lunes, 28 de agosto de 2023

PISTAS FALSAS, DEFENSA....SAQUEOS...ROBOS


Pistas falsas en redes e inconsistencias temporales enrarecen las investigaciones
A partir de los primeros episodios en Neuquén y Mendoza se difundieron videos viejos y advertencias de ataques que no se concretaron; esto dificulta la tarea de conectar los casos
Camila Dolabjian
Los saqueos y hechos de violencia en todo el país despertaron igual cantidad de investigaciones y de acusaciones cruzadas entre dirigentes políticos. Desde el Gobierno apuntaron a Javier Milei y su equipo por haber “agitado” el caos social en Twitter, pero las distintas indagaciones en fiscalías de todo el país y un análisis minucioso de los movimientos en redes sociales de la nacion dan cuenta de otros indicios. En algunos casos, surgieron pistas en las provincias que encendieron alarmas.
En las historias de algunos ataques surgen dudas. El primer saqueo habría ocurrido en Mendoza, el sábado pasado, pero la línea de tiempo da cuenta de que surgieron reportes de una entradera a un comercio antes de que esta ocurriera. Alrededor de las 13, comenzaron a circular por redes y se difundieron a periodistas avisos respecto de que el supermercado Atomo estaba siendo saqueado, incluso de fuentes provenientes del empresariado. Pero eso nunca pasó. El video que se difundió era de un episodio en 2018 y el local, un supermercado Atomo, estaba intacto.
Recién a las 16 la policía reportó que un grupo de mujeres había intentado saquear ese comercio y una carnicería. No lo lograron en el primer caso porque efectivos de seguridad ya estaban apostados en el lugar, por lo que todos los videos que surgieron del supuesto saqueo eran falsos. En redes sociales, durante el sábado, se reavivó la llama de que habían ocurrido ataques a las 18. Previamente, no hay constancia de instigaciones a través de Twitter o Facebook. Los audios se difundieron por Whatsapp, pero aún no se probó una conexión entre estos y los detenidos.
Los primeros detenidos, dos jóvenes que habrían instigado los ataques, fueron identificados como Leonardo Brian Exequiel Gil Arce, de 22 años, y Tiago Jesús Cornejo, ambos con residencia en el barrio San José de Rivadavia, por las fuerzas de seguridad. la nacion accedió al parte policial, en el que no figura Gil Arce, pese a que fue comunicado como el primer aprehendido, buscó dar con la identidad del hombre por múltiples sistemas de datos e insistió a numerosas fuentes oficiales para comprobar quién era el detenido, pero no logró dar por ningún medio con la existencia del mismo. Cornejo, por otra parte, sostiene una relación laboral con el gobierno mendocino, según datos a los que accedió este medio.
En comunicación con integrantes del grupo en donde se circuló la idea de atacar los comercios, los participantes comentaron que habían sido incluidos en ellos a través de redes de trabajo cooperativista y changas, pero aseguran que quienes estaban dentro no habían sido quienes concretaron el saqueo a la carnicería. Fuentes policiales dijeron que fueron mayormente mujeres, pero en los videos se ven jóvenes varones y una gran porción de los delincuentes en remera y pantalones cortos, cuando la temperatura ese sábado, a esa hora, era de 5 grados.
El ataque en Mendoza fue seguido por uno en Neuquén. Allí, un grupo de personas habría ingresado a un comercio de barrio e intentado entrar a un supermercado, pero la policía estaba alerta nuevamente porque en los días previos circularon audios por grupos de Whatsapp. Al supermercado no pudieron entrar porque, según fuentes policiales, ya habían sido alertadas por mensajes que incluían a organizaciones sociales como gestoras de esos grupos, aunque sus dirigentes lo desmintieron. “No estamos llamando a saqueos y denunciamos públicamente toda campaña de difamación del trabajo territorial que llevamos adelante”, transmitió el Frente de Organizaciones en Lucha.
En Salta, las autoridades aseguraron que su investigación conducía a que los responsables de ataques en Tartagal, por ejemplo, respondían a agrupaciones que “fueron quienes tuvieron activa participación en el conflicto docente en abril, mayo y junio”. El ministro de Seguridad y Justicia, Marcelo Domínguez, aseguró que todos ellos tienen causas penales previas. La referencia de los funcionarios vincularía a agrupaciones de izquierda, como la Corriente Docente Carlos Fuentealba. En ese entonces, las movilizaciones recibieron apoyo de grupos del conurbano, como Más.
