jueves, 28 de julio de 2016

DIFERENTE PERO MUY INTERESANTE Y DISTINTO.....LAS FORMAS DE LO SAGRADO EN LA ABADÍA


Piezas inéditas de un arte con creencias ancestrales

La exposición La forma de lo sagrado incluye piezas de arte Precolombino del Noroeste Argentino y está conformada por objetos arqueológicos de cerámica, piedra y metal pertenecientes a la Colección de la Cancillería Argentina, acompañados de tres piezas del Museo de La Plata.
Lo sagrado toma cuerpo en las piezas precolombinas que se exhiben en la Abadía y que llegan a nuestros días por casualidad: sobrevivieron a 2500 años de lluvias y sequías del noroeste argentino, a los profanadores de tumbas y están en exposición porque las compró un coleccionista argentino, Francisco Hirsch, cuando aún no era delito. Lo más extraordinario y valioso de ese conjunto compone la muestra "Las formas de lo sagrado", curada por la experta María Alba Bovisio, que da cuenta de los ritos chamánicos, el culto a los ancestros y otras creencias del mundo andino antiguo (del 500 a.C al 1400 d.C). Objetos que abren una puerta a la cosmovisión de los pueblos originarios.
La colección Hirsch se exhibe en el Palacio San Martín desde 1998, pero es muy poco visitada. Por eso, el mayor esfuerzo del Centro de Arte y Estudios Latinoamericanos de la Abadía fue el montaje moderno y atractivo en cuatro salas, que incluye efectos de luz, sonido y temperatura, fotografías, textos claros y efectivos. "Intentamos llegar al objeto arqueológico desde la visualidad de un objeto de arte bello, que explicite sus funciones rituales y se comunique sensorialmente con el público", dice Teresa Pereda, directora del espacio.
En piedra, metales y cerámica, estos objetos que hoy se disfrutan como obras de arte en su tiempo tuvieron otras funciones. Proceden de valles y sierras de Catamarca, La Rioja y Tucumán, y todas se relacionan con las wakas, que es todo lo sagrado: puede ser desde una montaña hasta una figurita tallada con meticulosidad.
La primera sala se dedica a objetos de prestigio, como un conjunto de vasos ceremoniales de piedra y dos suplicantes, figuras humanas en piedra de las que hoy se conocen treinta piezas, y son una proeza técnica, talladas, pulidas y perforadas con instrumentos también líticos. En placas de bronce aparecen felinos y saurios -jaguares y pumas, serpientes, lagartos y yacarés-. "Son animales vinculados con el chamán con poderes suprahumanos que los relacionan con las wakas: cazadores crepusculares, con capacidad de mimetizarse y volverse invisibles, con armas en su anatomía, como garras, colmillos, veneno", señalan.
Hay tres piezas que llegaron desde el Museo de Ciencias Naturales de La Plata. Entre ellas, un nunca antes visto menhir -pequeño monumento de piedra- que dormía a la sombra del depósito, y no a la intemperie como los que se exhiben en Tafí del Valle, Tucumán. En sus emplazamientos originales, señalaban el territorio, como dobles en piedra del ancestro. En el blanco de la sala se ven los Andes y se escucha el silbido del viento. Otro de los hallazgos es una figura de piedra andrógina: de un lado es femenina y del otro, masculina. Para la sabiduría andina, los contrarios no se oponen, sino que coexisten en armonía en la dualidad.
El aura del objeto milenario y sagrado, su enigma, está intacto en las vitrinas. ¿Para qué se usaba esa máscara? ¿Qué representa? ¿Quién dio forma a aquella figura taciturna? Quedan muchas incógnitas porque las piezas no fueron halladas en su contexto por arqueólogos, sino saqueadas. Ese es ahora el arte de los científicos: leer en los objetos lo que tienen para decir del pasado.
Para agendar
Las formas de lo sagrado, en La Abadía, Gorostiaga 1908. Hasta el 30 de octubre

M. P. Z.

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