tiene hacerlo con música. Se crea algo donde la gente conecta muchísimo con la poesía. Con Manu Míguez hemos compuesto todo juntos y nos gusta explorar. Tenemos poemas que se pueden bailar, otros más lacrimógenos, otros más divertidos, otros más emotivos. Me gusta provocar que el espectador pase por una montaña rusa emocional: que te enfades, que te agites, que te emociones.
Sastre tiene más de 600 mil followers en su cuenta de Instagram y las marcas la eligen para promocionar sus productos. Una cerveza la convocó para un anuncio donde recita un verso de Juan Ramón Jiménez y una marca de ropa japonesa la eligió como modelo para lucir sus prendas. Prolífica, es autora también de un libro para niños A los perros buenos no les pasan cosas malas (Baobab), y de los poemarios Aquella orilla nuestra (Alfaguara), una crónica por las calles de La Latina y Lavapiés durante su época de estudiante en Madrid me mata (Seix Barral) y Adiós al frío (Colección Visor de poesía), donde incluye un poema a la ciudad de La Plata.
–¿Sentís que sos un referente para los jóvenes?
–Me lo han dicho y es una de las cosas más bonitas que puedo escuchar, porque hay tres cosas que hago o que soy y van un poco en contra de la norma: soy una mujer, una mujer joven, y escribo poesía. Saber que puedo despertar en una chica joven o mayor que escriba poesía o que la descubra, me parece una cosa preciosa. Otras autoras han hecho ese camino por mí como Idea Vilariño o Cristina Peri Rossi, a quien acudo cada vez que me atasco y por quien siento una fascinación absoluta.
–En tu poesía aparecen Antonio Machado, Gustavo Adolfo Bécquer. Sos como un puente entre la tradición y los jóvenes.
–Para quienes no hayan leído poesía o no hayan conectado con otros poetas, creo que sí. Siento esa responsabilidad, de compartir las cosas que leo, que la gente no se quede en mi poesía. Cumplo un acto poético, que es justo, porque no me he inventado nada, no me he inventado la poesía. Escribo así porque es la suma de toda la gente que he leído.
–Como decís en uno de tus poemas, la poesía te ayuda a calmar el ruido de tu cabeza, a poner cierto orden.
–La poesía es un proceso mental y emocional donde haces un ejercicio de abrir la puerta para que entre la luz. Hay muchas cosas que hasta que no las pongo por escrito no las entiendo. Creo que es una manera de vivir más honesta y más conectada con una misma. Si tú tienes esa capacidad de convertir un pensamiento en lenguaje, ya está ahí tu triunfo. Si luego puedes hacer de eso tu profesión, es una bendición.
–¿Tenés algún método para escribir?
–Poesía, no. Narrativa, sí, porque me exige un esfuerzo mental. Ahora estoy escribiendo mi segunda novela y es un viaje a las profundidades. Si estoy mal y me pongo a escribir algo que me hace sentir mal, acabo peor. Pero, con la poesía, cuando estoy mal, más la necesito, y me ayuda a entender y a aceptar los peores momentos.

http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA

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