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Desde su aparición a principios de este siglo, El Mató a un Policía Motorizado hizo del fin del mundo una figura central en su obra. La banda platense convirtió a los relatos postapocalípticos en el centro de su universo narrativo, y lo hizo como un homenaje al cine fantástico y de terror con el que se criaron sus integrantes, pero también como una manera de encapsular en una metáfora cualquier adversidad a superar. Hasta que la realidad le ganó a la ficción y el planeta se vio en pausa por una pandemia, y los miedos pasaron a ser más reales.
A diferencia de muchos discos de su época, Súper Terror, el cuarto disco de estudio El Mató a un Policía Motorizado (sin incluir en la cuenta el compilado de rarezas La otra dimensión y las canciones regrabadas para Okupas de Unas vacaciones raras) no es un disco sobre el encierro y el aislamiento obligatorios. Lo que Santiago Barrionuevo reflejó en las diez canciones del álbum es el sinsabor de ver incumplida la promesa colectiva de salir mejores de una experiencia de esas magnitudes.
“Todo lo que me importa no existe más, quiero saber por quién morir” entona Barrionuevo en “Un segundo plan”, la canción que abre el disco, y que también marca su rumbo estético y sonoro a través de una inversión de roles. Donde durante muchos años hubo una banda de garage espacial surfeando entre distorsión y ruido, ahora hay una pared de sonidos sintetizados y teclados al frente de la mezcla, con las guitarras de Manuel Sánchez Viamonte y Gustavo Monsalvo a cargo de ornamentos y detalles. Con su paso lento y su economía de recursos, “Medalla de oro” está en cierto modo hermanada con “El tesoro”, su hit de 2017, tanto en forma como en contenido, una canción de espíritu derrotista que así y todo logra destilar belleza entre postales agridulces (“Soñamos con un mundo mejor hasta que el líder dijo ‘Me voy a rendir’”, “Entiendo que no vas a aceptar que todo lo que viene es peor”).
Ante ese escenario, “Moderato” y la enérgica “Diamante roto” aparecen como remansos narrativos que también remiten a formas melódicas más familiares al universo previo de El Mató. En cambio, “Tantas cosas buenas” adopta un armazón rítmico similar al de “Everybody Wants to Rule the World”, de Tears for Fears, para pintar un paisaje trágico sobre una secuencia de acordes cristalinos (“No es difícil de entender, todo esto se va a perder, tantas cosas buenas derrumbándose a la vez”). La banda que se abrió paso hacia el mainstream en 2012 con un hit indie llamado “Más o menos bien” construye su estribillo antagónico una década más tarde: “No me digas que las cosas van a estar bien”, canta Barrionuevo antes de agregar más adelante “Guardá tu entusiasmo, lo vas a necesitar”.
A la altura de “El universo”, Súper terror parece buscar una pausa, con una balada en cámara lenta a piano y voz en la que el mensaje parece ser que todo lo que se fue no volverá, pero le sirve a él para tenerlo presente y hacer frente a esa frustración. Esa sensación se potencia en “Coronado”, en la que Barrionuevo explota todo su potencial como cantante desde el registro grave de las estrofas al grito enérgico del estribillo, y también en “Voy a disparar al aire”, donde el motivo del sufrimiento parece ser bastante más terrenal y cercano (“Pensando solo en vos y un día que nunca existió. Cambiaste todo lo mejor por nada”), con la necesidad de venganza a flor de piel (“Voy a disparar al aire, alguien más la va a pasar muy mal”).
Con una secuencia de acordes lúgubre y unos sintetizadores que se pasean por el tema como nubes negras, “El número mágico” es la aceptación de que el destino final es inevitable, pero también menos terrible cuando el camino no se atraviesa en soledad (“Hay algo que no te conté. Todo es malo pero no debería preocuparte, vos y todos vamos a terminar en ese lugar”). Con la necesidad de descomprimir esa atmósfera, el cierre con “El profeta de fuego” aporta el equilibrio justo a tiempo, con unos acordes mayores a paso lento pero seguro, bajo la idea de que es necesario hacer las paces con lo que atormenta para poder seguir la marcha (“Es la niebla oscura, está sobre mí. Pero no te preocupes, estoy bien así”)
Súper terror
Un segundo plan medalla de oro, diamante roto, tantas cosas buenas, el universo, coronado, voy a disparar al aire, moderato, el número mágico, el profeta de fuego.
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