Un registro urbano "maquinal" y otras cámaras al servicio del arte en Recoleta
Maquinal, de Leonardo Gracés, se destaca entre las nuevas muestras que se inauguraron en el Centro Cultural Recoleta
Como buena parte de la ciudad de Buenos Aires, el Centro Cultural Recoleta, en Junín 1930, también está en obras. Gran parte del histórico edificio se halla en refacción desde hace meses y se espera que los trabajos de puesta en valor finalicen a comienzos de 2019. Aunque el lema de la institución es "Un lugar donde las personas se encuentran", allí se redujo de manera ostensible por las tareas. "Cuando finalice la obra de puesta en valor, habrá 700 metros cuadrados más para disfrutar de actividades culturales y un edificio más cálido y seguro", aseguran las autoridades. El presupuesto proyectado supera los 110 millones de pesos.
No obstante, tres nuevas muestras se inauguraron recientemente. Para exponer en el Recoleta, los artistas deben presentarse a una convocatoria a inicios de cada año para que un jurado seleccione entre los proyectos expositivos. En las exposiciones que ahora se pueden ver en los espacios adyacentes a la Sala Cronopios, hay algunas afinidades, como el uso insólito de las cámaras de video y prácticas reflexivas sobre las fronteras del cuerpo en la era digital.
Maquinal, de Leonardo Gracés (Buenos Aires, 1977), se exhibe en la Sala J y es la propuesta más contundente. En seis pantallas divididas en tres grupos, el cineasta y fotógrafo genera múltiples recorridos entre paneles de imágenes que, desde diversos ángulos, provocan nuevos sentidos. De hecho, es la mirada individual la que establece correlaciones entre el gesto de un hombre en una ferretería porteña con el abrazo de una pareja de chicos o la sonrisa esperanzada de una militante feminista con el pañuelo verde. " Maquinal es video, es repetición, es GIF, es magnificar un gesto, es un registro urbano, es irrepetible. Es una experiencia visual", define el artista.
Es, además, su primera muestra individual, para la que contó con la asistencia de dos curadoras, Fabiana Gallegos y Mariana Lombard, que organizaron el material existente y le dieron un sentido expositivo a la obra. También tuvo el apoyo de Manuel Tangir Farrés, que ideó la atractiva puesta técnica. Una secuencia ilimitada de imágenes de video, proyectadas en gran formato, sorprende a los visitantes. Los videos fueron realizados entre 2017 y 2018 durante marchas en el Congreso Nacional y Plaza de Mayo, manifestaciones en la vía pública, actividades culturales de distinto tipo y fiestas.
Paneles con pantallas dobles en Maquinal
Maquinal es una muestra solo visual. Si bien el sonido está elidido, los espectadores proveen el rumor de fondo de una multitud, el runrún de una celebración o el susurro cálido entre amantes. "La presencia de sonido le daría otro sentido a la obra. Existe, generalmente, una idea errónea acerca de la relación sonido-imagen, como si fuera una unión inseparable. Siento que esa ausencia produce cierta incomodidad y eso me atrae", cuenta Gracés.
Con formación cinematográfica, utilizó la fotografía para representar algunas de sus series, que se pueden ver aquí. Productor de fotografía publicitaria y flamante emprendedor de una firma que trabajará en fotos y videos para redes sociales, Gracés se da tiempo para la experimentación con las imágenes. El resultado es sorprendente y merece visitarse.
Hierros cromados representan movimientos corporales en Memoria de duración líquida, de Azul De Monte
En la vecina Sala C, Azul de Monte presenta Memoria de duración líquida. Tres esculturas de hierro cromadas, que representan movimientos corporales de una plasticidad envidiable, ocupan el centro del espacio. En el interior de esos cuerpos inanimados, la artista introdujo videos grabados con celulares que reproducen secuencias de una mano, un pie y una cabeza. Aquello que está ausente de la forma escultórica reaparece en el despliegue de una minúscula pantalla.
"Las piezas representan una realidad encerrada en sí misma, una línea curva detenida en el tiempo y el recuerdo de su movimiento singular que queda fragmentado en una memoria de loop", postula la artista, egresada de la carrera de Imagen y Sonido de la Universidad de Buenos Aires. A la vez que reflejan el entorno de la sala y la presencia de los visitantes, las pulcras esculturas de De Monte emiten sus propios mensajes licuados por una conciencia robótica.
Por útlimo, en Eso es la flecha de la nostalgia para mí, videoinstalación de Cindi Beltramone, perviven experiencias de otros artistas. En primera instancia, el poema "La flecha de la nostalgia", del dramaturgo Sebastián Villar Rojas, que fue creado en 2013 como parte del proyecto homónimo del artista Nicolás Bacal. Cinco años después, ese texto generó una performance de la actriz Julieta Ledesma, una edición bilingüe español-francés y presentaciones sucesivas del libro.
A partir de registros audiovisuales de ese proceso y mediante el montaje cinematográfico, Beltramone presenta una nueva obra, en la que el poema original, el registro documental y la proyección amplían el concepto de autoría, mientras la obra se configura como una magnética creación colectiva de poesía audiovisual.
Para agendar
Las muestras se pueden visitar de martes a viernes, de 13.30 a 22; sábados, domingos y feriados de 11.15 a 22 (lunes cerrado). La entrada es libre y gratuita.
D. G.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.