miércoles, 3 de enero de 2024

OPINIÓN Y CGT


El “plan Toto” y la ruta del dinero
Luciana Vázquez
Todo gobierno se ve obligado a enfrentar una pregunta: ¿adónde conduce la ruta del dinero? La pregunta es sobre la ruta de posibles actos de corrupción y, también, sobre la transferencia de ingresos entre sectores que genera la matriz económica. La cuestión siempre es la misma: ¿quién se beneficia? La era kirchnerista es un ejemplo claro en los dos sentidos. Esas preguntas también empiezan a marcarle el paso a la presidencia de Javier Milei.
El año que acaba de terminar representó un número redondo en dos procesos claves de la política y la vida de la Argentina. Por un lado, cuarenta años del regreso de la democracia en 1983. Por otro lado, veinte años de la llegada del kirchnerismo al poder nacional en 2003. Pero en 2023 se cumplieron otros dos ciclos cargados de sentido político que pasaron inadvertidos. Uno es otro ciclo iniciado en 1983: el añopasadosecumplieroncuarenta años desde que Néstor Kirchner se metió en la política santacruceña y ocupó por primera vez un cargo público. A la luz de la larga marcha del kirchnerismo, esa puerta de entradasevolviósignificativa:en1983, NéstorKirchnerseconvirtióenpresidente de la Caja de Previsión Social de Santa Cruz, una de las clásicas, y principales, cajas políticas. Un primer hito que, con la perspectiva que da el paso del tiempo, marcaría un rumbo: el poder kirchnerista y el uso estratégico de los recursos del Estado para su consolidación hegemónica y para algo más banal, el enriquecimiento personal.
El otro ciclo que cumplió veinte años en 2023 es el que arrancó el mismo año de la llegada de Néstor Kirchner a la presidencia de la Nación con la creación de Austral Construcciones SA, en mayo de aquel año: en 2023 también se cumplieron veinte años desde el nacimiento de una de las empresas más investigadas por la Justicia como parte de la trama de corrupción kirchnerista denunciada. La constructora del Grupo Báez nació apenas con 12,000 pesos, el monto mínimoexigiblecomocapitalsocialen aquel tiempo, y terminó con activos pormásdemilsetecientosmillones de pesos en sus estados contables. En mayo de 2016, a los dos meses de retirado el kirchnerismo del poder, AustralConstruccionesfuecerrada.
La convergencia de esos dos aniversarios, la llegada del kirchnerismo y la creación paralela de Austral Construcciones, obliga a rearmar una interpretación: el kirchnerismo como reposición del ideario de la justicia social queda minimizado. En tal caso, esa narrativa terminó funcionando como el envoltorio de los abusos de las arcas del Estado. Los desequilibrios macroeconómicos para financiar el uso político de los recursos del Estado y los niveles de pobreza críticos responden las dos preguntas sobrelarutadeldinero.Quiénsebenefició, es decir, quién se perjudicó.
La gestión económica de Sergio Massa intensifica esa lógica personalista y de poder: el desequilibrio macro, y más pobreza, para intentar la perpetuidad de una hegemonía política. La cadena estratégica entre kirchnerismo nacional, desembarco en el conurbano bonaerense, clientelismo, uso del Estado para fondearlo, corrupción como parte de ese proceso y enriquecimiento personal va todo de la mano. Carlos Pagni lo explica mejor en su libro El nudo. “Néstor y Cristina
Kirchner entendieron la nueva ecuación, un poder nacional dominado por la consola bonaerense”, dice Pagni. El objetivo: “la administración de la pobreza” para tener el poder del conurbano.
“Hay que seguir la ruta del dinero” es una máxima de las investigaciones judiciales en torno a delitos complejos. La frase que la sintetiza se le atribuye a Mark Felt, la fuente secreta conocida como Garganta Profunda, que llevó a destapar el escándalodelWatergate.Larutadel dinero K se convirtió en sinónimo de los pasadizos secretos del dinero de la corrupción que investiga la Justicia. También, en los privilegios cuestionables de los que hizo uso Cristina Kirchner: la doble pensión de privilegio, que seguirá suspendida por la Anses hasta 2025, o el uso de aviones de YPF para su traslado por motivos personales.
Desde la presidencia, Javier Milei, atento a los símbolos, opone su propia ruta del dinero. Arrancó antes, como candidato, cuando empezó a donar su sueldo de diputado. Y como presidente, cuando viajó a Mar del Plata en vuelo común y, según mostró el Gobierno, pagado con fondos propios. Todo para exhibir una opción política que se opone al patrimonialismo de Estado. Milei busca construir una ética política que desande la ruta de los fondos públicos usados como si fueran propios.
