En el campo dicen que la cotización es un “nuevo parche”
La Mesa de Enlace volvió a pedir un tipo de cambio único y libre; los exportadores prevén un ingreso de divisas por US$5000 millones
Fernando Bertello
El campo reaccionó con críticas a la implementación del dólar agro anunciado por el ministro de Economía, Sergio Massa. En el sector dijeron que no fueron consultados, que es una medida “recaudatoria” y que tendrá un impacto en la suba de costos en otras actividades, como los tambos. Piden un tipo de cambio unificado. En tanto, los exportadores de granos calcularon que llegarían unos US$5000 millones con la soja.
En un comunicado, la Mesa de Enlace, que integran la Sociedad Rural Argentina (SRA), Coninagro, Federación Agraria (FAA) y Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), señaló que el tipo de cambio debe ser “único y libre”. La agrupación fustigó: “No sirven medidas transitorias que incluyen a algunos y no a todos. Así, al feroz impacto de las inclemencias climáticas se suma el padecimiento de otra sequía; la sequía de ideas del Gobierno. El dólar agro y el dólar soja significan un nuevo parche en la economía. Cuando ven que las exportaciones y su aporte a las reservas nacionales no alcanzan el nivel esperado, el Gobierno decide implementar un dólar en septiembre y otro en diciembre del año pasado. Y ahora el mismo parche pero en versión 3. Todo para adelantar liquidaciones de soja, con el objetivo meramente recaudatorio de engrosar a las raquíticas reservas del Banco Central”.
Según la dirigencia de la Mesa de Enlace, “las distorsiones generadas intracadena fueron y son relevantes”. Remarcó: “Ya advertimos que se afectaron mercados a término, contratos de arrendamiento, costos de alimentación de feedlots, avícolas y porcinos, como así también los costos de la cadena láctea, con cierres de tambos, entre otras economías regionales afectadas. La falta de previsibilidad y la improvisación son moneda corriente, y los productores y consumidores estamos pagando caro estos desaciertos”.
“No fuimos consultados sobre estos anuncios y no participamos de ninguna mesa de trabajo, pero siempre decimos lo mismo: lo sano para nuestra economía es tener un tipo de cambio unificado y perdurable en el tiempo para que le devuelva competitividad al sector”, dijo Nicolás Pino, presidente de la SRA.
En tanto, Gustavo Idígoras, presidente de la Cámara de la Industria Aceitera y el Centro de Exportadores de Cereales (Ciara-CEC), calculó en unos US$5000 millones el posible ingreso de divisas.
“Esta medida es un reconocimiento de la necesidad de tener un tipo de cambio competitivo y único, nos gustaría que se mantenga de manera permanente”, dijo. “Esta campaña está severamente afectada por la sequía, con una producción total estimada que en ningún caso supera los veinticinco millones de toneladas, por lo que los productores y la industria estamos sufriendo consecuencias económicas muy duras. Veremos si este valor le resulta razonable a los productores para tomar decisiones de venta y si como industria podemos lograr ser competitivos para exportar, si ambas condiciones no se dan el resultado estará muy acotado”, añadió.
En este contexto, la cámara señaló que, “si el mercado reacciona favorablemente”, la medida podría implicar “un ingreso de divisas estimado en 5000 millones de dólares según se analizó internamente”.
Postura de las bodegas
En un comunicado, Bodegas de Argentina señaló que “ha participado activamente en las definiciones del Plan Incremento Exportador para las economías regionales con los equipos del Ministerio de Economía y la Secretaría de Agricultura y Pesca de la Nación”. Agregó: “En este sentido, las medidas generales fueron consideradas como positivas para el sector frente a la pérdida de competitividad en los mercados internacionales a raíz de los incrementos en los costos de los productos, fundamentalmente de materia prima, como consecuencia de los efectos climáticos frente a un tipo de cambio que genera una pérdida de rentabilidad en los mercados internacionales”.
Patricia Ortiz, presidenta de la cámara, señaló: “Celebramos que nuestras inquietudes hayan sido escuchadas por las autoridades nacionales. Hoy las bodegas están en una situación crítica y esperamos que con estas medidas podamos encaminarnos en el histórico sendero exportador, tan complejo en estos momentos”.
También se pronunció la Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar). Mario González, presidente, calificó de positiva la medida porque “mejora las condiciones que tienen las empresas vitivinícolas para poder exportar y sostener mercados internacionales”.
