Por qué nos afectan, según una psiquiatra de Stanford—
Autora del libro Generación dopamina, advierte sobre el uso compulsivo de redes sociales y ofrece algunas guías para determinar cuándo hay que preocuparse
por María Nöllmann.
Para algunos son los azúcares; para otros, los narcóticos, las series de televisión o, incluso, el trabajo. Según la doctora Anna Lembke, las potenciales adicciones a las que nos vemos expuestos a diario no solo son innumerables, sino que, a la vez, son cada vez más. ¿Todos podemos volvernos adictos a un comportamiento o sustancia? La psiquiatra y máxima autoridad en Medicina de las Adicciones de la Universidad de Stanford, dice que sí.
En su nuevo libro, Generación dopamina (Urano, 2023), la experta habla de las pequeñas adicciones que nos rodean a diario y de la conflictiva relación entre el placer y la felicidad. Su punto de vista no solo abarca sus experiencias dentro del consultorio, sino también su cosmovisión sobre el entorno en el que vivimos y los desafíos que debemos afrontar día a día. “Vivimos en un mundo adicto.
No conozco a nadie que actualmente no esté luchando contra algún consumo compulsivo: si no son los medios visuales, son los Smartphone o la comida”, afirma.
Pero a cada mala noticia, la acompaña de una buena: plantea que recuperarse de una adicción es posible, a la vez que ofrece soluciones prácticas para gestionar el consumo obsesivo-compulsivo. Entre las principales claves, destaca una: regular la dopamina para recuperar el bienestar, que se traduce en “menos goce, más felicidad”. “La ciencia nos enseña que todo placer tiene un precio, y que el dolor que le sigue es más duradero y más intenso que el placer que lo originó”, escribe en su nuevo libro, que la revista científica del Massachusetts Institute of Technology ha descrito como “la obra médica más importante de la década”. –¿Por qué el título del libro es Generación dopamina?
–Quería mostrar que no se trata de un problema individual, sino de uno colectivo. Hemos entrado en un momento sin precedentes en nuestra historia, en el que todos somos vulnerables al problema de la adicción. No es que hay un problema de dopamina en mi cerebro o en el tuyo, hay un problema de dopamina en el mundo. –En pocas palabras, ¿qué es la dopamina?
–Es un químico que se produce en nuestro cerebro. Es un neurotransmisor. Esto significa que hace de puente entre neuronas, permitiendo encontrar la sintonía de esos impulsos eléctricos. Cuando hacemos algo que nos resulta placentero, liberará dopamina en nuestra vía de recompensa, y es por eso que nos sentimos bien. La dopamina es el neurotransmisor que nos hace decir: “¡Ajá! Esto es algo que debería hacer más seguido”. Es central para la experiencia de placer, de recompensa y de motivación.
¿Cuál es el criterio para saber qué tan potencialmente adictivo es algo? Cuánta más dopamina libera, más potente es. –Decís en tu libro que hoy es más fácil caer en una adicción. ¿Por qué?
–Porque ahora vivimos en un mundo adicto, donde a casi toda sustancia y comportamiento la han vuelto más adictiva de lo que era antes. Hoy en día tenemos nuevas versiones de todas las drogas y más variedad, por ejemplo, de video juegos, de redes sociales. Además, las sustancias y comportamientos potencial mente adictivas son más accesibles que nunca. Si vivís en un barrio donde venden drogas en cada esquina, es más probable que pruebes droga y es más probable que te vuelvas adicto. Tenemos acceso 24/7 a dopamina digital a través de nuestros dispositivos electrónicos y, como resultado, somos todos muy vulnerables al consumo compulsivo de redes sociales. La accesibilidad es uno de los mayores factores de riesgo para la adicción. –¿Cuál es la adicción que más llama la atención hoy en el consultorio?
–Creo que estamos entrando en una nueva era de adicciones conductuales. Hoy, las adicciones tienen que ver más con las cosas que hacemos que con las cosas que introducimos en nuestro cuerpo. En práctica clínica estamos viendo más y más casos de personas adictas a la pornografía, a la masturbación compulsiva, a los videojuegos o adicta a diferentes tipos de comportamientos monetarios en línea, como compras compulsivas en línea, apuestas compulsivas en línea. Creo que la pornografía es la más peligrosa, porque en nuestra sociedad hay tanta vergüenza internalizada en torno a estos comportamientos que la gente no viene en busca de ayuda, no lo admite. –¿Por qué los celulares y las redes sociales son tan adictivas?
–Las redes sociales pueden ser una forma maravillosa de conectarnos con otros seres humanos. Somos seres sociales. Pero el problema es que, con las redes, las comunicaciones se han vuelto muy potentes y, sumado a esto, ya no tenemos que movernos para conectarnos con otras personas, que además parecen muy hermosas. Quizás realmente lo son, pero las redes tienen todos estos filtros e iluminaciones que hacen que los demás luzcan espectaculares. Lo combinamos con una pantalla con luz, storytelling, likes, y entonces lo convertimos en una droga muy potente. Es inmediatamente accesible. Por ejemplo, Tik-tok, a diferencia de la cocaína, nunca se termina. Es infinito. Y la cantidad importa, porque cuanto más exponemos a nuestro cerebro a una determinada droga, más tenemos que seguir consumiendo para sentirnos bien. –¿Puede ser que nuestra adicción a los dispositivos digitales esté relacionada con nuestra incapacidad para estar aburridos?
