miércoles, 31 de enero de 2024

MARTÍN MENEM Y MARTÍN LLARYORA


Martín Menem, en la mira por las dificultades en el avance de la ley
El diputado fue postergado en las negociaciones; le critican su “inexperiencia”
Jaime Rosemberg
La postergación del tratamiento de la ley ómnibus en Diputados ya era un hecho en el mediodía del viernes, cuando la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, almorzaba en el Senado con Martín Menem, titular de la Cámara baja y encargado de las frustradas negociaciones con la oposición dialoguista.
El almuerzo, definido desde La Libertad Avanza como “de seguimiento”, fue visto como un fuerte respaldo de la influyente secretaria general a Menem, en tiempos en los que arrecian las críticas internas al titular de Diputados “por su inexperiencia” a la hora de gestionar una coyuntura más que compleja. La “Ley de bases” ya tuvo 139 artículos eliminados y 17 modificaciones, y su tratamiento todavía no está asegurado a pesar de las concesiones del Gobierno.
Más allá de los guiños presidenciales hacia su figura –ayer el Presidente retuiteó una crítica de Menem a la oposición kirchnerista– y de las coincidencias generales sobre el rumbo de la gestión, el sobrino del expresidente Carlos Menem parece “en observación” de la Casa Rosada, a tiro de cuestionamientos internos. Además, carga con la desconfianza de la oposición, que califica su rol de secundario, ya que “no puede definir si un artículo tiene que ir o no, tiene que preguntar todo”, según definió ante la nacion un integrante de uno de los bloques dialoguistas.
“El Presidente y Martín están en contacto permanente”, retrucan en Balcarce 50 cuando la consulta gira en torno al vínculo entre ambos. Con la ayuda de su primo Eduardo “Lule” Menem, también presente en el almuerzo con Karina Milei, el presidente de la Cámara de Diputados activa los contactos con la oposición dialoguista, a fin de sesionar mañana. “Menem no tiene un problema con nosotros, lo tiene dentro del propio Gobierno. Lo único que hizo fue prestarles la oficina a tres técnicos inflexibles de la Jefatura de Gabinete”, se despacha uno de los diputados que participaron de las tratativas, en las que el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, a través de emisarios, y el joven asesor presidencial Santiago Caputo quedaron al mando de las conversaciones.
El acuerdo, de todos modos, no se alcanzó. Al otro día, en un conocido bar de Recoleta, Caputo y Menem se dividieron para negociar con los bloques opositores, aunque estaba claro que el asesor de Milei era quien llevaba el mandato para resistir o autorizar modificaciones. “Son tensiones que recién están comenzando. Santiago Caputo tuvo que tomar el control, contra su voluntad, porque no es lo que le gusta. A Menem le van a facturar la inexperiencia”, sostuvo una fuente libertaria.
El otro funcionario que parece haber quedado en la mira, según coinciden fuentes oficiales, es el ministro del Interior, Guillermo Francos. Sin embargo, cerca del Presidente lo niegan. Francos dialoga con gobernadores y legisladores, pero también mostró limitaciones a la hora de definir los cambios en la ley, según sus interlocutores opositores. “Desgaste, por supuesto, las negociaciones siempre generan desgaste personal, ir y volver, pero el Presidente tiene una convicción total en el camino que tiene que seguir”, dijo el ministro del Interior a CNN radio.
Sin cortocircuitos personales con Milei, la gestión de Menem es mirada con lupa por estas horas dentro y fuera de Balcarce 50, y su poder de decisión sigue siendo acotado.