La pretensión está clara, pero ya enfrenta desafíos. Las facturas sobre su vuelo a Mar del Plata, que involucra a una agencia de viajes estatal, dispararon una confusión que todavía no se aclara. Hay dudas sobre cómo solventa el Hotel Libertador, donde vive. Comparado con el affaire Insaurralde o el enriquecimiento ilícito del kirchnerismo que se investiga en la Justicia, estos casos suenan a poco. Pero cuando se pregona la revolución ética la vara es altísima. Milei mismo fijó el estándar que ahora usan sus críticos.
Sobre el gobierno mileísta recién iniciado no pende la pregunta sobre la corrupción estructural: no es esa la geografía que recorre por el momento la ruta del dinero mileísta. En el caso de Milei, la cuestión delicada sobre el dinero es la otra: ¿quién se beneficia con la nueva matriz macroeconómica y productiva que busca fundar? Las dos preguntas claves son: ¿qué gastos no se ajustan y a quién no se ajusta? La otra: ¿cómo se reconduce el ajuste hacia la mejora de la vida de las clases medias y los más pobres? Es decir, cómo y cuándo subirá el salario real.
En el mercado de inversores extranjeros y argentinos en el exterior y economistas especializados en el mundo financiero y la macro, empieza a haber una coincidencia: que el “plan Toto” es un animal de cuatro patas. Una ruta del dinero con cuatro paradas. Una parada es el ajuste y el fin de los feudos empresariales y políticos: todo confluye a dejar de gastar mal y en exceso, a recortar y bajar el déficit. Con ese objetivo, ajuste y desregulaciones van de la mano. Una versión contrarrevolucionaria de “A desalambrar”, de Daniel Viglietti: el problema de la Argentina no fueron los latifundios temidos por la izquierda tradicional. El problema, en cambio, fueron los “feudos” alentados por la política kirchnerista, las corporaciones sindicales y empresariales y los regímenes especiales funcionales a esa matriz macro. Lo que Milei y Federico Sturzenegger se proponen es desalambrar esos feudos. Por eso, el régimen de Tierra del Fuego, que todavía no se toca, sigue siendo el gran agujero negro de ese plan: una mancha para esa pregunta de a quién beneficia una política económica.
La segunda parada del “plan Toto” es una política de ingresos: cómo resolver la puja distributiva, en lenguaje “colectivista”, para quitarles a los ricos y reactivar en algo la vida de los más pobres. En el “plan Toto”, ese rol lo cumple el aumento temporario de retenciones: quitarle algo al sector exportador, beneficiado por la devaluación, para reconducirlo a la contención de los más pobres. Para eso, Milei está dispuesto a pagar el precio de la incoherencia: eso de cortarse un brazo antes que aumentar un impuesto. Un ortodoxo abrazando la propuesta en la que insistió todos estos meses la economista Marina Dal Poggetto, más heterodoxa. En las filas del bullrichismo en campaña la suba de retenciones recibía un no rotundo. Milei, en cambio, la vio.
Hay quienes ven en ese plan un camino hacia la dolarización: con menos pesos en la economía, una dolarización estaría más al alcance de la mano. El riesgo del Bopreal es que no funcione: que los importadores no adhieran al bono. Ese riesgo está sucediendo. La semana pasada, el Gobierno esperaba colocar 750 millones de dólares; apenas se adjudicaron 68 millones. “Cero”, según un argentino de los mercados que sigue el tema día a día. Si la esterilización de pesos vía Bopreal no funciona, ¿qué pasará con el cepo?
En esta visión, la cuarta parada es levantar el cepo. Es central para el salario real de las clases medias: sin levantamiento del cepo, no hay inversiones ni reactivación de la economía. Pero si el Bopreal no funciona, no está todo perdido según los inversores más optimistas. A valores del dólar de hoy, si se balancean la demanda y la oferta de dólares, se podría levantar el cepo sin tener una disparada. Los mercados lo llaman markets-clearing price: al precio adecuado, la demanda y la oferta se equiparan.
Esa conclusión parte de una hipótesis: que la demanda latente de 25.000 o 35.000 millones de dólares con la que se estuvo especulando durante 2023 se daba en un contexto, con el dólar oficial a 350. Desaparecido ese mundo, ya no hay incentivo para esa corrida si llegara el final del cepo. Una hipótesis, claro, no es una certeza.
Tal como venía, la Argentina no podía seguir. Lo único cierto es que se necesitaba un cambio. Tal como arranca, no está claro dónde termina. En estos tres axiomas se puede sintetizar la situación actual. El futuro del gobierno de Milei es una pregunta sin respuesta. Hay que seguir la ruta del dinero.

