sábado, 24 de febrero de 2024

EL ESCENARIO E INTERNAS


La temeraria apuesta oficialista
Claudio Jacquelin
Javier Milei
Javier Milei no necesita aplicar la máxima romana divide et impera, porque la división (o el desorden) de la política lo precedió tanto como precipitó su llegada. Solo procura sacarle provecho y potenciar la fragmentación para reinar hasta fronteras que se desconocen.
El método sigue vigente. Como con la comunicación. El manual con el que se llegó no se toca, solo se perfecciona y se prolonga. Seguir en campaña para tratar de gobernar. De eso trata.
La semana que está terminando fue una puesta en acción de varios capítulos de ese libro de cabecera. La acción y reacción oficial frente a la saga de paros en áreas sensibles dependientes del Estado, que empezó con la huelga de los maquinistas ferroviarios, es la muestra del estado de cosas. Algo más que una disputa por el poder de la que todos tomaron nota. O empezaron a hacerlo rápidamente.
La etapa de conflictividad y confrontación que inauguró el ferroviario Omar Maturano fue recibida si no con entusiasmo, al menos con pragmática satisfacción por la Casa Rosada. De allí la falta de acciones para amortiguar el choque de frente. En lugar de poner paños fríos, hubo palabras cada vez más calientes y dilaciones en las soluciones. Tensar es la consigna, ¿hasta que se rompa?
Desde la perspectiva oficialista, la medida de fuerza que complicó a más de dos millones de personas, entre afectados directos e indirectos enfrentó a los impopulares sindicalistas con los ciudadanos comunes y dejó expuestas las muchas pujas internas que existen en el mundo sindical, desde la CGT hacia abajo. Tanto como desnudó el desorden general que impera en el peronismo, donde el grueso de la dirigencia gremial abreva y se ampara. El seno del movimiento es hoy un hormiguero en erupción sin liderazgo indiscutidos ni comunidad de intereses.
Nadie conoce la frontera ni las consecuencias de ese desorden, ni está calculado el riesgo de que se transforme en caos.
Las certezas y los planes trastabillan ante el desconocimiento de cuál es el límite de la audacia o la temeridad de esta especie desconocida para la política que desde hace 75 días preside la Argentina. Una demostración cabal de lo que el politólogo y experto en comunicación política Mario Riorda denomina “liderazgo avasallante”. Una modalidad que no repara en consecuencias y, al mismo tiempo, refuerza las expectativas, demandas y creencias casi exclusivamente de su núcleo duro, “y, en términos boxísticos, busca desesperadamente el knock out”.
El anuncio celebratorio del cierre del Inadi por parte del vocero presidencial es la continuidad por otra boca del insulto presidencial a los políticos a los que les dijo excrementos o la (des) calificación al Congreso de “nido de ratas”. Enfrente de un político como el gobernador correntino, Gustavo Valdés, al que minutos antes había sorprendido con un amigable abrazo.
No extraña, así, que los principales representantes del oficialismo en el Parlamento prefieran en estos días andar más que en puntas de pie y tener la menor aparición pública posible hasta después del próximo viernes, cuando el Presidente deba hacer la apertura de sesiones ordinarias.
El antecedente del discurso de asunción de Milei de espaldas a los legisladores, sumado a las manifestaciones recientes, tiene en vilo a los suyos. Las promesas de que todo transcurrirá por los carriles de la tradición parlamentaria, más allá de algunas peculiaridades, que llegan desde la Casa Rosada al Congreso no terminan de tranquilizar a nadie. Como para entender que la vicepresidenta y presidenta del Senado, Victoria Villarruel, se haya vuelto silente y cautelosa.
Guerra de guerrillas
Pero la del Gobierno no es la única perspectiva. Como en el ajedrez, las piezas negras también juegan, aunque corran de atrás. En un clima social de mucha fragilidad, que la dirigencia tensa desde arriba y desde abajo, acaba de empezar una especie de guerra de guerrillas sindical y de los movimientos sociales.
El paro en el área de la salud y la casi segura perspectiva de que las clases no empezarán a tiempo en buena parte del país por la medida de fuerza que lanzó la Confederación de Trabajadores de la Educación (Ctera) prometen un pico de conflictividad. Además, la reagrupación en la acción de organizaciones sociales peronistas y de izquierda volverá a poner a prueba el protocolo antipiquetes.
En este panorama tormentoso, el peronismo busca vías de ordenamiento que la realidad (léanse el Gobierno y su propia interna) le complica y algunos dirigentes salen de las sombras, tras la derrota, para intentar ser el faro o el ancla de un barco sin rumbo cierto.
Los tiempos se han acelerado y lo que muchos pronosticaban y tenían previsto hacer a partir de marzo se anticipó. Primero fue el manifiesto de actualización doctrinaria de Cristina Kirchner, que fijó su posipartidario económica y política frente al Gobierno y para los suyos. Luego fue la reaparición en los hechos de Sergio Massa, que empezó a movilizar a los miembros de su empresa, aun a riesgo de incomodar a los propios, como Axel Kicillof.