El vínculo con agrupaciones surgió en otras provincias también. En Córdoba, fuentes oficiales dijeron que se investiga una coincidencia entre los chips de los teléfonos que fueron secuestrados a los supuestos incitadores. El origen de su compra sería en La Matanza, provincia de Buenos Aires. Sin embargo, desde la fiscalía aseguran que esto no consta en el expediente, que tiene secreto de sumario.
Los videos, falsos y verdaderos, sobre los ataques que comenzaron a proliferar en distintos puntos del país fueron rápidamente levantados por algunas cuentas de Twitter. Los primeros posteos corresponden a usuarios que, llamativamente, tienen pocos o nada de seguidores. Estos fueron los que abonaron la teoría de Gabriela Cerruti, la portavoz del Gobierno, que acusó a Milei de orquestar los ataques y generar caos social, debido a que algunos de ellos apoyaban públicamente al libertario en tuits anteriores. En ningún caso aparecieron, sin embargo, publicaciones en esta red o en Facebook incentivando o instigando a cometer este tipo de delitos el sábado pasado, previo a los primeros hechos.
El clima se enrareció aún más por una sucesión de eventos que llamó la atención de las autoridades. Los saqueos continuaron en locales atípicos, como una heladería en Resistencia, o con actitudes extrañas para la policía, como un robo en malón en un supermercado en Rosario del que testigos dieron cuenta que los delincuentes rompían el local, pero egresaban sin mercadería. También se detectó la presencia de una gran porción de menores, de 12 años o menos, y de personas con antecedentes penales previos graves, como homicidio, portación de armas, delitos contra la integridad sexual y asociados con el narcotráfico.
Dos fiscales que actúan en el ámbito de la provincia de Buenos Aires apuntaron a que se crearon grupos de Whatsapp que simulaban tener el objetivo de agruparse para saquear distintos comercios, lo que fue monitoreado en las últimas jornada. Sin embargo, en detenciones posteriores, quienes efectivamente fueron demorados no siempre estaban asociados a esas cadenas de difusión y participación en redes.
Por el momento, las autoridades guardan hermetismo respecto de las investigaciones. Al menos cuatro denuncias tramitan en Comodoro Py y otra en Mendoza contra Raúl Castells, el dirigente de izquierda que se autoincriminó públicamente la organización de los saqueos. Las que se encuentran en los tribunales con asiento en la ciudad de Buenos Aires se acumularán en manos de la fiscal Alejandra Mangana, que ordenó un relevamiento de redes sociales y realizó un pedido de informes al Ministerio de Desarrollo Social en relación con el Registro Nacional de Comedores y Merenderos Comunitario (Renacom).se procuró comunicarse con la fiscalía, pero no recibió respuesta

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Temor a los saqueos. “Si nos vuelven a atacar como el otro día, vamos a defendernos”, dijo un comerciante que se protegió con una escopeta
Tras los intentos de robos masivos registrados la noche del pasado martes en Loma Hermosa, propietarios y empleados de se sienten intranquilos
Gustavo Carabajal
Eduardo López defendió el pasado martes el comercio que le costó muchos años de esfuerzo poner en marcha
“Si nos vuelven a atacar como el otro día, vamos a defendernos. No vamos a permitir que destruyan nuestros negocios. Somos gente de trabajo y todo lo que tenemos lo conseguimos a través de sacrificio y esfuerzo. Dedico catorce horas por día al local y a comprar mercadería, mirá si no me voy a defender”. Con esta frase, Eduardo López, uno de los comerciantes de Loma Hermosa que realizó disparos al aire con su escopeta para evitar que un grupo de ladrones organizados, asaltara su local, describió cuál será la actitud que aplicará si se repite un ataque similar al que ocurrió el martes pasado.
“Ahora está todo tranquilo, porque dejaron a la policía. Así que no creo que intenten volver. El otro día ocurrió algo extraño. Una hora antes del ataque pasó la policía para avisar que había gente que estaba se estaba organizando para venir a robar. Minutos después, otro policía llegó con un celular y grabó a todos los negocios. No transcurrió más de una hora que en las dos esquinas comenzaron a juntarse grupos de personas”, recordó Eduardo, quien instaló su comercio hace 35 años, en 1° de Mayo, entre Rosella y Ruta 8, en el centro de Loma Hermosa.
