miércoles, 31 de enero de 2024

RETROCESO Y MERCADOS

 


La Argentina volvió a caer en el índice de corrupción, en el marco de un deterioro global
En el informe anual de Transparencia Internacional el país se ubica en el lugar 98 entre 180 naciones; la Justicia, en la mira


Con una calificación de 37 puntos sobre 100 posibles, la Argentina quedó ubicada en el puesto 98 entre 180 países según el Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) que elabora Transparencia Internacional. Se trata del cuarto año consecutivo en el que el país sufre una merma en su calidad institucional en materia de lucha contra la corrupción.
Según los datos publicados por la organización no gubernamental, la caída argentina se registra en un contexto de retroceso global, ya que la mayoría de los países lograron mínimos –y en algunos casos, nulos– avances a la hora de tomar medidas o aplicar políticas para combatir la corrupción en el sector público.
El promedio general del IPC se mantuvo en 43 puntos, sin variaciones respecto del año anterior. En ese escenario, más de dos tercios de los países obtienen una puntuación inferior a 50, siendo 100 una señal de baja corrupción. Según Transparencia Internacional, esto indica que existen graves problemas de corrupción a nivel global. En el caso de la Argentina, la valoración de 37 obtenida en esta medición implica el descenso de un punto con respecto a 2022 y el retroceso de cuatro puestos en el ranking, cayendo de la ubicación 94 a la 98.
Así lo destacó Pablo Secchi, director ejecutivo de Poder Ciudadano, capítulo argentino de Transparencia Internacional. “La Argentina se encuentra estancada desde hace mucho en la lucha contra la corrupción”, dijo, antes de destacar que en el país “no se han realizado esfuerzos significativos en los últimos años” para reducirla. “Los vaivenes de las intervenciones de los organismos de control de la corrupción y la injerencia de la política en el Poder Judicial hacen que la lucha contra la corrupción avance muy lentamente en nuestro país”, explicó Secchi.
El informe también señala que la falta de independencia judicial fomenta la impunidad de los corruptos y poderosos en América Latina. “Los países de la región deberían trabajar para tener poderes judiciales fuertes e independientes que provean rendición de cuentas y justicia. No hacerlo erosiona los fundamentos mismos de la democracia y el Estado de derecho”, opinó sobre este punto Luciana Torchiaro, asesora regional de Transparencia Internacional.
Entre los países americanos con sistemas más robustos en la lucha contra la corrupción se ubican Canadá y Uruguay, que, con 76 y 73 puntos, respectivamente, por su sistema de contrapesos y controles. El otro extremo de la tabla lo ocupan Venezuela (13), Haití (17) y Nicaragua (17).
El director ejecutivo de Transparencia Internacional, Daniel Eriksson, advirtió que el flagelo de la corrupción “agrava la injusticia social y afecta en forma desproporcionada a los más vulnerables”,
Otro parámetro utilizado en el informe es el Índice de Estado de Derecho, que muestra un declive en el funcionamiento de los sistemas de justicia y una correlación directa con el índice de corrupción global.
Los datos globales del IPC muestran que Dinamarca, con 90 puntos, encabeza el índice por sexto año consecutivo, seguida de cerca por Finlandia y Nueva Zelanda, con puntuaciones de 87 y 85, respectivamente. El otro extremo de la escala lo ocupan Somalia (11), Venezuela (13), Siria (13), Sudán del Sur (13) y Yemen (16).