Finalmente, emergió Máximo Kirchner en su rol de presidente del PJ bonaerense. Para tener una medida de la urgencia, basta con advertir que la reunión del consejo provincial para pronunciarse sobre la situación y las medidas del Gobierno fue convocada para mañana, el mismo día del clásico de Avellaneda, sin certeza de finalización para la hora de comienzo del partido. Casi una herejía o un sacrificio para un fanático de Racing, como el hijo bipresidencial.
La aceleración de esos tiempos está ligada a la perspectiva (o el deseo) de que el Gobierno afronte serios tropiezos, más o menos inmediatos, en el tránsito hacia los buenos tiempos de la recuperación económica prometida y augurada por economistas reputados, que llegaría dentro de tres o cuatro meses. Pero, también, la reacción tiene asiento en el temor de que Milei atraviese ese poceado camino con éxito aunque no sin sobresaltos y se enfile hacia un proceso de largo alcance y cambios profundos, que en el kirchnerismo consideran “irreversibles negativamente”.
Espejos inquietantes
Si el exterior los perturba, lo que los peronistas ven adentro los desvela. Las dificultades financieras que por el ajuste tendrá la provincia de Buenos Aires, en medio de un contexto sumamente crítico en materia socioeconómica y de seguridad en el conurbano, resultan una amenaza concreta para el kirchnerismo en su bastión.
A eso se suma un proceso de reacomodamiento de la dirigencia bonaerense, en la cual se suman desafiantes a la conducción de Máximo Kirchner, y a los que el diputado intenta realinear con la convocatoria para mañana. Sin embargo, hasta anoche algunos intendentes poderosos todavía no habían asegurado su presencia, mientras otros, con menos poder, pero con pertinacia, amenazan con asistir para pedir reción novación de autoridades. El kirchnerismo, empero, no tendría fugas, aunque las diferencias entre el hijo de la expresidenta y el gobernador Axel Kicillof nunca se saldan.
La reclusión del mandatario bonaerense en su núcleo de confianza y en la gestión, y su tenue o nula presencia en el debate económico nacional son viejos y nuevos motivos de incomodidad entre los dos herederos de Cristina Kirchner.
“Axel tiene con qué dar una discusión sobre las consecuencias de lo que está haciendo y pretende hacer Milei y no entendemos por qué no lo hace”, dicen dirigentes de La Cámpora. Desde el Instituto Patria, donde impera la expresidenta, son más benévolos (o más ácidos, según se mire) y lo explican con el argumento de que “Axel no viene de la política”.
El otro foco que inquieta en el peronismo es la creciente provincialización que se registra, como han manifestado Cristina y Máximo Kirchner a algunos interlocutores. Obturar el proceso en curso de autonomización de la autoridad central es uno de los objetivos de los Kirchner.
La reducción, a mínimos históricos, de gobiernos provinciales en manos del peronismo y la incipiente formación de alianzas regionales de muchos gobernadores del norte y de la Patagonia, al margen de su identidad partidaria, los llevan a mirarse en un espejo perturbador. Es el derrotero del PRI mexicano, que de partido único mutó a hegemónico, y luego mayoritario, para finalmente ser una minoría, destinado a integrar una alianza con el PAN, su otrora rival de derecha y primera fuerza política que lo derrotó en las urnas después de 70 años de ejercer el poder. Señales más que inquietantes.
Al mismo tiempo, las dilatadas y brumosas conversaciones para alcanzar algún acuerdo entre libertarios y macristas activan nuevas fragmentaciones y exponen novedosas diferencias en cada uno de los espacios. Al mismo tiempo, mantienen la unión transitoria de empresas a la que también se suman el radicalismo y el peronismo dialoguista para darle algún soporte al Gobierno. Se vio ayer en la conformación de la comisión bicameral que debe tratar “el” decreto de necesidad y urgencia que lanzó Milei.
La integración de ese cuerpo fue un nuevo triunfo parcial del Gobierno. No obstante, el tratamiento final en el Congreso de esa norma de excepción es una incógnita tanto como la posibilidad de que sea rechaza. Por ahora, el oficialismo logra prorrogar su vigencia, mientras avanza, con tropiezos, en otros terrenos.
Un nuevo motivo de alerta se produjo ayer ante el fallo de un tribunal federal chubutense que suspendió la eliminación de los fondos para subsidiar el transporte, ante una presentación del gobernador Ignacio Torres, que pertenece a Pro. Los aliados defienden sus intereses.
La audacia (o la temeridad) a veces encuentra límites, aunque también es un motor para buscar nuevas maneras de romperlos sin importar las consecuencias.
La apuesta al desorden político sin temor al caos es la impronta de la hora oficial, con la ilusión de imponer el nuevo orden mileísta. Una táctica para la que los rivales aún no encuentran respuestas
El presidente Milei apuesta al desorden político aun a riesgo del caos
Sindicatos y movimientos sociales amenazan con una andanada foquista
El peronismo busca reordenarse entre el desconcierto y el temor a la atomización
La dilación en la fusión de libertarios y macristas sostiene la unidad transitoria en la acción conveniente para ambos