El supermercado chino que fue atacado el pasado martes en Loma Hermosa
El martes pasado, minutos antes de las 19, al grito de “Dale, dale”, uno de los asaltantes rompió el grupo, que se había concentrado en la esquina de 1° de Mayo y Primera Junta, se adelantó a los demás y se dirigió al supermercado chino. El dueño del local alcanzó a cerrar la pesada puerta de chapas, hierro y rejas.
“Cuando vi que quisieron entrar en el supermercado chino, enseguida pensé ‘el siguiente soy yo’, entonces bajé la persiana. Porque una vez que entraron en el negocio arrasan con todo. No los frenas”, describió Enrique Carbone, propietario de la carnicería que funciona junto al supermercado chino.
Al escuchar el grito de uno de los líderes de los asaltantes, Fernando, otro comerciante y Eduardo salieron armados con sus escopetas a la vereda y efectuaron varios disparos al aire. Ante el estruendo de los balazos, los atacantes volvieron sobre sus pasos y se dirigieron al supermercado situado en el cruce de 1° de Mayo y Primera Junta.
“Tenemos que defendernos con lo que tenemos. Nos iban a matar. Eran ellos o nosotros. Si no nos defendemos nosotros, nadie vendrá a protegernos”, explicó Enrique, todavía conmocionado.

Comerciantes se protegieron con disparos de escopeta en Loma Hermosa
A raíz de los disparos, los asaltantes corrieron por 1° de Mayo en dirección a la Ruta 8. En el trayecto robaron en una hamburguesería y en otro supermercado.
“Creo que, por ahora, estos saqueos se terminaron. Los ladrones que quisieron entrar en mi local, en la carnicería y en otros comercios, tienen un origen dividido. La mitad eran del barrio y la otra mitad, no eran de acá. No me arrepiento de lo que hice. Defendí lo que es mío y de mi familia que es fruto de 35 años de trabajo”, sostuvo Eduardo, quien aclaró que, al igual que Fernando, otro comerciante, tiene sus armas declaradas.
El ataque ocurrido el martes pasado contra los comerciantes de la zona céntrica de Loma Hermosa duró no más de treinta minutos. La policía llegó al lugar cuando los agresores habían huido, después de asaltar tres comercios instalados sobre 1° de Mayo y varios kioscos situados en las adyacencias. Los uniformados no detuvieron a ninguno de los asaltantes.
En este caso, según describieron Eduardo, Fernando y Enrique no había menores ni mujeres entre los atacantes, tal como ocurrió en los robos organizados contra el supermercado DIA, de José C. Paz y otros comercios de Maquinista Savio, en el partido de Escobar o en la localidad de Monterrey, en el partido de Pilar.
“Nosotros tenemos un negocio familiar y peleamos día a día. No está bueno lo que se viralizó, pero tratamos de defendernos como podemos. Cuando mi marido vio que había mucha gente intentamos que no se acercaran. Podía salir bien como podía salir mal. No la hubiéramos contado si entraban. Con mi marido tuvimos que decidir en dos segundos. Si nosotros no abrimos, no comemos”, expresó la esposa de Eduardo, mientras atendía a los clientes del negocio de venta de artículos de perfumería y limpieza.
Unidades policiales fueron asignadas a la zona donde se registró el intento de saqueo el pasado martes, en Loma Hermosa
En la recorrida realizada  se pudo advertir la presencia de efectivos de la fuerza de seguridad bonaerense en la zona comercial de Loma Hermosa.
“Quisieron entrar en un negocio. Entonces mi vecino sacó una escopeta para defenderse. En definitiva, me estaba defendiendo a mí. Fue muy triste agarrar un arma, pero acá se te meten y te saquean. Esto ya lo viví en el 2001 y se veía que iba a pasar. Queremos trabajar tranquilos, nada más. Es muy triste ver a un ministro decir que estos son rumores”, manifestó el comerciante.
Estacionado en la esquina de Rosella y 1° de Mayo, una combi de la División Guardia de Infantería con un grupo de uniformados, con la característica boina bordó. custodia la zona. Mientras que dos efectivos, en una patrulla de la Estación de Policía local, recorren el área más cercana a la Ruta 8. También se advirtió la presencia de efectivos apostados en forma individual en esquinas críticas.