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Tras los cambios en la ley, subieron los dólares libres y bajaron bonos y acciones
Como primera reacción al retiro del paquete fiscal, el blue avanzó $5 y los financieros tuvieron alzas de hasta $30; los papeles argentinos cedieron en Wall Street
Melisa ReinholdEl dólar, otra vez en foco
La decisión del Gobierno de dar marcha atrás con el capítulo fiscal de la ley ómnibus ayer impactó de forma negativa en el mercado local. A la espera de conocer cuál será la estrategia que adoptará el Ministerio de Economía para alcanzar su ratificada meta de déficit cero, los dólares libres iniciaron la semana al alza y retrocedieron tanto los bonos de deuda como las acciones.
En la primera rueda de la semana, el dólar MEP mediante la compra y posterior venta de bonos AL30 cotizó a $1219,50, y presentó una suba diaria de $27,24 (+2,3%). Al observar el recorrido que hizo a lo largo de enero, acumula una escalada de $220,42 (+18%).
Esta tendencia también se observó en el dólar contado con liquidación (CCL) con Cedear, herramienta que permite girar las divisas estadounidenses a una cuenta bancaria fuera del país y que en las últimas semanas fue más demandado por los importadores. Ayer apareció en las pantallas del mercado de capitales a $1262,76, unos $31,67 más que el viernes (+2,6%). En el mes, acumula un alza de $289,61 (+22,9%).
“La eliminación del capítulo fiscal el viernes pasado volverá a poner el foco en el dólar, luego de que el viernes se desinflaran por el éxito de la licitación de Bopreal [bono importador], del jueves pasado. La señal fiscal es mala tanto para el dólar como para los bonos soberanos, pero se puede moderar si aparecen en estos días nuevas medidas de ajuste o se encamina la negociación con gobernadores”, dijo Fernando Marull, economista de FMyA.
En las calles de la City porteña, el dólar blue se negoció a $1225, lo que representó un avance de $5 en comparación con el cierre previo (+0,4%). Frente al 29 de diciembre pasado, último día hábil de 2023, se disparó $200 (+19,5%).
El tipo de cambio oficial mayorista operó a $825,20, lo que significó una microdevaluación diaria de $2 (+0,2%), un movimiento que buscó compensar la inactividad del fin de semana. Frente al contado con liqui, la brecha se ensanchó a 53,5%.
“Ante las novedades sobre el paquete fiscal, y a la espera de conocer los detalles sobre la nueva estrategia para equilibrar las cuentas públicas, los operadores se inclinaron por una actitud más prudente. Así, los dólares financieros se reacomodaron moderadamente al alza. Será importante que rápidamente se apruebe la ley ómnibus, aun sin dicho componente fiscal, y que las autoridades puedan detallar la hoja de ruta para avanzar rápidamente con la nueva estrategia, a fin de evitar renovadas tensiones sobre la brecha tras aflojar desde el 60%”, consideró Gustavo Ber, titular de Estudio Ber.
La noticia también impactó de forma negativa en los bonos soberanos de deuda que operan en el exterior. Los Bonar, emitidos bajo ley local, cayeron hasta 3,87% (AL41D); los Global, activos que se rigen bajo ley extranjera, lo hicieron un 3,52% (GD29D). En consecuencia, el riesgo país subió 32 unidades y se posicionó en los 1888 puntos básicos (+1,72%).
“Quitar el paquete fiscal de la ley ómnibus generó ruido en el mercado porque era el ancla fiscal más importante que había anunciado el Gobierno. Más allá de que no la había ejecutado, era fuerte, era ambiciosa, y ahora lo que sucede es que generan ciertas dudas con respecto a si se va a o cumplir o no, a pesar de que el ministro de Economía, Luis Caputo, dijo el viernes que se mantendrá la meta de déficit fiscal financiero cero”, señaló Juan Manuel Franco, economista jefe del Grupo SBS.
Según resaltó el analista, los datos oficiales de diciembre marcaron que el ajuste total tendrá que ser más alto que el 5,2% del PBI que había asegurado el titular del Palacio de Hacienda, más cercano a un 6,1% o 6,3% de ajuste total. Sin el paquete fiscal en la ley ómnibus, el Gobierno pierde un recorte de 1,8% del PBI.
“La pregunta que se hace el mercado a partir de ahora es cómo va a hacer el Gobierno para llegar a ese déficit cero. Creemos que es muy ambiciosa la meta y que el mercado igualmente vería bien si se reduce de una forma que es percibida como sostenible en el tiempo. Porque si se llega a un equilibrio primario, que es que cuando los ingresos menos gastos da cero, mientras que hay el déficit financiero por los intereses, el ajuste sería percibido como sostenible. Ahora el desafío del Gobierno es administrar el costo político que tendrá el ajuste y tendrá que negociar en el Congreso. Por eso vemos una caída en los bonos, cierta presión en los tipos de cambio alternativos y caída accionaria, aunque tampoco es un derrumbe”, completó Franco.
Por otra parte, la Bolsa porteña cotizó neutra a 1.253.607 de unidades (992 dólares al ajustar por el dólar CCL). No obstante, el panel principal operó en terreno negativo, sobre todo las acciones de BYMA (-2,96%), Mirgor (-2,88%), el BBVA (-2,71%) y Cresud (-1,97%).
Los números en rojo también se observaron entre las acciones argentinas que cotizan en la Bolsa de Nueva York (ADR). Los papeles del BBVA cedieron un 3,9%, seguidos por los del Banco Supervielle (-2,9%), el Banco Macro (-2,7%), Cresud (-2,3%) y Edenor (-2,3%).



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