martes, 30 de enero de 2024

¿QUÉ PASARÁ CON LA INFLACIÓN ?


Cuándo llegaría una baja significativa de la inflación y de qué factores depende
Los economistas coinciden en que el índice mensual de dos dígitos seguirá por unos meses más; las negociaciones salariales, los ajustes a las tarifas y una posible corrección del tipo de cambio influyen en las expectativas
Luján Berardi
Los especialistas consideran que a partir de abril podría observarse una desaceleración marcada en los precios y que en agosto podría bajar fuertemente la inflación

Sequía, aceleración de precios, escasez de reservas, elecciones y cambio de gobierno. 2023 fue un año complicado para la Argentina, que cerró con la inflación más alta a nivel mundial, de 211,4%, y tuvo un índice mensual que en diciembre trepó al 25,5%. Este número superó con creces los primeros temores de alcanzar las dos cifras, surgidos tras las elecciones primarias de agosto. Y ahora las proyecciones intentan establecer cuándo se volverá a ver un número más cercano al 10%.
Si bien las opiniones varían, los analistas concuerdan en que la dinámica de los precios seguirá siendo compleja por varios meses. En general, como estableció el último informe publicado por Latinfocus, que releva opiniones de más de 50 consultoras y bancos, locales y del exterior, se estima que la recuperación de la economía podría observarse a partir de la segunda mitad del año. Con respecto a la inflación, mientras hay quienes marcan que hacia abril o mayo podría haber una baja significativa, otros señalan que habrá que esperar a agosto y, en algunos casos, se prefiere la cautela.
Los ajustes a las tarifas, prepagas y colegios, entre otros puntos, podrían influir todavía en la aceleración de precios
Claudio Caprarulo, director de Analytica, comenta: “Aún resta ver el impacto que tendrán los ajustes en las tarifas de electricidad y agua, junto a una corrección cambiaria, dado que el 2% de aumento mensual del dólar no es sostenible. En ese contexto, una desaceleración sostenida de la inflación podría comenzar recién en agosto, pero depende de muchos factores. Entre ellos, de que el Gobierno haya logrado una buena acumulación de dólares”.
Además, opinó que los porcentajes pueden ir mostrando, en los próximos meses, períodos de desaceleración, pero seguidos de nuevas subas: “Como están las condiciones hoy, parece difícil que la inflación perfore el 17% mensual”, sostuvo.
Respecto de cómo podría influir la resignación del capítulo fiscal de la ley ómnibus –anunciada el viernes por la noche por el ministro de Economía, Luis Caputo–, el economista considera que lo más importante en el corto plazo para establecer la dinámica de la inflación va a estar dado por cómo se resuelvan la apreciación del tipo de cambio, las paritarias y las tarifas. De todas formas, dice que también “resta ver cómo va a resolver el Gobierno el hecho de no haber conseguido aprobar el capítulo fiscal [de la ley de bases], en particular, respecto de las jubilaciones y retenciones”.
Sobre ese punto, el economista Fernando Camusso, de la firma Rafaela Capital, considera que, si bien los mercados estarán expectantes ante las posibles señales del Gobierno en cuanto a su meta fiscal, por ahora la novedad sobre la ley ómnibus no repercutiría en las proyecciones de inflación existentes, que indican que una desaceleración del alza de los precios “se daría en un plazo de no menos de 60 días”.
Melisa Sala, de la consultora LCG, observa una tendencia de inflación alta por varios meses más, que se sostendría en el primer y el segundo trimestre del año. “Aun con la desaceleración que esperamos para enero (al 20% mensual), febrero incorporará los ajustes de servicios regulados, transporte y energía. Posiblemente empiecen a impactar los efectos de la suba de salarios por las paritarias, y eso se suma a aumentos de segunda vuelta por el combustible en diciembre y enero”, explica.
La especialista no cree, además, que pueda sostenerse el crawling peg del 2% mensual, ya que estaría resultando 10 veces menor del ritmo al que se mueven los precios. “Más temprano que tarde, el tipo de cambio será ajustado nuevamente. Esto seguro garantizará una nueva ronda de aumentos, aunque en el marco de un programa de estabilización (que todavía no fue anunciado), podrían ser menores a los de principios de año”, agregó. Además, consideró que la desaceleración de la tasa de inflación y el piso de un dígito podría llegar en el segundo semestre.
Se estima que todavía habrá inflación cercana al 20% mensual por los próximos meses
Un panorama similar plantea el último informe semanal de la consultora LCG: “Se hizo muy poco esfuerzo en intentar controlar algunos precios relevantes como para atemperar la dinámica inflacionaria de corto plazo, aun sabiendo que todavía no se ha iniciado un programa de estabilización que oriente remarcaciones futuras. Seguimos pensando que la inflación mensual estará cerca del 20% en los próximos meses, que será la base sobre la cual se tendrá que sincerar nuevamente el valor del tipo de cambio antes de la liquidación de la cosecha gruesa”. En este sentido, desde la consultora consideran que abril será el mes crucial para entender un posible plan de desinflación.
El escenario que observa Rocío Bisang, economista de EcoGo, se asemeja a este último: entre abril y mayo se podría observar un número cercano al 10%. “Si bien estamos viendo una desaceleración en la inflación en muchos rubros, impulsada principalmente por la baja del consumo frente a la caída de los salarios reales, todavía quedan pendientes algunas subas clave, como colegios, prepagas y otras, que mantendrán el índice elevado al menos durante febrero y marzo”, detalla.
Si el alivio significativo llega más cerca de abril o de agosto va a depender de diversos factores, como la dinámica de las negociaciones salariales. “Si bien en estos días cerraron varias paritarias, y en el agregado los salarios perdieron contra la inflación, los plazos pasaron a ser mensuales, lo que suma volatilidad al juego”, dice Bisang.
Según analiza Martín Kalos, director de EPyCa Consultores, aún no puede preverse cuándo llegará una baja de la inflación que sea significativa, dados los incrementos ya previstos hacia adelante. Según recuerda, en el último informe del Relevamiento de Expectativas de Mercado del BCRA –hecho a fines de diciembre, con pronósticos de 37 consultoras– se reflejaba la expectativa de una baja para febrero (a alrededor de 18%, mientras que para mayo se preveía un nivel cercano a 10%). Sin embargo, apunta Kalos, lo más probable es que la previsión para febrero no se concrete. Y en los próximos días se conocerá si esas estimaciones ya fueron modificadas.

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