&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&
Los economistas criticaron la medida y dijeron que no resuelve la falta de divisas
Advirtieron que además se perjudicará aún más el balance del BCRA y habrá más presión inflacionaria por una mayor emisión
Sofía Diamante
Los analistas económicos advirtieron que la nueva edición del dólar soja anunciada ayer por el ministro Sergio Massa, por la cual se les ofrecerá a los exportadores un tipo de cambio de $300, no resuelve el problema de la falta de divisas, perjudicará aún más el balance del BCRA y generará más presión sobre la inflación.
Con esta nueva edición del Programa de Incremento Exportador, el Banco Central volverá a comprar divisas a un precio mayor, pagando un valor de $300 por dólar, mientras que, al mismo tiempo, venderá dólares a los importadores a un tipo de cambio de $211. La diferencia entre ambos precios significa una pérdida para el Banco Central, que será subsanada, solo en los números contables, por una letra intransferible del Tesoro.
La medida, a su vez, generará que haya más pesos en la economía, por la liquidación de las exportaciones concentradas en poco tiempo, a un tipo de cambio casi 30% mayor al actual. El Banco Central, seguramente, buscará aspirar esos pesos con las Leliq, lo que generará un crecimiento de sus pasivos remunerados.
“Es una medida temporalmente inconsistente. Está adelantando liquidación, en el mejor de los casos. Además, alinearon los incentivos de forma perversa porque le dicen al productor que no liquide hasta que estén dispuestos a pagar un precio mayor ”, opina Gabriel Ca amaño, economista de la consultora Ledesma.
Entre los costos de corto plazo el analista señala la mayor emisión monetaria por la diferencia de tipos de cambio. “Esa pérdida entre comprar caro y vender barato es emisión y se cubre con una letra intransferible. Esos pesos seguramente después terminen financiando al Tesoro o en las Leliq del Banco Central. Así es como después tenemos pasivos remunerados que superan dos bases monetarias”, agregó.
Si bien Massa no detalló qué productos de las economías regionales estarán incluidos en el programa, adelantó que se irán anunciando en los próximos días. Según Caamaño, eso generará todavía más inflación: “La medida tiene emisión que, al fin y al cabo, alimenta el proceso inflacionario, pero además tiene un impacto directo en las cadenas productivas porque les aumenta el costo. Pueden hacer todo el acuerdo de precios que quieran, pero no se logra contener la presión. Sucedió con los anteriores dólar soja, que impactó en un aumento del precio del aceite. Lo mismo sucedió con la leche. Se acumulan presiones inflacionarias que por un tiempo tal vez se puedan pisar, pero después estallan porque si no aumenta el precio, cae la oferta”.
Andrés Borenstein, economista de Econview, dijo que la medida es “pan para hoy, hambre para mañana”. Y agregó: “Todos los que liquiden ahora no van a liquidar después. Si el mundo se termina el 31 de mayo vamos a estar bien. Pero después van a empezar a caer las reservas, como pasó en el primer trimestre. La medida da un mes de tranquilidad porque como el dólar soja está a $300, y no se ajusta, es mejor liquidar lo antes posible”.
El analista resaltó también el costo fiscal que tiene la medida por la diferencia de $90 entre el tipo de cambio que ofrecen y el oficial al que venden dólares a los importadores. “Ese costo lo financia el Banco Central con emisión monetaria que luego se retira con Leliq. Si queda en el mercado, la medida es más inflacionaria. No hay muchas cosas renovadoras en esto”, dijo Borenstein.
Fausto Spotorno, economista de OJF & Asociados, indicó que “la medida era inevitable” y advirtió que no van a aumentar las exportaciones. “La pérdida de US$15.000 millones se va a mantener, pese al nuevo dólar soja III. La medida adelanta o evita que se atrasen las liquidaciones. No resuelve el problema de los dólares en el año; resuelve el problema de ahora. Pero en el segundo semestre volvemos a tener faltantes de divisas”, dijo Spotorno.
Finalmente, el economista Fernando Marull calculó que el Gobierno logrará recaudar US$5000 millones entre abril y mayo con la nueva medida. “Para este mes, las nuevas medidas cambiarias evitarán que el BCRA siga vendiendo reservas y su consecuente preocupación sobre los depósitos en dólares”, dijo.
Jorge Vasconcelos, de Fundación Mediterránea, opinó: “Con el beneficio del dólar soja III se apunta a adelantar exportaciones y, en el caso de las economías regionales, el impacto sobre la balanza comercial puede no ser significativo, pero sí relevante para los severos problemas de rentabilidad que atraviesan varias de ellas, caso de la vitivinicultura, limones, manzanas y peras, tabaco, té y yerba mate, entre otras”.