–Sí, realmente perdimos la habilidad de estar en un estado de ocio sin estar constantemente estimulados de manera externa. Siempre estamos en este modo reactivo, lo que significa que estamos constantemente teniendo una respuesta de estrés. Dejar que nuestro cerebro se calme y descanse es muy importante para la salud y para sentirnos tranquilos, con una sensación de estabilidad y serenidad. Creo que realmente necesitamos permitirnos sentarnos en calma, estar aburridos, y dejar que esos pensamientos y sentimientos aparezcan. Algunos pensamientos pueden asustarnos, como “¿De qué se trata la vida?”. Pero vale la pena tenerlos. Y creo que como individuos y como cultura estamos constantemente evitándolos. Estamos distraídos de nosotros mismos, de nuestras propias vidas. Lo que tenemos que hacer es apagar estos dispositivos un rato y concentrarnos en estas preguntas esenciales. –¿Cómo y cuándo las personas cruzan el límite entre el uso recreacional y el uso dañino?
–A veces es fácil de determinar y otras veces no lo es. No hay ningún test de cerebro o de sangre que pueda diagnosticar una adicción. La adicción es el uso compulsivo y continuo de una sustancia o un comportamiento que nos daña o daña a otros. Para diferenciar una pasión o un hobbie de una adicción, hay que observar si causa daño al individuo o a la sociedad. Si lo causa, es adicción. –En el caso del celular, por ejemplo, ¿hay alguna clave para que una persona pueda descubrir si su consumo es dañino?
–Una clave simple es ver si estás mintiendo sobre tu consumo. Es sencillo: no ser sincero con vos o con los demás sobre lo que hacés en línea o cuánto o con qué frecuencia lo hacés, es una señal a tener en cuenta.
También es bueno preguntarte si estarías incómodo dándole tu celular a otra persona, un ser querido, y dejarlo mirar tu historial. Si lo estuvieras, y estoy segura de que muchos de nosotros lo estaríamos, entonces creo que es una buena señal de lo que estás haciendo. Digo: si te da vergüenza, es que seguramente sea algo que habría que considerar como un comportamiento que nos gustaría cambiar o que podría ser una adicción. –Hablás en el libro sobre la resistencia que los adictos desarrollan ante ciertas sustancias: la necesidad de consumir cada vez más para sentirse satisfechos. ¿Esto sucede también con las ‘drogas digitales’?
–Sí. Podemos empezar usando una red social de una manera positiva, pero después de un tiempo necesitás más vínculos o más videos o versiones más cortas de esos videos. Además, los algoritmos aprenden lo que nos gustó antes y nos lo envían todo el tiempo, y esto incentiva este ciclo repetitivo y compulsivo. El problema es que la dopamina fue realmente desarrollada para un mundo de escasez y de peligro inminente. No fue desarrollada para un mundo como el actual, en el que tenemos tanto acceso a drogas y a comportamientos que nos generan placer. En otras palabras, ahora estamos exponiendo nuestros cerebros a dosis altísimas de dopamina para las cuales nuestros cerebros no están preparados. Y como resultado, están tratando de adaptarse a demasiada dopamina regulando negativamente nuestra propia producción y transmisión de la misma. Y eso, básicamente, genera un cerebro adicto. Ahora la persona necesita más de esa droga no solo para sentirse bien, sino más bien para dejar de sentirse mal. –También decís que las adicciones a sustancias nos hacen incapaces de disfrutar las pequeñas satisfacciones de la vida. ¿Esto se da también en el caso de las ciberadicciones?
–Sí, se da en todos los tipos de adicciones. Las personas adictas a las redes sociales, videojuegos o a la pornografía, generalmente llegan al consultorio muy deprimidas. Muchas veces ni siquiera están buscando ayuda para controlar sus consumos, sino que vienen para tratar la depresión y después identificamos que están usando redes sociales u otro tipo de medio digital de una manera compulsiva. En estos casos, lo que hacemos primero, en vez de recetarles antidepresivos y psicoterapia, es pedirles que se abstengan del consumo que les está generando adicción por un período de tiempo, el suficiente para resetear las vías de recompensa de la dopamina. –Pero tarde o temprano volverán a usar su celular.
–Cuando hablamos de drogas digitales, como cuando hablamos de comida, hay que entender que son parte de nuestras vidas. No podemos dejar de comer, así como no podemos dejar los medios digitales porque son parte, incluso, de nuestro trabajo. Entonces lo que tenemos que hacer es identificar qué aspecto de los medios digitales nos daña, cuál es la app que usamos de manera compulsiva. E intentar eliminar solo eso. Claro que necesito usar el celular para mi trabajo, pero quizás no estar en Tik-tok. Entonces me puedo comprometer a eliminar Tik-tok o abstenerme de utilizarlo por un período suficiente para lograr este reseteo
“Tenemos que identificar qué aspecto de los medios digitales nos daña”
http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.