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Pettovello se enojó con Posse por la Anses y enfrenta operaciones internas
La ministra se quejó por la demora en la designación del sucesor de Giordano; aseguran que Caputo es su “aliado”
Maia Jastreblansky
La ministra Sandra Pettovello, ayer, al salir de la Casa Rosada
Después de 48 horas de tensión, Sandra Pettovello volvió ayer a verse con el resto de los ministros en la reunión de equipo que encabezó Javier Milei en la Casa Rosada. La ministra de Capital Humano, una de las más cercanas al Presidente, faltó a la reunión de gabinete del martes, en medio de una serie de operaciones en su contra que incluyeron desde la mención de un viaje relámpago a Punta del Este y un supuesto pedido de renuncia hasta una foto falsa que circuló en redes sociales.
A todo eso se le sumó un cuadro gripal. Pettovello adujo su faltazo del martes a ese episodio de salud y en su entorno señalaron que ese día trabajó desde su casa. Distintas personas que hablaron con ella en esas horas aseguraron que notaron que tenía un resfrío muy fuerte. Pero la ministra también estaba enojada con un funcionario del gabinete. El principal motivo de su encono no es la cuestión presupuestaria, como trascendió originalmente, sino la demora en la designación del nuevo titular de la Anses.
El miércoles, de hecho, el cordobés Osvaldo Giordano, el primer titular del organismo previsional, echado por Milei desde Roma tras el fracaso de la ley ómnibus, tuvo que firmar en el Boletín Oficial la resolución con la suba para los jubilados, del 27,18%. Pettovello, no obstante, ya había elegido al sucesor de Giordano.
Según pudo saber , Mariano de los Heros, un abogado que estudió en la Universidad del CEMA (como muchos funcionarios de Milei), es quien está más firme para suceder a Giordano en la Anses. Tiene un perfil técnico y no responde a ningún partido político, tal como quería la ministra. Pettovello tenía al menos otros dos nombres sobre la mesa, también de perfil técnico. Pero aunque el reclutamiento estaba hecho, el nombramiento se demoró unos días.
Los cortocircuitos por este tema reavivaron los tironeos y la sensibilidad que, incluso desde la campaña, Pettovello mantiene con el jefe de Gabinete, Nicolás Posse. La ministra, que tiene una megacartera a su cargo con áreas muy sensibles, siempre estuvo tensionada por los nombramientos en las dependencias que están bajo su órbita y que tienen capilaridad en todo el país, especialmente la Anses. Toda la vida, el área social fue una poderosa maquinaria política para tener llegada al territorio. Pero la ministra siempre quiso nombrar a cuadros técnicos y de carrera que fueran elegidos por ella, sin intervenciones del ministro coordinador.
Anteayer, múltiples voces del gabinete se ocuparon de desmentir que Pettovello hubiera tenido un encontronazo con el ministro de Economía, Luis Caputo, por la cuestión presupuestaria. Aseguraron que no hubo llantos ni presentaciones de renuncia. Por el contrario, dentro del Gobierno hicieron correr que Caputo “es el principal aliado” de la ministra dentro del gabinete. De la tensión con Posse, en cambio, no mencionaron nada.
En la Casa Rosada señalaron que es muy posible que la designación en la Anses se publique en las próximas horas. Y agregaron que era necesario un proceso de revisión del candidato para asegurar que la persona fuera idónea.
El miércoles a última hora del día Pettovello estuvo en Balcarce 50, aunque Posse ya no estaba en el edificio. Luego, la ministra cenó con dos legisladores libertarios –el diputado Santiago Santurio y el legislador bonaerense Nahuel Sotelo– que compartieron una foto en la red social X.
Pettovello es una de las primeras convencidas del plan libertario que consiste en sostener el déficit cero a como dé lugar. Está conforme, por caso, con el anuncio para aumentar la ayuda escolar que se hizo en los últimos días y defiende la nueva política en materia alimentaria, pese a los múltiples reclamos de los comedores por falta de insumos.
La tensión sobre los nombramientos de la Anses entre el Ministerio de Capital Humano y la Casa Rosada, en cambio, se arrastra desde el día uno. También hubo tironeos por otros nombres, como el de Horacio Pitrau, que era el virtual subsecretario de Trabajo y debió irse antes de ser formalizado en el cargo. En aquel entonces, el titular del sindicato de comercio, Armando Cavalieri, tras una reunión en Capital Humano, dijo que el Gobierno estaba dispuesto a modificar el artículo del DNU que les quita las cuotas solidarias a los gremios. Posse fue muy intransigente en ese punto, no quiso someter a discusión ese artículo del decreto y el episodio le valió el cargo a Pitrau.
Quienes conocen de cerca la relación de Pettovello con Milei aventuran que las operaciones de las últimas horas no harán más que reafirmarla en el cargo que ocupa. La ministra tiene una relación de extrema confianza con el Presidente y es una convencida de su proyecto.
Milei, por su parte, le creó a Pettovello un superministerio a su medida que incluye las áreas de Trabajo, Educación, Desarrollo Social y Cultura. Se verá cómo ella sigue capeando las tormentas de la gestión con tanta materia sensible entre sus manos.

http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA

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