lunes, 18 de abril de 2016

JUAN PABLO JAWORSKI; CIENTÍFICO ARGENTINO


Un trabajo publicado en un reciente número de Nature Medicine informa acerca de un tratamiento todavía en experimentación, de perspectivas muy promisorias para vencer la infección virósica que provoca la inmunodeficiencia adquirida (VIH) en seres humanos. Se describen los logros obtenidos en la lucha contra un mal cuya aparición fue detectada en Nueva York en 1979 y pareció incurable en los primeros lustros.



Lucas Montagnier, en Francia, y Roberto Gallo, en los Estados Unidos, identificaron el VIH, cuya acción destruye el sistema inmunológico del organismo y, por consiguiente, disminuye severamente las defensas, dando lugar a que invadan el cuerpo gérmenes oportunistas que no encuentran oposición para apoderarse del organismo.
Hasta las actuales novedades relativas a una medicación de efectos innovadores, el mayor avance se había concretado en las drogas antirretrovirales (ARV), que permitieron dar un gran paso en el control de la infección, pero sin eliminar el virus y sin restablecer la función inmunológica en los pacientes infectados.
En los últimos años, en la Universidad de las Ciencias de la Salud de Oregon, Estados Unidos, se ha venido trabajando por caminos innovadores en busca de soluciones que aseguren la curación del mal.



Allí, entre 2011 y 2013, ha participado el médico argentino Juan Pablo Jaworski, miembro del Conicet, que aportó ahora información y nuevos conocimientos. Las investigaciones realizadas en el bienio indicado y las que han continuado a cargo de un grupo liderado por la doctora Nancy Haigwood han desarrollado un virus muy vinculado al VIH, que denominaron SHIV. La experimentación se llevó a cabo con macacos Rhesus y se estudió el papel que cumplen los anticuerpos neutralizantes (identificados como NABS) y después con los NABS monoclonales (mNabs) de última generación.
Los investigadores comprobaron que el tratamiento temprano con los NABS en los animales de experimentación eliminaba los focos de la enfermedad en una quincena y en los macacos enfermos no reapareció el virus del VIH en la sangre ni en los tejidos.
Consecuentemente, los resultados demuestran hasta ahora que la administración temprana de la medicación experimentada en los macacos evita la enfermedad o elimina el reservorio del VIH.


Lógicamente, estas conclusiones se han extraído de la experimentación de laboratorio con animales. El paso siguiente, que permitirá acceder a las metas deseadas de la curación humana, todavía no se ha dado, aunque haya razones fundadas para alentar expectativas promisorias. A esa tarea tan relevante se encuentran abocados los investigadores que, a la luz de los resultados hasta ahora obtenidos, muestran un fundado optimismo.

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