Los analistas económicos advirtieron que la nueva edición del dólar soja anunciada ayer por el ministro Sergio Massa, por la cual se les ofrecerá a los exportadores un tipo de cambio de $300, no resuelve el problema de la falta de divisas, perjudicará aún más el balance del BCRA y generará más presión sobre la inflación.
Con esta nueva edición del Programa de Incremento Exportador, el Banco Central volverá a comprar divisas a un precio mayor, pagando un valor de $300 por dólar, mientras que, al mismo tiempo, venderá dólares a los importadores a un tipo de cambio de $211. La diferencia entre ambos precios significa una pérdida para el Banco Central, que será subsanada, solo en los números contables, por una letra intransferible del Tesoro.
La medida, a su vez, generará que haya más pesos en la economía, por la liquidación de las exportaciones concentradas en poco tiempo, a un tipo de cambio casi 30% mayor al actual. El Banco Central, seguramente, buscará aspirar esos pesos con las Leliq, lo que generará un crecimiento de sus pasivos remunerados.
“Es una medida temporalmente inconsistente. Está adelantando liquidación, en el mejor de los casos. Además, alinearon los incentivos de forma perversa porque le dicen al productor que no liquide hasta que estén dispuestos a pagar un precio mayor ”, opina Gabriel Ca amaño, economista de la consultora Ledesma.
Entre los costos de corto plazo el analista señala la mayor emisión monetaria por la diferencia de tipos de cambio. “Esa pérdida entre comprar caro y vender barato es emisión y se cubre con una letra intransferible. Esos pesos seguramente después terminen financiando al Tesoro o en las Leliq del Banco Central. Así es como después tenemos pasivos remunerados que superan dos bases monetarias”, agregó.
Si bien Massa no detalló qué productos de las economías regionales estarán incluidos en el programa, adelantó que se irán anunciando en los próximos días. Según Caamaño, eso generará todavía más inflación: “La medida tiene emisión que, al fin y al cabo, alimenta el proceso inflacionario, pero además tiene un impacto directo en las cadenas productivas porque les aumenta el costo. Pueden hacer todo el acuerdo de precios que quieran, pero no se logra contener la presión. Sucedió con los anteriores dólar soja, que impactó en un aumento del precio del aceite. Lo mismo sucedió con la leche. Se acumulan presiones inflacionarias que por un tiempo tal vez se puedan pisar, pero después estallan porque si no aumenta el precio, cae la oferta”.
Andrés Borenstein, economista de Econview, dijo que la medida es “pan para hoy, hambre para mañana”. Y agregó: “Todos los que liquiden ahora no van a liquidar después. Si el mundo se termina el 31 de mayo vamos a estar bien. Pero después van a empezar a caer las reservas, como pasó en el primer trimestre. La medida da un mes de tranquilidad porque como el dólar soja está a $300, y no se ajusta, es mejor liquidar lo antes posible”.
El analista resaltó también el costo fiscal que tiene la medida por la diferencia de $90 entre el tipo de cambio que ofrecen y el oficial al que venden dólares a los importadores. “Ese costo lo financia el Banco Central con emisión monetaria que luego se retira con Leliq. Si queda en el mercado, la medida es más inflacionaria. No hay muchas cosas renovadoras en esto”, dijo Borenstein.
Fausto Spotorno, economista de OJF & Asociados, indicó que “la medida era inevitable” y advirtió que no van a aumentar las exportaciones. “La pérdida de US$15.000 millones se va a mantener, pese al nuevo dólar soja III. La medida adelanta o evita que se atrasen las liquidaciones. No resuelve el problema de los dólares en el año; resuelve el problema de ahora. Pero en el segundo semestre volvemos a tener faltantes de divisas”, dijo Spotorno.
Finalmente, el economista Fernando Marull calculó que el Gobierno logrará recaudar US$5000 millones entre abril y mayo con la nueva medida. “Para este mes, las nuevas medidas cambiarias evitarán que el BCRA siga vendiendo reservas y su consecuente preocupación sobre los depósitos en dólares”, dijo.
Jorge Vasconcelos, de Fundación Mediterránea, opinó: “Con el beneficio del dólar soja III se apunta a adelantar exportaciones y, en el caso de las economías regionales, el impacto sobre la balanza comercial puede no ser significativo, pero sí relevante para los severos problemas de rentabilidad que atraviesan varias de ellas, caso de la vitivinicultura, limones, manzanas y peras, tabaco, té y yerba mate, entre otras”.
http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.