Dirección: Martín Bondone, Facundo Bogarín y Carlos Armesto.
Miércoles, a las 21; jueves a domingos,
a las 19. En el Centro Argentino de
Teatro Ciego, Borges 1974.
Entrada, 1600 pesos.
http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA
La cautivante experiencia de asistir a una obra teatral con los ojos tapados
El Teatro Ciego ya es una marca nacional que se expandió a Nueva York; en Buenos Aires, la compañía lanza Sapo de otro pozo
La cautivante experiencia de asistir a una obra teatral con los ojos tapados
El Teatro Ciego ya es una marca nacional que se expandió a Nueva York; en Buenos Aires, la compañía lanza Sapo de otro pozo
Alejandro Rapetti
Una experiencia sensorial única
Luego de estrenarse simultáneamente en Buenos Aires y Nueva York, y una extensa gira por todo el país hasta Ushuaia, Sapo de otro pozo, como se llama la nueva experiencia inmersiva de Teatro Ciego, desembarcó nuevamente en la capital argentina en coproducción con el circuito Off-broadway. La obra hace foco en el personaje de Alberto, un músico argentino ciego que regresa a su país después de haber vivido en Nueva York durante los últimos 40 años, y en el transcurso de su vuelo es asaltado por los recuerdos de su vida pasada: la infancia en su casa familiar, su adolescencia, el primer amor que marcaría su vida, su exilio en los Estados Unidos, su carrera como artista y la búsqueda constante de libertad entre dos ciudades.
“Es una experiencia en primera persona, donde experimentás lo que vive el protagonista desde el principio de la obra”, explica Martín Bondone, director de Teatro Ciego, el concepto de esta pieza que protagonizan Gonzalo Trigueros (Alberto), Lázaro Paciaroni (Alberto niño), Ignacio Borderes, Andrés Montejo, Analía Beatriz riamonde, Julia Pereyra, Modesto Lacén y José Luis de Giano.
La acción comienza cuando los pasajeros/espectadores ingresan al teatro guiados por una azafata o asistente de vuelo. Una vez sentados, son invitados a ponerse los auriculares y los tapaojos. Entonces sí, se descorre el telón imaginario para dar comienzo a una nueva función. A partir de ahí, es el público el que se convertirá en no vidente temporario, y pronto deberá adaptase a la completa oscuridad y un sonido envolvente 360°. Debido a que los pasajeros tienen los ojos vendados, la experiencia ofrece una puerta de entrada a un mundo donde la acción dramática se puede“ver” con todos los sentidos excepto la vista, a través de la imaginación auditiva y los efectos sensoriales que se despliegan en la sala.
“La gran diferencia de Sapo de otro pozo con nuestros espectáculos anteriores es el sonido binaural, también llamado 8D u holofónico, una nueva forma de escucha inmersiva con auriculares. Teatro Ciego es la única compañía en Argentina que cuenta con este tipo de experiencias, y consiste en la instalación de un sistema con auriculares de estudio, permitiendo que cada espectador viva una experiencia sonora de calidad. La obra fue grabada, editada y masterizada utilizando tecnologías de vanguardia. La escucha es tan real que cada persona sentirá que está dentro de la obra”, explica Bondone.
En este punto hay que aclarar que no es un teatro para ciegos. De hecho, casi la totalidad de las personas que asisten a las funciones son videntes, aunque en los elencos sí trabajan personas ciegas o con disminución visual, habituados a orientarse y desplazarse en la penumbra.
Si bien las voces de los personajes son grabadas –el audio está disponible en inglés y español–, todos los efectos y sensaciones que surgen alrededor del público como los diferentes aromas, el viento o la lluvia, están realizadas en vivo. Los efectos pueden ir desde el galope de un caballo hasta un chancho que pasa entre la gente, elementos que hacen a la cotidianeidad de la situación de una cocina, una tormenta o una manifestación, todos los elementos que conlleva se realizan en vivo.
“La mayoría de los efectos que utilizamos fueron creados especialmente para las obras. Hasta una moto que pasa por al lado de la gente con los escapes del motor. Además, uno de los fundadores de Teatro Ciego,
Gerardo Bentatti, es perfumista, y puede desarrollar desde el olor del mandarino de Alberto cuando era niño hasta el del mar o el olor a asado hasta un bote que pasa en el agua”, asegura el director de la pieza.
Vale decir que aquí los cambios de espacio, tiempo o lugar son instantáneos, ya que no es necesario movilizar ninguna escenografía. Todo se construye en el imaginario a partir de los aromas que se esparcen, los efectos de sonido y demás acciones físicas que sólo la oscuridad habilita con total impunidad.
El 4 de julio de 2008 Martín Bondone y Gerardo Bentatti fundaron el Centro Argentino de Teatro Ciego, convirtiéndose en el primer teatro del mundo, donde todas las obras y espectáculos allí presentados son realizados en un espacio total y absolutamente oscurecido. Según sus fundadores, el objetivo del centro es generar un lugar que ayude a perfeccionar y fomentar la técnica de teatro ciego, generando nuevas propuestas artísticas innovadoras para instalar un nuevo paradigma artístico.
“Quienes hacemos el Centro Argentino de Teatro Ciego entendemos que es posible ofrecer un espacio artístico distinto y que emplee otros lenguajes. Todos los espectáculos aquí presentados son hechos en cooperativa ya que la igualdad es para nosotros un principio fundamental. Actualmente trabajan en el teatro unas 30 personas, de las cuales un 40 por ciento del staff es ciego o tiene disminución visual”, concluye Bondone.
