miércoles, 15 de febrero de 2023

LECTURA


El estrecho de Bering, de Emmanuel Carrère
Una breve historia de la ucronía
Nicolás Mavrakis
Emmanuel Carrere
En 1986, cuando Emmanuel Carrère (París, 1957) publicó por primera vez El estrecho de Bering, el estudio de la ucronía, es decir, de la narración literaria centrada en líneas de tiempo alternativas a las reales, era según el propio autor “una tarea pendiente”.
Casi cuatro décadas más tarde, en cambio, en una sociedad voluntariamente desprendida de cualquier criterio unívoco acerca de la realidad (lo cual ha dado origen a la llamada era de la “posverdad”, regada de fake news), la ucronía es el material cotidiano de masas indolentes de narcisistas digitales y también de políticos de toda índole, además de un viejo recurso entre escritores de ficción. Quizá sea esto, además del éxito de libros como Limónov o Yoga, lo que explica la reedición de este ensayo acerca de “imaginar el estado del mundo si tal acontecimiento, considerado determinante, hubiera ocurrido de otro modo”.
A partir de la premisa de que casi todo escritor es un incontrolable elaborador de ucronías y que, por eso mismo, ni la autobiografía o la biografía están exentas de su contaminación (recurso que Carrère llevó a la práctica en Yo estoy vivo y ustedes están muertos: un viaje en la mente de Philip K. Dick), El estrecho de Bering cuenta la parte francesa de la historia literaria y política de la ucronía, cediendo algunas menciones especiales al argentino Jorge Luis Borges o el estadounidense H. P. Lovecraft.
Fueron ellos, subraya Carrère, quienes provocaron la existencia ya no de hechos imaginarios capaces de infiltrarse en la realidad, como suelen hacer los fabuladores de conspiraciones secretas, sino de libros “creados a fuerza de mencionarlos”. Ejemplo de esto son “El Quijote” de Pierre Menard, inventado por Borges en uno de sus cuentos más famosos, y el “Necronomicón” de Abdul Alhazred, inventado por Lovecraft a lo largo de sus relatos sobre Cthulhu. Estos dos libros, que en países, ámbitos y por razones distintas terminaron considerándose muchas veces reales, tuvieron en el caso de Lovecraft un giro más sorprendente, ya que tras su muerte aparecieron varias versiones apócrifas del inexistente Necronomicón.
Desde ya, si bien estos episodios literarios no pueden cambiar la gran historia, al menos “indican un camino secundario para el cronista que desea pasar a la acción e imponer su versión de los hechos en lugar de consignarla solamente”, analiza el autor de De vidas ajenas.
En una versión más sobria pero reconocible de la prosa y la literatura por la que llegaría a hacerse un nombre en la escena cultural actual, El estrecho de Bering puede leerse a la distancia como el instante en que Emmanuel Carrère elaboró el plan teórico de operaciones que hoy constituye su propia poética.


El estrecho de Bering

Por Emmanuel Carrère

Anagrama. Trad.: E. Castejón

154 págsinas, $ 2750

http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA

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