“El ataque del martes pasado no se pareció en nada al que sufrimos en 2001. En esa oportunidad fue mucho peor. Estaban organizados. Eran más de 500 personas que dividieron sus blancos y entraron en diversos supermercados. Se llevaban heladeras completas y las cargaban en camiones. Me acuerdo del dueño de los supermercados chinos que tuvo que huir por el techo y disparaba contra los atacantes que lo perseguían porque querían robarle el dinero en efectivo que guardaba”, relató Eduardo.
Aunque en la zona parece que se retomó la actividad normal, la preocupación continúa entre los comerciantes y vecinos en Loma Hermosa. Entienden que no habrá problemas mientras la presencia policial siga en el barrio; después, nadie sabe.

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Saqueos o robos: un debate inexistente que expone a un gobierno incómodo
Diego Cabot
Las discusiones retóricas, las apelaciones al relato, la negación de la evidencia o la justificación de cierto accionar delictivo son algunos de los recorridos que desanda el oficialismo cuando se encuentra con hechos que le disputan la autoridad en la calle, ese territorio donde el Gobierno se replegó hace tiempo.
Por estos días, la diferenciación que varios dirigentes del kirchnerismo realizan entre “saqueo” o “robo” constituye una de las discusiones más inoficiosas que se pueden dar en la política argentina.
Sucede que el verbo “saquear” no existe para el Código Penal. No hay ningún artículo del entramado legal criminal que tipifique esta conducta. Apenas se trata de una construcción literaria para resumir la violencia, el robo y la actuación en patota. Pero el kirchnerismo, vaya a saber con qué intención, intenta diferenciar entre el robo y el robo. Parece un error del cronista, pero no lo es.
Uno de los que transitaron el fango de las diferenciaciones fue el jefe de Gabinete y compañero de fórmula de Sergio Massa, Agustín Rossi. “No son saqueos. Los saqueos se dieron en momentos donde había disconformidad social, acá no había disconformidad en los que estuvieron allí, lo que había era una intención de llevar adelante un delito”, dijo estos días.
Tiene razón el candidato cuando sostiene que se trata de un delito, pero falla feo cuando considera que aquello no lo es. También se arroga ser una suerte de exégeta de la conducta de los violentos, los de antes, a los que refiere, y los actuales. Considera que en su momento había “disconformidad social” y ahora no existe esa situación. Un hallazgo del jefe de los ministros.
Los llamados “saqueos”, para el Código Penal y para la Justicia no son ni más ni menos que “robo en poblado y en banda”, tipificado en el artículo 167, en el capítulo VI, donde se enumeran los delitos contra la propiedad.
“Se aplicará reclusión o prisión de tres a 10 años si se cometiere robo en lugares poblados y en banda”, dice la norma. La primera parte habla del lugar; la segunda, de la cantidad, que en este caso, deben ser tres o más personas. Eso es todo, no hay tal digresión como robo o saqueo que tanto le gusta al oficialismo.
Vale preguntarse entonces: ¿para qué fundamentar una diferencia inexistente? Y en tren de las especulaciones, bien podría argumentarse que el discurso encaja en la necesidad de condenar estos delitos que incomodan en plena campaña pero, al menos, dejar trazada una línea discursiva por las dudas que en otro momento haya que justificar la delincuencia en la calle.
Claro que no todos los detenidos están a disposición del fiscal por este tipo legal. Hay quienes fueron detenidos por “tentativa de robo en poblado y en banda”, que tiene una pena mínima de un año y medio y una máxima de 6 años y 8 meses, y otros, por “robo simple” –un mes a 6 años de prisión– ya que no fueron encontrados con otros como para tipificar el delito.
De los poco más de 40 que quedaban presos ayer, un grupo está imputado por resistencia a la autoridad, conducta que podría acarrear una pena de entre 15 días y un año de prisión.
Todos estos delitos se podrían combinar con otros como daños a la propiedad privada o lesiones, si es que las ocasionaron, todos ellos con el agravante de que cuando se usa arma de fuego se endurecen las penas. Sin embargo, no hay registro de que en los hechos que se dieron en territorio bonaerense se hayan usado. O, al menos, no está presente entre las acusaciones de los fiscales.
Finalmente, los dichos del ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni. “Esto no es un robo común: esto se califica como robo en banda y tiene una pena de 15 años”, dijo el militar, médico y abogado.