Sapo de otro pozo
Dirección: Martín Bondone, Facundo Bogarín y Carlos Armesto.
Miércoles, a las 21; jueves a domingos,
a las 19. En el Centro Argentino de
Teatro Ciego, Borges 1974.
Entrada, 1600 pesos.
Luego de estrenarse simultáneamente en Buenos Aires y Nueva York, y una extensa gira por todo el país hasta Ushuaia, Sapo de otro pozo, como se llama la nueva experiencia inmersiva de Teatro Ciego, desembarcó nuevamente en la capital argentina en coproducción con el circuito Off-broadway. La obra hace foco en el personaje de Alberto, un músico argentino ciego que regresa a su país después de haber vivido en Nueva York durante los últimos 40 años, y en el transcurso de su vuelo es asaltado por los recuerdos de su vida pasada: la infancia en su casa familiar, su adolescencia, el primer amor que marcaría su vida, su exilio en los Estados Unidos, su carrera como artista y la búsqueda constante de libertad entre dos ciudades.
“Es una experiencia en primera persona, donde experimentás lo que vive el protagonista desde el principio de la obra”, explica Martín Bondone, director de Teatro Ciego, el concepto de esta pieza que protagonizan Gonzalo Trigueros (Alberto), Lázaro Paciaroni (Alberto niño), Ignacio Borderes, Andrés Montejo, Analía Beatriz riamonde, Julia Pereyra, Modesto Lacén y José Luis de Giano.
La acción comienza cuando los pasajeros/espectadores ingresan al teatro guiados por una azafata o asistente de vuelo. Una vez sentados, son invitados a ponerse los auriculares y los tapaojos. Entonces sí, se descorre el telón imaginario para dar comienzo a una nueva función. A partir de ahí, es el público el que se convertirá en no vidente temporario, y pronto deberá adaptase a la completa oscuridad y un sonido envolvente 360°. Debido a que los pasajeros tienen los ojos vendados, la experiencia ofrece una puerta de entrada a un mundo donde la acción dramática se puede“ver” con todos los sentidos excepto la vista, a través de la imaginación auditiva y los efectos sensoriales que se despliegan en la sala.
“La gran diferencia de Sapo de otro pozo con nuestros espectáculos anteriores es el sonido binaural, también llamado 8D u holofónico, una nueva forma de escucha inmersiva con auriculares. Teatro Ciego es la única compañía en Argentina que cuenta con este tipo de experiencias, y consiste en la instalación de un sistema con auriculares de estudio, permitiendo que cada espectador viva una experiencia sonora de calidad. La obra fue grabada, editada y masterizada utilizando tecnologías de vanguardia. La escucha es tan real que cada persona sentirá que está dentro de la obra”, explica Bondone.
En este punto hay que aclarar que no es un teatro para ciegos. De hecho, casi la totalidad de las personas que asisten a las funciones son videntes, aunque en los elencos sí trabajan personas ciegas o con disminución visual, habituados a orientarse y desplazarse en la penumbra.
Si bien las voces de los personajes son grabadas –el audio está disponible en inglés y español–, todos los efectos y sensaciones que surgen alrededor del público como los diferentes aromas, el viento o la lluvia, están realizadas en vivo. Los efectos pueden ir desde el galope de un caballo hasta un chancho que pasa entre la gente, elementos que hacen a la cotidianeidad de la situación de una cocina, una tormenta o una manifestación, todos los elementos que conlleva se realizan en vivo.
“La mayoría de los efectos que utilizamos fueron creados especialmente para las obras. Hasta una moto que pasa por al lado de la gente con los escapes del motor. Además, uno de los fundadores de Teatro Ciego,
Gerardo Bentatti, es perfumista, y puede desarrollar desde el olor del mandarino de Alberto cuando era niño hasta el del mar o el olor a asado hasta un bote que pasa en el agua”, asegura el director de la pieza.
Vale decir que aquí los cambios de espacio, tiempo o lugar son instantáneos, ya que no es necesario movilizar ninguna escenografía. Todo se construye en el imaginario a partir de los aromas que se esparcen, los efectos de sonido y demás acciones físicas que sólo la oscuridad habilita con total impunidad.
El 4 de julio de 2008 Martín Bondone y Gerardo Bentatti fundaron el Centro Argentino de Teatro Ciego, convirtiéndose en el primer teatro del mundo, donde todas las obras y espectáculos allí presentados son realizados en un espacio total y absolutamente oscurecido. Según sus fundadores, el objetivo del centro es generar un lugar que ayude a perfeccionar y fomentar la técnica de teatro ciego, generando nuevas propuestas artísticas innovadoras para instalar un nuevo paradigma artístico.
“Quienes hacemos el Centro Argentino de Teatro Ciego entendemos que es posible ofrecer un espacio artístico distinto y que emplee otros lenguajes. Todos los espectáculos aquí presentados son hechos en cooperativa ya que la igualdad es para nosotros un principio fundamental. Actualmente trabajan en el teatro unas 30 personas, de las cuales un 40 por ciento del staff es ciego o tiene disminución visual”, concluye Bondone.
Sapo de otro pozo
Dirección: Martín Bondone, Facundo Bogarín y Carlos Armesto.
Miércoles, a las 21; jueves a domingos,
a las 19. En el Centro Argentino de
Teatro Ciego, Borges 1974.
Entrada, 1600 pesos.
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