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Negocian de a uno con los gremios para evitar el paro
Apuntan a negociar con los sindicatos por separado para quitarle fuerza al paro; choque entre Sturzenegger y Daer
Jaime Rosemberg
El Gobierno apuesta a una negociación gremio por gremio para tratar de disuadirlos de participar del paro convocado por la CGT para el miércoles 24 de este mes. La movida, que apunta a quitarle fuerza a la protesta contra las reformas laborales y gremiales incluidas en el DNU 70 y la ley ómnibus, se ve entorpecida por el duro cruce entre Federico Sturzenegger, autor del DNU, y el dirigente gremial Héctor Daer.
El llamado al paro general y movilización al Congreso oficializado el jueves pasado por la cúpula de la CGT para el próximo miércoles 24 de enero no modificó los planes del gobierno de Javier Milei. A través de ministros y funcionarios de su confianza, y más allá de un discurso confrontativo contra los sindicalistas, Milei apuesta a la estrategia de discreta negociación y “seducción” gremio por gremio, con el objetivo de quitarle fuerza al reclamo.
Las protestas sindicales están concentradas en el rechazo a las reformas laborales y del mundo sindical incluidas en el decreto de necesidad y urgencia (DNU) y la llamada ley ómnibus que forman parte del voluminoso paquete de leyes que comenzarán esta semana a ser debatidas en el Congreso nacional.
En medio de esa lógica dialoguista generó ruido en el Gobierno el durísimo intercambio que sostuvieron el “padre” del DNU, el economista Federico Sturzenegger, y Héctor Daer, uno de los jefes de la central sindical.
El cruce se desató luego de que el extitular del Banco Central acusara a los gremios, en una entrevista con el diario Perfil, de haber “negociado sin remilgos con las dictaduras” como modo de desvirtuar su oposición al nuevo paquete legislativo. No terminó ahí.
“Si tenés valor rectificá tus palabras”, le respondió Daer a Sturzenegger, a través de la red social X. “Vos a la dictadura la conociste por los diarios, en ese momento jugabas a las figuritas”, insistió el sindicalista.
El enfrentamiento perjudicó los intentos de distender y entregó argumentos a los sectores más duros del sindicalismo para insistir en la medida de fuerza del 24 de enero.
La intervención de Sturzenegger no cayó bien en sectores del Gobierno. “Son posturas demasiado extremas que no ayudan a la paz social y tampoco a calmar a los más duros dentro de la CGT”, critican desde la Casa Rosada en relación con Sturzenegger, a quien Daer acusó de querer “esclavizar” a los trabajadores y a quien demandó disculpas por sus dichos.
“Sturzenegger no ocupa ningún cargo en el Gobierno; pegarle es casi gratis y les permite seguir negociando con nosotros”, evaluaron desde un despacho oficial, con el objetivo de minimizar daños por el cruce.
“Hay canales abiertos, creemos que hay chances de continuar por ese camino”, expresaron dos fuentes del Gobierno confiadas en el éxito de las discretas negociaciones que los ministros Guillermo Francos (Interior) y Sandra Pettovello (Capital Humano), y el secretario de Trabajo, Omar Yasín, están llevando a cabo con “casi todos” los dirigentes gremiales, incluidos algunos de los que ya se expresaron en contra de la catarata de iniciativas legislativas a principios de la semana pasada, frente a Tribunales.
En el Gobierno vieron como un “golazo” la foto de Pettovello y Yasín con el líder de los empleados de comercio, Armando Cavalieri, quien se sumó a Gerardo Martínez, titular de la Uocra y ferviente defensor del “fondo de cese laboral”, que permite un ahorro acumulativo y progresivo que desemboca en una compensación para el trabajador de la construcción cuando culmina el vínculo laboral.
“Ya tenemos varios gremios que también se quieren sumar, cada uno con sus particularidades”, susurran fuentes oficiales.
En ese sentido, en la Casa Rosada arriesgan que los dos sectores de los gastronómicos, encabezados por Luis Barrionuevo y por su excuñado Dante Camaño, ya “hicieron consultas” para analizar la factibilidad de poder aplicar, de forma optativa, un sistema indemnizatorio similar, siempre “hacia adelante” y sin que tenga efecto retroactivo.
Combativos y moderados
Más allá de los dirigentes que lucen más combativos y “fanatizados” a los ojos del oficialismo, como el secretario general de la CGT, Héctor Daer, el bancario Sergio Palazzo y en menor medida el líder de los Camioneros, Pablo Moyano, el Gobierno cree que muchos otros sectores del sindicalismo optarán por la búsqueda de consenso.
Al menos, en el Gobierno consideran que con los moderados se podrán discutir proyectos que generan rispidez como el que propone, dentro del DNU, culminar con la ley de obras sociales que prohíbe la libre elección de la cobertura de salud para los empleados.
“Los gremios no tienen muchas opciones, o arreglan con nosotros, o tienen que ir a discutir con (Axel) Kicillof y los troskos”, evalúan fuentes del oficialismo.
Sin esperanzas ni perspectivas de acuerdo con los gremios de la izquierda dura, Milei apuesta al denominado fondo de cese como zanahoria para los gremios peronistas, que de todos modos “nunca se van a hacer liberales”, según reconocen en la Casa Rosada.
El espíritu inclinado hacia el diálogo, que el Presidente también dinamitó en buena medida con su discurso de fin de año, donde apuntó a los legisladores que se opongan a sus propuestas, motiva los movimientos de Francos.
El ministro del Interior, según confirman fuentes oficiales, recibió en los últimos días a distintos sindicalistas para acercar posturas y limar asperezas, más allá de la realización efectiva del paro del 24 de enero. Desde el mismo oficialismo aseguran que la medida de fuerza es explicable si se toma en cuenta que “la CGT también tiene que darles respuestas a sus bases”, que reclaman acciones concretas contra el “ajuste” del nuevo gobierno.

http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA

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