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Martín Llaryora. “No es sostenible un programa fiscal solo de ajuste”
El gobernador cordobés reclama complementar con medidas productivas; pide tratar el blanqueo, la moratoria y el anticipo de Bienes Personales 
Gabriela Origlia
El gobernador de Córdoba, Martín Llaryora, advirtió que el ajuste fiscal hay que acompañarlo con un plan productivo, porque de otro modo no será sostenible. Antes de participar, ayer en esta ciudad, de la reunión de mandatarios para fijar una posición en el debate de la ley ómnibus, su definición confirmó que aún falta consenso para que el megaproyecto salga como pretende el presidente Javier Milei. En diálogo con la nacion, Llaryora afirmó: “La decisión que tomaron fue sacar todo el esquema fiscal. Ojalá haya consenso para volver a incluir lo que tenía acuerdo, porque si no es perder un tiempo cuando no es necesario”. Pide reconsiderar la moratoria, el blanqueo y el anticipo de Bienes Personales.
–¿En qué punto quedó el diálogo con la Casa Rosada a partir del retiro del paquete fiscal?
–El Gobierno decidió retirar el paquete fiscal, al menos la parte más urticante, para conseguir consenso. Esa fue la base para buscar mayor consenso, pero se podría haber retirado solo una parte, porque había acuerdo en el blanqueo, en la moratoria y en Bienes Personales. Dejarlo era una manera de hacerse de recursos, tanto para la Nación como para las provincias, en un momento en que son necesarios para los dos nieles de gobierno.
–¿Cuál es el problema de fondo?
–Entiendo que reducir los déficits fiscales sin producción y sin generación de empleo no se puede. No se puede sostener un programa fiscal solo de ajuste. Si no se generan inversión y trabajo, se caen el programa fiscal y el plan de gobierno. Ya lo vimos en la Argentina; ya hemos tenido otras experiencias en las que había un diseño fiscal, pero no uno productivo. Es lo que venimos planteando con nuestros legisladores. Con la postura de los gobernadores, ayudamos a salvar sectores que si les llevaban las retenciones al 15% en un año no solo no exportaban más, sino que se iban a la quiebra, porque enfrentaban el cóctel de devaluación, recesión y más presión tributaria.
–¿Falta llegada al Presidente?
–No sé, hay que preguntarles a ellos. Nosotros siempre dijimos qué íbamos a acompañar y qué no. Eso estaba claro. La decisión que tomaron fue sacar todo el esquema fiscal; ojalá haya consenso para volver a incluir lo que tenía acuerdo, porque si no es perder un tiempo cuando no es necesario.
–Como está el proyecto, ¿sale?
–Quedan temas. Por ejemplo, el capítulo de biocombustibles lo observamos; también el de las privatizaciones. No creemos que el Banco Nación, Arsat, el INTA y Fadea, entre otras, deban privatizarse. Se pueden capitalizar, pero el plan de mercado tiene que pasar por el Congreso. No tenemos que repetir errores; ya vivimos años en que empresas estatales se regalaron y después se las devolvieron para que el Estado las pusiera de pie.
–¿Qué propuestas hicieron antes del retiro del capítulo fiscal?
–Varias. Por ejemplo, el impuesto PAIS, que ya está vencido, para nosotros tiene que prorrogarse. De alguna manera se coparticipa, porque una parte va a obras para provincias y ciudades. Hay que continuarlo. Hubo otras alternativas, como el impuesto al cheque, para subirlo y coparticiparlo.
–¿Cómo eligen qué impuestos sí y cuáles no?
–Hay que cerrar el déficit, bajar gastos y subir ingresos. Pero no da lo mismo reducir cualquier gasto ni parar cualquier obra. No se puede bajar el Incentivo Docente; no se puede suspender el gasoducto central, que es clave para dejar de importar gas. No podemos depender solo del campo. Hay que empezar a tener criterio. “Voy a suspender todas las obras”, dicen. Algunas son estratégicas.
–¿Cuál es el límite del ajuste fiscal?
–Hay que tener un plan de reducción del déficit, debe ser lo menos doloroso posible, con impuestos pagables y sin destruir el tejido productivo, porque de otro modo habrá más desempleo, más crisis. No existe plan fiscal sin plan productivo. Ya todos los argentinos enfrentamos devaluación con recesión y esto no va a ser sostenible en el tiempo si no llegan inversiones, si no se genera empleo. Si no mejora la actividad, no se van a poder pagar impuestos y se vuelve a lo mismo.
–¿Tienen que retrotraerse las modificaciones en Ganancias?
–Hacerlo es imposible. Los trabajadores enfrentan altísima inflación, con la consecuente pérdida de poder adquisitivo, y, además, recesión. Hacerles pagar más a los trabajadores no se puede. Hay que pensarlo como existe en todo el mundo, progresivo y para los altos ingresos.
–Afirmó que quería colaborar…
–Queremos acompañar, queremos que le vaya bien al Gobierno porque es la manera de que le vaya bien a la Argentina. Pero defendemos el interés de nuestras provincias, a los sectores productivos. Hay muchos dirigentes con buenas intenciones, pero con planes que fracasaron; tenemos que aprender de la experiencia. Hay que generar una visión productiva, si no lo fiscal solo no sirve. Hay que estabilizar y cuidar la situación social.
–¿Preocupa la situación social?
–Es tremenda. Es importante tener en claro qué bajas presupuestarias se pueden hacer y cuáles no. En la Argentina tenemos que rediscutir lo obvio; los países piensan lineamientos productivos y, a partir de ahí, lo fiscal; acá es al revés.

http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA

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