Pues más allá del énfasis del relato cuando los hechos están calientes, el funcionario sabe perfectamente que nadie estará preso hasta 2038 por estos saqueos. Pero la expansión de las palabras, aunque sean sin argumentos, y el ceño fruncido quedan bien en momentos en los que la sociedad pide a gritos el regreso del orden a la calle.
No solo que nadie estará preso tres lustros sino que es probable que los juicios sean difíciles. En el derecho procesal no hay presunciones sino hechos que se pueden probar, decía ayer un curtido fiscal bonaerense. A veces, ni siquiera con videos se puede encontrar la evidencia para sostener las acusaciones de los fiscales que avancen hacia las condenas. De cualquier manera, nada de esto podría ocurrir en menos de dos o tres años, según tiempos normales de la Justicia bonaerense.
De hecho, como la mayoría de los encuadres penales tienen la eventualidad de una pena en suspenso (tres años o menos), funciona el artículo 76 bis del Código Penal, que introduce la “probation” como forma de culminar un juicio. Es decir, los abogados de quienes no tengan antecedentes seguramente irán por ese camino en el que se requiere cumplir algunos requisitos como, por ejemplo, terminar la escolaridad, realizar tareas comunitarias o comparecer cada determinado tiempo en una dependencia policial o judicial.
Hay un universo más: los que instiguen a cometer delitos. Raúl Castells, por ejemplo, sumó varias denuncias estos días por haberse adjudicado los saqueos. Su conducta podría encuadrarse en el artículo 209 del Código Penal, que reprime con prisión de 2 a 6 años a quien “públicamente instigare a cometer un delito determinado contra una persona o institución”. Lejos, muy lejos de los 15 años con los que Berni intenta calmar las ansiedades sociales en los medios.
Lo único que podría parecerse a aquella diferenciación de Rossi, entre saqueos buenos y malos, es el llamado “hurto famélico”. Este encuadre jurídico no existe en el Código, pero es una elaboración jurisprudencial y se da cuando una persona roba por hambre. En ese caso, el Estado le entrega un eximente por su estado de necesidad, motivo por el cual el delito se convierte en legal.
La argumentación filosófica es que se protege un bien jurídico superior, es decir, la vida por sobre la propiedad. Se trata de un hecho ilegal pero la ley lo perdona y le entrega un estado de inculpabilidad. Pero para que este supuesto particularísimo se configure, hay que probarlo caso por caso. Nada de esto se parece demasiado al pensamiento del jefe de Gabinete ya que la “disconformidad” no es hambre. Rossi desconoce que en todos los casos es delito.
Un párrafo final merecen los dichos de la vocera presidencial, Gabriela Cerruti, a los que adhirió el presidente Alberto Fernández mediante la reproducción en una red social. La funcionaria acusó, primero al candidato Javier Milei y después, al espacio que conduce Patricia Bullrich, de estar detrás de los robos que se dieron en territorio bonaerense. Por ahora, esos dichos no tienen ningún asidero en las denuncias y en las investigaciones que llevan los fiscales. Para ellos se trata más de grupos organizados, poco sofisticados y acostumbrados a que la calle les pertenece para cometer todo tipo de delitos.
El problema principal que expresa el Gobierno es la incomodidad en la que quedó después de estos hechos. Sucede que el kirchnerismo, con su postura garantista, ha tolerado la violencia en la calle y ahora, en plena campaña, necesita mostrar otra faceta. El conurbano bonaerense es un territorio donde el Estado se ha replegado y permitió que las distintas modalidades del crimen organizado se apoderaran del terreno y pudiesen consolidar las redes ilícitas.
Hoy, el diagnóstico de lo que sucede se deja ver a plena luz. En principio, hay una utilización de personas que encuentran en la crisis económica el principal caldo de cultivo, todo en un conurbano explosivo. Los delitos no son más que la consecuencia de un repliegue de las instituciones, que decidieron que en la calle todo quede liberado a la espontaneidad de la ley de la selva.
¿Es posible dejar un lingote de oro en la vereda y suponer que nadie lo robará? ¿Se puede liberar el territorio y pretender que nadie se apodere de él? Las respuestas son obvias. El oro desaparece; y en la calle se lee por todos lados el cartel que dice “ocupado”.
“No son saqueos. Los saqueos se dieron en momentos donde había disconformidad social”, dijo Agustín Rossi, compañero de fórmula de Massa

http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA

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